Osho,
Se
dice que todas las situaciones y personas en nuestro camino son un espejo para
nosotros. ¿Atraigo yo ambas cosas tanto inconsciente como accidentalmente?
Cuando alguien es agresivo conmigo, ¿cómo puedo saber si soy yo o la otra
persona la que lo está causando?
"La
vida es muy independiente. Es muy difícil saber quién es responsable de qué. En
realidad, todos somos responsables de lo que
ocurra; participamos en ello de algún modo. Si alguien se pone agresivo contigo,
en vez de pensar que él es el agresor, como se hace normalmente, hazlo desde
este punto de vista: "¿Qué habrá en mí que le ponga agresivo?; no es agresivo
con todo el mundo". No es agresivo con los árboles; es agresivo contigo. Tiene
que haber algo que estés haciendo, algo en tu comportamiento que provoque
agresión en él.
Puede
que no se lo estés haciendo a él. A eso me refiero; todo está muy entretejido.
Quizá le recuerdas a su padre que solía pegarle y, como era tan pequeño, no
podía hacer nada. Y cuando te ve, su agresión no es hacia ti, tú eres
simplemente simbólico. Su agresividad es hacia su padre, que ya no está en este
mundo.
Así que
en lugar de reaccionar a la agresión, que empeoraría las cosas, intenta
entender. Pregúntale: "¿Por qué eres tan agresivo conmigo? ¿Hay algo en mí que
te ofenda? ¿Te he hecho algo?; porque si es así no me he dado cuenta. Tiene que
haber otra razón para tu agresión".
Así es
como lo haría un hombre sabio. Y si le preguntas a esa persona, quizá empiecen a
brotar lágrimas de sus ojos y te pida perdón: "Tú no has hecho nada, es que me
recuerdas a mi padre. Cuando era niño, me pegaba tanto que solía pensar que
cuando fuese grande y fuerte, ya le enseñaría yo... Pero él murió antes de que
eso ocurriera. Así que algo ha quedado incompleto en mí. En cuanto te veo, no
tiene nada que ver contigo, es mi problema".
Si las
personas empezasen a comportarse así, en poco tiempo crearíamos un tipo de vida
completamente distinto...
Existen
los problemas, pero estos proceden de tu interior y son proyectados sobre los
demás. Y a los demás les ocurre lo mismo. Tienen problemas, tienen deseos
reprimidos, tienen experiencias incompletas. Y, si por casualidad, tú encajas
con algo de su miseria psicológica, puede que se enamoren de ti o se enfaden
contigo o te odien...
Durante
veinticuatro horas, observa tus juicios acerca de los demás; ¿son buenos o
malos?. Observa de dónde salen tus respuestas a la gente. ¿Salen de ellos o
salen de tu interior? Todo este mundo con toda su desdicha y sufrimiento está
dentro de ti. Todo este mundo puede ser de felicidad y bendición si tu ser
interior cambia.
Esta es
mi definición de una persona religiosa: ha cambiado su ser interior, lo ha
limpiado, así que se convierte en un puro espejo, refleja pero no reacciona.
Siente compasión incluso por aquellos que están llenos de ira, siente compasión
por los tristes, los desdichados, por los que están destrozando su vida con el
alcohol o las drogas. Lo único que siente es compasión. Y de esa compasión sale
una respuesta: si puede ayudar, ayuda.
No
puedes provocar una reacción en un hombre sabio; nunca reacciona. Esa es la
diferencia entre las palabras "reacción" y "respuesta", aunque parezcan
similares. La reacción es ciega e inconsciente y culpa al otro. La respuesta es
consciente y clara y ve las cosas tal como son...
Así que
siempre que ocurra algo, recuerda, primero mira dentro de ti. Puede que lo que
te estén diciendo sea cierto, y si no es cierto entonces no tienes por qué
preocuparte, es el problema de otro que lo está proyectando en ti..."
***