" La verdad es una tierra sin senderos. El hombre no puede
acercarse a ella a través de ninguna organización, de ninguna
secta, dogma, sacerdote o ritual, ni a través de algún conocimiento
filosófico o técnica psicológica. Tiene que encontrarla
a través del espejo de las relaciones, a través de los contenidos
de su propia mente, de la observación y no a través del análisis
intelectual o la disección introspectiva. El hombre ha construido
en sí mismo imágenes como una valla de seguridad–religiosas,
políticas, personales. Estas se manifiestan en forma de símbolos,
ideas, creencias. La carga de estas imágenes domina el pensamiento
del hombre, sus relaciones y su vida diaria. Estas imágenes son
la causa de nuestros problemas ya que dividen a los hombres. Su percepción
de la vida esta moldeada por conceptos ya establecidos en su mente. El
contenido de su consciencia es su entera existencia. Este contenido es
común en toda la humanidad. La individualidad es el nombre, la forma,
la cultura superficial que él adquiere a través de la tradición
y el ambiente. La unicidad del hombre no reside en lo superficial sino
en la libertad absoluta del contenido de su consciencia, la cuál
es común en todos los seres humanos. Así el no es un individuo.
“La libertad no es una reacción; no es una
elección. Es la pretensión del hombre creer que por tener
elección es libre. La libertad es pura observación sin dirección,
sin miedo al castigo, sin recompensas. La libertad existe sin motivo; la
libertad no está al final de la evolución del hombre sino
que reside en el primer paso de su existencia. Al observar, uno comienza
a descubrir la falta de libertad. La libertad se encuentra en una consciencia
no escogida en nuestra existencia y actividad diaria. El pensamiento es
tiempo.
"El pensamiento nace de la experiencia y el conocimiento,
los cuales son inseparables del tiempo y el pasado. El tiempo es el enemigo
psicológico del hombre. Nuestra acción se basa en el conocimiento
y por tanto en el tiempo, así el hombre siempre es un esclavo del
pasado. El pensamiento es siempre limitado, así que vivimos en constante
conflicto y lucha. No hay evolución psicológica.
“Cuando el hombre se vuelva consciente del movimiento
de sus propios pensamientos, verá la división entre el pensador
y el pensamiento, el observador y lo observado, el experimentador y lo
experimentado. Descubrirá que esa división es una ilusión.
Sólo entonces hay pura observación en la que no existe sombra
del pasado ni el tiempo. Este eterno “insight” trae consigo una profunda
y radical mutación en la mente. “La negación total es la
esencia de lo positivo. Cuando hay negación de todas esas cosas
que el pensamiento ha ocasionado psicológicamente, solo entonces
hay amor, que es compasióne e inteligencia.”