LIBRO I : Elementos de lo Real en el hombre
CAPITULO
I
EN
EL
MUNDO,
PERO
NO
DEL
MUNDO
Hay
un
dicho
sufí:
“Estar
en
el
mundo,
pero
no
pertenecer
a
él”.
Esta
frase
puede
tener
varios
significados.
El
significado
depende
de
la
situación
y
de
tu
propio
desarrollo
y
capacidad
de
comprensión.
“Estar
en
el
mundo,
pero
no
pertenecer
a
él”
es
un
asunto
de
orientación.
Hablaré
sobre
algunos
de
los
significados
de
esta
frase
de
modo
que
podáis
tener
una
mejor
comprensión
de
lo
que
estamos
haciendo
aquí.
Cuando
nace
un
bebé,
es
todo
esencia
o
puro
ser.
Su
esencia
no
es
la
misma,
desde
luego,
que
la
esencia
de
un
adulto
desarrollado
o
realizado.
Es
la
esencia
de
un
niño,
indiferenciada,
como
un
gran
amasijo.
A
medida
que
el
niño
se
desarrolla,
la
personalidad
comienza
a
desarrollarse
como
resultados
de
interacciones
con
el
entorno
y
especialmente
con
los
padres.
Puesto
que
la
mayoría
de
los
padres
se
encuentran
identificados
con
sus
personalidades
y
no
con
su
esencia
no
reconocen
ni
animan
la
esencia
del
niño.
De
modo
que,
al
cabo
de
unos
pocos
años,
la
esencia
es,
de
hecho,
olvidada,
y
en
lugar
de
la
esencia,
se
desarrolla
la
personalidad.
La
esencia
es
reemplazada
con
distintas
identificaciones.
El
niño
se
identifica
con
uno
u
otro
padre,
con
esta
o
con
esa
experiencia,
y
con
toda
clase
de
nociones
obre
él
mismo.
A
medida
que
el
niño
crece,
esas
identificaciones,
experiencias
y
nociones
se
consolidan
y
estructuran
como
su
personalidad.
El
niño,
y
posteriormente
el
adulto,
creen
que
esa
estructura
es
su
verdadero
“yo”.
Sin
embargo,
para
empezar
su
esencia
estaba
allí
y
aún
sigue
estando
allí.
Aunque
no
fue
vista
ni
reconocida
e
incluso
fue
rechazada
y
herida
de
diversas
maneras,
está
aún
allí.
Para
protegerse
a
sí
misma
se
han
enterrado,
se
ha
puesto
a
cubierto.
La
protección
es
la
personalidad.
No
hay
nada
malo
en
tener
una
personalidad.
Has
de
tener
una.
No
podrías
sobrevivir
sin
ella.
Sin
embargo,
si
tomas
la
personalidad
como
aquello
que
realmente
eres,
entonces
estás
distorsionando
la
realidad
porque
tú
no
eres
tu
personalidad.
La
personalidad
está
compuesta
de
experiencias
del
pasado,
de
ideas,
de
conceptos,
de
identificaciones.
Tú
posees
el
potencial
para
desarrollar
una
verdadera
individualidad,
la
esencia
personal,
la
cual
es
diferente
de
la
personalidad
que
cubre
la
pérdida
de
la
esencia.
Pero
este
potencial
normalmente
es
sometido
por
lo
que
denominamos
ego:
nuestro
propio
sentido
de
identidad
que
ha
sido
adquirido.
Si
una
persona
se
cree
que
él
es
el
ego,
las
identificaciones,
las
ideas,
las
experiencias
del
pasado,
entonces
se
dice
de
él
que
“no
está
en
el
mundo,
sino
que
le
pertenece”.
No
es
consciente
de
quién
es
realmente,
de
su
esencia.
Esto
es
difícil
de
comprender
a
menos
que
seamos
conscientes
de
nuestra
propia
esencia
en
algunos
momentos.
De
modo
que
el
ego,
o
el
sentido
de
identidad
del
ego,
ocupa
el
lugar
de
lo
que
llamamos
la
verdadera
identidad,
y
la
personalidad
al
completo
toma
el
lugar
de
la
esencia.
La
personalidad
es
un
sustituto,
un
impostor.
Sin
embargo,
el
mundo
es
simplemente
el
mundo.
Es
el
mismo
tanto
para
la
esencia
como
para
la
personalidad.
Lo
que
es,
es.
Pero
lo
que
difiere
es
el
modo
de
ver
el
mundo.
Una
persona
que
“no
es
del
mundo,
sino
que
le
pertenece”,
se
halla
orientada
hacia
la
personalidad
en
vez
de
hacia
la
esencia.
Demos
algunos
ejemplos
de
cómo
el
estar
identificado
con
tu
personalidad
distorsiona
la
realidad
y,
desde
luego,
como
resultado
surge
el
sufrimiento.
Consideremos
el
caso
del
abrirte
paso
en
el
mundo,
de
ser
independiente,
de
valerte
por
ti
mismo,
de
ser
fuerte,
de
triunfar,
de
hacerte
un
hueco.
Esa
es
una
gran
preocupación,
un
asunto
importante.
Casi
todo
el
mundo
alberga
esa
intención.
Pero
ese
objetivo
puede
ser
un
objetivo
que
nazca
de
la
orientación
de
la
esencia
o
de
una
inclinación
de
la
personalidad.
Hay
una
gran,
una
gran
diferencia.
El
establecerte
por
ti
mismo
en
el
mundo
y
ser
independiente
significa
construir
el
aspecto
personal
de
la
esencia
y
consolidarlo.
Es
un
logro
totalmente
interior.
Por
esto
puede
que
realmente
tengas
un
profundo
deseo
de
actualizar
eso
que
tú
eres,
tu
verdadero
sentido
de
identidad,
ser
independiente
de
una
forma
auténtica
sin
estar
influenciado
por
tu
inconsciente
ni
por
tus
pasadas
circunstancias.
La
verdadera
independencia
quiere
decir
no
depender
del
pasado.
Ser
quien
realmente
eres,
significa
estar
libre
de
todas
las
identificaciones
del
pasado
que
han
construido
tu
falso
sentido
de
identidad.
Ser
quien
realmente
eres
no
depende
de
lo
que
hagas
en
el
mundo.
Hagas
lo
que
hagas
en
el
mundo
puede
ser
una
expresión
de
quién
eres,
pero
no
te
define.
Cuando
eres
tu
esencia
persona,
tu
verdadero
sentido
de
identidad,
cualquier
cosa
que
hagas
tendrá
esa
orientación
esencial.
Por
lo
general
crees
que
el
trabajo
que
escojas,
sea
el
que
sea:
jardinero,
médico,
madre,...
te
hará
sentir
realmente
lo
que
eres.
Pero
eso
significa
que
estás
identificado
con
una
parte
del
mundo.
Significa
que
ahí
hay
una
distorsión
de
la
realidad.
Por
lo
general
cuando
una
persona
comienza
a
trabajar
sobre
sí
misma,
no
tiene
idea
de
la
diferencia
entre
aquello
que
ha
sido
escogido
por
la
personalidad
y
aquello
que
se
ha
elegido
movido
por
la
esencia.
Puede
que
tenga
vagos
deseos,
preferencias
y
que
crea
que
haciendo
esto
en
lugar
de
aquello,
le
ayudará
a
ser
él
mismo.
No
existe
una
guía
clara
en
los
comienzos.
Y
debido
a
las
identificaciones
del
ego,
la
persona
no
solamente
carece
de
un
principio
director,
sino
que
cree
que
su
personalidad
le
está
conminando
ha
hacerlo
y
es
muy
vehemente
en
la
defensa
de
esos
puntos.
“Esto
soy
yo,
esto
es
lo
que
soy;
esto
es
lo
mejor”
Y,
desde
luego,
cada
vez
que
cuestionas
sus
planes
de
futuro,
cada
vez
que
cuestionas
sus
ideas
sobre
quién
se
cree
que
es
él,
se
siente
realmente
amenazado.
Incluso
el
empezar
a
cuestionar
esas
estructuras
significa
la
posibilidad
de
destruir
todas
sus
creencias.
Así
pues,
el
impulso
de
la
personalidad
hacia
la
independencia
y
la
identidad
es
realmente
un
reflejo
distorsionado
del
anhelo
en
pos
de
un
aspecto
determinado
de
la
esencia,
lo
que
denominamos
aspecto
personal.
En
determinadas
historias
sufíes
a
esto
se
le
denomina
la
Perla
Preciosa
de
la
Princesa,
o
la
Perla
Invaluable.
Existen
muchas
historias
sobre
la
princesa
–
la
esencia
personal-
siendo
liberada
de
la
prisión,
que
es,
desde
luego,
la
prisión
de
la
personalidad,
de
eso
que
es
falso
en
nosotros.
Y
en
otras
historias,
es
la
búsqueda
en
pos
de
una
gema
preciosa
la
que
simboliza
la
búsqueda
de
la
esencia
personal.
¿Cómo
aplicar
el
“estar
en
el
mundo,
pero
no
pertenecer
a
él”
en
esta
situación?
“Estar
en
el
mundo,
pero
no
pertenecer
a
él”
significa
que
continuas
haciendo
lo
que
haces,
continuas
con
tu
carrera
como
médico,
como
jardinero,
como
madre,
y
así
sucesivamente,
pero
en
todo
momento
recuerdas
y
realizas
que
eso
es
realmente
un
reflejo
de
algo
más,
que
lo
que
tú
más
profundamente
deseas
es
actualizar
una
parte
de
ti
mismo.
Y
el
esfuerzo
y
el
trabajo
principal
en
lo
que
tú
has
elegido
radica
en
la
comprensión
de
cierta
parte
de
ti
mismo
y
en
su
actualización.
Si
vives
de
esta
forma,
es
cierto
que
vives
en
el
mundo,
pero
tu
motivación
es
diferente;
no
perteneces
al
mundo.
Tu
intención
no
es
ser
un
médico,
o
un
jardinero,
o
una
madre.
Tu
propósito
es
encontrar
la
perla
preciosa:
tu
esencial
personal.
Si
eres
un
médico
te
podrán
dar
premio
tras
premio;
si
eres
abogado
podrás
llegar
a
Fiscal
del
estado.
Pero
te
seguirás
sintiendo
insatisfecho
si
no
encuentras
la
perla.
Tendrás
que
esforzarte
más,
tendrás
que
intentarlo
de
nuevo,
tendrás
que
probar
más.
Podrás
pasarte
la
vida
esforzándote
por
obtener
más
y
mejores
resultados.
No
mal
interpretes
lo
que
estoy
diciendo.
No
quiero
decir
que
no
debas
de
perseguir
eso
que
estás
persiguiendo.
No
estoy
diciendo
que
debas
sentarte
en
casa
y
pensar
en
lo
que
es
la
perla
preciosa.
Estoy
diciendo
que
hagas
lo
que
hagas,
será
una
distorsión
de
lo
real
hasta
que
tu
orientación
siga
a
la
esencia,
hasta
que
hayas
actualizado
tu
esencia
personal.
Pero
debido
a
que
tu
personalidad
es
una
distorsión
de
lo
real,
puede
apuntar
a
lo
real.
Si
comprendes
eso
podrás
empezar
a
ver
que
el
reflejo
es
realmente
un
reflejo
de
algo.
Por
esto
el
dicho
no
es
“
no
estar
en
el
mundo”,
sino,
“estar
en
el
mundo,
pero
no
pertenecer
a
él”.
“En
el
mundo”
no
quiere
decir
estar
meditando
en
una
montaña
ni
vivir
en
un
monasterio.
Estás
ya
viviendo
la
vida
del
mundo.
Tu
vida
es
una
aventura
y
hagas
lo
que
hagas
en
el
mundo
carece
de
objetivo
propio,
sino
que
el
proceso
es
el
crisol
para
separar
el
oro
de
la
ganga.
Una
vez
que
te
descubres
como
esencia
personal,
lo
que
hagas
no
tiene
mucha
importancia.
Escoges
aquello
que
agranda
y
realza
tu
verdadero
ser.
No
podrá
nunca
existir
un
sentimiento
de
satisfacción
duradero
a
menos
que
hayas
realizado
esa
parte
esencial
de
ti
mismo.
Nada
podrá
ocupar
su
lugar.
Consideremos
otro
ejemplo:
el
caso
de
convivir
con
alguien
y
seguir
siendo
independiente.
Parece
que
has
de
sacrificar,
que
has
de
renunciar,
a
una
parte
de
ti
mismo.
No
quieres
hacer
esto;
quieres
sentirte
independiente.
Quieres
sentirte
cerca,
en
intimidad,
amando
y
siendo
amado,
y
aun
así
ser
tú
mismo
sin
sacrificarte
ni
comprometerte.
Estás
todavía
“en
el
mundo”.
¿Cómo
puedes
“no
pertenecer
a
él”
en
este
ejemplo?
Primero
necesitamos
comprender
algo
sobre
la
naturaleza
de
las
relaciones.
El
centro
de
la
necesidad
de
relaciones
amorosas
íntimas
reside
en
el
deseo
por
actualizar
una
cierta
relación
que
tuviste
en
tu
infancia
con
tu
madre.
Cuando
eras
un
bebé
de
cuatro
o
cinco
meses,
estabas
en
un
estado
denominado
“
de
unión
simbiótica”.
En
este
estado
estabas
esencialmente
fundido
con
tu
madre.
No
existía
sentido
de
“Yo
soy
yo”
y
“Tú
eres
otro”.
Existía
una
total
e
indiferenciada
unidad
con
toda
clase
de
sensaciones
cálidas,
maravillosas,
placenteras.
Por
eso
cuando
piensas
en
lo
que
esperas
de
una
relación,
generalmente
descubres
que
deseas
estar
tan
próximo
que
dejen
de
existir
dos
seres,
que
deje
de
haber
dos
individuos
separados.
Existe
un
profundo
deseo
de
fundirse
en
la
otra
persona,
sin
límites,
de
modo
que
no
es
ni
siquiera
un
tema
de
dos
personas
amándose;
es
simplemente
un
estado
de
amor.
Es
una
gran
amasijo,
un
maravilloso
y
dorado
amasijo,
como
la
miel
con
el
sol
resplandeciendo
a
su
través.
Un
vientre
dorado.
Te
sientes
seguro,
protegido,
fundido.
Tu
cuerpo
es
todo
placer,
tu
mente
no
existe.
Y
debido
a
que
tuvimos
esta
experiencia
con
tu
madre
durante
tu
infancia,
creemos
muy
profundamente
que
podemos
estar
en
este
estado
otra
vez
solamente
estando
con
alguien
más.
De
modo
que
buscamos
a
la
persona
adecuada,
ese
“otro”.
Lo
que
realmente
buscamos
es
ese
sentimiento
de
estar
fundiéndote;
el
dorado
sentimiento
de
estar
fundiéndose.
Pero
aún
no
hemos
dicho
como
podemos
lograr
esto
y
“no
pertenecer
al
mundo”.
Bien,
primero
es
necesario
comprender
que
el
estado
de
completa
fusión,
de
completa
desaparición
en
un
placer
fusionante,
es
un
estado
de
la
esencia.
Y
puedes
obtener
este
estado
por
ti
mismo.
No
has
de
estar
con
nadie
más
para
obtenerlo.
Puedes
experimentar
este
estado
de
la
esencia
por
ti
mismo,
en
cualquier
parte,
con
tu
gato,
con
la
alfombra,
con
tu
coche,
con
otra
persona,
con
cualquier
cosa.
Pero
nuestra
creencia
en
necesitamos
a
alguien
más
para
tener
ese
sentimiento
dorado
de
fusión,
es
muy
fuerte.
“Si
tan
sólo
pudiera
fundirme
entre
tus
brazos,
si
simplemente
me
amaras,
todo
sería
maravilloso”.
Crees
que
con
esto
lo
conseguirás.
Para
la
mayoría
de
la
gente
es
más
fácil
experimentar
el
estado
de
fusión
con
alguien,
porque
el
que
haya
alguien
más
es
la
condición
que
han
pre-establecido.
Pero
la
auténtica
búsqueda
es
en
pos
de
un
determinado
aspecto
de
la
esencia.
De
modo
que
en
este
caso
“estar
en
el
mundo,
pero
no
pertenecer
a
él”
no
significa
que
hayas
de
dejar
de
lado
las
relaciones
y
que
te
vayas
a
una
cueva
en
algún
lugar
del
Polo
Norte
y
te
fundas
con
los
icebergs.
Aunque
si
deseas
hacerlo,
está
bien.
Realmente
no
tiene
importancia.
Lo
que
importa
es
que
estés
lo
que
estés
haciendo,
estés
en
una
relación
o
no
lo
estés,
necesitas
mirar
en
ti
mismo
y
descubrir
cuáles
son
las
barreras
que
te
impiden
experimentar
esa
parte
de
ti
que
es
capaz
de
sentirse
fundida
y
fusionada,
sin
importar
con
quién
estés
o
dónde
estés.
El
deseo
por
este
estado
de
esencia
afecta
no
sólo
a
las
relaciones
de
pareja,
sino
también
al
deseo
de
tener
niños.
La
gente
anhela
este
estado
de
fusión
con
un
niño.
Cuando
la
gente
busca
experiencias
estéticas
–
hermosos
paisajes;
cosas
como
esas-
lo
que
realmente
están
deseando
es
ese
sentimiento
de
fusión
con
lo
que
les
rodea.
Creen
que
es
necesario
que
se
cumplan
unas
determinadas
condiciones.
Así
que,
las
relaciones
pueden
ser
un
crisol
para
el
descubrimiento
de
una
determinada
sustancia
de
oro.
Te
he
proporcionado
dos
ejemplos
que
están
íntimamente
conectados.
El
primer
ejemplo
tienen
que
ver
con
la
independencia,
con
el
ser
tú
mismo,
y
hace
aflorar
el
tema
de
la
identidad
–
el
aspecto
personal
de
la
esencia.
El
otro
ejemplo
tiene
que
ver
con
las
relaciones
y
por
lo
general
pone
sobre
el
tapete
un
conflicto
entre
el
ser
un
yo
separado
y
la
fusión,
lo
cual
hace
que
te
sientas
como
si
estuvieras
perdiendo
tu
identidad.
Tú
prestas
atención
a
tu
propia
situación
actual
en
el
mundo,
que
no
es
más
que
un
reflejo
distorsionado
del
verdadero
estado
de
cosas,
para
descubrir
qué
es
lo
que
realmente
está
allí.
Tu
carrera,
tus
intereses,
tus
relaciones,
son
muy
importantes,
pero
son
importantes
solamente
como
medio
para
conducirte
hacia
una
mayor
comprensión
de
ti
mismo.
Si
no,
son
irrelevantes.
El
maestro
zen
Hakuin,
era
ensalzado
por
sus
vecinos
al
ser
considerado
como
uno
que
llevaba
una
vida
pura.
Una
hermosa
chica
japonesa
cuyos
padres
eran
los
propietarios
de
un
almacén
de
comestibles,
vivía
cerca
de
él.
De
repente,
sin
previo
conocimiento,
sus
padres
descubrieron
que
esperaba
un
niño.
Sus
padres
s
enfadaron
por
ello.
Ella
no
quería
confesar
quién
era
el
padre,
pero
tras
muchas
discusiones,
citó
por
fin
a
Hakuin.
Muy
enojados,
los
padres
acudieron
a
ver
al
maestro.
“¿Ah
si?”,
fue
todo
lo
que
dijo.
Después
de
que
el
niño
naciera,
lo
llevaron
a
Hakuin.
Por
entonces
él
ya
había
perdido
su
reputación,
lo
cual
no
le
preocupaba
nada,
y
tomó
a
su
cuidado
al
pequeño.
Los
vecinos
le
dieron
leche
y
todo
aquello
que
el
pequeño
necesitaba.
Un
año
más
tarde
la
niña-madre
no
pudo
soportarlo
ya
más
y
les
dijo
a
sus
padres
la
verdad,
que
el
verdadero
padre
del
niño
era
un
joven
que
trabajaba
en
el
mercado
del
pescado.
La
madre
y
el
padre
de
la
chica
fueron
a
ver
a
Hakuin
y
a
pedirle
disculpas,
a
solicitar
su
perdón
y
recuperar
al
niño.
Hakuin
aceptó
y
al
entregar
al
niño
todo
lo
que
dijo
fue,
“¿Ah
si?”
Las
cosas
van
cambiando.
A
veces
él
es
considerado
bueno,
a
veces
malo.
Eso
no
le
preocupa.
No
distingue
entre
ambas.
Eso
no
tiene
que
ver
en
absoluto
con
lo
que
él
es.
El
es
siempre
él.
Lo
que
suceda
a
su
alrededor
es
irrelevante.
Aun
así,
él
es
el
que
es.
Tu
esencia
es
muy
inteligente,
muy
generosa.
Tiene
una
forma
particular
de
lanzar
ante
ti
un
conflicto,
de
forma
que
al
observar
este
conflicto
o
esta
barrera
descubrirás
algo
que
necesitas
saber.
La
situación
que
se
te
proporciona
es
perfecta
es
términos
de
oportunidad,
de
lugar,
de
la
gente
implicada,
de
tus
capacidades,
de
las
capacidades
de
los
que
te
rodean,
en
todo,
en
cada
detalle.
La
situación
es
tal
que,
si
tratas
verdaderamente
de
entenderla,
comprenderás
algo
sobre
tu
esencia.
No
ha
aparecido
para
que
tengas
una
época
difícil.
Tendrás
tiempos
difíciles
si
solamente
te
fijas
en
la
manifestación,
en
el
conflicto
en
sí,
como
si
fuera
una
dificultad.
Si
miras
a
través
de
él
desde
la
perspectiva
del
ego,
de
la
identificación,
entonces
sufrirás
y
continuarás
sufriendo.
Pero
si
ves
que
te
das
de
bruces
contigo
mismo
y
que
sufres
porque
te
encontraste
con
algo
en
tu
camino
cuando
no
prestabas
atención,
entonces
desearás
descubrir
más
sobre
lo
que
eso
era,
más
sobre
esa
barrera.
De
modo
que
lo
que
aquí
estamos
haciendo
es
observar
las
obstáculos
que
traes
para
trabajar
sobre
ellos
en
este
grupo.
Los
desmantelamos,
los
analizamos,
examinamos
de
dónde
vienen
en
términos
de
tu
infancia
y
de
tus
relaciones
y
de
tu
vida
en
este
mundo
actual.
Y
de
todo
este
material,
extraemos
por
fin
el
auténtico
y
precioso
metal,
o
las
gemas
que
están
escondidas
en
él.
Por
eso
todo
ese
material
estaba
ahí.
Piensas
que
trabajando
sobre
el
tema
de
tu
independencia
finalmente
serás
independiente,
serás
capaz
de
sostenerte
a
ti
mismo,
de
ganar
mucho
dinero,
de
hacer
lo
que
quieres
y
todo
eso.
Eso
es
verdad,
pero
no
es
el
factor
más
importante.
El
aspecto
más
importante
al
trabajar
sobre
cualquier
tema
y
ser
consciente
de
él,
es
para
desarrollar
algo
en
tu
interior.
Entonces
todo
lo
demás
seguirá
casi
sin
esfuerzo.
Así
pues,
“está
en
el
mundo,
pero
no
formes
parte
de
él”.
Vivimos
en
el
mundo
y
hacemos
lo
que
todo
el
mundo
hace:
llevamos
ropas,
comemos,
vamos
a
la
verdulería,
tenemos
un
trabajo,
hacemos
el
amor,
luchamos,
de
todo.
Sin
embargo
nuestro
foco
es
diferente.
No
nos
identificamos
con
la
parte
De
nosotros
que
come,
que
compra,
que
trabaja
y
así
sucesivamente.
Aprendemos
a
desarrollar
la
capacidad
de
ser
conscientes
de
lo
que
está
sucediendo,
pero
al
mismo
tiempo
no
nos
identificamos
con
ello.
Desarrollamos
eso
que
denominamos
ser
consciencia
y
desidentificación.
Como
sabes,
esas
son
las
cosas
más
importantes
para
poder
desarrollar
el
trabajo
de
comprenderte
a
ti
mismo.
Has
de
ser
consciente
de
lo
que
está
sucediendo
en
tu
interior
y
en
tu
exterior.
El
mundo
es
visto
como
una
gran
aula
y
las
situaciones
que
se
dan
en
el
mundo
son
clases
para
que
desarrolles
determinados
aspectos
de
ti
mismo,
determinados
aspectos
de
tu
esencia.
El
mundo
entero
es
una
gran
universidad
ofreciendo
una
gran
variedad
de
clases:
clases
sobre
sexo,
sobre
el
trabajo,
sobre
las
relaciones,
sobre
la
dependencia
y
la
independencia,...
Poco
a
poco
nos
vamos
haciendo
conscientes
de
nuestras
vidas
y
de
nuestras
situaciones
con
todos
sus
conflictos
y
barreras
sin
creernos
completamente
que
eso
es
todo
lo
que
hay.
Cuanto
más
capaces
somos
de
prestar
atención
y
de
desidentificarnos,
más
capaces
somos
de
ver
la
auténtica
verdad
que
está
ahí,
como
venas
de
oro
en
montañas
y
montañas
de
roca.
La
Verdad,
el
oro
en
toda
esa
ganga.
El
desarrollar
esa
capacidad
de
estar
atentos
y
al
mismo
tiempo
de
desidentificarnos
nos
conduce
por
fin
a
experimentar
nuestra
esencia.
“Estar
en
el
mundo,
pero
no
pertenecer
a
él”
no
solamente
describe
a
la
persona
que
es
libre.
Describe
a
la
esencia
misma.
Ese
es
su
aspecto
más
profundo.
¿Qué
es
pues
el
mundo,
el
mundo
en
el
que
estamos
pero
al
que
no
pertenecemos?
El
mundo
es,
desde
luego,
una
multiplicidad
de
factores.
Pero
el
mundo
tal
y
como
lo
percibimos
está
básicamente
constituido
por
pensamientos
mentales
e
imágenes,
emociones
y
sensaciones.
Todo
lo
que
sabes
del
mundo
y
de
ti
mismo
depende
de
pensamientos,
imágenes,
emociones
y
sensaciones.
¿Qué
otra
cosa
conoces?
En
último
término,
el
mundo
tal
y
como
lo
percibes
se
reduce
a
tus
sensaciones
del
mundo,
a
tus
emociones
sobre
él,
y
a
las
imágenes
mentales
y
a
los
pensamientos
que
tú
tienes.
Por
ejemplo,
un
árbol
es
un
árbol
y
es
una
parte
del
mundo,
pero
¿qué
es
para
ti?
Una
determinada
imagen
en
tu
mente,
la
forma
que
tiene,
un
sentimiento
sobre
él,
sensaciones
cuando
lo
tocas
–corteza
áspera,
corteza
suave.
Si
estás
sentado
en
una
silla,
¿qué
es
la
silla
para
ti
en
tu
experiencia
directa?
Una
sensación
bajo
tus
nalgas,
¿correcto?
Una
imagen
suya
en
tu
mente,
una
idea
sobre
ella
que
está
haciendo
que
te
sientes
en
una
cierta
forma
y
no
en
otra.
Eso
es
el
mundo.
Ahora
bien,
esencia
es
“estar
en
el
mundo,
pero
no
pertenecer
a
él”.
No
son
sensaciones,
emociones
o
sucesos
mentales.
Pero
ella
está
“en
el
mundo”.
Vive
ahí
con
esas
cosas.
Es
como
el
oro
en
la
roca.
No
es
la
roca;
está
en
la
roca.
La
esencia
está
en
las
sensaciones,
en
las
emociones,
en
las
formas
mentales,
pero
no
es
ninguno
de
ellos.
Los
diamantes
y
las
esmeraldas
–
las
piedras
preciosas-
están
en
la
tierra,
pero
non
la
tierra
misma.
Son
algo
más.
Así
es
la
esencia
en
ti.
No
es
tu
carne,
no
es
tus
emociones,
no
es
tus
pensamientos.
Pero
está
embebida
ahí.
La
esencia
está
en
ti
como
el
oro
en
la
roca,
como
las
piedras
preciosas
en
la
tierra.
Al
ser
este
la
situación,
puedes
explorar,
puedes
indagar
para
descubrirla.
Puedes
escarbar
en
el
cuerpo
y
en
las
emociones,
en
los
hechos
mentales,
para
descubrir
la
sustancia
preciosa.
Por
ejemplo
puedes
hacer
algo
de
trabajo
corporal
para
desarrollara
la
sensibilidad
de
tu
cuerpo.
Puede
que
descubras
qué
es
lo
que
hay
ahí,
qué
es
la
esencia.
Puedes
explorar
tus
emociones
y
tus
sensaciones
hasta
que
seas
tan
consciente
de
ellas
que
veas
las
sutiles
diferencias.
Verás
que
aquello
que
tenías
la
seguridad
de
que
era
una
emoción,
no
es
una
emoción;
que
lo
que
allí
hay
no
es
una
sensación
física,
sino
que
todo
el
tiempo
tu
pensamiento
estaba
allí,
próximo,
muy
próximo
a
la
sensación
física,
pero
sin
ser
realmente
una
sensación
física.
La
esencia
es
como
un
algo
físico
que
no
pertenece
al
cuerpo
físico.
Es
como
una
existencia
física
en
un
nivel
diferente,
de
una
modalidad
distinta.
Hay
un
significado
más
profundo
del
“estar
en
el
mundo,
pero
no
pertenecer
a
él”.
Una
vez
es
descubierto,
la
esencia
experimenta
un
desarrollo,
un
refinamiento
alquímico,
hasta
que
alcanza
su
naturaleza
fundamental,
la
verdadera
naturaleza
de
la
esencia,
que
es
la
naturaleza
de
todas
las
cosas.
Es
mi
naturaleza,
pero
también
es
tu
naturaleza.
Es
la
naturaleza
de
los
pájaros,
de
los
gatos,
de
los
árboles,
de
las
rocas,
de
todo.
No
es
la
roca,
ni
el
gato,
ni
tu
cuerpo,
ni
tú,
ni
yo.
Es
la
verdadera
naturaleza
de
esas
cosas.
Es
lo
que
permite
existir
a
esas
cosas.
Esa
real
naturaleza
de
la
esencia,
la
naturaleza
de
todas
las
cosas,
es
lo
que
a
veces
llamamos
Dios.
Dios,
la
esencia
de
la
esencia,
está
en
todas
partes:
en
el
cuerpo
físico,
en
las
sensaciones
mismas,
en
los
mismos
pensamientos,
en
lo
animado,
en
lo
inanimado,
en
todo.
Pero
no
es
esas
cosas.
Está
en
ellas
pero
no
es
ellas.
Así
Dios,
la
esencia
de
la
esencia,
“está
en
el
mundo,
pero
le
pertenece
al
mundo”,
y
éste
es
su
significado
más
profundo.
Hay
un
importante
aspecto
del
“estar
en
el
mundo,
pero
no
pertenecerle”
que
deseo
señalar
aquí.
Es
el
reconocimiento
de
los
que
es
esencia
y
de
lo
que
no
es
esencia,
y
esos
significa
reconocer
y
comprobar
que
esa
esencia
está
operando
en
ti,
que
es
el
verdadero
factor
que
opera
en
ti.
La
esencia
se
desarrolla
muy
rápidamente
en
el
momento
en
que
es
vista
y
reconocida.
Florece
al
ser
reconocida.
Si
no
la
reconoces,
permanece
dormida.
En
el
instante
en
que
la
reconoces,
empieza
a
crecer;
se
alimenta
de
la
luz.
Esto
es
muy
importante
para
determinados
aspectos
de
nuestro
Trabajo
aquí.
Debemos
reconocer
cuáles
son
los
actores
que
verdaderamente
contribuyen
a
nuestro
cambio
y
desarrollo.
Por
ejemplo,
digamos
que
has
estado
trabajando
sobre
ti
durante
un
año
o
dos,
viniendo
a
este
grupo
y
tratando
con
los
asuntos
de
tu
vida,
y
que
han
comenzado
a
aparecer
ciertos
cambios
en
ti.
Pude
ser
que
tu
corazón
se
haya
abierto,
o
que
tengas
más
claridad.
Puede
que
digas,
“¡Oh!
Mi
corazón
se
ha
abierto
porque
me
encontré
con
esa
maravillosa
mujer.
Es
tan
maravillosa
que
mi
corazón
se
abrió
a
ella
y
desde
entonces
ha
estado
abierto”.
De
esta
forma
no
le
das
a
tu
trabajo
sobre
la
esencia
el
reconocimiento
debido;
le
das
el
reconocimiento
a
alguien
distinto.
Cuando
haces
esto,
te
prives
a
ti
mismo
de
que
el
trabajo
sobre
la
esencia
continúe,
aportándote
más
comprensión
sobre
la
Verdad.
Le
das
el
mérito
a
aquello
que
no
se
lo
merece.
Cuando
haces
esto,
invalidas
tu
trabajo.
Has
estado
haciendo
dos
años
de
trabajo
sobre
la
comprensión
de
ti
mismo,
pero
estás
afirmando
que
esto
no
hizo
nada.
Tu
apertura,
tu
expansividad,
la
plenitud
que
experimentas
se
debe
a
que
encontraste
a
esa
maravillosa
mujer.
O
afirmas
que
tu
kundalini
se
actualizó
porque
alguien
te
dio
un
determinado
masaje,
porque
alguien
trabajo
sobre
tu
sacro
de
una
forma
determinada.
E
ignoras
por
completo
el
hecho
de
que
has
estado
durante
cinco
años
enfrentándote
con
toda
clase
de
emociones
y
que
si
no
hubieras
hecho
este
trabajo,
otro
podría
haber
estado
masajeando
tu
sacro
con
papel
de
lija
y
no
hubieras
sentido
nada.
Si
coges
un
resfriado
y
al
mismo
tiempo
sientes
que
tu
corazón
se
ha
abierto,
puedes
incluso
decir
que
tu
corazón
se
ha
abierto
debido
al
resfriado.
Le
das
el
mérito
a
tu
resfriado,
a
tu
enfermedad,
en
vez
de
reconocer
esos
cuatros
años
de
trabajo
que
lo
abrieron.
Probablemente
el
resfriado
es
una
resistencia
contra
una
mayor
apertura.
El
enfermar
es
una
resistencia
común
contra
la
expansión.
Es
muy
importante
poseer
esa
facultad
discriminadora,
no
solamente
en
términos
de
orientación
–
de
lo
que
ya
hablamos
antes–,
sino
también
en
términos
de
cuáles
son
las
verdaderas
influencias
que
existen
en
tu
vida.
Si
reconoces
los
méritos
de
aquello
que
los
merece,
invalidas
eso
que
originó
los
cambios,
aquello
que
aportó
el
crecimiento:
tu
propio
trabajo,
tu
propia
capacidad,
tu
propia
esencia.
En
mi
experiencia
he
visto
que
muchos
de
mis
amigos
han
experimentado
su
esencia,
pero
no
han
comprendido
qué
es
lo
que
era
porque
la
mayoría
de
las
veces
invalidaban
lo
que
ellos
habían
hecho.
Cada
vez
que
empezaban
otra
cosa,
otro
tipo
de
estudio
o
disciplina
espiritual,
a
algún
otro
tipo
de
auto-exploración,
invalidaban
aquello
que
habían
aprendido,
lo
echaban
todo
por
la
borda.
Se
desprendían
de
toda
su
comprensión
y
de
todo
aquello
que
habían
aprendido
que
era
de
valor.
Luego
tenían
que
empezar
de
nuevo.
Yo
fui
afortunado,
no
invalidé
nada.
Siempre
que
cambié
a
alguna
otra
cosa,
comprendí
exactamente
lo
que
había
aprendido
de
lo
anterior.
I
descubrí
que
esto
es
un
hecho
sumamente
importante.
A
veces
no
es
fácil
de
determinar
qué
es
lo
que
contribuye
a
tu
comprensión
y
claridad
en
tu
vida.
Pero
si
eres
capaz
de
discernir
qué
es,
te
irás
acercando
más
y
más
hacia
tu
esencia,
porque
solamente
la
esencia
descubre
eso.
Pero
si
atribuyes
tu
desarrollo
a
hechos
externos,
no
solamente
estarás
cometiendo
un
error
de
juicio,
sino
que
también
estarás
enlenteciendo
o
deteniendo
el
proceso
que
realmente
ha
contribuido
a
tu
desarrollo.
Le
estarás
diciendo
a
tu
esencia,
“Tú
no
vales
nada”.
Y
eso
es
un
ataque
a
tu
esencia,
estás
atacando
a
tu
esencia.
El
invalidar
tu
esencia
es
un
aspecto
de
tu
ego
o
de
tu
superego.
Por
lo
que
yo
he
observado,
frecuentemente
la
gente
no
se
da
cuenta
de
qué
es
lo
que
está
realmente
sucediendo,
de
cuál
es
la
fuerza
que
está
operando
sobre
ellos
porque
precisamente
hay
algo
en
ellos
que
se
resiste
a
ver
y
a
experimentar
la
esencia.
No
es
sólo
un
error
de
juicio;
hay
una
motivación
activa
detrás
de
ello.
Es
un
mecanismo
defensivo
del
propio
superego.
Y
no
sólo
esto,
sino
que
otra
gente
será
capaz
de
ver
tus
cambios,
pero
los
atribuirá
a
algún
otro
hecho,
de
forma
que
prácticamente
careces
de
soporte
o
guía
proveniente
del
mundo
que
te
rodea.
Cuando
la
gente
es
incapaz
de
reconocer
la
verdadera
fuerza
que
hay
en
ti
y
que
está
contribuyendo
a
los
cambios
que
aparecen
en
tu
vida
es
debido
a
que
ellos
mismos
se
resisten
a
la
percepción
de
esa
fuerza
en
sí
mismos.
Ellos
no
desean
ver
la
verdad,
de
modo
que
tampoco
desean
reconocerla
en
ti.
Según
mi
propia
experiencia,
es
importante
que
yo
sepa
qué
es
lo
que
está
originando
estos
cambios
y
este
desarrollo
en
mí.
“Estar
en
el
mundo,
pero
pertenecer
a
él”
abarca
el
ver
las
auténticas
causas,
las
verdaderas
fuerzas
que
están
operando
en
cualquier
cosa
que
hagamos.
¿Alguna
pregunta
o
comentario?
Estudiante.-
¿Es
posible
que
alguien
tenga
–no
sé
como
decirlo
exactamente-,
que
algunos
tengan
mayor
cantidad
de
esencia
moviéndose,
trabajando
y
revelándose
en
ellos,
que
otra
gente,
aunque
ellos
sean
inconscientes
por
completo
de
su
esencia?
A.-
Sí,
eso
ocurre.
Es
lo
que
Gurdjieff
denomina
“santos
estúpidos”,
lo
que
significa
“ser”
sin
“saber”.
E.-
¿Y
los
demás
se
sienten
atraídos
hacia
ellos
porque
anhelan
esa
cualidad?
A.-
Seguro.
A
veces
la
gente
se
halla
desarrollada
en
esencia
sin
haber
hecho
trabajo
alguno
sobre
ellos
mismos,
simplemente
porque
no
fueron
demasiado
aplastados
en
sus
comienzos.
E.-
Y
entonces
su
esencia
está
ahí,
más
evidente,
debido
a
algún
accidente,
a
algún
talento,...
A.-
Aquí
hemos
de
recordar
una
cosa:
la
esencia
no
tiene
nada
que
ver
con
el
talento.
Una
persona
puede
ser
muy
talentosa,
pero
al
mismo
tiempo
puede
estar
completamente
identificada
con
su
personalidad.
La
esencia
es,
como
ya
he
dicho,
“estar
en
el
mundo,
pero
no
pertenecer
a
él”.
El
talento
es
parte
del
mundo.
Desde
luego,
la
esencia
puede
alimentar
y
hacer
fructificar
el
potencial
de
los
talentos
que
ya
existen,
pero
el
ser
inteligente
o
no
ser
inteligente,
el
ser
creativo
de
una
u
otra
forma,
no
tienen
nada
que
ver
con
la
esencia.
CAPITULO
II
LA
TEORIA
DE
LOS
AGUJEROS
Hoy
hablaremos
una
idea
fundamental
que
empleamos
en
nuestro
trabajo
aquí.
Es
la
denominada
Teoría
de
los
Agujeros.
La
gente,
tal
y
como
es
en
circunstancias
normales,
está
llena
de
lo
que
denominamos
“agujeros”.
Ahora
bien,
¿qué
es
un
agujero?
Un
agujero
se
refiere
a
cualquier
parte
de
ti
que
hayas
perdido,
es
cualquier
parte
de
ti
respecto
a
la
cual
has
dejado
de
ser
consciente.
Lo
que
queda
es
un
agujero;
en
cierto
sentido,
una
deficiencia.
Y
eso
respecto
a
lo
cual
hemos
dejado
de
ser
conscientes,
es
nuestra
esencia.
Cuando
no
somos
conscientes
de
nuestra
esencia,
ella
deja
de
manifestarse
y
se
pierde.
Entonces
tenemos
un
sentimiento
de
deficiencia.
De
modo
que
un
agujero
no
es
nada
más
que
la
ausencia
de
una
determinada
porción
de
tu
esencia.
Puede
que
sea
la
pérdida
del
amor,
la
pérdida
del
valor,
la
pérdida
de
la
capacidad
de
contacto,
la
pérdida
de
fuerza,
la
pérdida
de
voluntad,
la
pérdida
de
claridad,
la
pérdida
de
placer,
la
pérdida
de
cualquier
cualidad
de
la
esencia.
Hay
muchas.
Pero
cuando
se
pierden,
nunca
se
van
para
siempre,
no
se
han
ido
para
siempre.
Simplemente
te
desconectaste
de
ellas.
Consideremos
por
ejemplo
la
cualidad
del
valor,
de
la
autoestima.
Cuando
te
desconectas
de
tu
valor,
el
verdadero
estado
de
sentirte
separado
es
el
sentimiento
de
que
en
tu
interior
existe
un
agujero,
un
vacío.
Entonces
tienes
un
sentimiento
de
deficiencia,
un
sentimiento
de
inferioridad
y
quieres
llenarlo
con
valores
procedentes
del
exterior.:
la
aprobación,
el
halago,
lo
que
sea.
Por
eso
tratas
de
llenar
el
agujero
con
falsos
valores
procedentes
del
exterior.
Todo
el
mundo
vive
con
multitud
de
agujeros,
pero
por
lo
general
no
te
das
cuenta
de
ellos.
Normalmente
estás
lleno
de
deseos:
“Quiero
esto,
quiero
lo
otro,
quiero
ser
alabado,
quiero
tener
éxito
en
esto,
quiero
que
esta
persona
me
ame,
quiero
experimentar
esto
o
aquello”.
La
presencia
de
deseos
y
exigencias
indica
la
presencia
de
agujeros.
Desde
luego,
esos
agujeros
fueron
originados
durante
nuestra
infancia
en
parte
como
resultado
de
experiencias
o
conflictos
traumáticos
con
nuestro
entorno.
Entonces
te
separaste
de
alguna
de
esas
cualidades.
A
lo
mejor
tus
padres
no
te
valoraron
suficientemente,
o
sea,
no
te
trataron
como
si
tus
deseos
o
tu
presencia
fuera
importante;
no
actuaron
de
forma
que
te
sintieras
valorado;
ignoraron
tu
valía
esencial.
Y
debido
a
que
tu
valía
no
fue
vista
o
reconocida,
quizás
incluso
atacada
o
minimizada,
te
viste
separado
de
esa
parte
de
ti
y
lo
que
quedó
fue
un
agujero,
una
deficiencia.
Más
tarde,
cuando
nos
relacionamos
con
alguien
de
una
forma
más
profunda
-cuanto
más
profunda,
más
sucede-
llenamos
esos
agujeros
con
la
otra
persona.
Algunos
de
esos
agujeros
son
llenados
con
lo
que
creemos
o
sentimos
que
estamos
recibiendo
del
otro.
Nos
sentimos
valorados
porque
esa
persona
nos
aprecia
y
eso
colma
nuestros
agujeros.
Conscientemente
no
nos
damos
cuenta
de
que
los
estamos
llenando
con
su
aprecio;
simplemente
nos
sentimos
bien
cuando
estamos
con
ella,
nos
sentimos
valorados.
Así,
cuando
estoy
con
esa
persona,
siento
que
realmente
valgo,
pero
inconscientemente
percibo
que
es
el
otro
el
que
es
el
dueño
de
mi
valoración.
La
otra
persona
no
solamente
me
hace
sentir
valorada,
sino
que,
sea
lo
que
sea
lo
que
el
otro
me
esté
dando,
es
parte
de
mí,
es
parte
de
esa
plenitud
que
experimento.
Por
eso
inconscientemente,
no
considero
que
esa
parte
de
la
persona
que
me
hace
sentirme
valorado
esté
separada
de
mí;
la
veo
como
parte
de
mí,
llenando
ese
agujero.
Yo
no
sé
que
hay
un
agujero,
solamente
experimento
la
plenitud.
Si
la
persona
muere
o
la
relación
se
extingue,
no
siento
la
pérdida
de
esa
persona;
siento
que
pierdo
eso
que
llena
mi
agujero.
Así,
la
pérdida
del
otro
no
es
percibida
como
la
pérdida
de
una
persona
distinta.
Se
experimenta
como
una
pérdida
de
ti
mismo
porque,
inconscientemente,
veías
que
esa
persona
formando
parte
de
ti.
De
esta
forma
él
o
ella
llegan
a
formar
parte
de
ti,
de
modo
que
al
perder
a
esa
persona
experimentas
la
pérdida
de
una
parte
de
ti
mismo
y
por
eso
sientes
un
agujero.
Por
eso
es
tan
doloroso.
Sientes
como
si
fueras
abierto
y
algo
te
fuera
extraído.
Eso
es
lo
que
son
la
herida
y
el
dolor;
la
herida
por
la
pérdida.
A
veces
te
sientes
como
si
estuvieras
perdiendo
tu
corazón,
a
veces
sientes
que
pierdes
tu
seguridad,
tu
fortaleza,
tu
voluntad...
cualquier
cosa
con
la
que
esa
persona
te
estuviera
llenando.
A
veces
la
persona
te
proporciona
tu
voluntad,
te
da
fuerza,
o
sostén,
o
amor,
o
estima.
De
modo
que
cuando
pierdes
a
alguien
próximo
a
ti
experimentas
el
hueco
que
tenías
y
que
esa
persona
llenaba.
De
eso
es
lo
que
la
gente
habla
cuando
dice
que
“encajamos
el
uno
al
otro”.
Cada
uno
encaja
en
los
agujeros
del
otro.
Esto
encaja
en
este
agujero,
eso
encaja
en
ese
agujero;
se
viven
como
una
sola
cosa.
Dejan
de
parecer
separados.
Pero
si
los
separas,
te
encontrarás
con
un
montón
de
agujeros.
Si
esas
dos
personas
viven
juntas,
se
sienten
completas
y
plenas.
Son
complementarias,
conforman
un
todo
unificado.
Pero
en
escasas
ocasiones
otro
encaja
en
todos
tus
agujeros.
Conoces
a
mucha
gente,
desarrollas
muchas
actividades
en
tu
vida,
y
aún
así
no
encajan
en
todos
tus
agujeros.
Quedarán
algunos
agujeros
sin
llenar
que
harán
que
la
insatisfacción
continúe.
Y,
desde
luego,
los
agujeros
no
son
llenados
completa
y
perfectamente.
En
el
instante
en
que
el
otro
cambia
un
poquito
o
dice
algo
que
te
hace
sentir
mal,
tú
sientes
el
agujero,
la
deficiencia.
“¡Oh!
No
me
aprecia
en
nada
después
de
todo”.
Te
enfadas,
te
sientes
herido,
porque
el
agujero
está
siendo
evidenciado.
Por
eso
la
insatisfacción
continúa
porque
la
otra
persona
no
siempre
llena
tus
agujeros
a
ala
perfección,
especialmente
si
espera
de
ti
que
tú
llenes
los
suyos.
E.-
Entonces,
cuando
cambies
de
relación
o
cuando
una
persona
cambie
en
tu
vida,
habrá
muchos
cambios
en
los
agujeros
implicados.
A.-
Correcto.
Cuando
ocurre
algún
cambio,
hay
remodelaciones
en
los
agujeros.
Unos
se
vacían,
otros
se
llenan.
La
persona
ha
de
ajustarse,
ha
de
llenar
sus
agujeros
de
alguna
otra
forma
y
eso
significa
por
lo
general
que
tendrá
que
encarar
alguno
de
esos
agujeros,
sentir
su
presencia
y
puede
que
tenga
que
entenderlo.
De
este
modo
podemos
comprender
con
mayor
claridad
como
la
pérdida
de
alguien
que
ha
estado
muy
próximo
a
ti,
que
ha
intimado
contigo,
es
tan
dolorosa.
Después
de
estar
con
esa
persona
largo
tiempo,
te
has
acostumbrado
tanto
a
encajar
con
ella
que
crees
que
esa
persona
forma
parte
de
ti.
Al
perder
a
esa
persona
estás
perdiendo
una
parte
de
ti
mismo.
Aquí
interviene
otro
factor:
cuando
experimentas
una
pérdida
o
separación,
tienes
la
posibilidad
de
ver
que
aquello
que
te
estaba
llenado
no
era
realmente
tuyo.
Si
permaneces
con
la
herida
y
el
dolor
de
la
pérdida
sin
tratar
de
encubrir
este
dolor
con
otras
cosas,
es
posible
que
percibas
el
vacío,
que
sientas
el
agujero,
que
veas
el
agujero.
Si
entonces
te
permites
ver
la
deficiencia,
el
vacío,
puede
que
descubras
esa
parte
de
ti
que
realmente
colmará
tu
agujero
desde
dentro,
de
una
vez
y
para
siempre.
Ni
siquiera
lo
llenará;
simplemente
se
eliminará
el
agujero
y
la
identificación
con
la
deficiencia.
De
este
modo
recobras
una
parte
de
ti
mismo.
Conectas
con
la
parte
de
tu
esencia
que
habías
perdido
y
de
la
que
pensaste
que
alguien
distinto
de
ti
podría
suministrártela.
Puede
ser
muy
doloroso.
La
mayoría
de
la
gente
experimenta
una
pérdida
de
autoestima
cuando
una
relación
finaliza;
por
eso
estoy
utilizando
este
determinado
ejemplo
de
sentirse
valorado.
Pero
si
permaneces
con
el
sentimiento
y
prestas
atención
y
te
preguntas
a
ti
mismo,
“¿Cómo
puedo
sentirme
tan
poca
cosa,
cómo
puedo
sentirme
tan
vacío,
simplemente
porque
esa
persona
ya
no
está
aquí?
¿Por
qué
siento
que
valgo
tan
poco?”
Si
permaneces
con
este
sentimiento
sin
tratar
de
llenarlo
y
simplemente
prestas
atención
y
tratas
de
comprenderlo,
entonces
experimentarás
la
deficiencia
y
el
agujero.
Si
comprendes
la
deficiencia
y
su
origen,
puede
que
incluso
recuerdes
el
suceso
o
la
serie
de
sucesos
que
provocaron
esa
pérdida
de
estimación.
Un
agujero
es,
por
lo
general,
llenado
con
la
parte
de
nuestra
personalidad
que
conserva
la
memoria
de
lo
que
se
perdió,
la
memoria
de
la
situación
que
provocó
la
pérdida,
la
memoria
de
las
heridas
y
de
los
conflictos.
Hemos
de
atravesar
esa
herida
en
su
nivel
más
profundo,
acercarnos
al
agujero
mismo
y
entonces
descubriremos
la
memoria
de
lo
que
perdimos.
Cuando
veamos
la
memoria
de
lo
que
perdimos,
la
esencia
que
se
perdió
fluirá
de
nuevo.
De
modo
que
toda
profunda
pérdida
es
una
oportunidad
para
crecer,
para
comprender
más
sobre
ti
mismo,
para
experimentar
esos
agujeros
que
crees
que
sólo
pueden
ser
llenados
por
otros.
Pero
la
gente
suele
defenderse
como
locos
contra
el
sentimiento
de
sentir
la
pérdida.
Esta
defensa
es
principalmente
para
evitar
sentir
el
agujero.
La
gente
desconoce
que
el
agujero,
el
sentimiento
de
deficiencia,
es
un
síntoma
de
una
pérdida
de
algo
aún
más
profundo:
la
pérdida
de
la
esencia,
la
cual
puede
ser
recuperada.
Piensan
que
el
agujero,
la
deficiencia,
es
lo
que
son
al
nivel
más
profundo
y
que
no
hay
nada
más
allá.
Piensan
que
algo
va
mal
en
ellos,
que
hay
algo
que
está
básicamente
mal.
El
sentimiento
de
que
hay
algo
que
va
mal,
es
una
percepción
inconsciente
de
la
presencia
del
agujero
y
la
gente
hará
cualquier
cosa
para
no
percibirlo,
para
no
sentir
realmente
esa
falta.
Creen
que
si
se
aproximan
al
agujero,
se
los
tragará.
Si
su
trabajo
es,
por
ejemplo,
acercarse
al
agujero
del
amor,
se
sentirán
amenazados
por
una
soledad,
un
vacío
devastador.
Otros
agujeros
despertarán
sensaciones
amenazadoras
de
aniquilación.
¡No
hemos
de
sorprendernos
de
que
no
quieran
acercarse
a
eso!
Pero
aquí,
en
nuestro
trabajo
descubrimos
algo
sorprendente:
cuando
dejamos
de
defendernos
para
no
percibir
un
agujero,
lo
que
realmente
experimentamos
no
es
doloroso.
Experimentamos
simplemente
un
espacio
vacío,
un
sentimiento
de
que
allí
no
hay
nada,
pero
no
es
una
nada
amenazadora,
una
sensación
de
apertura,
una
espaciosidad.
Esta
espaciosidad
permite
que
emerja
la
esencia,
y
es
la
esencia
y
únicamente
la
esencia
la
que
puede
eliminare
ese
agujero,
esa
deficiencia,
desde
el
interior.
E.-
¿Puede
un
agujero
manifestarse
como
cólera?
A.-
Sí.
Puedes
enojarte
como
resultado
de
la
deficiencia,
especialmente
como
defensa
contra
la
percepción
del
agujero.
La
mayoría
de
los
sentimientos,
la
mayoría
de
las
emociones,
específicamente
aquellas
que
son
automáticas
y
compulsivas,
son
el
resultado
de
agujeros.
Cuando
no
hay
agujeros,
no
hay
tales
emociones.
¿Cuáles
son
esas
emociones?
Tristeza,
celos,
ira,
odio,
miedo,
sentirse
herido.
Todo
eso
son
consecuencia
de
agujeros.
Si
no
tienes
agujeros,
no
tienes
ninguna
de
esas
emociones.
Solamente
tienes
esencia.
Por
eso
esos
sentimientos
son
llamadas
a
veces
“pasiones”
o
falsos
sentimientos,
o
pseudo
sentimientos.
Toda
nuestra
sociedad
está
conformada
para
enseñarnos
que
debemos
obtener
nuestra
propia
valoración
del
exterior
para
poder
llenar
nuestros
agujeros;
obtener
aprecio,
amor,
fuerza,
lo
que
sea,
desde
el
exterior.
Hablamos
de
lo
maravilloso
que
es
hacer
cosas
por
los
demás,
o
enamorarse,
o
tener
una
profesión
importante;
cosas
así.
La
sociedad
está
diseñada
en
general
para
que
la
gente
llene
sus
agujeros
unos
a
otros.
Así
es
como
se
ha
construido
nuestra
civilización:
en
función
de
llenar
agujeros.
La
civilización,
tal
y
como
la
conocemos
es
un
producto
de
la
falsa
personalidad.
Es
el
producto
de
la
falsa
personalidad
y
es
la
residencia
de
la
falsa
personalidad.
Es
lo
que
sustenta
y
nutre
la
falsa
personalidad.
E.-
¿Siempre
ha
sido
así?
A.-
No
lo
creo.
Creo
que
sucedió
gradualmente.
Creo
que
llevó
cierto
tiempo
el
que
la
falsa
personalidad
de
la
civilización
llegara
a
ser
tan
dominante.
Cuanto
más
mecánicos
nos
hacemos,
más
está
la
cultura
para
llenar
los
agujeros.
Muchos
sostienen
que
en
el
pasado
había
más
amor
y
presencia,
más
reconocimiento
del
Realidad,
más
esencia,
y
que
esa
gente
estaba
más
en
contacto
con
su
esencia
de
lo
que
están
ahora.
¿Habéis
oído
hablar
de
la
Edad
de
Oro?
En
la
Edad
de
Oro
toda
la
gente
experimentaba
su
esencia,
sin
agujeros.
Luego
llego
la
Edad
de
Plata,
cuando
la
esencia
empezó
a
disminuir
y
empezaron
a
aparecer
los
agujeros.
Luego
la
Edad
de
Bronce.
Ahora
estamos
en
la
Edad
de
Hierro.
Es
la
más
oscura,
la
más
densa.
El
hierro
no
es
más
que
una
defensa.
A
veces
podemos
sentir
la
cualidad
del
hierro
en
nuestras
defensas,
la
dureza,
la
determinación
de
protegernos
a
nosotros
mismos.
De
modo
que
esta
es
una
forma
de
considerar
los
tiempos
actuales:
todo
son
defensas
contra
los
agujeros.
Tolerar
los
agujeros
y
atravesarlos,
es
ahora
más
difícil
porque
todo
en
la
sociedad
va
contra
ello.
La
sociedad
va
en
contra
de
la
esencia.
Todo
el
mundo
a
tu
alrededor,
vayas
donde
vayas,
trata
de
llenar
tus
agujeros
y
la
gente
se
siente
amenazada
si
no
tratas
de
llenar
de
la
misma
forma
los
tuyos.
Cuando
una
persona
no
trata
de
llenar
sus
agujeros,
hace
que
los
demás
tiendan
a
sentir
sus
propios
agujeros.
Por
eso
es
más
y
más
difícil
hacer
el
Trabajo.
Y
el
Trabajo
está
siendo
más
y
más
necesario.
Por
eso
es
importante
tener
un
grupo
como
este
donde
haya
una
comunidad
de
gente
implicada
en
la
misma
tarea
de
comprenderse
a
uno
mismo.
Tienes
el
apoyo
de
mucha
gente
que
trata
de
sentir
sus
propios
agujeros
en
vez
de
rellenarlos.
Es
muy
difícil,
casi
imposible,
que
una
persona
en
solitario
lo
haga
porque
todo
en
su
entorno
está
contra
ello.
E.-
Dijiste
algo
sobre
la
conexión
entre
los
agujeros
y
las
emociones
y
que
la
esencia
no
posee
emociones.
No
lo
entiendo.
A.-
Si
comprendes
tus
emociones,
llegarás
a
tu
esencia.
Pero
eso
no
implica
que
tus
emociones
sean
tu
esencia.
E.-
¿Significa
esto
que
yo
soy
mi
esencia?
Si
en
todo
momento
soy
mi
esencia,
¿no
sentiré
nada?
A.-
No,
no
quiere
decir
esto.
Hay
sentimientos
verdaderos
y
pseudo
sentimientos.
Esos
pseudo
sentimiento
son
intentos
de
llenar
el
agujero,
que
es
la
ausencia
del
verdadero
sentimiento.
E.-
¿Significa
eso
que
lo
que
hay
en
el
agujero
es
un
falso
sentimiento?
A.-
Sí.
Si,
por
ejemplo,
pierdes
tu
propia
estima,
si
en
algún
momento
te
separas
de
ella,
quedará
un
agujero.
El
agujero
será
experimentado
como
un
sentimiento
de
inferioridad,
una
falta
de
auto
estima.
Pero
eso
no
es
un
verdadero
sentimiento.
Es
la
ausencia
del
verdadero
sentimiento
del
sentirse
valorado,
del
verdadero
sentimiento
de
la
auto
estima.
Entonces
uno
cubrirá
esa
inferioridad
en
un
intento
de
sentirse
superior,
de
defenderse
contra
ella.
Por
eso,
a
veces,
te
sientes
superior
a
todo
el
mundo.
Pero
eso
no
es
tampoco
un
verdadero
sentimiento;
es
un
intento
de
esconder
otro
pseudo
sentimiento.
Y
cuando
alguien
hace
o
dice
algo
y
te
sientes
inferior,
te
enfadas
con
él,
¿verdad?
Eso
de
nuevo
es
un
falso
sentimiento.
Y
todos
esos
sentimientos
surgen
porque
no
estás
en
contacto
con
tu
verdadero
sentimiento
de
la
auténtica
estima.
Son
compensaciones.
De
modo
que
todas
esas
capas
de
pseudo
sentimiento
son
la
consecuencia
de
haberte
separado
de
tu
verdadera
estima.
Son
reales
porque
las
sientes,
pero
no
son
reales
en
el
sentido
de
que
son
una
consecuencia
de
la
pérdida
de
algo
que
sí
es
real.
Es
una
diferencia
importante.
Cuando
has
sido
separado
de
un
sentimiento
verdadero,
algo
trata
de
ocupar
su
lugar:
las
emociones.
Por
eso,
experimentando
esas
emociones,
puedes
llegar
a
una
cierta
comprensión:
puedes
llegar
a
ver
qué
es
lo
que
has
perdido
y
experimentarlo.
Cuando
experimentes
el
verdadero
sentimiento
de
la
verdadera
autoestima,
verás
que
es
muy
diferente
de
los
pseudo
sentimientos
que
cubrían
y
protegían
la
pérdida.
Las
emociones
son
reacciones,
mientras
que
los
estados
esenciales,
como
la
estima,
son
estados
del
Ser.
No
son
reacciones.
E.-
De
modo
que
si
tienes
esos
pseudo
sentimientos,
esas
emociones,
¿qué
es
lo
que
hay
debajo,
en
el
fondo?
¿Qué
es
la
esencia?
A.-
En
este
caso,
lo
que
hay
en
el
fondo
de
la
inferioridad,
de
la
superioridad,
de
la
ira
y
de
sentirse
herido,
es
la
auténtica
estimación,
la
cual
es
un
determinado
aspecto
de
la
esencia.
¿Has
leído
a
Platón?
¿Recuerdas
la
Ideas
Platónicas
o
las
Formas
Platónicas?
Sócrates
dijo
que
nunca
nadie
podría
enseñarte
nada
sobre
la
Formas.
El
único
modo
de
conocerlas
es
recordarlas,
porque
las
perdiste
y
tienes
un
recuerdo
de
ellas
aunque
no
eres
consciente
de
eso.
Al
recuperar
el
recuerdo,
llegas
a
la
Idea.
Y
a
lo
que
retornas
no
es
a
las
emociones,
es
a
tu
esencia.
La
esencia
es
algo
más
real
y
más
sustancial
que
las
emociones.
La
esencia
es
algo
tan
real
como
tu
sangre.
No
es
una
reacción.
Pero
las
emociones
nos
son
necesarias.
Necesitamos
ser
conscientes
de
nuestras
emociones
para
comprender
y
ver
nuestra
esencia.
Las
emociones
son
una
guía
y
una
indicación
de
donde
perdimos
nuestra
esencia.
Comprender
la
emociones
puede
ser
de
ayuda
para
deshacer
los
nudos
de
las
defensas
que
tratan
de
evitarnos
el
experimentar
los
agujeros
y
que
nos
mantienen
separados
de
nuestra
esencia.
Sin
embargo,
hay
gente
que
ni
siquiera
está
en
contacto
con
sus
emociones.
No
solamente
se
han
separado
de
su
esencia
sino
que
también
se
han
distanciado
de
sus
emociones.
Están
muy
lejos
de
ellos
mismos.
Solamente
les
quedan
sus
pensamientos
que
son
el
resultado
de
las
emociones.
Esta
es
la
forma
en
que
podemos
perdernos
a
nosotros
mismos
y
llegar
a
identificarnos
principalmente
con
nuestras
ideas.
Primero
está
la
esencia,
luego
la
pérdida
de
la
esencia,
luego
las
emociones
resultantes,
luego
la
pérdida
de
las
emociones
o
el
conflicto
en
torno
a
ellas
que
genera
toda
clase
de
pensamientos.
La
mayoría
de
la
gente
se
pregunta,
“Si
no
sientes
emociones,
¿qué
sientes?”
Cuanto
más
sientes
tu
esencia,
menos
sientes
las
emociones.
Tendrás
todavía
sensaciones
y
serán
más
fuertes
y
más
profundas,
pero
cuando
sientas
tu
esencia,
tus
emociones
no
serán
más
fuertes
ni
más
profundas.
Una
emoción
es
solamente
una
respuesta
del
sistema
nervioso.
La
esencia
no
es
una
respuesta
del
sistema
nervioso.
Allí
hay
algo
que
te
está
llenando.
Parte
de
ti
está
presente.
Algunos
llaman
a
los
aspectos
esenciales,
“verdaderos
sentimientos”.
Pero
lo
que
la
gente
llama
corrientemente
“sentimientos”,
son
emociones
y
no
esencia.
El
amor,
la
paz,
la
estima,
la
fortaleza
y
la
voluntad
son
aspectos
de
la
esencia.
Esa
es
la
clase
de
cosa
que
experimentas.
Son
esencia.
En
vez
de
experimentar
ira,
experimentas
fortaleza,
una
serena
fortaleza;
en
vez
de
verte
superior
o
inferior,
vives
tu
estima,
te
vives
a
ti
mismo
como
una
presencia
redondeada
plena
y
poderosa.
E.-
El
Trabajo
mismo
llena
muchos
de
mis
agujeros
y
en
los
períodos
entre
mi
Trabajo
aquí,
empiezo
a
sentir
miedo.
Creo
que
la
sensaciones
de
plenitud
que
tengo
con
el
Trabajo
es
cualitativamente
diferente
de
cuando
me
lleno
a
mí
mismo
con
otra
persona.
También,
trabajando
aquí
obtengo
la
seguridad
de
sentir
mi
vacuidad.
Muchas
veces
el
sentimiento
de
plenitud
que
obtengo
del
Trabajo
llega
justo
después
de
que
me
hayas
ayudado
a
sentirme
suficientemente
seguro
para
experimentar
el
agujero.
A.-
Sí.
La
situación
del
Trabajo
aquí
es
un
poco
más
complicada
que
las
situaciones
normales.
Lo
que
haces
en
el
mundo
exterior,
lo
puedes
hacer
con
el
Trabajo.
La
gente
trata
de
llenar
sus
agujeros
estando
aquí.
Pero
también
esto
tiene
otra
cara
y
es
que
el
Trabajo
mismo
está
orientado
hacia
el
vivir
las
deficiencias,
los
agujeros,
y
no
solamente
la
plenitud.
Los
dos
procesos
aquí
van
de
la
mano,
juntos.
Entre
las
veces
en
que
nos
encontramos
sentirás
que
pierdes
esa
plenitud.
Bien,
si
la
plenitud
procedía
de
utilizar
el
Trabajo
para
llenar
el
agujero
de
la
forma
acostumbrada,
entonces
podrás
utilizar
su
pérdida
de
la
misma
forma
que
la
pérdida
de
cualquier
otra
cosa
y
ver
qué
es
lo
que
has
perdido
y
tratar
de
experimentar
el
agujero
para
comprenderlo.
Aquí
la
gente
emplea
el
Trabajo
para
llenar
un
determinado
agujero,
una
determinada
deficiencia.
Puede
que
sientas,
“Pertenezco
a
un
grupo
de
gente
inteligente,
sincera,
auténticos
buscadores.
Debo
de
ser
maravilloso”.
Más
tarde,
todos
se
irán
a
casa.
Entonces
sentirás,
“Puede
que,
después
de
todo,
no
sea
tan
maravilloso”.
Experimenta
pues
ese
agujero
para
comprenderlo.
Sin
embargo,
en
otras
ocasiones,
otro
tipo
de
procesos
en
el
trabajo
del
grupo
pueden
conducirte
a
que
sientas
tu
plenitud
debido
a
la
presencia
general
de
una
cierta
plenitud
verdadera
que
puede
llevarte
a
contactar
con
tu
propia
plenitud.
Entonces,
después
de
una
semana,
cuando
dejas
de
estar
en
contacto
con
ella
tan
profundamente,
puede
que
seas
consciente
de
ello
y
lo
cuestiones.
Ese
es
un
proceso
distinto.
Puede
que
te
sientas
pleno
sin
comprender
qué
sucedió,
o,
quizás,
hay
otros
temas
que
deben
de
ser
expuestos
y
desarrollados
para
que
tú
mantengas
esa
plenitud.
Pero
la
plenitud
del
Trabajo
no
es
la
misma
plenitud
que
la
gente
experimenta
al
llenar
sus
agujeros.
La
experiencia
de
llenar
un
agujero
no
se
experimenta
realmente
como
plenitud.
No
experimentas
una
plenitud
cuando
alguien
está
rellenando
uno
de
tus
agujeros.
Siempre
se
siente
uno
vacilante
y
no
se
siente
realmente
como
satisfactorio.
Se
siente
como
una
clase
de
desahogo
temporal.
Hay
un
sentido
de
sentirse
cogido,
de
dependencia;
no
quieres
que
la
otra
persona
se
marche.
No
quieres
que
cambien
la
forma
en
que
se
comportan
hacia
ti.
En
un
nivel
profundo,
realmente
es
un
bloqueo,
no
una
apertura.
Mientras
que
la
plenitud
del
Trabajo
es
la
ausencia
de
bloqueos.
A
veces,
en
este
trabajo,
muchos
agujeros
aparecen
al
mismo
tiempo.
Por
eso
hay
algo
de
confusión,
¿no
es
verdad?
Por
lo
general,
al
comienzo,
cuando
alguien
llega
por
primera
vez
para
Trabajar
en
el
grupo,
se
experimentan
muchos
agujeros
al
unísono.
El
propósito
del
Trabajo
es
revelar
esos
agujeros
y
dejar
que
la
persona
los
encare
desde
su
propio
interior.
No
tratamos
de
llenar
los
agujeros
desde
el
exterior.
Podemos
fácilmente
hacer
aquí
todo
tipo
de
cosas
para
que
la
gente
tenga
maravillosas
experiencias.
Podemos
meditar,
hacer
determinados
ejercicios
y
todo
el
mundo
experimentará
cosas
maravillosas.
Sin
embargo
no
durarán
a
menos
que
la
persona
realmente
confronte
sus
deficiencias,
sus
agujeros,
y
los
atraviese.
No
es
un
proceso
simple,
ni
es
fácil
ni
corto.
Lleva
tiempo
y
mucho
esfuerzo.
Experimentar
un
agujero
y
no
actuar
desde
la
deficiencia,
es
muy
difícil
debido
a
la
fuerte
tendencia
que
tienes
a
llenarlo.
A
veces
lo
vives
como
un
asunto
de
vida
o
muerte.
E.-
Esta
mañana,
cuando
estaba
desayunando
afuera,
me
di
cuenta
de
que
había
un
gran
agujero
que
la
camarera
llenaba.
A.-
Sí.
Mucha
gente
se
gana
la
vida
llenando
los
agujeros
de
los
demás.
Hay
muchos
negocios
que
funcionan
llenado
los
agujeros
de
la
gente.
No
tengo
ninguna
actitud
moralista
respecto
al
llenar
agujeros.
No
pienso
que
sea
un
pecado
o
que
sea
malo.
No
pienso
que
debas
sentirte
culpable
por
ello
o
que
te
hayas
de
castigar
por
llenar
agujeros.
A
veces
llenas
tus
agujeros,
a
veces
llenas
los
agujeros
de
los
demás.
¿Y
qué?
Hablemos
sobre
el
comprender
las
cosas.
No
estoy
construyendo
ninguna
religión
en
torno
a
los
agujeros.
“No
deberías
llenar
los
agujeros”.
Puedes
considerar
todo
lo
que
haces
en
función
del
Trabajo,
en
términos
de
agujeros
o
de
llenar
agujeros.
Verás
que
todo
el
tiempo
estás,
o
llenando
un
agujero
o
tolerando
un
agujero,
o
estás
experimentando
eso
verdadero
que
perdiste.
Esto
sucede
en
todo
momento,
a
cada
instante.
En
este
Trabajo,
los
agujeros
con
los
que
te
encuentras
son
cada
vez
mayores.
Primero
los
agujeros
más
pequeños,
luego
los
agujeros
más
grandes,
hasta
que
llegas
al
mayor
agujero,
el
que
supone
la
pérdida
de
todo.
Se
le
llama
muerte.
¿Correcto?
Cuando
mueres,
lo
pierdes
todo.
Has
de
aceptar
ese
agujero
para
volver
a
tenerlo
todo.
Así,
uno
de
los
últimos
agujeros
es
la
pérdida
del
cuerpo
mismo.
Experimentar
la
muerte
física
es
exactamente
como
eso.
Experimentas
un
gran
agujero,
negro,
oscuro,
un
agujero
vacío
sin
nada
en
él.
Tratas
de
llenar
ese
agujero
con
el
cuerpo.
Si
dejas
que
el
cuerpo
se
vaya,
al
menos
en
tu
consciencia
-
no
quiero
decir
que
necesariamente
hayas
de
morir
físicamente-
entonces,
de
repente,
contemplarás
tu
totalidad,
eso
que
realmente
eres,
lo
que
normalmente
empleas
para
tratar
de
sustituir
el
cuerpo.
La
mayoría
de
la
gente
cree
que
son
sus
cuerpos.
Una
de
nuestras
más
profundas
identificaciones
es
la
del
cuerpo.
Esta
es
una
de
las
razones
por
las
que
anhelamos
placeres
físicos,
placeres
corporales.
Creo
que
la
base
del
anhelo
más
profundo,
el
anhelo
de
placeres
físicos,
es
un
agujero.
El
agujero
es
la
ausencia,
la
separación
de
los
verdaderos
placeres,
de
los
placeres
esenciales.
Desde
luego,
nadie
quiere
creerlo.
“Si
dejo
eso,
¿qué
me
queda?
Si
no
como
dulces
dos
veces
al
día,
si
no
hago
sexo
de
tanto
en
tanto,
y
si
no
hago
esto
o
eso
otro,
¿de
qué
voy
a
disfrutar?”
Pero
ése
es
uno
de
los
últimos
agujeros
en
ser
explorado.
Al
principio
hemos
de
experimentar
los
agujeros
relacionados
con
el
amor,
la
compasión,
la
estima,
la
fortaleza,
la
voluntad,
la
paz,
cosas
como
ésas,
esas
cosas
que
hemos
tratado
de
obtener
del
exterior.
En
tu
vida,
haz
lo
que
tengas
que
hacer
y
simplemente
estudia
qué
es
lo
que
está
sucediendo.
Eso
es
todo
lo
que
necesitas
hacer:
estudiarlo
para
entenderlo.
Una
de
los
caminos
del
Trabajo
en
el
pasado
era
retirarse
a
un
monasterio,
renunciar
a
todo
por
completo.
La
clave
no
era
en
realidad
rechazarlo
todo;
era
un
intento
por
experimentar
los
agujeros.
Con
el
tiempo,
desde
luego,
tales
prácticas
adquirieron
un
sentido
moralista,
religioso;
la
idea
de
que
es
malo
mantener
ciertos
contactos
con
el
exterior.
El
propósito
de
esos
retiros
es
permitirte
sentir
los
agujeros
y
no
llenarlos,
para
ver
qué
son.
Recuerdo
haber
visto
una
vez
un
diagrama
hecho
por
Meher
Baba,
el
tío
que
dice,
“No
te
preocupes,
sé
feliz”.
Con
este
diagrama
él
trata
de
demostrar
que
Dios
lo
es
todo
y
que
para
que
este
todo
se
complete,
ha
de
contener
la
nada
como
parte.
Y
de
esa
nada,
surge
el
mundo.
El
dice
que
todo
lo
que
conocemos
es
el
resultado
de
la
nada
contenida
en
el
todo.
Y
que
hemos
de
ver
esa
nada
para
poder
conocerlo
todo.
De
modo
que
has
de
tener
una
nada
pues
sino
no
serás
completo.
Ser
completo
quiere
decir
tenerlo
todo.
El
todo
incluye
la
nada.
Una
cosa
más
sobre
la
teoría
de
los
agujeros.
Como
dije,
los
agujeros
se
forman
en
tu
infancia.
Cuando
eres
un
bebé
no
tienes
agujeros;
cuando
naciste
eras
completo.
Al
crecer,
debido
a
tus
interacciones
con
tu
entorno
y
a
determinadas
dificultades
con
las
que
te
encuentras,
eres
separado
de
ciertas
partes
de
ti
mismo
en
diferentes
ocasiones.
Cada
vez
que
eres
separado
de
una
cierta
parte
de
ti,
aparece
un
agujero.
Entonces
los
agujeros
son
llenados
con
la
memoria
de
la
pérdida
y
lo
que
guardaba
relación
con
la
pérdida.
Al
poco
tiempo,
simplemente
llenas
los
agujeros.
Los
llenas
con
los
falsos
sentimientos,
con
la
ideas,
las
creencias,
sobre
ti
mismo,
con
estrategias
para
habértelas
con
tu
entorno.
Esos
rellenos
son,
colectivamente,
denominados
“la
personalidad”,
la
falsa
personalidad,
o
lo
que
nosotros
denominamos
“la
falsa
perla”.
Así
pues,
la
falsa
personalidad,
como
ves,
es
el
resultado
de
la
pérdida
de
partes
de
uno
mismo.
Pero
al
cabo
de
un
tiempo,
creemos
que
es
lo
que
somos.
Todo
el
mundo
cree
que
es
lo
que
es,
el
relleno.
La
falsa
personalidad
está
tratando
de
suplantar
lo
verdadero.
Por
eso
desarrollamos
aquí
gran
cantidad
de
Trabajo
para
comprender
nuestras
personalidades.
Nuestro
Trabajo
nos
conduce
al
estudio
de
la
historia
del
desarrollo
de
nuestra
falsa
personalidad
hasta
que,
finalmente,
somos
capaces
de
experimentar
el
recuerdo
de
la
situación
en
la
cual
determinado
agujero
fue
creado.
De
esta
forma
puedes
recuperar
tu
esencia,
trozo
a
trozo,
hasta
que
estás
completo.
Como
ves,
me
estoy
refiriendo
a
esto
de
un
modo
muy
general.
Podemos
ser
mucho
más
específicos.
Podemos
considerar
cada
cualidad,
ver
cuando
se
ha
perdido
y
qué
es
lo
que
resulta.
A
veces
se
pierden
combinaciones
de
cualidades.
Por
ejemplo,
puedes
perder
tu
fortaleza,
tu
voluntad
y
tu
amor,
y
ése
será
un
agujero
compuesto.
De
modo
que
podemos
construir
una
completa
perspectiva
psicológica
en
torno
a
esa
comprensión
-
la
psicología
de
los
agujeros-
que
es
la
psicología
de
la
personalidad,
de
la
falsa
perla.
E.-
He
notado
en
muchas
ocasiones
que,
cuando
un
hombre
me
invalida,
siento
un
agujero
y
tengo
miedo
y
deseo
tener
algo
donde
esconderme
antes
de
que
las
compensaciones
lo
llenen
de
nuevo.
Cuando
esto
sucede,
no
me
siento
suficientemente
fuerte
como
para
soportarlo
antes
de
que
se
rellene;
siento
pánico
y
un
fuerte
anhelo
y
me
auto-devalúo
y
me
identifico
con
esos
sentimientos
de
nuevo.
¿Es
cuestión
de
práctica
el
que
yo
sea
capaz
de
sentir
el
agujero
cuando
es
fuerte?
A.-
Sí.
Esto
es
lo
que
estoy
diciendo.
Trabajamos
para
aprender
a
tolerar
esos
sentimientos,
a
permanecer
en
ellos
sin
tratar
de
llenarlos
con
otras
cosas.
A
veces
simplemente
sucede;
el
relleno
surge
espontáneamente.
Por
eso
es
que
la
personalidad
es
llamada
automática.
Es
mecánica.
Al
cabo
de
un
tiempo
todo
sucede
automáticamente.
Ni
siquiera
te
das
cuenta
de
que
los
estás
tapando.
E.-
¿Cómo
enlenteces
el
proceso?
¿Simplemente
contemplando
como
ocurre?
A.-
Sí,
al
ver
lo
que
ocurre
cuando
eres
un
poco
consciente
de
que
estás
tratando
de
rellenar
un
agujero.
Pero
tú
no
lo
haces,
no
tratas
de
llenar
el
agujero.
Puede
que
durante
algún
tiempo
te
hagas
el
propósito,
“Durante
las
dos
próximas
semanas,
no
trataré
de
obtener
la
aprobación
del
exterior”.
O,
“Cada
vez
que
me
observe
deseando
la
aprobación
externa,
simplemente
lo
observaré
y
no
actuaré”.
Eso
es
una
forma
de
hacerlo.
En
realidad,
todo
lo
que
hacemos
en
este
Trabajo
es
encarar
esas
cuestiones.
Hoy
lo
estamos
considerando
desde
una
perspectiva
determinada
que
puede
daros
una
cierta
comprensión
que
os
facilite
vuestro
Trabajo.
La
falsa
personalidad
es
mecánica
en
el
sentido
de
que,
después
de
perder
una
cierta
cualidad
esencial
de
ti
mismo
y
que
aparezca
un
agujero,
tu
personalidad
trata
automáticamente
de
llenarlo
con
falsas
cualidades
procedentes
del
exterior.
Entonces
se
forma
parte
de
tu
falsa
personalidad.
Las
acciones
de
la
personalidad
tienen
dos
extremos.
Un
extremo
está
siempre
intentando
evitar
el
agujero,
evitar
el
dolor,
y
experimentar
placer.
Esto
es
automático.
Y
el
otro
extremo
de
la
personalidad
está
siempre
tratando
de
rellenar
el
agujero
tan
pronto
como
algo
lo
pone
al
descubierto.
Esto
también
es
automático.
Necesitamos
observarnos
a
nosotros
mismos
con
atención.
La
mayoría
de
la
gente
está
tan
identificada
con
sus
intentos
por
llenar
los
agujeros
que
no
creen
que
sea
posible
no
hacerlo.
Una
persona
que
está
tratando
de
obtener
el
amor
de
otra,
no
parecer
saber
que
exista
otra
alternativa.
Cree
que
es
lo
mejor
que
puede
hacer
y
no
puede
imaginarse
otra
cosa.
La
mayoría
de
las
personas
nunca
cuestionan
esas
cosas.
¡Es
algo
tan
mecánico!
Dicen
que
así
es
como
son,
que
esa
es
la
realidad,
que
las
cosas
son
así.
Cuando
te
sientes
desanimado,
buscas
a
alguien
para
que
te
alabe.
¿Qué
otra
cosa
puedes
hacer?
En
realidad,
esto
es
lo
que
casi
toda
la
gente
piensa.
Si
te
sientes
poco
digno
de
ser
amado,
busca
alguien
al
que
le
gustes.
La
gente,
por
lo
general,
se
identifica
tanto
con
esas
pautas
que
no
hay
posibilidad
de
cambio.
Para
empezar
a
trabajar
en
esas
pautas,
necesitas
primero
observarlo
una
y
otra
vez
y
ver
que
realmente
no
funciona.
La
gente
no
suele
acudir
al
Trabajo
aquí
hasta
que
empiezan
a
ver
que
sus
métodos
no
funcionan.
Si
no,
no
vienen.
Creen
tan
ciegamente
en
sus
estrategias
que
piensan
que
si
lo
hacen
mejor
y
continúan
durante
unos
cuantos
años
más,
funcionará.
Puede
que
no
hayan
encontrado
la
persona
adecuada,
o
que
aún
no
hayan
encontrado
la
situación
apropiada.
Si
ganan
algo
más
de
dinero,
las
cosas
mejorarán.
De
modo
que
todas
estas
justificaciones
mantienen
a
la
gente
en
marcha.
Para
aquellos
que
se
observan
a
sí
mismos,
resulta
obvio
que
esos
modelos
no
les
darán
lo
que
realmente
están
buscando.
Esa
es
la
gente
que
normalmente
viene
a
Trabajar
aquí
y
para
ellos
es
posible
que
experimenten
algo
diferente.
Pero
no
quiero
decir
que
la
gente
que
acude
al
Trabajo
haya
decidido
experimentar
sus
agujeros.
¡No!
Cuando
la
gente
viene
aquí
por
primera
vez,
trata
realmente
de
encontrar
mejores
métodos
para
llenar
los
agujeros.
Por
eso
es
por
lo
que
todos
vienen
aquí.
“Encontraré
una
forma
mejor
de
que
alguien
me
ame;
encontraré
algo
mejor
para
resolver
mi
problema
de
peso;
encontraré
formas
de
ser
esto
o
aquello”.
Eso
es
lo
que
realmente
quiere
todo
el
mundo.
De
modo
que
vienes
y
lentamente
descubres
que
el
Trabajo
es
sobre
otra
cosa.
Y
te
sientes
frustrado
porque
continúas
diciendo,
“No,
el
llenar
los
agujeros
no
funciona”.
Continúas
llenando
agujeros
más
y
más.
“Pero
quiero
llenarlo,
sigo
siendo
desgraciado.
¿Cuándo
mejorarán
las
cosas?
¿Qué
puedo
hacer
para
que
no
sienta
eso
tan
horrible?”
Lleva
mucho
tiempo
el
que
la
gente
comprenda
esto:
tratar
de
llenar
los
agujeros
no
sirve.
Incluso
aunque
me
estés
escuchando
ahora
estás
tratando
de
llenar
agujeros
mediante
la
comprensión.
Algunos
de
vosotros
creen
realmente
que
lo
que
estoy
diciendo
llenará
sus
agujeros.
“Si
simplemente
supiera
de
qué
va
la
historia,
las
cosas
mejorarían”.
Lo
que
digo
es
efectivo
si
empiezas
a
sentir
tus
agujeros,
lo
cual
significa
que
estás
empezando
a
percibir
tu
vacío.
Si
lo
estás
llenado
de
palabras
o
con
ideas,
simplemente
lo
tapas
de
nuevo.
“De
modo
que
ahora
sé
de
que
va.
Se
trata
de
llenar
agujeros.
¡Dios
mío!
Ahora
conozco
el
tema.
Puedo
irme
a
descansar
y
no
hacer
nada
durante
las
próximas
dos
semanas”.
Algunos
tratan
de
llenar
sus
agujeros
de
distintas
formas.
“¡Oh!
¡Así
que
esto
es
lo
que
estoy
haciendo
con
mi
marido!
Trato
de
utilizarlo
para
llenar
mis
agujeros.
De
acuerdo,
hablaré
con
él
estás
dos
semanas.”
Y
en
lugar
de
eso,
llenas
tus
agujeros
empleándolos
para
atacar
a
tu
marido.
Tratamos
de
llenar
nuestros
agujeros
de
una
forma
muy
inteligente.
“¡Ajá!
Ahora
no
buscaré
un
nuevo
trabajo,
no
trataré
de
ganar
más
dinero
porque
eso
es
simplemente
llenar
agujeros
y
él
dice
que
el
ganar
más
dinero
no
funciona”.
Y
esos
pensamientos
persisten
y
continúan
para
tratar
de
tapar
otro
agujero.
Creo
que
esta
perspectiva
nos
ayuda
a
tener
una
vista
general
de
la
sociedad.
¡Los
agujeros
mandan!
La
mayor
parte
del
tiempo
nuestra
sociedad
está
tratando
de
llenar
los
agujeros
de
la
gente.
¿Qué
crees
que
emplean
los
anuncios?
¿Cuál
es
su
poder?
El
poder
de
los
anuncios
es
el
poder
de
los
agujeros.
Son
atrayentes
para
tus
agujeros;
siempre.
Descubren
en
ti
un
cierto
agujero
y
tratan
de
suministrarte
el
mejor
relleno.
Un
buen
publicista
sabe
tratar
con
todos
esos
agujeros.
Observan
su
producto,
qué
agujeros
puede
llenar;
atraen
ese
agujero.
Y
de
esta
forma
ganan
millones.
E.-
¿Son
atractivos
los
anuncios
para
los
agujeros
que
ya
existen
o
crean,
de
alguna
forma,
otros
nuevos?
A.-
No
creo
que
puedan
realmente
crearlos,
crear
un
nuevo
agujero.
Tus
agujeros
se
crearon
durante
tu
infancia.
Pero
hacen
hincapié
en
los
agujeros
que
ya
existen
y
los
atraen
de
diferentes
formas.
Considera
la
necesidad
de
ser
hermosa,
por
ejemplo.
Algunas
mujeres
creen
que
no
son
bellas
y
tú
puedes
atraer
esa
deficiencia
de
muchas
formas.
Cada
día
hay
algo
diferente.
Las
formas
cambian,
pero
siguen
repitiendo
el
mismo
y
fundamental
reclamo.
Los
anuncios
estimulan
y
refuerzan
el
mecanismo
de
llenado
de
los
agujeros.
Estimulan
el
deseo
que
surge
de
los
agujeros.
En
tus
agujeros
hay
representaciones
de
lo
que
crees
que
deseas
del
exterior.
Nuestro
inconsciente
esta
formado
por
imágenes
con
las
que
llenamos
esos
agujeros,
y
continuamos
buscando
en
el
exterior
el
contenido
de
esas
representaciones.
Los
anuncios
operan,
en
cierto
nivel,
sobre
el
mecanismo
al
completo;
el
nivel
del
anhelo
en
sí.
Tratan
de
reforzar
eso.
Dicen
que
si
compras
ese
producto,
serás
hermosa;
que
si
compras
ese
otro,
serás
feliz,
o
próspero,
o
inmortal.
E.-
¿Por
qué
no
pueden
ser
empleados
los
anuncios
para
estimular
nuestra
ansia
por
nuestra
esencia?
A.-
Porque
con
ello
no
se
ganaría
mucho
dinero.
E.-
¿No
sería
un
poderoso
anhelo,
el
anhelo
por
la
esencia?
A.-
¡Oh,
sí!
El
más
poderoso.
Hay
gente
que
crea
anuncios
apelando
a
nuestro
deseo
por
la
esencia.
La
iglesia,
todos
los
sistemas
religiosos,
son
anuncios
de
eso.
Pero
atraen
en
un
nivel
más
profundo.
Desde
luego,
en
muy
escasas
ocasiones,
pueden
conducir
a
la
gente
hasta
su
esencia.
E.-
¿Es
el
deseo
por
llenar
los
agujeros
de
los
demás,
simplemente
otra
forma
de
llenar
el
nuestro?
A.-
Sí.
A
veces
escapas
de
tus
propios
agujeros
creyendo
que
los
demás
tienen
agujeros
y
que
tú
no
los
tienes.
E.-
¿O
considerando
que
los
demás
están
necesitados?
A.-
Pudiera
ser.
Existe
un
mecanismo
para
evitar
los
agujeros
propios
proyectándolos
hacia
el
exterior,
“Los
otros
están
necesitados
y
voy
a
ayudarles”.
Este
proceso
de
llenado
de
los
agujeros
no
es
superficial
o
simple.
Es
muy
sutil
y
muy
profundo.
Llega
hasta
las
mismas
raíces
de
tu
ser.
Requiere
un
trabajo
muy
profundo
para
deshacer
el
proceso
de
la
personalidad,
para
invertirlo,
y
retornar
a
la
esencia.
CAPITULO
III
EL
TRABAJO
SEGUN
EL
ENFOQUE
DEL
DIAMANTE
Al
enfoque
del
Trabajo
que
realizamos
aquí,
lo
llamamos
el
Enfoque
del
Diamante.
¿Qué
queremos
decir
con
esto?
Consideremos
palabra
por
palabra.
¿Por
qué
lo
llamamos
“Diamante”?
Hay
dos
niveles
en
el
significado
de
“Enfoque
del
Diamante”.
Uno
de
ellos
es
el
significado
literal,
el
otro
el
metafórico.
El
significado
literal
es
el
más
difícil
de
comprender,
porque
entenderlo
requiere
haberlo
experimentado.
De
modo
que
por
ahora,
hablaré
de
su
significado
metafórico.
“Enfoque
del
Diamante”
significa
el
método
que
emplea
las
cualidades
del
diamante,
eso
a
lo
que
denominamos
“percepción
del
diamante”.
El
diamante
posee
una
clase
de
precisión
y
puede
atravesar
materiales
duros
sin
resultar
destruido.
El
enfoque
que
aquí
utilizamos
es
preciso
y
localizado,
como
la
cirugía
por
láser.
También,
como
con
el
diamante,
nuestro
enfoque
es
estable,
valioso,
de
gran
valor.
Entonces,
¿qué
significa
“el
Trabajo”?
El
comprender
que
queremos
decir
con
“el
Trabajo”
nos
permitirá
comprender
más
exactamente
lo
que
estamos
haciendo
aquí.
Por
lo
que
sabemos,
los
seres
humanos
siempre
se
han
diferenciado
de
los
animales
en
que
sufren
una
clase
determinada
de
dolor
que
las
otras
criaturas
no
sufren.
Todas
las
formas
de
vida
sufren
enfermedades,
accidentes,
mueren.
Pero
los
humanos,
además
de
estas
cosas,
experimentan
sufrimiento
y
angustia
mental
y
emocional.
Sabemos
que
a
través
de
la
historia,
los
seres
humanos
han
experimentado
dolor
emocional,
insatisfacción,
descontento,
falta
de
paz.
Lo
que
estás
experimentando
ahora
no
es
nada
nuevo.
Siempre
ha
existido.
En
estos
días,
puede
que
esta
clase
de
sufrimiento
sea
mayor
o
más
profundo
que
lo
fuera
hace
miles
de
años,
pero,
por
lo
general,
aún
es
el
mismo.
También
ha
habido
desde
siempre
unas
pocas
personas
con
el
conocimiento
de
que
la
mayoría
de
este
sufrimiento
se
debe
a
la
alienación
del
hombre
respecto
de
sí
mismo.
La
mayoría
de
nuestras
insatisfacciones
no
provienen
de
enfermedades
o
de
problemas
materiales,
sino
de
no
ser
nosotros
mismos.
No
puede
hacerse
mucho
con
el
sufrimiento
causado
por
enfermedades
o
envejecimiento.
Algunos
han
visto,
sin
embargo,
que
el
sufrimiento
emocional
no
es
inevitable.
Se
debe
a
no
saber
quienes
somos,
a
no
conocer
nuestro
ser,
nuestra
verdadera
naturaleza,
a
no
ser
libres
para
ser
nosotros
mismos.
Es
esta
alienación
la
que
nos
deja
un
sentimiento
de
vacío,
un
profundo
sufrimiento.
Con
el
tiempo,
se
derivan
dificultades
físicas
y
enfermedades
psicosomáticas.
Junto
a
este
conocimiento
de
la
causa
de
nuestro
sufrimiento
también
ha
existido
el
conocimiento
de
saber
cómo
llevar
a
una
persona
de
regreso
a
sí
misma,
si
ella
quiere
y
es
capaz
de
hacerlo.
Así
que
“el
Trabajo”
quiere
decir
cualquier
camino,
método,
o
escuela
que
reconoce
el
hecho
del
sufrimiento
y
la
causa
del
innecesario
sufrimiento
y
trabaja
para
devolver
a
la
persona
a
su
auténtica
naturaleza
y
eliminar
así
el
innecesario
sufrimiento
causado
por
esa
separación
interior.
El
propósito
del
Trabajo
no
es,
sin
embargo,
principalmente
eliminar
el
sufrimiento.
El
deseo
de
regresar
a
la
auténtica
naturaleza
de
uno
mismo
es
un
impulso
innato,
que
existe
en
presencia
o
incluso
en
ausencia
de
sufrimiento.
Cuanto
más
en
contacto
estamos
con
nosotros
mismos,
más
percibimos
ese
innato
deseo
de
saber
y
ser
lo
que
realmente
somos.
Deseamos
la
libertad
para
poder
vivir
como
deberíamos
vivir,
para
desplegar
todo
nuestro
potencial.
Cuando
no
lo
hacemos,
sufrimos,
pero
ese
sufrimiento,
más
que
ser
un
problema
que
el
Trabajo
ayuda
a
resolver,
es
simplemente
el
hambre
de
nuestro
auténtico
ser
para
vivir,
para
ser
libre.
Es
una
señal
de
que
queremos
regresar
a
nuestra
verdadera
naturaleza.
De
modo
que
el
propósito
de
muchas
escuelas
y
métodos
a
lo
largo
de
toda
la
historia
ha
sido
llevar
de
regreso
a
la
gente
a
sí
mismos.
Este
impulso
de
regresar
a
nuestra
propia
naturaleza
también
ha
sido
el
inspirador
de
las
religiones
y
de
los
movimientos
espirituales
en
todo
el
mundo.
Como
sabes,
estas
palabras
son
incapaces,
como
toda
palabra,
de
comunicar
la
realidad
de
los
vislumbres
que
sobre
el
valor
de
Trabajo
algunos
de
vosotros
habéis
tenido.
El
Trabajo,
según
vemos,
es
muy
antiguo;
ha
existido
desde
que
la
Humanidad
existe.
¿Qué
es
pues,
más
específicamente
ahora,
nuestro
enfoque,
el
Trabajo
según
el
Enfoque
del
Diamante?
para
aproximarnos
a
la
comprensión
del
enfoque
del
Diamante
podemos
considerar
la
cuestión
de
la
dificultad
del
Trabajo.
Siempre
ha
sido
asumido
por
aquellos
que
han
estado
en
el
Trabajo
o
que
han
creado
escuelas
para
el
Trabajo,
que
realmente
es
muy
difícil
realizar
el
Trabajo
y
regresar
a
lo
que
somos.
Siempre
se
ha
asumido
también
que
muy
poca
gente,
solamente
una
pequeña
parte
de
la
Humanidad,
tratará
de
emprender
el
camino
de
regreso,
y
que
muchos
menos
llegarán
a
alguna
parte
y
que
incluso
menos
aún
serán
los
que
completen
el
camino.
Hemos
escuchado
historias
sobre
los
peligros
y
las
barreras
del
Trabajo.
El
camino
ha
sido
peligroso
y
por
esto,
muy
pocos
lo
ha
emprendido
y
muy,
muy
pocos,
lo
han
completado.
Siempre
se
ha
asumido
que
en
la
naturaleza
del
Trabajo
está
el
que
sea
difícil,
peligroso.
Lo
que
ahora
estamos
aprendiendo
es
que,
sin
embargo
y
contrariamente
a
los
supuestos
del
pasado,
no
está
en
la
naturaleza
del
Trabajo
el
que
sea
tan
dificultoso.
La
razón
por
la
cual
hasta
ahora
lo
ha
parecido
es,
entre
otras
cosas,
la
carencia
de
una
determinada
clase
de
conocimiento
al
que
podemos
llamar
conocimiento
psicológico.
Se
ha
asumido,
por
ejemplo,
que
una
persona
ha
de
tener
una
voluntad
y
determinación
tremendas
para
ser
capaz
de
realizar
el
Trabajo.
La
tarea
requiere
una
voluntad
y
una
determinación
tremendas,
y
en
el
pasado,
el
fracaso
debido
a
que
no
se
utilice
suficiente
voluntad
ha
sido
achacado
al
estudiante.
El
maestro
dice
que
el
estudiante
no
se
ha
comprometido
lo
suficiente,
que
no
posee
la
suficiente
determinación,
que
no
ejerce
suficientemente
su
voluntad.
Y
esto
es
cierto.
Siempre
ha
sido
así
y
sigue
sucediendo
en
el
caso
del
Trabajo.
Por
eso
lo
Maestros
presionan
al
estudiante,
le
someten
a
toda
clase
de
actos
-
le
empujan,
le
tientan-
con
todo
aquello
que
sea
adecuado
para
que
ejerzan
su
voluntad,
su
determinación,
para
poder
seguir
trabajando.
Pero
ahora
comprendemos
que
una
persona
no
puede
emplear
su
voluntad
si
la
voluntad
está
siendo
reprimida
y
bloqueada.
Y
sabemos
que
la
voluntad
es
reprimida
y
bloqueada
por
determinadas
causas.
Nuestro
trabajo
en
este
grupo
nos
ha
revelado
que
una
de
las
principales
causas
de
la
represión
de
la
voluntad
es
el
miedo
de
sentirnos
castrados.
Este
miedo
inconsciente
es
bien
conocido
y
se
halla
generalmente
bien
documentado
en
la
literatura
psicoanalítica,
aunque
su
conexión
con
la
voluntad
no
es
por
lo
general
apreciada.
De
modo
que
cuando
una
persona
trata
de
emplear
su
voluntad,
empieza
a
experimentar
un
miedo
terrible,
el
miedo
de
la
castración,
de
ser
sexualmente
castrado,
o
de
la
castración
del
propio
ser,
de
la
propia
energía,
de
la
propia
voluntad.
La
persona
desconoce
incluso
que
ese
miedo
está
ahí.
Solamente
sabe
que
no
puede
disponer
de
su
voluntad,
que
no
es
capaz
de
actuar
con
determinación,
que
no
puede
hacer
cosas
difíciles.
Entonces,
a
pesar
de
que
empujes
cómo
empujes
a
una
persona,
¿cómo
va
a
poder
encontrar
su
voluntad
si
siente
que
algo
terrible
le
va
a
suceder
si
se
aproxima
a
ella?
Este
miedo
se
manifiesta
como
el
sentimiento
de
que
“algo
va
a
sucederme,”
o
“Me
voy
a
morir”,
o
“Voy
a
tener
un
accidente”,
o
cosas
así.
No
importa
lo
convincente
que
sea
el
maestro;
uno
no
puede
aproximarse
a
esos
miedos.
No
es
que
no
quiera
ejercer
su
voluntad;
es
que
no
sabe
cómo
hacerlo,
no
puede
hacerlo.
No
puede
disponer
de
ella
debido
a
la
represión.
Se
ha
separado
de
ella
debido
a
determinados
miedos
inconscientes,
y
debido
a
que
esos
miedos
son
inconscientes,
la
mente
consciente
no
tienen
control
sobre
ellos,
de
forma
que
cuando
los
presionas,
se
refuerzan.
Son
como
la
goma;
cuando
ejercer
presión
sobre
ella,
no
cede
sino
que
empuja
contra
ti.
Un
Maestro
puede
decirle
a
un
estudiante
“Entrégate”,
y
el
estudiante
puede
saber
que
sí,
que
lo
mejor
es
entregarse,
pero
no
sabe
cómo
hacerlo.
Está
aterrorizado.
“¿qué
quieres
decir
con
“entregarme”?”
Para
el
inconsciente,
“entregarse”
significa
entregar,
perder
una
parte
de
sí
mismo,
desintegrarse;
cosas
terribles.
Otro
ejemplo
es
el
tema
del
implicarse.
En
el
Trabajo
siempre
se
ha
dicho
que
muy
pocos
realizan
el
Trabajo
porque
la
mayoría
no
se
implica
lo
suficiente.
La
gente
no
desea
comprometerse
en
el
camino
porque
temen
perder
su
libertad
personal.
El
Maestro
culpa
al
estudiante
por
no
haberse
implicado
suficientemente.
Le
dice,
“Deberías
implicarte
más”,
o
“No
sabes
lo
que
es
bueno
para
ti”.
Puede
que
esto
sea
cierto,
pero
no
resuelve
nada.
Los
estudiantes
tratan
de
comprometerse,
pero
sabemos
que
el
tema
del
implicarse
está
relacionado
con
algunas
profundas
dificultades.
Sabemos
por
ejemplo
que
para
que
una
persona
sea
capaz
de
comprometerse
realmente
en
el
Trabajo,
ha
de
habérselas
con
sus
miedos
inconscientes
sobre
la
separación.
En
todos
nosotros
existe
un
profundo
temor
de
perder
nuestro
sentido
de
identidad,
el
sentido
de
quienes
somos,
nuestra
privacidad,
nuestra
individualidad.
Aunque
en
el
Trabajo
no
exista
una
verdadera
pérdida
de
estos
elementos
-en
realidad
sucede
lo
opuesto-
existen
auténticas
razones
para
esos
miedos,
razones
que
se
deben
a
creencias
inconscientes
originadas
en
la
infancia.
El
inconsciente
cree
que,
si
la
persona
se
compromete,
se
perderá
a
sí
misma.
Y
en
cierto
sentido
es
cierto.
Cuando
emprendemos
el
Trabajo
atravesamos
una
cierta
clase
de
separación
de
la
falsa
personalidad
la
cual,
al
principio,
creemos
que
somos.
De
modo
que
para
mantener
una
implicación
en
el
Trabajo
es
eventualmente
necesario
desentrañar
todos
esos
miedos
de
pérdida
de
identidad.
Solamente
entonces
es
posible
ver
y
desarrollar
nuestra
verdadera
identidad.
Desde
luego
que
comprometerte
en
el
Trabajo
para
poder
encontrarte
a
ti
mismo,
no
tiene
sentido
para
la
mayoría
de
la
gente
debido
a
sus
creencias
respecto
al
comprometerse.
“¿Qué
quieres
decir
con
“comprometerme”?”,
dice
el
inconsciente.
“Si
me
comprometo,
¿qué
me
quedará?”
Por
nuestro
trabajo
aquí
sabemos
cuán
agudas,
cuan
compulsivas,
son
esas
ansiedades.
Y
son
inconscientes.
En
principio
ni
sabemos
que
existan.
Solamente
nos
influencian.
Podemos
observar
esas
dificultades
en
nuestras
relaciones;
sabemos
lo
duro
que
es
comprometernos
en
nuestras
relaciones
incluso
cuando
sentimos
que
hemos
encontrado
la
persona
que
deseábamos
y
que
nuestros
problemas
se
habrán
acabado.
El
inconsciente
dice,
“De
acuerdo,
espera
un
minuto,
¿qué
va
a
sucederme
ahora?”
Los
mismos
conflictos
empezarán
a
operar
cuando
desees
comprometerte
con
el
Trabajo.
De
modo
que
vemos
que
siempre
ha
sido
difícil
emprender
el
Trabajo
debido
a
que
la
voluntad,
el
compromiso,
la
comprensión,
generalmente
no
están
disponibles
para
nosotros
debido
a
los
miedos
y
resistencias
reprimidos,
los
cuales
son
completamente
inconscientes
y
controlan
nuestro
comportamiento
y
que
se
refuerzan
si
los
presionamos.
Debido
a
que
la
falsa
personalidad
es
la
barrera
que
necesitamos
atravesar
para
alcanzar
nuestra
verdadera
naturaleza,
el
Trabajo
siempre
ha
requerido
que
la
gente
empiece
a
cambiar
determinadas
acciones
y
pautas
de
comportamiento
que
son
manifestaciones
de
la
falsa
personalidad.
Los
métodos
del
Trabajo
y
las
escuelas
han
enseñado
a
la
gente,
por
ejemplo,
a
no
ser
egoístas
sino
generosos
y
compasivos.
Pero
decir
a
los
estudiantes
que
no
sean
egoístas
es
simplemente
tratar
con
la
personalidad
de
una
forma
que
sabemos
que
no
funciona
muy
bien.
Por
ejemplo,
tenemos
ciertos
miedos
y
deficiencias
que
nos
hacen
ser
codiciosos
y
no
dejaremos
de
ser
codiciosos
simplemente
cuando
se
nos
diga
no
serlo.
A
lo
mejor
tu
inconsciente
cree
que
has
de
esforzarte
por
tener
de
todo
simplemente
para
sobrevivir,
incluso
cuando
eso
claramente
no
es
cierto
en
tus
actuales
circunstancias.
Tanto
si
conscientemente
crees
en
esto
como
si
no,
seguirás
siendo
codicioso
mientras
la
creencia
inconsciente
siga
estando
ahí.
Los
miedos
y
bloqueos
que
actúan
como
barreras
ante
la
experiencia
de
la
esencia
y
el
flujo
de
las
energías
físicas
y
sutiles,
son
percibidos
en
el
cuerpo
mediante
los
sentidos
sutiles
como
una
determinada
clase
de
oscuridad,
como
un
bloqueo
en
ele
flujo
de
energía.
Desde
siempre
se
han
desarrollado
numerosas
técnicas
para
rodear
esas
barreras,
esas
zonas
oscuras,
para
liberar
la
energía.
Algunos
métodos
emplean
ejercicios
o
posturas
para
superar
determinadas
barreras.
Otros
métodos
utilizan
la
presión
para
atravesar
esas
zonas
oscuras
mediante
la
pura
fuerza
de
la
voluntad
o
de
la
dedicación:
diez
horas
de
meditación
diarias
durante
diez
años
o
cosas
por
el
estilo.
Esos
métodos
son
muy
poderosos
y
funcionan,
pero
generalmente
sólo
para
el
afortunado
que
no
tiene
muchas
barreras
o
las
tiene
no
muy
poderosas.
Los
que
están
en
el
Trabajo
saben
que
esas
barreras
tienen
que
ver
con
el
condicionamiento,
y
que
la
falsa
personalidad
surge
del
condicionamiento.
Se
conoce
mucho
sobre
las
cualidades
de
la
falsa
personalidad,
sobre
cómo
se
comporta,
cómo
se
aleja
de
la
esencia.
Algunos
métodos
han
trabajado
elaborando
antídotos
para
cada
una
de
esas
oscuras
cualidades,
bajo
la
forma
de
diferentes
meditaciones,
ejercicios,
visualizaciones,
posturas
de
yoga,
y
similares.
En
esos
métodos,
los
Maestros
han
tenido
que
trabajar
intensamente
para
empujar
y
tirar
de
los
estudiantes
al
atravesar
las
barreras,
generalmente
con
un
éxito
limitado.
Debido
a
la
dificultad
del
camino,
los
estudiantes
han
aceptado,
por
lo
general,
adentrarse
en
el
Trabajo,
especialmente
en
las
escuelas
de
cierta
seriedad,
solamente
si
están
desesperados
por
emprende
el
Trabajo,
suficientemente
desesperados
como
para
dejar
sus
vidas
de
lado
por
él.
Los
Maestros
han
sabido
que
a
menos
que
un
estudiante
esté
dispuesto
a
dejar
de
lado
su
vida,
el
camino
nunca
podrá
ser
completado.
Era
algo
sencillamente
demasiado
difícil
debido
a
los
miedos
y
resistencias
implicados.
Por
eso
han
existido
toda
clase
de
procedimientos
de
selección.
Una
persona
podía
ser
probada
durante
años
antes
de
ser
aceptada
en
el
Trabajo.
Esto
ha
sido
necesario
y
todavía
loes
en
las
escuelas
de
una
mayor
seriedad,
pues
es
una
pérdida
de
tiempo
para
el
Maestro
malgastar
su
tiempo
en
un
estudiante
que
no
progresará
en
el
camino.
Vemos
pues
que
muy
poca
gente
a
podido
emprender
el
Trabajo,
ver
lo
que
es
la
esencia
y
conocer
la
plenitud
de
lo
que
es
ser
verdaderamente
un
ser
humano,
un
adulto
de
la
especie
más
que
un
bebé.
La
mayoría
de
la
gente
sólo
tiene
unos
pocos
años
de
edad
en
términos
de
su
desarrollo
esencial.
Existen
muy
pocos
adultos.
Es
el
desarrollo
de
la
psicología
que
ha
tenido
lugar
principalmente
en
este
siglo
lo
que
nos
permite
observar
como
la
gente
está
atrapada
y
controlada
por
el
condicionamiento
adquirido
en
la
infancia.
El
enfoque
de
la
psicología
y
la
psicoterapia
que
ha
surgido
en
Occidente,
es
un
nuevo
acercamiento
al
problema
del
sufrimiento
emocional
de
la
Humanidad.
Desde
los
tiempos
de
Freud,
se
ha
ido
acumulando
mucho
conocimiento
sobre
el
inconsciente
y
la
personalidad.
La
psicología,
la
ciencia
de
la
mente,
proporciona
una
gran
comprensión
de
aquello
de
lo
que
ha
carecido
el
Trabajo.
Pero
esa
gente
que
ha
desarrollado
ese
conocimiento
y
practica
la
psicología
no
son,
por
lo
general,
los
que
están
implicados
en
el
trabajo.
Reconocen
el
sufrimiento
en
la
naturaleza
humana
y
se
esfuerzan
por
aliviar
ese
sufrimiento
tratando
de
resolver
los
conflictos
personales
en
un
nivel
emocional.
Pero
como
norma,
la
esencia
no
es
reconocida
en
la
psicología
y
en
la
psicoterapia.
Por
esto,
la
alienación
de
la
esencia
no
es
observada.
Observan
que
la
gente
no
está
en
contacto
con
sus
emociones
y
sus
sensaciones.
Ven
que
la
gente
está
controlada
por
complejas
estructuras
de
creencias,
miedos
y
defensas
inconscientes,
pero
esa
dimensión
extra,
la
existencia
del
verdadero
ser,
no
es
generalmente
vista
o
tomada
en
consideración
en
la
teoría
psicológica.
Como
resultado
del
desarrollo
del
conocimiento
psicológico
y
de
las
técnicas
terapéuticas,
muchos
individuos
han
realizado
un
trabajo
tremendamente
efectivo
en
la
comprensión
de
sí
mismos
y
han
reducido
el
sufrimiento
en
sus
vidas.
También,
el
conocimiento
psicológico
en
sí
sirve
de
ayuda
a
la
cultura
en
general.
Las
teorías
psicológicas
y
los
enfoques
terapéuticos
están
proliferando
en
estos
días,
pero
ninguna
resulta
completo
y
obtienen
distintos
niveles
de
éxito.
Desde
la
perspectiva
del
Trabajo,
está
claro
que
esos
enfoques
no
pueden
ser
totalmente
efectivos
en
la
eliminación
del
sufrimiento
si
no
toman
en
consideración
la
esencia
y
nuestra
alienación
de
ella-
La
principal
causa
de
nuestro
sufrimiento
no
es
el
conflicto
emocional.
Tenemos
conflictos
emocionales
porque
desconocemos
nuestra
verdadera
naturaleza.
Pero
en
psicología,
los
conflictos
emocionales
son
considerados
como
la
causa
del
sufrimiento,
y
los
problemas
con
el
entorno
durante
la
infancia
generan
conflictos
en
nuestras
mentes
inconscientes
que
a
su
tiempo
crean
dificultades
en
nuestra
vida
cotidiana,
pero
lo
que
normalmente
no
se
ve
es
que
esos
conflictos
de
la
infancia
tienen
el
efecto,
o
toman
la
forma
de
alienarnos
de
partes
esenciales
de
nosotros
mismos,
las
cuales
son
la
fuente
de
nuestra
felicidad
y
de
la
alegría
y
la
satisfacción.
Como
un
ejemplo
sencillo,
supongamos
que
siempre
que
un
hombre
expreso
su
ira
cuando
era
niño,
su
madre
lo
rechazó
o
le
retiró
su
apoyo
se
sintió
asustada.
Puesto
que
en
la
infancia
y
niñez,
la
madre
es
identificada
con
el
amor
y
la
fusión,
cuando
ahora
este
hombre
experimente
enojo,
sentirá
un
profundo
miedo
a
perder
su
amor
y
fusión.
En
su
pasado,
las
cualidades
de
amor
y
fusión
no
fueron
compatibles
con
el
enfadarse;
su
madre
le
retiro
su
amor
desde
que
era
un
niñito
que
expresaba
su
enfado.
La
fuerza
y
la
sexualidad
están
estrechamente
relacionados
con
la
ira
-ambas
implican
la
energía
de
separación
o
de
agresión-
por
eso
cuando
ese
hombre
experimente
amor
y
fusión
con
otra
persona
o
en
otra
situación,
la
considerará
como
una
amenaza
hacia
su
fuerza
y
sexualidad.
Esta
es
el
entramado
del
dolor
y
la
confusión
que
sufrimos
en
nuestras
vidas
a
diario.
No
podemos
considerar
los
estados
esenciales
conectados,
por
ejemplo,
con
el
amor,
con
la
ira,
con
el
sexo,
sin
experimentar
ansiedades,
miedo,
e
incluso
pánico,
como
muchos
de
vosotros
ya
habéis
visto
aquí
con
vuestro
Trabajo.
¿Qué
significa
pues
esto?
Nuestra
experiencias
durante
la
infancia
de
frustración,
conflicto
y
rechazo
produjeron
la
pérdida
de
aquellos
estados
esenciales.
Al
ser
estas
las
cualidades
que
anhelamos,
la
confusión
y
el
descontento
durante
nuestras
vidas
de
adultos
se
cimentará
en
esa
pérdida.
La
pérdida
es
experimentada
como
un
sentimiento
de
vacío,
de
deficiencia,
de
ausencia
de
significado,
de
abulia,
ocupando
el
lugar
de
esos
estados
esenciales.
Resumiendo,
vemos
que
la
efectividad
de
las
escuelas
del
Trabajo
se
ha
visto
limitado
por
la
ausencia
de
un
conocimiento
sobre
las
barreras
específicas
inconscientes
que
nos
impiden
experimentar
los
correspondientes
estados
esenciales
que
constituyen
nuestra
auténtica
naturaleza.
La
efectividad
de
la
psicoterapia
se
ha
visto
limitada
por
la
ignorancia
de
esos
estados
esenciales,
de
forma
que
la
resolución
se
da
a
nivel
del
ego
y
de
las
emociones,
los
cuales
no
son
los
niveles
en
los
que
nos
hallamos
absolutamente
satisfechos.
En
la
pasada
década,
algunos
empezaron
a
integrar
esos
dos
enfoques
y
han
tenido
un
éxito
relativo,
dependiendo
de
su
experiencia
y
conocimiento.
Pero
este
no
es
aún
el
Trabajo
según
el
Enfoque
el
Diamante.
Hasta
ahora,
los
intentos
de
integrar
el
Trabajo
con
el
conocimiento
del
condicionamiento
y
la
estructura
del
inconsciente,
ha
sido
muy
difuso.
Ha
sido
efectivo
para
algunos,
pero
aún
perpetúa
una
división
innecesaria
entre
el
estudiante
que
está
profundamente
identificado
con
su
falsa
personalidad
y
el
estudiante
que
vive
su
esencia.
Así,
lo
establecido
es
que
se
espera
que
el
trabajo
psicológico
lleve
al
estudiante
desde
el
punto
A
al
punto
B.
Entonces
el
Trabajo
lleva
al
estudiante
desde
el
punto
B
al
C.
El
trabajo
psicológico
es
emprendido
para
disolver
la
falsa
personalidad
y
solamente
entonces
surge
la
posibilidad
para
el
desarrollo
esencial.
El
Enfoque
del
Diamante
es
distinto
de
esos
enfoques
en
que
trabaja
sobre
la
percepción
y
disolución
de
la
falsa
personalidad
simultáneamente
con
la
percepción
y
desarrollo
de
los
estados
esenciales.
Para
explicar
cómo
trabaja
este
método,
resumiré
la
“teoría
de
las
deficiencias”,
a
la
que
también
llamamos
“teoría
de
los
agujeros”,
por
las
razones
que
más
tarde
veremos.
En
toda
la
historia
y
la
literatura
del
Trabajo,
vemos
que
llegar
a
conocer
eso
que
denominamos
“esencia”
es
lo
que
podríamos
considerar
la
meta
del
Trabajo.
En
la
filosofía
occidental,
encontramos
a
Platón
hablando
de
las
ideas
puras,
o
de
las
formas
platónicas.
Platón,
un
discípulo
de
Sócrates,
el
cual
desarrollaba
el
Trabajo,
escribió
sobre
las
argumentaciones
entre
Sócrates
y
sus
estudiantes
relativas
a
los
que
se
denominan
“verdades
eternas”
-
lo
que
aquí
denominamos
cualidades
de
la
esencia,
tales
como
coraje,
verdad,
humildad,
amor,
-
y
su
deseo
de
mostrar
como
podía
la
gente
aprender
sobre
esas
cosas.
Sócrates
demostró
finalmente
que
no
podemos
aprender
esas
cosas
de
nadie.
Nadie
puede
enseñarte,
por
ejemplo,
la
cualidad
del
coraje,
o
la
cualidad
del
amor.
En
sus
argumentaciones
finales,
demostró
solamente
podemos
conocer
esas
cosas,
recordándolas.
Todo
el
mundo
posee
alguna
memoria
de
esas
formas
esenciales.
Hemos
visto
en
nuestro
Trabajo
aquí
que
una
característica
consistente
de
la
experiencia
de
los
estados
esenciales
es
el
sentimiento
de
que
ya
los
has
conocido
antes,
de
que
has
estado
ahí
antes,
de
que
estás
recordando
en
alguna
forma
una
realidad
fundamental
la
cual,
en
el
proceso
del
vivir,
habías
olvidado.
De
modo
que
sabemos
que,
aunque
seamos
generalmente
inconscientes
de
ello,
esta
memoria
de
la
esencia
existe
y
sabemos
que
el
proceso
de
recordar
nuestra
esencia
es
el
proceso
de
recordarnos
a
nosotros
mismos,
de
volver
a
nuestra
verdadera
naturaleza.
Otra
cosa
que
necesitamos
saber
para
poder
comprender
cómo
funciona
nuestro
método,
es
que
la
esencia
no
es
un
gran
agregado,
no
es
un
estado,
ni
una
experiencia,
ni
un
modo
de
ser.
La
esencia
no
es
una
sola
cosa.
La
esencia
posee,
o
es,
muchos
estados
o
cualidades.
Es
la
verdad,
es
el
amor,
es
la
compasión,
es
la
consciencia
objetiva,
es
la
estimación,
es
la
voluntad,
es
la
fortaleza,
es
la
alegría.
Todo
eso
es
esencia,
en
diferentes
cualidades.
Son
caras
distintas
del
diamante
que
reflejan
distintos
colores.
Aunque
en
el
Trabajo
se
ha
sabido
desde
siempre
que
la
esencia
posee
muchas
facetas,
la
mayoría
de
las
escuelas
han
resaltado
una
cualidad,
o
conjunto
de
cualidades,
más
que
otras.
Algunas
escuelas,
por
ejemplo,
enfatizan
el
amor.
Por
eso
emplean
técnicas
para
desarrollar
el
amor.
Hablan
del
amor.
Rezan.
Cantan.
Adoran
a
su
gurú.
Adoran
a
Dios.
Se
entregan
al
amor.
Otros
enfoques
enfatizan
el
servicio,
el
trabajo.
Emplean
más
los
centros
del
vientre.
Otros
enfatizan
la
verdad
o
la
búsqueda
de
la
verdad.
Otros,
Gurdjieff
por
ejemplo,
enfatizan
la
voluntad,
realizando
esfuerzos
supremos.
El
que
un
aspecto
de
la
esencia
sea
enfatizado
por
un
método
determinado
depende
de
la
experiencia
y
características
del
maestro,
o
del
creador
del
método.
Con
frecuencia,
por
ejemplo,
un
Maestro
habrá
trabajado
determinadas
partes
de
sí
mismo
más
profundamente
que
otras.
Entonces
la
cualidad
de
la
esencia
asociada
con
esa
parte
será
muy
fuerte,
y
debido
a
que
es
a
través
de
esa
cualidad
que
el
Maestro
alcanzo
la
comprensión
y
personificación
de
su
esencia,
él
desarrolla
sus
métodos
de
enseñanza
en
torno
a
esa
cualidad.
Solamente
han
existido
unas
pocas
escuelas
que
han
trabajado
con
la
totalidad
de
la
esencia.
Por
eso
parece
haber
una
discordancia
entre
las
diferentes
enseñanzas.
Mahoma
habla
de
forma
muy
distinta
a
Jesús,
y
Buda
habla
a
su
manera.
Los
Maestros
dicen
cosas
diferentes,
unos
dicen
que
hay
que
entregarse
a
Dios,
otros
buscan
la
“perla
azul”,
otros
dicen
que
hay
que
hacer
un
esfuerzo
consciente,
buscar
la
voluntad;
otros
dicen
que
la
respuesta
es
el
vacío.
Y
puesto
que
la
mayoría
de
esa
gente
desconoce
que
la
esencia
posee
muchas
cualidades,
cada
uno
piensa
que
el
otro
está
equivocado.
Si
sabes
o
sientes,
que
grandes
esfuerzos
de
voluntad
te
llevarán
a
tu
esencia,
parece
obvio
que
el
amor
no
servirá.
El
amor
puede
implicar
para
ti,
debilidad,
sentimentalismo.
Por
esto
vemos
en
algunos
grupos,
durante
un
tiempo
al
menos,
que
la
voluntad
es
desarrollada
a
expensas
de
la
cualidad
del
amor,
porque
de
algún
modo
parecen
incompatibles.
Sabemos
que
la
esencia
es
algo
que
aprendemos,
en
cierta
forma,
recordándola
y
que
posee
muchas
diferentes
cualidades.
Habéis
tenido
una
experiencia
directa
de
estas
cosas.
Por
esto,
¿cuándo
y
por
qué
olvidamos
eso
que
ahora
trabajamos
para
recordar?
Todo
el
mundo
nace
con
esencia,
y
al
crecer,
tu
cuerpo
físico
se
desarrolla
y
tu
esencia
también
se
desarrolla
de
acuerdo
a
ciertos
esquemas.
El
recién
nacido
está
en
el
estado
que
denominamos
“la
esencia
de
la
esencia”;
un
estado
de
unidad
indiferenciada.
Sobre
los
tres
meses,
el
bebé
se
encuentra
en
un
estado
de
“fusión”
el
cual
es
necesario
para
el
desarrollo
de
la
relación
con
la
madre.
Después
del
estado
de
fusión,
se
desarrolla
la
fortaleza,
luego
la
estima,
la
alegría,
la
esencia
Personal,
y
así
sucesivamente.
Pero,
desde
luego,
debido
a
la
interferencia
y
el
conflicto
con
el
ambiente,
este
desarrollo
es
solamente
parcial.
Cada
vez
que
surge
el
dolor
o
algún
trauma,
hay
una
disminución
de
determinada
cualidad
de
la
esencia.
La
cualidad
que
se
ve
afectada
depende
de
la
naturaleza
y
la
época
en
que
se
produce
el
trauma.
A
veces
nuestra
fortaleza,
a
veces
nuestro
amor,
a
veces
nuestra
auto
estima,
o
la
compasión,
o
la
alegría,
o
la
intuición,
resultan
heridas
y
luego,
eventualmente,
bloqueadas.
Cuando
una
cualidad
de
la
esencia
es
finalmente
bloqueada
por
una
experiencia
personal,
lo
que
queda
en
el
lugar
de
esa
cualidad
es
una
sensación
de
vacío,
una
deficiencia,
un
agujero,
como
ya
vimos
en
nuestra
discusión
de
la
Teoría
de
los
Agujeros.
Has
visto
en
nuestro
Trabajo
aquí
que
realmente
experimentas
ese
vacío
como
un
agujero
en
tu
cuerpo
en
el
lugar
en
el
que
una
cualidad
de
la
esencia
fue
cercenada.
De
modo
que
se
crea
en
la
persona
la
sensación
de
que
se
carece
de
algo,
y
por
lo
tanto,
que
algo
anda
mal.
Cuando
sentimos
esa
deficiencia,
tratamos
de
llenar
el
agujero
que
sentimos
en
nosotros.
Debido
a
que
en
ese
lugar
la
esencia
ha
sido
eliminada,
no
podemos
llenar
el
agujero
con
la
esencia.
Por
eso
tratamos
de
llenarlo
con
cualidades
similares,
falsas,
o
tratamos
de
llenarla
desde
el
exterior.
Supongamos
por
ejemplo
que
el
amor
por
nuestra
madre
es
rechazado,
que
no
es
apreciado.
Entonces,
ese
amor
en
nosotros,
es
herido,
dañado.
Para
evitar
la
experiencia
de
la
herida
dejamos
morir
una
cierta
parte
de
nuestro
cuerpo
y
de
esta
forma
somos
separados
de
esa
dulce
cualidad
del
amor
en
nosotros
mismos.
Donde
debería
estar
el
amor,
tenemos
un
agujero,
un
vacío.
Lo
que
entonces
hacemos
para
obtener
ese
amor
del
que
sentimos
su
pérdida,
es
tratar
de
obtenerlo
de
nuestro
exterior.
Deseamos
que
alguien
nos
ame
dé
modo
que
el
agujero
en
nuestro
interior
sea
llenado
con
amor.
Sabemos
exactamente
qué
queremos,
pero
nos
olvidamos
de
que
fue
nuestro
amor
el
que
perdimos;
creemos
que
hemos
perdido
algo
del
exterior,
de
forma
que
tratamos
de
recuperarla
desde
el
exterior.
Conectados
con
los
agujeros
están
la
memorias
de
las
situaciones
que
provocaron
la
herida
y
la
cualidad
que
se
perdió.
Están
todas
allí,
pero
reprimidas.
No
recordamos
que
sucedió
o
que
perdimos;
nos
queda
simplemente
una
sensación
de
vacío
y
la
falsa
cualidad
o
idea
con
la
que
tratamos
de
llenarlo.
A
su
tiempo,
esos
agujeros
van
acumulando
material
y
a
medida
que
van
siendo
llenados
por
diversas
emociones
y
creencias,
el
material
que
los
llena
se
convierte
en
el
contenido
de
nuestra
identidad,
de
nuestra
personalidad.
Creemos
que
somos
eso.
Y
la
personalidad
queda
estructurada
en
torno
a
las
más
fuertes
deficiencias.
A
algunos
les
queda
algo
de
esencia
aquí
y
allá
y
en
aquellos
cuyos
problemas
en
la
infancia
fueron
severos,
todo
es
reprimido,
resultando
una
sensación
subjetiva
y
una
visión
de
embotamiento,
casi
de
falta
de
vida.
Es
este
conocimiento
el
que
hace
que
nuestro
Trabajo
aquí,
el
Enfoque
del
diamante,
sea
posible.
Ahora
somos
capaces
de
ser
muy
claros,
muy
precisos.
Poseemos
un
obvio
camino
para
conducir
a
la
gente
de
regreso
a
sí
mismos.
Primero
aprendes
a
sentirte
a
ti
mismo,
a
prestar
atención
a
ti
mismo,
de
forma
que
la
información
que
te
es
necesaria
esté
a
tu
alcance.
La
mayoría
de
la
gente
circula
por
la
vida
sin
esa
consciencia
de
sí
mismos
porque
están
tratando
de
evitar
el
sentimiento
de
vacío,
la
falsedad,
la
sensación
de
que
“algo
anda
mal”
en
sus
vidas.
Así
que
aprendes
a
ser
consciente
de
ti
mismo
y
empiezas
a
observar
a
tu
personalidad.
¿Qué
es
lo
que
hace
posible
esto?
Las
cosas
que
refuerzan
tu
trabajo
son:
todo
la
voluntad
que
puedas
tener,
sea
cual
sea,
todo
el
amor
y
la
comprensión
que
de
ti
mismo
puedas
tener,
sean
cual
sean.
Debes
tener
alguna
apertura,
consciente
o
no,
hacia
tu
deseo
de
regresar
a
tu
verdadera
naturaleza.
Además,
debes
de
tener
alguna
comprensión
de
que
tus
dificultades
surgen
de
tu
interior,
de
tus
propios
conflictos.
Si
básicamente
crees
que
tus
problemas
se
solucionarán
ganando
algo
más
de
dinero,
siendo
un
poco
más
guapo,
teniendo
niños,
comprando
un
coche
mejor,
y
cosas
así,
no
puedes
emprender
el
Trabajo.
El
Trabajo
comienza
al
ver
que
las
dificultades
surgen
de
nuestro
interior
y
al
sentir
que
la
satisfacción
que
buscamos
también
procede
de
ese
interior.
Luego
empleamos
diversas
formas
de
antiguas
técnicas,
como
las
meditaciones,
para
reforzar
diferentes
partes
de
la
esencia.
También
usamos
diversas
técnicas
psicológicas
para
comprender
los
bloqueos
con
que
nos
encontramos
en
relación
a
los
diversos
aspectos
de
la
esencia.
En
nuestro
Trabajo,
vemos
que
cada
persona
puede
observar
en
sí
misma
ciertos
agregados
de
comportamientos
en
torno
a
un
determinado
asunto
en
un
momento
determinado
de
su
vida.
Si
continúas
trabajando
en
eso,
observarás
que
te
estás
comportando
así
para
llenar
una
cierta
deficiencia
o
agujero.
Por
entonces,
empezamos
a
ver
cuales
son
las
diferentes
cualidades
de
la
esencia
que
están
por
lo
general
relacionadas
con
determinadas
facetas
del
propio
pasado.
Esas
relaciones
entre
el
estado
esencial,
el
agujero
o
el
específico
sentido
de
vacío
que
surgió
de
la
pérdida
de
ese
estado,
y
las
emociones
y
creencias
que
creamos
para
llenar
esos
agujeros,
y
finalmente
los
conflictos
en
nuestras
vidas
que
surgen
debido
a
la
falsa
personalidad,
son
todos
comprendidas.
Esas
relaciones
y
pautas
son
las
mismas
para
todo
ser
humano.
De
modo
que
cuando
una
persona
está
Trabajando
aquí
en
el
grupo,
puedo
decir
en
que
tema
está
trabajando,
qué
estado
esencial
y
qué
deficiencia
se
hallan
implicados.
Por
ejemplo,
la
pérdida
de
la
voluntad
se
halla
relacionada
con
el
miedo
a
la
castración,
como
ya
vimos
antes.
La
pérdida
de
la
fortaleza
se
halla
relacionada
con
la
represión
de
la
ira
y
también
con
el
miedo
a
la
separación
de
la
madre.
La
pérdida
de
la
compasión
siempre
se
debe
a
la
represión
de
la
herida.
Cada
agujero
es
llenado
generalmente
con
lo
mismo,
dependiendo
de
lo
acontecido
en
la
infancia
y
de
las
circunstancias
sociales
y
culturales
de
cada
persona.
La
compasión,
por
ejemplo,
puede
ser
reemplazada
por
el
sentimentalismo
y
la
creencia
de
que
uno
es
una
persona
que
ama;
la
intuición
puede
ser
reemplazada
por
una
excesiva
ideación
y
la
fortaleza
por
un
demostrar
que
se
es
duro.
Si
encaras
exhaustivamente
el
conjunto
de
asuntos
relacionados
con
un
estado
determinado,
si
descubres
un
aspecto
de
la
falsa
personalidad
como
un
intento
de
llenar
un
agujero,
si
profundizas
hasta
el
final
en
ese
estado
de
vacío,
atravesando
el
miedo
a
percibirlo
por
completo,
obtendrás
esa
cualidad
que
habías
perdido.
Hemos
visto
eso
una
y
otra
vez
en
nuestro
trabajo
aquí.
Los
psicoterapeutas
tratan
con
esos
asuntos,
pero
en
general,
solamente
retroceden,
con
respecto
a
ala
deficiencia,
hasta
que
ven
los
causas
que
la
originaron
y
comprendiéndolas
o
resolviéndolas.
No
ven
que
el
vacío
está
ahí
debido
a
la
ausencia
de
esencia.
Solamente
observan
la
sensación
de
vacío
y
los
conflictos
resultantes
de
la
historia
en
la
infancia.
A
veces,
estoy
seguro
de
ello,
los
clientes
alcanzan
estados
esenciales
en
la
terapia.
Pero
el
terapeuta
corriente
no
los
percibe
y
el
cliente
mismo
no
les
da
importancia.
Ella
sólo
sabe
que
está
maravillosamente
bien,
aliviada;
a
veces
tiene
incluso
un
sentimiento
muy
fuerte
de
“haber
vuelto
a
ser
ella
misma”.
Pero
el
estado
esencial
no
es
reconocido
como
tal;
la
experiencia
será
ignorada
por
el
terapeuta
y
el
cliente
la
perderá;
nunca
será
continuada
o
desarrollada.
Pero
cuando
estás
trabajando
con
una
persona
que
sabe
que
es
posible
atravesar
la
experiencia
de
la
pérdida,
recorriendo
todo
el
camino
de
vuelta
hasta
llegar
a
eso
que
fue
perdido,
y
que
reconoce
todas
esas
cualidades
esenciales,
entonces
es
posible
ver
y
desarrollar
tu
verdadera
naturaleza.
Aquí
no
estamos
interesados
en
simplemente
recorrer
toda
tu
infancia,
comprendiendo
tus
condicionamientos
y
conflictos.
Estamos
interesados
en
volver
al
agujero
original
y
simplemente
experimentarlo
sin
tratar
de
llenarlo.
En
terapia,
si
tratas
el
conflicto
de
tu
deseo
por
tu
padre
y
tu
padre
era
emocionalmente
inasequible
para
ti,
sentirás
una
profunda
herida
y
te
sentirás
castrado.
Ves
que
no
puedes
tener
a
tu
padre
en
el
presente,
de
modo
que
la
resolución
es
relacionarte
con
otro
hombre
(a
veces
el
mismo
terapeuta)
para
llenar
esos
agujeros;
y
esta
es
la
solución
terapéutica.
No
funciona.
Puedes
tratar
de
llenar
la
deficiencia
o
pérdida
del
amor
con
el
amor
de
otro
hombre.
Pero,
puesto
que
es
tu
propio
amor,
tu
propia
voluntad.
Por
lo
que
en
definitiva
suspiras,
te
sentirás
insatisfecho
con
el
amor
y
el
apoyo
del
sustituto
del
padre,
sea
quien
sea
el
que
estés
empleando
para
llenar
la
deficiencia.
Ahora
sabes
que
puedes
experimentar
tu
propio
amor,
o
tu
propia
voluntad,
solamente
si
te
permites
experimentar
tus
agujeros,
las
deficiencias
que
llevan
asociados,
en
vez
de
intentar
llenarlos
con
ellas.
Esto
es
muy
difícil
y
aterrador.
Gran
cantidad
de
disciplinas
espirituales
emplean
técnicas
para
permitir
al
estudiante
permanecer
en
eso.
Pero
cuando,
finalmente,
llegas
a
conseguirlo,
llega
la
verdadera
solución;
la
solución
obtenida
no
por
resolver
sencillamente
el
conflicto
emocional,
sino
al
recuperar
la
cualidad
perdida.
La
presencia
en
ti
de
la
cualidad
del
amor
eliminará
finalmente
tu
problema
con
el
amor.
La
presencia
de
la
voluntad
es
lo
que
eliminará
el
sentimiento
de
castración
o
de
impotencia.
Ninguna
otra
cosa
lo
hará.
Y
ya
has
visto
que
puedes
empezar
con
cualquier
emoción,
con
cualquier
idea,
o
dificultad,
en
este
Trabajo
y
desarrollarla
hasta
llegar
a
la
deficiencia
original.
Permaneciendo
en
este
proceso,
siguiendo
cada
tema
hasta
el
final,
recuperarás
finalmente
la
memoria
de
lo
que
perdiste,
como
dijo
Sócrates.
Y
al
recordarlo,
lo
obtendrás.
Todo
lo
que
perdiste
puede
volverlo
a
recuperar
trabajando
de
esta
forma.
Todo.
No
hay
una
separación
entre
los
asuntos
psicológicos
y
la
esencia;
están
entrelazados,
entretejidos.
Por
eso
es
que
no
puedes
poner
a
trabajar
simplemente
con
la
falsa
personalidad
y
cuando
has
acabado
con
eso,
empezar
a
experimentar
y
desarrollar
la
esencia.
Sin
la
recuperación
de
lo
que
fue
reemplazado
al
crear
la
personalidad,
no
podrás
disolver
la
personalidad.
La
razón
por
la
que
el
Enfoque
del
diamante
puede
ser
preciso,
es
entonces,
que
nosotros
sabemos
que
cada
aspecto
de
la
esencia
se
halla
conectado
con
ciertos
conflictos
psicológico-emocionales.
De
modo
que
podemos
emplear
poderosas
técnicas
psicológicas
que
nos
conducirán
a
percibir
y
comprender
nuestros
conflictos,
nuestras
represiones,
las
resistencias
y
pautas
de
esas
resistencias,
y
ser
sencillamente
conscientes
de
ello.
No
necesitamos
presionar
esas
resistencias,
esas
zonas
oscuras;
simplemente
las
iluminamos.
Al
cabo
de
un
tiempo,
se
desintegran.
Entonces
el
camino
es
fácil.
Podemos
fluir
por
esos
lugares
en
vez
de
tener
que
rodearlos.
Rodearlos
o
presionarlos
es
el
camino
más
difícil,
el
más
largo.
Nuestro
camino
tienen
que
ver
más
con
la
comprensión,
con
la
claridad
precisa
del
diamante.
Podemos
considerar
esta
comprensión
y
analizarla
en
relación
a
otros
enfoques
psicológicos
o
a
otras
escuelas
de
Trabajo.
Hemos
visto
que
las
diferentes
escuelas
enfatizan
diferentes
aspectos
de
la
esencia.
Podemos
observar
ahora
como
los
diferentes
enfoques
psicológicos
enfatizan
las
diferentes
deficiencias
o
agujeros.
Cada
escuela
psicológica
fue
desarrollada
por
el
creador
de
dicha
escuela
al
trabajar
sobre
o
mediante
las
deficiencias
dominantes
que
percibía,
y
desarrollando
cierto
conocimiento
psicológico
relacionado
con
los
asuntos
que
las
envolvían.
Tomemos
por
ejemplo
a
Freud.
¿Qué
fue
lo
que
resaltó?
Bien,
en
primer
lugar,
desde
luego,
percibió
la
existencia
del
inconsciente
y
consideró
al
material
reprimido
en
el
inconsciente
como
formado
principalmente
por
la
fuerza
agresiva
y
la
libido
sexual.
La
fuerza
agresiva
es
lo
que
aquí
denominamos
fortaleza,
y
la
líbido
es
una
combinación
de
dos
lataif,
-de
dos
sutiles
aspectos
de
la
esencia-,
el
izquierdo
y
el
derecho.
De
modo
que
Freud
estuvo
desarrollando
los
asuntos
relacionados
con
las
deficiencias
de
esas
dos
cualidades.
Entonces
vio
la
barrera
de
la
ansiedad
de
la
castración,
la
cual,
como
hemos
visto,
produce
una
pérdida
de
la
voluntad.
La
psicología
freudiana
se
relaciona
pues
básicamente
con
esas
tres
deficiencias;
y
es
muy
efectiva.
Puede
recorrer
todo
el
camino
de
vuelta
hasta
las
cualidades
esenciales
asociadas
a
ellas.
Reich
estuvo
tratando
fundamentalmente
con
la
cualidad
del
placer,
la
falta
del
cual
tiene
que
ver
con
la
pérdida
del
placer,
especialmente
del
placer
sexual.
Las
técnicas
reichianas
están
orientadas
hacia
revelar
a
una
persona
el
porqué
no
se
relaciona
con
su
cuerpo,
demostrándole
por
qué
no
puede
tolerar
el
placer.
El
trabajo
reichiano
está
diseñado
para
penetrar
y
atravesar
las
barreras
del
placer.
¿Qué
enfatizó
Fritz
Perls?
El
aquí
y
ahora.
El
aprender
a
estar
en
el
aquí
y
ahora,
sin
explicaciones,
sin
pasado.
Una
pista
sobre
con
qué
trabajo
el
enfoque
de
Perls
nos
la
da
el
hecho
de
que
fuera
a
Japón
a
tratar
de
estudiar
con
un
Maestro
zen.
¿Por
qué
estaba
interesado
en
un
Maestro
zen?
La
cualidad
con
la
se
relacionan
los
budistas
zen
es
la
de
esencia
de
totalidad.
Estar
por
completo
aquí
y
ahora
es
ver
la
verdadera
naturaleza
de
las
cosas,
lo
que
denominamos
el
aspecto
del
“resplandor”,
lo
que
la
gente
zen
denomina,
“la
naturaleza
del
Buda”.
Los
budistas
zen
no
se
ocupan
de
habérselas
con
ninguna
de
las
cualidades
específicas;
desean
ir
derecho
hasta
el
final.
Perls
supo
esto
intuitivamente,
aunque
no
sabía
con
exactitud
qué
estaba
buscando.
Debió
de
poseer
algo
de
esa
cualidad
denominada
resplandor,
que
lo
atrajo
hacia
el
zen
y
finalmente
hacia
el
desarrollo
de
la
terapia
Gestalt,
la
cual
tiene
realmente
la
misma
meta.
Pienso
que
tuvo
el
sentimiento
de
que
ellos
sabían
de
esta
cualidad,
lo
cual
es
cierto,
de
modo
que
fue
a
estudiar
con
ellos.
Pero
fue
muy
duro,
demasiado
lento.
Ni
uno
entre
diez
mil
estudiantes
zen
lo
alcanza
mediante
el
enfoque
del
zen,
y
aún
así
tras
estar
sentado
mirando
una
pared
diez
horas
al
día
durante
años.
No
hay
excitación,
no
hay
alegría.
Si
eres
capaz
de
tolerar
el
estar
sentado
durante,
quizás,
veinte
años,
dejando
que
todas
las
resistencias
vengan
a
ti
y
te
atraviesen,
puede
que
acabes
contemplando
la
naturaleza
de
la
pared.
Eso
que
es
“la
completa
naturaleza”.
Debido
a
que
esta
cualidad
era
la
más
fuerte
en
Perls,
desarrolló
su
enfoque
del
continuo
de
consciencia
y
las
diversas
técnicas
Gestalt
que
han
demostrado
ser
tan
poderosas
ayudando
a
la
gente
a
penetrar
o
a
volver
transparentes
los
trabajos
de
sus
falsas
personalidades.
Los
neo-freudianos,
los
psicólogos
del
ego,
tratan
principalmente
con
las
deficiencias
de
la
estima,
de
la
auto-estima,
con
la
deficiencia
del
amor
en
relación
con
las
relaciones
objetuales,
y
con
la
deficiencia
que
deriva
de
la
ausencia
de
esencia
Personal,
la
cual
es
la
verdadera
Individualidad.
Su
saber
es
sorprendentemente
específico
al
saber
exactamente
como
se
desarrollan
esos
agujeros.
No
saben
que
esas
cualidades
existan,
porque
trabajan
principalmente
a
nivel
del
ego.
Su
conocimiento,
sin
embargo,
es
muy
útil.
Aquí
lo
hemos
estado
utilizando
con
grandes
logros
con
la
gente
que
está
aprendiendo
a
Trabajar
con
su
esencia
Personal,
con
su
estima,
con
su
habilidad
para
experimentar
un
amor
real
hacia
otra
persona.
Cuando
Trabajamos
con
el
Enfoque
del
Diamante
podemos
emplear
esas
diversas
técnicas
para
descubrir
exactamente
qué
conflictos
emocionales
contribuyeron
a
la
pérdida
de
cierta
cualidad
de
la
esencia,
yendo
directamente
hacia
el
vacío
mismo
y
posibilitando
el
recordar
que
aspecto
fue
el
perdido.
Nunca
falla.
Para
dar
un
ejemplo
que
hemos
visto
una
y
otra
vez
en
nuestro
Trabajo
aquí.
Todo
el
mundo
que
trata
con
sus
apegos
a
su
madre,
que
recorre
todo
el
camino
de
los
sentimientos
de
necesidad,
de
anhelos,
de
heridas
respecto
a
necesidades
insatisfechas
respecto
a
la
madre,
en
último
término
se
topará
con
lo
que
llamamos
la
cualidad
de
fusión
de
la
esencia.
Es
una
maravillosa
clase
de
amor
fusionante.
Pierdes
tus
límites
y
te
fundes
en
todo.
De
modo
que
aunque
a
lo
largo
de
la
realización
de
este
Trabajo
empleando
el
Enfoque
del
Diamante
consumamos
las
tareas
de
la
psicoterapia,
mi
interés
no
es
la
psicoterapia.
Mi
interés
es
el
Trabajo.
Sin
emprender
el
Trabajo
sobre
la
esencia,
no
hay
solución
para
nuestro
sufrimiento
y
ninguna
oportunidad
de
realizar
nuestra
verdadera
naturaleza.
No
tenemos
ninguna
necesidad
de
trabajar
aquí
simplemente
sobre
los
problemas
o
los
síntomas,
y
no
tenemos
necesidad
alguna
de
aislarnos
del
resto
del
mundo
en
un
monasterio
para
poder
Trabajar
sobre
la
esencia.
De
hecho,
necesitamos
realizar
este
Trabajo.
Mientras
estamos
en
el
mundo;
mientras
establecemos
relaciones,
mientras
trabajamos
en
nuestras
ocupaciones
o
cuando
tenemos
problemas
con
los
coches,
o
cuando
tenemos
problemas
de
dinero,
es
donde
obtenemos
el
material
que
necesitamos
para
trabajar.
Como
vemos,
utilizando
las
técnicas
psicológicas
al
mismo
tiempo
que
los
métodos
del
Trabajo
logramos
cumplir
con
el
objeto
del
Trabajo
de
una
forma
más
fácil
y
más
eficiente,
que
en
el
pasado.
Es
necesario
ver
que
nuestra
búsqueda
en
pos
de
la
comprensión
y
de
la
verdad
son
lo
más
importante
aquí,
porque
ellas
nos
conducirán
hasta
la
posibilidad
de
experimentar
y
desarrollar
los
aspectos
de
nuestra
esencia.
Estamos
aprendiendo
que
no
sirve
de
nada
tratar
de
desarrollar
un
aspecto
de
la
esencia
a
expensas
de
los
demás.
No
tratamos,
por
ejemplo,
de
desarrollar
únicamente
el
amor.
El
amor
es
sólo
uno
de
los
aspectos
de
la
esencia.
No
queremos
ser
solamente
amorosos.
Si
tienes
amor,
pero
no
voluntad,
tu
amor
no
será
auténtico.
O
si
posees
voluntad,
pero
no
amor,
tu
voluntad
será
fuerte
y
poderosa,
pero
sin
ninguna
idea
de
la
verdadera
humanidad,
del
gozo
o
del
amor.
Si
tienes
amor
y
voluntad,
pero
no
tienes
la
consciencia
objetiva,
entonces
tu
amor
y
tu
voluntad
podrán
ser
enfocados
sobre
objetivos
erróneos.
Tus
acciones
no
serán
exactas
o
apropiadas.
Solamente
el
desarrollo
de
todas
las
cualidades
nos
permitirá
convertirnos
en
plenos
y
verdaderos
seres
humanos.
El
Trabajo
que
aquí
hacemos
requiere
compromiso,
dedicación
y
sinceridad.
NO
exigimos
estas
cosas
de
forma
absoluta,
porque
comprendemos
que
existen
para
ellas
ciertas
barreras
que
deben
ser
exploradas.
De
forma
similar,
no
exijo
a
la
gente
absoluta
obediencia
o
confianza
absoluta.
Solamente
les
pido
que
traten
de
comprenderse
a
ellos
mismos.
A
través
de
su
propia
experiencia
descubrirán
si
uno
puede
o
no
puede
confiar
en
nuestra
forma
de
ver
las
cosas
y
a
su
debido
tiempo
uno
descubrirá
sus
barreras
hacia
la
confianza.
No
hay
necesidad
de
una
fe
ciega,
no
hay
necesidad
de
un
amor
ciego,
no
hay
necesidad
de
hacer
nada
a
ciegas.
El
Enfoque
del
Diamante
es
la
comprensión,
el
ver
mismo.
Por
esto,
al
principio
el
estudiante
sólo
necesita
sinceridad
y
la
comprensión
de
que
las
barreras
contra
tu
desarrollo
pleno
están
en
tu
interior;
y
eso
en
sí
es
lo
que
satisface.
Lo
que
se
requiere
de
mí
en
el
Enfoque
del
Diamante
es
lo
mismo
que
se
requiere
de
ti.
Además,
lo
que
se
necesita
del
maestro
es
la
habilidad
para
encarnar
las
cualidades
esenciales
y,
de
este
modo,
poder
verlas
en
ti.
Es
necesario
que
yo
perciba
tu
esencia
y
sepa
qué
es
lo
que
estoy
viendo.
Y
entonces,
la
única
forma
en
la
que
tú
puedes
saber
algo
de
eso,
es
probándolo,
experimentándolo
en
tu
propio
interior.
Esas
cosas
son
las
mismas
que
siempre
han
sido
requeridas
en
el
Trabajo.
Ahora
les
hemos
añadido
los
nuevos
conocimientos
de
este
siglo,
el
tremendo
conocimiento
de
la
psicología.
Creo
que
la
estamos
empleando
adecuadamente,
utilizándola
realmente
de
la
forma
que
ha
de
ser
usada.
Me
siento
agradecido
hacia
la
gente
que
ha
desarrollado
este
conocimiento.
¿Hay
algunas
preguntas?
E.-
Tengo
una
pregunta
sobre
la
resistencia.
El
camino
del
Diamante
es
atravesar
esas
resistencias.
¿En
que
se
diferencia
del
presionar?
¿Es
algo
así
como
ver
a
través
de
ellas?
A.-
Sí.
“Atravesar”
quiere
decir
“ver”,
“comprender”.
No
quiere
decir
emplear
las
tijeras.
La
percepción
del
Diamante,
la
clara
y
precisa
percepción,
es
lo
que
las
atraviesa.
La
clara,
focalizada,
percepción
del
diamante
te
ayudará
a
ver
exactamente
los
temas
de
tu
vida
y,
al
verlos
y
comprenderlos,
se
irán
desintegrando
a
medida
que
veas
lo
que
es
cierto
y
lo
que
es
falso.
E.-
De
modo
que
no
es
que
aquí
haya
una
resistencia
y
yo
este
presionando
contra
ella.
A.-
No.
Parte
del
comprender,
es
comprender
la
resistencia
a
comprender.
Parte
del
trabajo
es
aprender
a
cómo
desidentificarnos,
a
no
creer
nuestras
resistencias,
y
a
no
identificarnos
con
nuestros
conflictos
emocionales,
sino
ver
que
son
el
resultado
o
un
síntoma
de
aquello
que
está
fundamentalmente
equivocado.
La
gente
toma
sus
deficiencias,
sus
agujeros,
como
algo
que
está
mal
en
ellos,
y
debido
a
que
creen
que
eso
es
lo
que
va
mal
en
ellos
y
que
nada
puede
hacerse
para
remediarlo,
están
siempre
tratando
de
llenar
ese
agujero.
¿Qué
otra
cosa
pueden
hacer?
Pero,
aquí,
vemos
que
el
agujero,
la
deficiencia,
la
sensación
de
necesidad,
no
es
lo
que
está
mal
en
ti.
Lo
que
está
mal
es
tu
pérdida
de
ciertos
aspectos
de
la
esencia.
Podemos
emplear
el
conocimiento
tan
arduamente
desarrollado
por
Freud
y
sus
colaboradores,
y
utilizarlo
en
nuestro
Trabajo;
desarrollarlo
por
completo.
Y
podemos
continuar
empleando
algunas
de
las
antiguas
técnicas,
nuestra
meditación,
nuestra
forma
de
prestarnos
atención
a
nosotros
mismos.
La
técnica
de
meditación
que
emplees
puede
ir
cambiando
a
medida
que
avanzas,
o
ir
cambiando
de
acuerdo
al
tiempo
que
la
has
estado
practicando.
Tenemos
este
muy
efectivo
conocimiento
del
Diamante
para
eliminar
nuestras
barreras,
sin
desvíos,
sin
dar
vueltas,
yendo
directamente
mediante
la
completa
y
directa
comprensión
de
nosotros
mismos.
Has
de
ver
a
través
de
todos
tus
conflictos,
de
todos
tus
miedos,
de
tu
culpa,
de
tu
ira,
de
tu
amor,
de
todo,
de
forma
que,
a
su
debido
tiempo,
se
vayan
actualizando
en
ti
más
y
más
cualidades.
Si
eres
capaz
de
desarrollar
este
Trabajo
por
completo,
de
forma
exhaustiva,
a
su
hora
te
volverás
completo,
sin
agujeros,
serás
una
sólida
esencia;
serás
uno.
El
Enfoque
del
Diamante
es
seguir
todas
esas
pistas
del
sufrimiento
en
nuestras
vida
de
regreso
hasta
nuestra
esencia.
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CASTELLANO.-