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                               No Ajahn Chah

 


El Dhamma


17
¿Qué es el Dhamma? No hay nada que no lo sea.


18
¿Cómo enseña el Dhamma el modo adecuado de vivir? Nos muestra cómo vivir. Tiene
muchas maneras de mostrarlo —en las piedras, en los árboles o solamente frente a
usted. Es una enseñanza, pero no con palabras. Por lo tanto, serene la mente, el corazón,
y aprenda a observar. Encontrará al Dhamma revelándose en su totalidad aquí y ahora.
¿En qué otro momento y lugar va a buscarlo?


19
Primero usted entiende el Dhamma con su pensamiento. Si comienza a entenderlo, lo
practicará. Y si lo practica, comenzará a verlo, usted está en el Dhamma y tiene la
alegría del Buda.


20
El Dhamma tiene que ser hallado a través del examen de su propio corazón y mediante
la observación de lo que es verdadero y de lo que no lo es, de lo que es equilibrado y de
lo que no es equilibrado.


21
Hay una sola magia real, la magia del Dhamma. Cualquier otra magia es como la ilusión
de un truco con las cartas. Nos distrae del juego verdadero; nuestra relación con la vida
humana, el nacimiento, la muerte y la libertad.


22
Cualquier cosa que haga, conviértala en una práctica del Dhamma. Si no se siente bien,
mire en su interior. Si se da cuenta que es incorrecta y aún lo hace, eso es impureza.

23
Es difícil encontrar a los que escuchan el Dhamma, a los que recuerdan el Dhamma y lo
practican, a los que llegan al Dhamma y lo ven.


24
Todo es Dhamma si estamos plenamente atentos. Cuando vemos a los animales que
huyen del peligro, vemos que son iguales a nosotros. Huyen del sufrimiento y corren
hacia la felicidad. También tienen miedo. Temen por sus vidas igual que nosotros.
Cuando los observamos de acuerdo con la verdad, vemos que los animales y los seres
humanos no son diferentes. Todos somos compañeros mutuos de nacimiento, vejez,
enfermedad y muerte.


25
Más allá del tiempo y del lugar, toda la práctica del Dhamma alcanza su culminación en
el punto donde no hay nada. Es el lugar de la renuncia, del vacío, el lugar donde nos
desprendemos de nuestros agobios. Ése es el final.


26
El Dhamma no está muy lejos. Está directamente con nosotros. El Dhamma no se trata
de ángeles en el cielo ni de ninguna otra cosa como ésa. Simplemente es acerca de
nosotros, acerca de lo que estamos haciendo ahora mismo. Obsérvese a usted mismo.
Algunas veces hay felicidad, otras veces sufrimiento, en ocasiones bienestar, a veces
dolor... éste es el Dhamma. ¿Lo ve? Para conocer este Dhamma, usted tiene que leer sus
experiencias.


27
El Buda quiso que nos conectásemos con el Dhamma, pero la gente sólo hace contacto
con las palabras, los libros y las escrituras. Eso es hacer contacto con aquello que es
"acerca" del Dhamma, no con el Dhamma "real" como fue enseñado por nuestro Gran
Maestro. ¿Cómo pueden decir las personas que están practicando adecuada y
apropiadamente si no hacen eso? Están muy lejos de hacerlo.
 

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Nacimiento y Muerte


1
Una buena práctica es preguntarse con toda sinceridad: "¿Por qué nací?" Hágase esta
pregunta durante la mañana, tarde y noche... todos los días.


2
Nuestro nacimiento y muerte son una sola cosa. No se puede tener uno sin el otro.
Resulta curioso observar cómo, frente a la muerte, las personas están tan llorosas y
tristes y frente al nacimiento tan felices y alegres. Es una falsa ilusión. Creo que si usted
realmente quiere llorar, sería mejor hacerlo cuando alguien nace. Llore al principio,
debido a que si no hubiese nacimiento no habría muerte. ¿Puede entender esto?


3
Uno creería que la gente podría apreciar cómo sería vivir en el vientre de una persona.
¡Qué incómodo debe ser! Sólo fíjese cuán duro es simplemente permanecer en una
choza sólo por un día. Cierra todas las puertas y ventanas y ya se está sofocando.
¿Cómo sería vivir en el vientre de una persona durante nueve meses? Y sin embargo
usted quiere aún meter la cabeza justo ahí, poner su cuello en la horca una vez más.


4
¿Por qué nacemos? Nacemos para no tener que nacer otra vez.


5
Cuando uno no comprende la muerte la vida puede ser muy confusa.


6
El Buda le enseñó a su discípulo Ananda a observar la impermanencia, a ver a la muerte
en cada respiración. Debemos conocer la muerte; debemos morir de modo que podamos
vivir. ¿Qué significa esto? Morir es llegar al final de nuestras dudas, de todas nuestras
preguntas, y sólo estar aquí con la realidad presente. Usted nunca puede morir mañana;


7
usted debe morir ahora. ¿Lo puede hacer? Si lo puede hacer, usted conocerá la paz de no
hacerse más preguntas.


7
La muerte está tan cerca como nuestra respiración.


8
Si usted se ha entrenado adecuadamente no se sentirá atemorizado cuando caiga
enfermo, ni alterado cuando alguien muere. Cuando vaya a hospitalizarse para un
tratamiento, determine en su mente que si usted mejora, eso está bien, y que si usted
muere, también está bien. Le garantizo que si los doctores me dijesen que tengo cáncer
y que me voy a morir en unos pocos meses, les recordaría: "Tengan cuidado, por que la
muerte está viniendo por ustedes también. Sólo es cuestión de quién se va primero y
quién después." Los doctores no van a curar de la muerte ni impedirla. Sólo el Buda era
ese tipo de doctor, entonces ¿por qué no seguimos adelante y usamos la medicina del
Buda?


9
Si usted está asustado por la enfermedad, si teme a la muerte, entonces usted debería
contemplar de dónde vienen. ¿De dónde vienen? Surgen del nacimiento. Por lo tanto, no
se ponga triste cuando muere alguien —es sólo la naturaleza, y su sufrimiento en esta
vida ha terminado. Si quiere ponerse triste, póngase triste cuando la gente nace: "Oh,
no, aquí vienen otra vez. ¡Van a sufrir y morir otra vez!"


10
"El Que Sabe" sabe con claridad que todos los fenómenos son insubstanciales. De modo
que "El Que Sabe" no se pone feliz o triste, no va detrás de condiciones cambiantes.
Ponerse feliz, es nacer; apesadumbrarse es morir. Habiendo muerto, nacemos otra vez;
habiendo nacido, morimos otra vez. Este nacimiento y muerte de un momento al
siguiente es la interminable rueda girante del samsara.