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Capítulo 1

 

La Semilla de Mostaza

21 de Agosto de 1974

 

PRIMER VERSÍCULO...

 

 

Los discípulos le dijeron a Jesús:

"Dinos a qué se parece el reino de los cielos".

 

El les dijo:

"Es como una semilla de mostaza-

más pequeña que todas las semillas,

pero que al caer en tierra preparada

produce un gran árbol

y llega a ser refugio

de todos los pájaros del cielo".

 

 

         Las relaciones humanas han cambiado muchísimo y han cambiado a algo peor. En todas las dimensiones las relaciones más profundas han desaparecido: la esposa ya no es más una esposa, sino una simple enamorada; el esposo ya no es más un esposo, sino un simple enamorado. La amistad es buena pero no puede ser muy profunda. El matrimonio es algo que sucede en profundidad. Es un compromiso en profundidad, y a menos que tú te comprometas, permanecerás hueco. A menos que te comprometas, nunca darás el salto.

         Puedes flotar en la superficie, pero las profundidades no son para ti. Por supuesto, ir a las profundidades es peligroso -tiene que ser así, porque en la superficie eres muy eficiente. En la superficie puedes trabajar como un autómata, no es necesaria la consciencia. Pero cuanto más penetres en la profundidad, tendrás que estar más y más alerta, porque en cada momento la muerte es posible. El miedo a la profundidad ha creado una superficialidad en todas las relaciones, las cuales se han vuelto juveniles.

         Un enamorado o una enamorada puede ser una diversión, pero no puede llegar a ser la puerta a lo más profundo que está escondido en todos y cada uno. Con una enamorada puedes relacionarte sexualmente; pero el amor no puede crecer, el amor necesita raíces profundas. La sexualidad es posible en la superficie, pero la sexualidad es sólo algo animal, biológico. Puede ser bello si es parte de un amor más profundo, y si no es parte de un amor más profundo, es la cosa más horrible posible, la más fea; porque entonces no hay comunión -simplemente se tocan y se separan. Solamente los cuerpos se encuentran, pero no ustedes -no yo, no tú. Esto ha sucedido en todas las relaciones.

         Pero la relación más grande ha desaparecido completamente, y la relación más grande es aquella entre un Maestro y un discípulo. No serás capaz de entender a Jesús si no puedes entender la dimensión de esa relación que existe entre un Maestro y sus discípulos. Eso ha desaparecido completamente. A la esposa se le reemplaza por una enamorada, al esposo se le reemplaza por un enamorado; pero la relación que existe entre el Maestro y el discípulo ha desaparecido completamente. O tal relación ha sido reemplazada por algo que es precisamente lo contrario, la relación que existe entre un psiquiatra y su paciente.

         Entre un psiquiatra y su paciente existe una relación que tiende a ser enfermiza, patológica -porque un paciente no viene en busca de la verdad, realmente ni siquiera en busca de salud. Esta palabra salud (wholeness, holiness) significa totalidad, significa santidad, significa una profunda curación dentro del ser. Un paciente no viene por esta salud, porque si viene por esta salud, entonces no puede ser otra cosa que un discípulo. Un paciente viene a deshacerse de la enfermedad, su actitud es totalmente negativa. El ha venido simplemente para ser forzado a estar normal nuevamente, sólo para volver a ser una pieza que funcione dentro del mundo nuevamente. Se ha desadaptado, necesita adaptación y el psiquiatra le ayuda a adaptarse nuevamente. Pero ¿adaptado a quién? Adaptado a este mundo, a esta sociedad, la cual está totalmente enferma.

         Lo que tú llamas ser un humano "normal" no es sino la patología normal, o la locura normal, o la insanidad normal. El hombre normal también está enfermo, pero enfermo dentro de ciertos límites, límites aceptados por la sociedad, por la cultura. A veces alguien va más allá, cruza los límites -entonces se enferma. Entonces toda la sociedad, la cual está enferma, dice que ese hombre está enfermo. Y el psiquiatra existe en el límite para ayudar a que este hombre regrese de nuevo a la muchedumbre.

         El psiquiatra no puede ser el Maestro, porque él mismo no está integrado. Y el paciente no puede ser el discípulo, porque no ha venido para aprender. El está perturbado y no quiere estar perturbado, su esfuerzo es solamente para adaptarse, no está en busca de salud. El psiquiatra no puede ser el Maestro, aunque está pretendiendo serlo en el Occidente y tarde o temprano él pretenderá que es el Maestro también en el Oriente. Pero no puede serlo, él mismo está enfermo. El puede ayudar a otros a adaptarse, eso está bien: un hombre enfermo puede ayudar a otro hombre enfermo -en algunas formas. Pero un enfermo no puede llevar a otro enfermo al estado de integración; un loco no puede ayudar a otro loco a salir de la locura.

         Aun tus Freuds, tus Jungs, tus Adlers están absolutamente enfermos; no sólo los psiquiatras comunes, sino los más grandes de ellos también están patológicamente enfermos. Te contaré unas cuantas cosas para que puedas sentir esto: cada vez que alguien mencionaba algo acerca de la muerte, Freud comenzaba a temblar. Incluso en dos ocasiones se desmayó y cayó de su silla simplemente porque alguien estaba hablando sobre las momias en Egipto. ¡Se desmayó! En otra oportunidad, también Jung estaba hablando sobre la muerte y cadáveres, y repentinamente comenzó a temblar, cayó, se desmayó, perdió el conocimiento.

         Si la muerte causa tal miedo a Freud, entonces ¿qué sucede con sus discípulos? ¿Y por qué la muerte tiene que causar tal temor? ¿Puedes concebir un Buda temeroso de la muerte? Entonces ya no sería un Buda.

         Jung dijo que muchas veces había querido ir a Roma a visitar el Vaticano y particularmente la biblioteca, la biblioteca del Vaticano, que es la más grande, la que tiene los libros más secretos de todas las religiones que hayan existido -lo cual es raro. Pero cada vez que él iba a comprar el boleto comenzaba a temblar -¡sólo por ir a Roma! ¿Qué le habría pasado si hubiera entrado al estado de moksha? Y él cancelaba el boleto y regresaba, nunca fue, nunca. Muchas veces lo intentó y al final decidió: "No, no puedo ir".

         ¿Cuál es el miedo? ¿Ir a Roma? ¿Por qué un psiquiatra teme ir a Roma? Porque Roma es simplemente el símbolo, el representante de la religión; y este hombre Jung había creado una filosofía en torno a su mente, y esta filosofía tiene miedo de ser destruida. Es como un camello que tiene temor de ir a los Himalayas, porque cuando un camello llega cerca a los Himalayas, por primera vez se da cuenta de que él no es nada. Toda esta filosofía que Jung ha creado es simplemente infantil, porque el hombre ha creado sistemas tan cósmicos y vastos... y todos estos sistemas están ahora en ruinas. El miedo es: ir a Roma significa ir a las ruinas de los grandes sistemas que el pasado ha creado.

         ¿Qué hay de tu pequeño sistema? ¿Qué hay de ese pequeño rincón que has limpiado y decorado? ¿Qué hay de tu filosofía? Grandes filosofías se han derrumbado y se han convertido en polvo: anda a Roma, ¡ve lo que ha sucedido! Anda a Atenas, ¡ve lo que ha sucedido! ¿Dónde están las escuelas de Aristóteles, Platón y Sócrates? Todas han desaparecido y se han convertido en polvo. Los más grandes sistemas al final se convierten en polvo; todos los pensamientos finalmente demuestran ser inútiles, porque el pensamiento es algo creado por el hombre.

         Sólo en el no pensamiento llegas a conocer lo divino. Por medio del pensamiento tú no puedes llegar a conocer lo eterno, porque el pensamiento pertenece al tiempo. Y el pensamiento no puede ser parte de lo eterno; ninguna filosofía, ningún sistema de pensamiento puede pertenecer a lo eterno.

         Ese era el temor. Por lo menos cuatro o cinco veces Jung hizo las reservaciones y las canceló. Y este hombre, Jung, es uno de los psiquiatras más grandes. Si él tenía tanto temor de ir a Roma, ¿entonces qué será de sus discípulos? Inclusive, si tú no tienes miedo, no es porque seas mejor que Jung sino simplemente porque estás más inconsciente. El estaba consciente de que en Roma su cabeza caería; que en el momento que mirase a las ruinas de todos los grandes sistemas, un temblor, un temor de muerte lo sobrecogería y se preguntaría a sí mismo: "¿Qué le sucederá a mi sistema? ¿qué me sucederá a mí?". El tembló y regresó, y en sus memorias escribió: "Entonces finalmente abandoné todo el proyecto, no voy a ir a Roma".

         Y esto mismo le sucedió a Freud muchas veces: él también intentó ir a Roma -entonces parece que no es sólo una coincidencia- y también tenía temor, ¿por qué? Freud tenía tanta ira como tú puedes tener, Freud era tan sexual como tú puedes serlo, Freud tenía tanto miedo a la muerte como tú puedes tenerlo, Freud era tan neurótico en su comportamiento como tú puedes serlo; así que, ¿cuál es la diferencia? El pudo haber sido un hombre más inteligente, tal vez un genio -podría haber ayudado un poco, pero él estaba tan ciego como tú en lo que respecta a lo supremo, en lo que respecta al mayor secreto, a la médula más interna del ser.

         No, la psiquiatría no puede convertirse en religión, puede llegar a ser un buen hospital, pero no puede convertirse en el templo -no es posible. Y un psiquiatra puede ser necesario porque la gente está enferma, desadaptada, pero un psiquiatra no es un Maestro y un paciente no es un discípulo.

         Y si tú vienes donde un Maestro como paciente, entonces, errarás; porque un Maestro no es un psiquiatra. Yo no soy psiquiatra. La gente viene hacia mí y dice: "Estoy sufriendo de ansiedad mental, de neurosis, de angustia, de esto y aquello".

         Yo digo, "Está bien, porque yo no voy a tratar tu ansiedad, yo te voy a tratar a ti. No me interesan tus enfermedades, simplemente me interesas tú. Las enfermedades están en la periferia, y donde tú estás no hay enfermedad".

         Una vez que llegues a darte cuenta de quién eres, todas las enfermedades desaparecerán. Ellas existen básicamente porque tú has estado escondiendo el auto-conocimiento, tú has estado evitando tu ser; el encuentro básico lo has estado evitando, porque no quieres mirarte a ti mismo. ¿Por qué no quieres conocerte a ti mismo? ¿Qué te ha sucedido? A menos que estés listo para encontrarte contigo mismo, no podrás llegar a ser un discípulo, porque un Maestro no puede hacer nada si tú no estás listo a confrontarte contigo mismo. El sólo puede ayudarte a que tú te encuentres contigo mismo.

         ¿Por qué tienes tanto miedo? Porque algo estuvo errado en algún punto en el pasado... Nace un niño: él no es aceptado tal como es, muchas cosas tienen que ser cambiadas, forzadas, tiene que ser disciplinado. Tiene muchas partes que ni la sociedad, ni los padres pueden aceptar, de tal forma que estas partes tienen que ser negadas, reprimidas; sólo algunas partes pueden ser aceptadas y apreciadas. Así que el niño tiene que arreglárselas. Tiene que negar muchos fragmentos de su ser a los que no se les permite manifestarse. Tiene que negarlos tanto que él mismo llega a ser inconsciente de ellos. Esto es represión, y toda la sociedad existe en represión.

         La mayor parte del ser de cada niño tiene que ser reprimido, completamente lanzado a la oscuridad. Pero esa parte reprimida se auto-afirma, trata de rebelarse, reacciona; quiere salir a la luz y tú tienes que forzarla una y otra vez hacia dentro. Por esta razón tienes miedo del encuentro contigo mismo, porque ¿qué le sucederá a la parte reprimida? Ella saldrá de nuevo, está ahí. ¿Qué le sucederá al subconsciente? Si tú te encuentras contigo mismo el subconsciente estará ahí, todo lo que has negado estará ahí, y eso te da miedo.

         A menos que un niño sea totalmente aceptado tal como es, este miedo permanecerá; pero aún no ha existido ninguna sociedad que acepte al niño totalmente. Y parece que no va a existir jamás ninguna sociedad que acepte al niño totalmente, porque esto es casi imposible. Así que, más o menos, la represión estará ahí. Y todo el mundo tendrá que enfrentar, algún día, este problema de confrontarse a sí mismo.

         Te conviertes en discípulo el mismo día en el que te olvidas de lo bueno y de lo malo; cuando te olvidas de lo que es aceptado y de lo que no es aceptado. Te conviertes en discípulo solamente el día en que estás listo para exponer todo tu ser a ti mismo.

         El Maestro es simplemente una obstetriz. El te ayuda a pasar a través de un nuevo nacimiento, a renacer. ¿Y cuál es la relación entre un Maestro y un discípulo? Un discípulo tiene que confiar; no puede dudar, si duda entonces no puede mostrarse. Cuando dudas de alguien te cierras, no puedes expandirte. Cuando dudas... Aparece ahí un extraño, entonces te cierras a ti mismo; no te puedes abrir porque no sabes qué te va a hacer ese extraño. No puedes estar vulnerable ante él; tienes que protegerte, tienes que crear una armadura.

         Con un Maestro tienes que dejar caer la armadura completamente, eso es una necesidad. Aun con un amante puedes llevar un poco de tu armadura; frente a un amado puedes no ser tan abierto. Pero con un Maestro, la apertura tiene que ser total, de otro modo nada sucederá. Si es que guardas aun una pequeña parte tuya, la relación no surgirá. Una confianza total es necesaria, sólo entonces podrán ser revelados los secretos, sólo entonces las llaves te podrán ser ofrecidas. Pero si tú te estás escondiendo, eso quiere decir que estás peleando con el Maestro y entonces nada puede hacerse.

         Luchar con un Maestro no es la vía; entregarse es la vía. Y la entrega ha desaparecido del mundo completamente. Muchas cosas han contribuido con eso: desde hace tres o cuatro siglos al hombre se le ha enseñado a ser individualista, egoísta; al hombre se le ha enseñado a no rendirse, sino a pelear; a no obedecer, sino a rebelarse; al hombre se le ha enseñado a no confiar, sino a dudar. Ha habido una razón para eso; porque la ciencia crece a través de la duda. La ciencia es escepticismo profundo. Funciona no por medio de la confianza, funciona a través de la lógica, del argumento, de la duda: cuanto más dudas, más científico te vuelves. Tal camino es diametralmente opuesto al camino religioso.

         La religión funciona a través de la confianza: cuanto más confías, más religioso te vuelves. La ciencia ha realizado milagros y esos milagros son muy visibles. La religión ha realizado milagros más grandes, pero esos milagros no son visibles. Aun si un Buda está presente, ¿qué puedes sentir? ¿qué puedes ver? El no es visible -visiblemente, él es simplemente un cuerpo; visiblemente, él simplemente es tan mortal como tú lo eres; visiblemente, él llegará a ser anciano y morirá algún día- invisiblemente, él es inmortal. Pero tú no tienes los ojos para ver aquello que es invisible, tú no tienes aquella capacidad para sentir lo más interno, lo desconocido.

         Por eso es que sólo los ojos que confían, poco a poco, comienzan a sentir y a volverse sensibles. Cuando tú confías, el confiar significa cerrar estos dos ojos. Por eso es que la confianza es ciega, así como el amor es ciego -pero la confianza es aun más ciega que el amor.

         Cuando cierras ambos ojos ¿qué sucede? Sucede una transformación interna. Cuando cierras estos dos ojos que ven hacia afuera ¿qué le sucede a la energía que va a través de los ojos? Esa energía comienza a moverse hacia adentro. No puede fluir de los ojos hacia los objetos, cambia de dirección, hace un giro. La energía tiene que fluir, la energía no puede estar estática; si cierras una salida, comienza a buscar otra. Cuando ambos ojos están cerrados, la energía que estaba moviéndose a través de estos dos ojos comienza a regresar -sucede un cambio.

         Y esa energía golpea el tercer ojo en ti. El tercer ojo no es algo físico: es sólo que la energía que fluye a través de los ojos hacia los objetos ahora está regresando hacia su fuente -se convierte en el tercer ojo, la tercera forma de ver el mundo.

         Sólo a través de ese tercer ojo un Buda es visto; sólo a través de ese tercer ojo un Jesús es percibido. Si no tienes ese tercer ojo, Jesús estará ahí, pero tú no te darás cuenta -muchos no se dieron cuenta. En su propio pueblo la gente pensaba que él era simplemente el hijo del carpintero José. Nadie, nadie pudo reconocer lo que le había sucedido a este hombre: él ya no era más el hijo del carpintero, él se había convertido en el hijo de Dios -pero eso es un fenómeno interno. Y cuando Jesús declara: "Soy el hijo de lo Divino, mi Padre está en los Cielos", la gente se reía y decía: "O te has vuelto loco, o eres un tonto, o eres un hombre muy astuto. ¿Cómo puede el hijo de un carpintero repentinamente convertirse en el hijo de Dios?". Pero hay una manera...

         Solamente el cuerpo nace del cuerpo; el ser interno no nace del cuerpo, nace del Espíritu Santo, es de lo Divino. Pero primero tienes que conseguir los ojos para ver, tienes que conseguir los oídos para escuchar.

         Y es un asunto muy delicado entender a Jesús; tienes que pasar a través de un gran entrenamiento. Es como entender la música clásica: si de pronto se te permite escuchar música clásica, sentirás: "¿Qué tontera es ésta?". Es tan delicado que se requiere un entrenamiento largo. Tienes que ser un aprendiz por muchos, muchos años, sólo entonces tus oídos serán entrenados para captar lo sutil -y no hay nada como la música clásica. Entonces, la música ordinaria de todos los días, la música de películas, no es música en absoluto; es simple ruido, y además tonto.

         Debido a que tus oídos no están entrenados, vives con ese ruido y piensas que es música. Pero para la música clásica necesitas unos oídos muy aristocráticos. Es necesario un entrenamiento; y cuanto más te entrenas, lo sutil se hace más visible. Pero la música clásica no es nada comparada a Jesús, porque él es la música cósmica. Tienes que estar tan silencioso que ni siquiera haya la vibración de un pensamiento, ni siquiera un solo movimiento en tu ser... sólo entonces podrás escuchar a Jesús y podrás entender a Jesús, podrás conocerlo.

         Por eso es que Jesús va repitiendo una y otra vez: "Quienes tengan oídos podrán entenderme. Quienes tengan ojos: ¡vean! ¡Estoy aquí!". ¿Por qué él va repitiendo: "Quienes tengan ojos ¡vean! Quienes tengan oídos ¡oigan!", por qué?

         El está hablando sobre otra dimensión de entendimiento que sólo un discípulo puede entender. Muy pocos entendieron a Jesús, está en la naturaleza de las cosas que tenga que ser así. Muy pocos -¿y quiénes son aquellos pocos? No fueron eruditos, no; no fueron profesores de las universidades, no; no fueron los tan llamados sabios, los filósofos, ¡no! Fueron gente ordinaria, corriente: un pescador, un labrador, un zapatero, una prostituta; fueron gente muy común, de lo más común, lo más común de lo común. ¿Por qué esta gente pudo entender? Debe haber algo extraordinario en un hombre común. Debe haber algo especial que existe en un hombre común y que desaparece en los así llamados "extraordinarios". ¿Qué es esto?

         Es la humildad, la confianza... Porque cuanto más entrenado estás en el intelecto, la confianza es menos posible; cuando no estás entrenado en el intelecto, la confianza es más posible.

         Un labrador confía, él no tiene necesidad de dudar. El siembra las semillas en el campo y confía que brotarán, germinarán cuando la estación apropiada venga. Germinarán. Espera y ora, y en la estación propicia aquellas semillas germinarán y se convertirán en plantas. Espera y cree. Vive con los árboles, con las plantas, con los ríos y montañas. No hay necesidad de dudar: los árboles no son astutos, no necesitas ninguna armadura a tu alrededor que te proteja de ellos; las montañas no son astutas -no son políticos, no son criminales- no necesitas de ninguna armadura que te proteja de ellas. No necesitas de ninguna seguridad ahí, puedes estar abierto.

         Por eso es que cuando vas a la montaña repentinamente sientes un éxtasis. ¿De dónde viene? ¿De las montañas? ¡No! Viene porque ahora puedes poner la armadura a un lado, no hay necesidad de tener miedo. Cuando vas a un árbol repentinamente te sientes bello. No viene del árbol, está viniendo desde dentro de ti. Pero con un árbol no hay necesidad de protegerse, puedes estar tranquilo y sentirte en tu hogar. La flor no va a atacarte repentinamente; el árbol no va a ser un ladrón, no puede robarte nada. Es así que cuando vas a las montañas, al mar, a los árboles, a los bosques, pones a un lado tus armaduras.

         La gente que vive con la naturaleza es más confiada. Un país que es menos industrializado, menos mecanizado, menos tecnológico, vive más con la naturaleza, tiene más confianza en ella. Por esto es que no puedes concebir que Jesús vaya a nacer en Nueva York -casi imposible. Fanáticos de Jesús pueden nacer ahí, pero no Jesús. Y estos fanáticos son sólo neuróticos, Jesús es sólo una excusa. No, no puedes pensarlo... que Jesús vaya a nacer ahí, es casi imposible. Y aun si naciera ahí, nadie lo escucharía; y aun si él estuviera ahí, nadie sería capaz de reconocerlo. El nació en una época sin tecnología, sin ciencia, el hijo de un carpintero. Vivió toda su vida con los pobres, con la gente simple que estaba viviendo con la naturaleza. Ellos podían confiar.

         Jesús llega al lago un día... es de mañana y el sol todavía no ha salido en el horizonte. Dos pescadores están ahí, acaban de tirar sus redes para pescar, cuando Jesús viene y les dice: "¡Miren! ¿por qué están desperdiciando sus vidas? Yo puedo hacerlos pescadores de hombres. ¿Por qué están desperdiciando su energía en pescar? Yo los puedo hacer pescadores de hombres. ¡Vengan, síganme!".

         Si él te hubiera dicho eso cuando estabas sentado en tu oficina o en tu negocio, habrías dicho: "¡Fuera de aquí! No tengo tiempo, no me hagas perder mi tiempo". Pero aquellos dos pescadores miraron a Jesús, miraron a Jesús sin ninguna duda. El sol estaba saliendo y el hombre era bello, este hombre Jesús. Y sus ojos, eran más profundos que el lago; y su brillo era mayor que el del sol. Ellos arrojaron sus redes y siguieron a Jesús.

         Esto es confianza, ni siquiera una sola pregunta "¿Quién eres tú extraño?". Ellos no le conocían, no era de su pueblo; nunca le habían visto, nunca le habían escuchado. Pero era suficiente; el llamado, la invitación, fue suficiente. Habían escuchado la invitación, miraron a Jesús, sintieron su sinceridad y le siguieron.

         Justo cuando ellos estaban saliendo del pueblo, un hombre vino corriendo y dijo a esos dos pescadores: "¿A dónde van? Su padre ha muerto repentinamente. ¡Regresen!". Así que ellos le dijeron a Jesús: "¿Podemos ir a casa para enterrar a nuestro padre y luego regresar?". Jesús les dijo: "No se preocupen de los muertos, hay suficientes muertos en el pueblo, ellos enterrarán a su muerto. Ustedes vengan y síganme. Ustedes no necesitan preocuparse por el muerto". Y aquellos dos pescadores le siguieron.

         Esto es confianza. Ellos oyeron, ellos vieron a Jesús. El lo quería así -y tenía razón: "Cuando el padre está muerto ¿qué se va a hacer? Cuando alguien está muerto, está muerto. No hay necesidad de ir. Y hay suficientes muertos en el pueblo; ellos se ocuparán del resto, ellos harán los rituales, ellos enterrarán a tu padre. Ustedes vengan y síganme". Y ellos lo siguieron y nunca voltearon hacia atrás, nunca miraron hacia atrás. Confianza significa no mirar hacia atrás. Confianza significa no regresar hacia atrás.

         Una mente que duda siempre está mirando hacia atrás y siempre pensando en la alternativa, siempre pensando en lo que no ha hecho, siempre pensando si es que lo hizo correcto o incorrecto: "¿Debería regresar o seguir a este loco? ¿Quién sabe? El dice que es el hijo de Dios, pero ¿quién sabe? Nadie sabe sobre Dios, nadie sabe sobre sus hijos -¡y este hombre parece ser uno de nosotros!". Pero los pescadores siguieron a Jesús.

         Si sigues a un hombre como Jesús, tarde o temprano él se volverá contagioso. Pero tienes que seguirlo desde el comienzo. Tarde o temprano sentirás que es el hijo de Dios. No sólo eso -a través de él te darás cuenta que ustedes también son hijos de Dios. Pero al principio tendrán que confiar; si al principio hay duda, las puertas estarán cerradas.

         Esta relación entre Maestro y discípulo ha desaparecido debido a los tres siglos de éxito de la ciencia. La ciencia ha logrado tanto... y ha hecho milagros -por supuesto milagros inútiles porque no han agregado ni un solo pedacito de felicidad al ser humano, y un milagro es inútil si la felicidad no ha sido aumentada a través de éste. Por el contrario, la felicidad ha disminuido. Mientras más tecnología, más comodidad -pero menos felicidad: éste es el milagro que la ciencia ha logrado. Cuantas más cosas pueden ser hechas por artefactos mecánicos, menos necesario eres. Y cuanto menos necesario seas, más inútil te sentirás, sin sentido. Tarde o temprano el computador te reemplazará y entonces no serás necesario en absoluto; entonces podrás ir y suicidarte porque el computador lo hará todo.

         La felicidad surge al sentirse necesario. Cuando eres necesario te sientes feliz porque sientes que tu ser tiene significado; sientes que tu vida tiene significado; sientes que eres necesario y que sin ti las cosas serían diferentes. Pero ahora, sin ti nada es diferente, mas bien las cosas serán mejores sin ti porque las máquinas pueden hacer todo mejor que tú. Tú eres simplemente un obstáculo, simplemente una cosa arcaica. El  hombre es la cosa más obsoleta hoy en día, porque todos los años sale una nueva edición de todas las cosas: un nuevo modelo de los carros Ford, un nuevo modelo de todo. Sólo el hombre permanece siendo el modelo más obsoleto. En medio de tantas cosas nuevas, tú eres la única cosa vieja.

         La mente moderna continuamente siente una falta de significado porque nadie te necesita. Aun los niños no te necesitarán, porque el gobierno, los asistentes sociales del gobierno, se encargarán de ellos. Los ancianos padres no te necesitarán, habrán entidades -del gobierno, del estado- que se encargarán de sus necesidades. ¿Quién te necesita? Y cuando sientes que nadie te necesita, que eres simplemente una carga innecesaria ¿cómo puedes ser feliz?

         En la antigüedad tú eras necesario. En algún lugar, un místico judío, Hillel, quien debe haber sido un hombre de gran confianza, un hombre que oraba mucho, le dijo a Dios en su oración: "No pienses que sólo yo te necesito -tú también me necesitas. Sin mí no serás nada. Si Hillel no está ahí ¿quién orará? ¿Quién te venerará? Yo soy una necesidad. Así que recuerda esto: Yo te necesito, eso es verdad -tú también me necesitas".

         Cuando todo el universo te necesita -aun el Dios- entonces tú tienes un sentido, un significado, una fragancia. Pero ahora nadie te necesita; puedes ser descartado fácilmente, tú no eres nada. La tecnología ha creado la comodidad y te ha hecho descartable. La tecnología te ha hecho mejores casas, pero no un hombre mejor, porque un hombre mejor necesita de alguna otra dimensión -y esa dimensión no corresponde a la mecánica. Esa dimensión es de la consciencia, no de la mecanicidad.

         La ciencia no puede crear un Buda o un Jesús, pero la ciencia puede crear una sociedad en la cual un Buda será imposible. Mucha gente viene hacia mí y me pregunta por qué ahora no hay más Budas, más teerthankaras, más Jesuses. ¡Por causa tuya! Ustedes han creado tal sociedad, que se hace más y más imposible que un hombre simple pueda existir, que un hombre inocente exista. Y aun si existiera, no lo reconocerían; no es que no hayan Budas -difícil pero los hay. Puedes estar pasando junto a ellos todos los días cuando vas a la oficina, pero no puedes reconocerlos, estás ciego.

         La confianza ha desaparecido. Recuerda esto: que Jesús vivió en una época de confianza, de profunda confianza. Toda su gloria, todo su significado puede ser entendido sólo a través de la dimensión de la confianza.

         Ahora entraremos a esta pequeña parte del dicho de Jesús:

 

Los discípulos le dijeron a Jesús: "Dinos a qué se parece el reino de los cielos".

 

         Ellos no eran preguntones, no eran gente curiosa, no iban a discutir. Su pregunta era inocente. Cuando una pregunta es inocente, sólo entonces un Jesús la podrá responder.

         ¿Cuándo es inocente una pregunta? ¿Sabes? Si ya sabes la respuesta, entonces la pregunta no es inocente. Preguntas: "¿Hay Dios?" y ya tienes la respuesta. Sabes que sí, que hay, y has venido hacia mí sólo para confirmarlo. O sabes que no hay ningún Dios, y vienes para ver si este hombre sabe o no. Si es que ya tienes una respuesta, entonces la pregunta es astuta, entonces no es inocente. Entonces no puede ser respondida por un Jesús, porque un Jesús sólo puede responder a la inocencia.

         Cuando un discípulo pregunta, no hay respuesta en su mente. El no sabe, simplemente él no sabe, por eso es que está preguntando. Recuerda eso: cuando preguntes algo, recuérdalo bien, ¿estás preguntando porque ya tienes la respuesta? ¿Estás preguntando en base a tu conocimiento? entonces no podrá haber contacto. Entonces aun si respondo, la respuesta nunca te llegará. No estás suficientemente vacío para recibir la respuesta. La respuesta ya está ahí: ya estás prejuiciado, envenenado.

         Hay dos tipos de preguntas: una que surge del conocimiento -entonces es inútil. Aquí es posible un debate, no un diálogo. Pero cuando preguntas porque no sabes, sabiendo bien que no sabes, cuando sabes que: no lo sé y preguntas, tú te has vuelto un discípulo. Ahora no va a ser una discusión. Estás sediento y estás pidiendo agua, estás con hambre y estás pidiendo comida. No sabes y preguntas; estás listo para recibir. Un discípulo pregunta sabiendo bien que no sabe. Cuando no lo sabes eres humilde. Cuando lo sabes te vuelves egocéntrico, y un Jesús no puede hablarle a los egos. Los discípulos le dijeron a Jesús -"Discípulos" significa aquellos que están completamente conscientes de que no saben- "Dinos a qué se parece el reino de los cielos".

         Jesús continuamente hablaba acerca del reino de los cielos, eso creaba muchos problemas. La misma terminología creaba muchos problemas, porque la palabra "reino" es política y los políticos se asustaron. Por eso es que fue crucificado, porque pensaron que: "Este hombre está hablando acerca de un reino que va a haber en la tierra, y este hombre está diciendo que: 'Yo soy el rey de ese reino'. Este hombre está tratando de crear una revolución, de derrocar al gobierno. ¡Este hombre quiere crear otro reino!".

         El rey, el virrey, los oficiales, los sacerdotes, todos se asustaron. Y este hombre influía, porque la gente lo escuchaba; y no sólo lo escuchaba -cada vez que lo escuchaba se transformaba, se encendía, era totalmente nueva, algo sucedía dentro de ellos. Así que los sacerdotes, el virrey, Poncio Pilatos, Herodes el rey, todo el gobierno, el gobierno seglar y el gobierno sagrado, ambos tuvieron miedo de este hombre. Este hombre parecía ser peligroso. Nunca hubo un hombre tan inocente como él, pero parecía tan peligroso. Fue mal entendido.

         Pero siempre existe la posibilidad de que un Jesús sea mal entendido. El problema es que él tiene que usar tu lenguaje; no hay otro lenguaje, y cualquier cosa que diga tiene que decirlo con tus palabras. No hay otras palabras y tus palabras ya están demasiado recargadas; ellas ya llevan demasiado significado, ellas están demasiado recargadas. El simplemente estaba hablando sobre el reino de Dios, el reino de los cielos. Pero "¿reino?" -esa palabra es peligrosa. La palabra reino sugiere algo de política.

         Jesús  no fue  un revolucionario  de este  mundo.    Fue  un revolucionario, un Maestro revolucionario

-pero del mundo interno, y estaba hablando del reino interno. Pero aun los discípulos no estuvieron conscientes de lo que estaba diciendo. Cuando ustedes llegan donde un Maestro, hay un encuentro de dos dimensiones diferentes. El encuentro es tal como el encuentro del cielo y de la tierra, justo en el límite de unión. Si existe confianza podrán volar al cielo; si no existe confianza se aferrarán a la tierra. Si hay confianza desplegarán sus alas y volarán, pero si no existe la confianza entonces se aferrarán a la tierra.

         Este hombre te trae un peligro. ¿Qué es el reino de los cielos? ¿Qué tipo de reino? El reino es absolutamente opuesto,  diametralmente opuesto al reino de este mundo. Y Jesús lo explicó y explicó... pero difícil de hacer entender a la gente.

         El dijo: "En el reino de Dios, el más pobre será el más rico, el último será el primero". El hablaba exactamente como Lao Tse y era un hombre como Lao Tse. "El último será el primero en mi reino de Dios". El está diciendo que el más humilde será el de mayor significado, que el más pobre será el más rico, y alguien no honorificado aquí será honorificado allá -¡todo al revés!

         Tiene que ser así. Te paras a orillas de un río y el río es silencioso, no hay movimiento en el agua y miras el reflejo: está al revés. El reflejo siempre está al revés. En este mundo realmente estamos al revés, y si queremos ponerlo al derecho todo tendrá que ponerse al revés; pero eso parecerá como si todo fuera a ponerse al revés -es necesario un caos.

         Buda se convierte en mendigo, en el último hombre; él era un rey, pero en el reino de Dios eso pertenece a lo último. El dejó el reino de este mundo porque el reino de este mundo es simplemente inútil, es una carga sin sentido. La llevas, pero no te nutre. Te destruye, es un veneno -puede ser un veneno muy lento de tal manera que no lo sientas.

        

         Un hombre estaba bebiendo y otro, un amigo, estaba pasando. Así que el amigo dijo: "¿Qué estás haciendo? Eso es veneno lento".

         El hombre respondió: "Está bien -no estoy apurado".

 

         Lo que sea que llames vida es un veneno lento, porque finalmente llega a la muerte. Te mata, nunca hace ninguna otra cosa. Puedes no tener prisa, pero eso no cambia en absoluto la cualidad del veneno. Puede ser lento, pueda que no tengas prisa, pero aun así te matará.

         El reino de este mundo pertenece a la muerte y el reino de los cielos pertenece a la vida eterna. Así que Jesús dice: "Aquellos que estén listos que vengan a mí. Les daré abundante vida".

         Jesús pasaba por un pueblo. Tenía sed y llegó a un pozo. Una mujer estaba sacando agua del pozo y él dijo: "Tengo sed, dame un poco de agua para beber".

         La mujer dijo: "Pero yo pertenezco a una clase muy baja y no me es permitido, y no puedo darte agua".

         Jesús le dijo: "No te preocupes. Dame agua y a cambio yo te daré el agua de mi pozo. Y una vez que la bebas nunca más tendrás sed".

         Los discípulos están preguntando: "¿Cómo es este reino de los cielos?" -porque aquello que no nos es conocido, puede ser explicado sólo en términos comparativos. De ahí todo los mitos. La mitología quiere decir tratar de explicar cosas que no sabes, y no puedes saber en este estado de la mente, a través de algo que sí sabes.  Para  tratar de explicar lo desconocido en  términos  de  lo  conocido se crea  el mito

-llevándote algún entendimiento hasta donde estás.

         El reino de los cielos no puede ser explicado directamente, inmediatamente. Es imposible. A menos que llegues ahí no hay manera de decir nada. Cualquier cosa que se diga estará errada. La verdad no puede ser dicha. Entonces ¿qué están haciendo continuamente por muchos años Jesús, Lao Tse y Buda? Si la verdad no puede ser dicha, ¿qué están haciendo? Ellos están tratando de explicarte, a través de unos símbolos que tú conoces, algo que no puede ser explicado; tratando de explicar lo desconocido en términos de lo conocido. Esto es la cosa más difícil en el mundo -parábolas, mitos, historias.

         Y hay gente tonta que trata de analizar un mito, de disectarlo y de decir que: "Este es un mito, no es la verdad". Lo analizan y disectan, le hacen una cirugía al mito y después dicen: "Esto es un mito, no es historia". Nadie jamás ha dicho que eso es historia, y el mito no puede ser disectado porque es simplemente simbólico.

         Es como si hubiera un hito y una flecha, y en la flecha estuviera escrito "Nueva Deli", y cortas la piedra y cortas la flecha, y la pintura y los químicos y todo lo que está ahí, y dices: "Algún tonto ha hecho esto -¡Nueva Deli no está ahí!".

         Los mitos son hitos, son flechas señalando lo desconocido. No son las metas, simplemente indican. Eso es el significado de la pregunta de los discípulos: "Dinos cómo es el reino de los cielos". No podemos preguntar qué es el reino de los cielos. Observa la calidad de la pregunta: no podemos preguntar -eso será demasiado, preguntar qué es el reino de los cielos. No podemos esperar la respuesta para eso. Sólo podemos preguntar como qué es eso... lo cual significa: "Dinos algo que conozcamos que sirva como una indicación, de tal forma que podamos tener un vislumbre".

         Es como el ciego preguntando cómo es la luz. ¿Cómo puedes preguntar qué es la luz cuando eres ciego? Si preguntas, la misma pregunta anula la respuesta. No puede ser respondida. La luz puede ser conocida -necesitas ojos. Pero, "¿como qué es la luz?" significa: "Di algo en el lenguaje del ciego".

         Todas las parábolas son verdades en el lenguaje del ciego; todas las mitologías son verdades vestidas en el lenguaje del ciego. Así que ¡no las disectes! No encontrarás nada ahí. Son tan solo indicaciones. Y si confías, las indicaciones son maravillosas.

         En un templo en el Japón no está la estatua de Buda. La gente entra y pregunta "¿Dónde está la estatua?". No hay estatua, pero en el pedestal hay un dedo señalando hacia el cielo -y eso es Buda. El sacerdote dirá: "Esto es Buda". No sé si es que el sacerdote lo entiende o no -ese dedo señalando a la luna. ¿Qué es un Buda? ¡Simplemente un dedo señalando a la luna!

         Los discípulos preguntan cómo es el reino de los cielos: "Dínoslo en una parábola, en una historia en la cual nosotros, niños, podamos entender. No sabemos, no tenemos ninguna experiencia, di algo que nos pueda dar un vislumbre".

 

         "Jesús les dijo: Es como una semilla de mostaza -más pequeña que todas las semillas, pero cuando cae en la tierra fértil produce un gran árbol y llega a ser el refugio de todos los pájaros del cielo".

 

         Esto, la semilla de mostaza, Jesús lo ha usado muchísimo, por muchas razones: uno, la semilla de mostaza es la semilla más pequeña. Dios es invisible, más pequeño que lo más pequeño. ¿Desde dónde puedes ubicarlo? En el límite está la semilla de mostaza, la más pequeña; más allá de la cual no serás capaz de entender, porque más allá está lo invisible. La semilla de mostaza es el límite, lo más pequeño en el mundo de lo visible -puedes verla pero es muy pequeña. Si vas más allá, entrarás en el mundo de lo sutil, más pequeño que lo más pequeño; esto existe en el límite.

         Y esta semilla de mostaza no sólo es la más pequeña, sino que tiene una cualidad muy misteriosa: cuando crece se convierte en el  árbol más grande. Así que es una paradoja: la semilla es la más pequeña y el árbol es el más grande. Dios es lo invisible y el universo es lo más visible; el universo es el árbol y Dios es la semilla; Dios es lo no manifestado y el universo es lo manifestado.

         Si partes una semilla no encontrarás el árbol; podrás disectarla pero no encontrarás un árbol escondido ahí. Y podrás decir que no hay árbol y que la gente simplemente era tonta hablando de un gran árbol escondido en la semilla; no hay nada.

         Esto es lo que los analistas siempre han estado haciendo. Tú les dices que esta flor es bella; la llevarán al laboratorio y la disectarán para buscar dónde está la belleza. Encontrarán los químicos y otras cosas, la disectarán y la examinarán y en muchos frascos etiquetarán los distintos  fragmentos  de una flor

-pero no habrá un sólo frasco en el cual se encuentre la belleza. No, saldrán del laboratorio y dirán: "Deben haber estado en una ilusión, soñaron -no hay belleza. He disectado toda la flor, nada se ha omitido y no hay belleza".

         Hay cosas que pueden ser conocidas sólo en su totalidad; no las puedes disectar. Son más grandes que sus partes, éste es el problema -un problema básico para los que están en busca de la verdad. La verdad es más grande que la unión de todas las partes. No es simplemente la suma de las partes, es más grande que todas las partes.

         Una melodía no es simplemente la suma de todas las notas, de todos los sonidos. No, es algo más grande. Cuando todas las notas se unen se crea una armonía, se manifiesta una armonía que no existía en la notas separadamente. Te estoy hablando a ti: puedes disectar mis palabras, todas las palabras pueden ser encontradas en el diccionario; pero tú no puedes encontrarme en el diccionario. Y podrás decir: "Todas las palabras están ahí, así que ¿para qué preocuparse?".

         Sucedió una vez: Mark Twain fue a escuchar a un amigo que era sacerdote. El amigo había insistido por muchos, muchos días. Era uno de los más grandes oradores, un orador muy poético y era muy respetado. Cada vez que él hablaba la iglesia se repletaba; pero Mark Twain nunca venía a escucharlo. El amigo insistió una y otra vez, entonces Mark Twain dijo: "Muy bien, iré este fin de semana". Para ese domingo preparó lo mejor; todo lo que era bello en su mente lo preparó, porque Mark Twain iba a ir. Y Mark Twain se sentó al frente y el sacerdote dio el mejor sermón que jamás haya dado. Le dio toda su energía y estaba realmente hermoso, fue una sinfonía, fue una poesía. Pero poco a poco fue tornándose temeroso, aprensivo, porque Mark Twain estaba sentado ahí como si estuviera muerto. Ni siquiera un rayo de satisfacción había en su cara. La gente aplaudía tantas veces, estaba extática, y sólo Mark Twain estaba sentado ahí sin dar ninguna indicación de que lo hubiera impresionado en alguna forma, ni negativa ni positivamente. El permanecía indiferente -y la indiferencia es más mortal que la actitud negativa. Porque si estás en contra, por lo menos tienes una actitud; si estás en contra le das cierto significado. Pero si estás indiferente, estás diciendo que eso es absolutamente inútil, ni siquiera vale la pena estar en contra.

         Luego terminó el sermón. Mark Twain regresó en el carro con el sacerdote. El sacerdote no podía preguntar; permanecieron en silencio. Justo cuando Mark Twain estaba saliendo del carro el sacerdote dijo: "No has dicho nada sobre mi sermón". Mark Twain dijo: "No es nada nuevo. Tengo un libro en mi casa y simplemente lo has copiado de ahí. Este sermón es una copia y no me puedes engañar. Puedes engañar a esos tontos ahí en la iglesia. Yo soy un hombre de letras y estudio, y por coincidencia sólo ayer en la noche estuve leyendo ese libro".

         El sacerdote no lo podía creer. El dijo: "¿Qué estás diciendo? No lo he copiado de ninguna parte. ¡Es imposible!". Mark Twain dijo: "Todas las palabras que has dicho están ahí y mañana te enviaré el libro". Llegó el día siguiente; le envió una copia de un gran diccionario y le dijo: "¡Ahí puedes encontrar todas las palabras!".

         Esto es la mente del analista. El puede matar una poesía inmediatamente. Puede decir que es tan solo un arreglo de palabras. No puede ver entre las palabras, no puede ver entre las líneas -y la poesía existe ahí. Y la belleza existe ahí, y el éxtasis y Dios y todo lo que tiene significado siempre existe entre las palabras, entre las líneas. La semilla de mostaza es la más pequeña y contiene lo más grande. No puedes ver a Dios porque él es lo más pequeño -la semilla de mostaza- pero puedes ver el universo. Y si el universo está ahí, la semilla debe estar ahí. ¿Cómo puede haber un árbol sin su semilla? ¿Puede haber un árbol sin su semilla? Ya sea que la puedas ver o no, ese no es el asunto. ¿Puede haber este universo sin una causa final? ¿Sin su fuente? El Ganges está ahí -¿puede existir el Ganges sin tener una fuente? Y este vasto universo -¿y crees que pueda existir sin una fuente?

         No sólo este vasto universo... sino tal armonía en él, tal sinfonía universal, tal sistema universal. No es un caos -tanta disciplina en él, todo en su sitio correcto. Y aquellos que saben bien, dicen que este es el mejor de todos los mundos posibles; nada puede ser mejor que esto.

         Debe haber una semilla, pero la semilla es muy pequeña, más pequeña que la semilla de mostaza. La semilla de mostaza es usada como un mito, para indicar. Ellos eran pescadores, labradores y jardineros que preguntaban, y ellos entendían la parábola, la parábola de la semilla de mostaza.

         Si tú la disectas te la perderás. Si disectas la religión, te la perderás; bien la puedes ver directamente sin disectarla o no la puedes ver. Hay una forma que utiliza la confianza: en la semilla no puedes ver al árbol, pero puedes ir y sembrar la semilla en la tierra -esto es lo que la confianza hará. Dirá: "Bien, esto es una semilla; confío en que se convertirá en un árbol e iré y la pondré en la tierra. Buscaré un terreno apropiado y protegeré la semilla. Y esperaré y oraré, y amaré y esperaré; soñaré...".

         ¿Qué más puedes hacer? Puedes sembrar la semilla y esperar y soñar, y esperar y orar. ¿Qué más puedes hacer? Entonces repentinamente un día, una mañana, despertarás y la semilla se ha convertido en algo nuevo, los germinados han brotado de la tierra. Ahora la semilla ya no es más una semilla -se está convirtiendo en un árbol. Está floreciendo.

         ¿Qué sucede cuando una semilla se convierte en árbol? Eso también se convierte en parte de la parábola. La semilla tiene que morir -sólo entonces puede convertirse en árbol. Dios ha muerto en el universo; no puede permanecer aparte, está en el universo, está disuelto en él. Por eso es que no puedes encontrar a Dios. Vas a los Himalayas, a la Meca, a Kashi, o a cualquier parte que quieras: no lo encontrarás en ninguna parte, porque él está aquí, ¡en todas partes! -así como la semilla está ahora en todo el árbol. No puedes encontrar la semilla; la semilla ha muerto en el árbol y se ha convertido en el árbol. El Dios ha muerto en este universo, en esta existencia, y se ha convertido en el cosmos.

         El no es algo separado. No es como un carpintero que hace algo y permanece separado; eso no es posible. Es como una semilla: el árbol crece de ella, pero entonces, ella desaparece en el árbol. Podrás encontrar de nuevo a Dios sólo cuando este árbol desaparezca.

         Los hindúes han venido diciendo que puedes encontrar a Dios -al principio de la creación, o que lo puedes encontrar al final de la creación. Al principio, cuando el mundo no existía, la semilla estaba ahí, pero tú no estabas presente -porque tú eres parte del árbol, tú eres las hojas del árbol. O él estará en pralaya cuando todo el mundo se disuelva, cuando el árbol llegue a envejecer y muera. Y esto es lo que está sucediendo con todo árbol: cuando el árbol envejece brotan nuevas semillas de nuevo, millones de semillas.

         En pralaya encontrarás millones de dioses de nuevo, pero entonces tú no estarás presente, ese es el problema. Sólo hay una manera de encontrar a Dios: si lo puedes encontrar aquí y ahora en cada hoja, sólo entonces podrás encontrarlo. Si estás buscando una imagen en particular, un Krishna, o un Rama, entonces no lo encontrarás. Ellos también son hojas -por supuesto más bellas, más vivas, más verdes, porque ellos han realizado a Dios, que está en todo.

         Cuando Jesús dice: "El reino de los cielos es como la semilla de mostaza", está diciendo millones de cosas. Eso es la belleza de una parábola; no dices nada, no dices mucho y dices muchas cosas. Cuando la semilla muere, el universo está ahí; cuando la semilla muere, el árbol está ahí. Este es el reino de Dios; aquí está el reino de los cielos. Y si lo estás buscando en alguna otra parte, estás buscando en vano. Si quieres estar en el reino de Dios, tú también vuélvete como una semilla y muere: repentinamente el árbol estará ahí. Ya no más estás tú; está Dios. Nunca encontrarás a Dios si tú eres. Dios no está ahí porque la semilla está. Cuando tú desaparezcas, Dios estará ahí; así que realmente no hay un encuentro.

         Cuando tú no eres, Dios está -el vacío en tu mano, entonces Dios está ahí, no más tú... entonces Dios está ahí. De nuevo una paradoja: la semilla contiene al árbol, pero la semilla también puede matar al árbol. Si la semilla se vuelve demasiado egocéntrica, si la semilla piensa: "Yo soy suficiente", y si la semilla comienza a tener miedo de la muerte, entonces su misma envoltura será su prisión; entonces su misma cáscara, que estaba protegiendo al árbol antes de que llegue al terreno apropiado, se convertirá en su prisión -y entonces el árbol morirá en la semilla.

         Ustedes son como semillas que se han convertido en prisiones. Un Buda es una semilla, un Jesús es una semilla, que no es una prisión: la semilla, la cáscara ha muerto, ahora el árbol ha brotado.

 

          El les dijo: "Es como una semilla de mostaza -más pequeña que todas las semillas, pero que al caer en  tierra preparada produce un gran árbol y llega a ser refugio para todos los pájaros del cielo".

 

         ".. pero al caer en tierra preparada..." Una tierra apropiada es necesaria. Que muera la semilla no será suficiente -puedes morir sobre una piedra, entonces no habrá árbol, simplemente será muerte. Tienes que encontrar el terreno apropiado, la tierra correcta, ese es el significado del discipulado. Esto es un entrenamiento; el discipulado es un entrenamiento, un aprendizaje para convertirse en un terreno preparado, apropiado. La semilla está ahí pero la tierra apropiada no ha sido encontrada. Tú tienes al árbol dentro de ti, el Maestro sólo puede darte la tierra apropiada. Puede prepararte, -puede sacarte la mala hierba, puede hacer que la tierra sea digna de recibir. Puede enriquecer la tierra con fertilizantes -es un jardinero.

         Tú contienes todo, pero aun así necesitarás de un jardinero; de otro modo irás tirando las semillas en cualquier parte. Ellas pueden caer en el camino de cemento y morirán ahí, o caerán en la vereda y la gente las pisará y morirán. Es necesario alguien que te proteja cuando estés muriendo. Mira: Cuando nace un niño es necesario una obstetriz. Nadie dice que será bueno sin una obstetriz. Es necesario una obstetriz porque el momento es muy delicado. Pero aun más grande es el momento cuando nace la verdad; más grande es el momento cuando Dios nace en ti -más grande que todos los nacimientos. El Maestro no es más que una obstetriz.

         De otro modo muchas cosas son posibles: puede suceder un aborto, el niño puede morir antes de que nazca. El Maestro está para proteger, porque el nuevo brote es muy delicado, vulnerable -cualquier cosa le puede suceder. Es muy peligroso. Pero si confías... y la confianza es necesaria, no hay otra manera. Si dudas, entonces te contraerás y la semilla nunca morirá; si confías, la semilla muere. La semilla no puede conocer al árbol, ese es el problema. La semilla quiere estar segura de que: "Si muero me convertiré en un árbol" -pero ¿cómo puedes darle certeza a la semilla?

         Esto es lo absurdo de la fe. La fe es absurda. Quieres tener certeza de que: "Puedo llegar a ser un sannyasin, puedo renunciar a todo, estoy listo para morir; pero ¿cuál es la garantía de que cuando la semilla ya no sea, aparezca el árbol?". ¿Quién puede darte la garantía y cómo puede ser dada? Y aun si se da la garantía, la semilla a quien se le dio la garantía no estará presente. ¿Y qué garantía puede demostrar a la semilla que cuando ya no esté ahí, el árbol estará en su lugar? Ninguna garantía es posible.

         Por eso es que la fe es absurda: creer en aquello en lo cual no se puede creer es el significado de la fe -creer en aquello que no puede ser creído; no hay manera de creerlo pero aún lo crees. La semilla muere en profunda confianza; el árbol nace. Pero una tierra preparada es necesaria, un terreno apropiado es necesario. Todo el discipulado es sólo para llegar a ser un terreno preparado.

 

         "... produce un gran árbol y llega a ser  refugio para los pájaros del cielo".

 

         Y cuando tu árbol realmente ha crecido, cuando se ha convertido en un "árbol búdico", entonces millones de aves que están en búsqueda vienen y toman refugio. Bajo Jesús, muchas "aves del cielo" toman refugio; bajo Buda, muchas "aves del cielo" toman refugio. Aquellos que están en búsqueda de lo más profundo, para ellos ese árbol -el "árbol búdico", el "árbol crístico"- se vuelve un refugio y ahí podrán sentir el palpitar de lo desconocido. Ahí podrán confiar, ahí podrán llegar a la comprensión de lo desconocido y ahí podrán dar el salto.

         El reino de los cielos es como la semilla de mostaza... Tú eres el reino de los cielos, tú eres como la semilla de mostaza. Estate listo a morir, ¡prepárate para tu muerte!

         Por supuesto, temblarás de miedo y aprensión. El salto va a ser difícil. Muchas veces podrás regresar, muchas veces llegarás al mismo borde y voltearás y escaparás, porque hay un abismo. La semilla sólo puede conocer el abismo, la semilla no puede conocer el árbol; no hay manera para que la semilla pueda ser testigo de la germinación del árbol; no hay manera. La semilla tiene que morir y creer en lo desconocido -que eso sucederá.

         Si estás listo a morir, sucederá. Anda y siembra las semillas en la tierra: cuando el árbol haya salido, entonces excava la tierra y ve dónde está la semilla; ha desaparecido, ya no está ahí. Anda y excava en un Buda, en un Jesús -no encontrarás al hombre, a la semilla. Esto es el significado de que Jesús es el hijo de Dios, ya no más hijo de José el carpintero. Porque la semilla salió de José el carpintero y de María, y ahora la semilla ha desaparecido, la cáscara ha desaparecido -y este árbol nunca vino de lo visible, es de lo invisible.

         Mira a Jesús: la semilla ya no está presente, sólo Dios está. Estate listo a morir para que puedas renacer. Abandona la mente, el cuerpo, el ego, la identidad -de pronto encontrarás que algo nuevo está creciendo dentro de ti: te has convertido en un útero, -estás encinta. Y estar espiritualmente encinta es el pico de la creación, porque tú te estás creando a ti mismo a través de eso. Nada se le compara. Puedes crear una gran pintura, una gran escultura; nada es comparable al hecho de crearte a ti mismo, a la "auto-creación".

         "... pero al caer en tierra preparada..." ¡estate listo a morir! Pero antes de que estés listo a dar el salto, conviértete en una tierra preparada -vuélvete un discípulo, vuélvete un aprendiz, vuélvete humilde; hazte como si tú no eres. Pronto realmente no lo serás -pero anda alistándote para eso, compórtate como si ya no eres. Entonces:

 

         "... produce un gran árbol y llega a ser refugio para todos los pájaros del cielo".

 

         Siempre ha estado sucediendo así: estás cerca a mí; mi semilla está muerta -por eso es que estás aquí. No es por ti que estás aquí, es por mí que estás aquí. Pero decir "por mí" no es correcto, porque no hay "mí"; la semilla ha desaparecido, ahora simplemente es un árbol. Y si tienes un vislumbre de tu propia posibilidad a través de mí, el trabajo es hecho.

         El reino de los cielos es como la semilla de mostaza... ustedes son las semillas, ustedes son la posibilidad de ese reino. Alístense para morir, porque esa es la única manera de renacer.

 

 

 

 

 

 

Capítulo 2

 

Jesús es Muy Paradójico

 

22 de Agosto de 1974

 

 

 SEGUNDO VERSÍCULO...PRIVATE

 

Jesús dijo:

"Los hombres probablemente piensan que he venido

a traer paz al mundo,

y no saben que he venido

a traer divisiones sobre la tierra

fuego, espada, guerra".

 

"Porque habrán cinco en una casa:

tres estarán contra dos,

y dos contra tres;

el padre contra el hijo

y el hijo contra el padre;

y estarán en soledad".

 

Jesús dijo:

"Te daré lo que el ojo no ha visto,

y lo que el oído no ha escuchado,

y lo que la mano no ha tocado,

y lo que no ha brotado

en el corazón del hombre".

 

 

         Jesús es muy paradójico, pero con mucho sentido. Para entender el significado muchas cosas tienen que ser entendidas. Primero, la paz es posible si todo el mundo está casi muerto. No habrá guerra ni conflicto, pero tampoco habrá vida. Ese será el silencio del cementerio. Pero eso no tiene valor, entonces, aun la guerra es mejor porque estás con vida y vitalidad.

         Otro tipo de paz -una dimensión de paz totalmente diferente‑ existe cuando tienes vitalidad y estás con vida, pero centrado dentro de tu ser: cuando el auto‑conocimiento ha sucedido, cuando te has iluminado, cuando la llama se ha prendido, no estás más en la oscuridad. Entonces habrá más vida, más silencio; pero el silencio pertenecerá a la vida, no a la muerte. No será el silencio del cementerio.

         Esta es la paradoja que debe ser entendida: la guerra es mala, el odio es malo; son las desgracias de la tierra y deben desaparecer; la enfermedad es mala, la salud es buena, la enfermedad debe desaparecer; pero tienes que recordar que un hombre muerto nunca se enferma; un cuerpo muerto puede deteriorarse pero no puede enfermarse. Así es que si no entiendes, todos tus esfuerzos pueden crear un mundo muerto. No habrá enfermedad, ni guerra, ni odio ‑pero tampoco habrá vida.

         A Jesús no le gustará ese tipo de paz. Ese tipo de paz es inútil ‑entonces este mundo, con guerra, es mejor. Pero muchos han estado trabajando para crear la paz y su actitud es simplemente negativa. Piensan: "Que si la guerra termina todo estará bien". No es tan fácil. Y esto no solamente es el concepto común del hombre ‑aun grandes filósofos como Bertrand Russell piensan que si la guerra se acaba todo estará bien. Esto es negativo.

         Porque la guerra no es el problema, el problema es el hombre. Y la guerra no está afuera, la guerra está adentro. Y si no has peleado la guerra internamente, la pelearás afuera. Si has peleado la guerra internamente y has salido victorioso, entonces la guerra de afuera cesará. Esa es la única forma.

         En la India hemos llamado a Mahavira El Conquistador, El Gran Conquistador, el 'Jain'. La palabra 'Jain' significa El Conquistador, pero nunca peleó con nadie, así que ¿a quién ha conquistado? El nunca creyó en la violencia, nunca creyó en la guerra, nunca creyó en pelear. ¿Por qué se le llama a este hombre, Mahavira, el Gran Conquistador? Mahavira, éste no es su nombre original; su nombre original era Vardhaman. ¿Qué ha sucedido? ¿Qué fenómeno ocurrió? Este hombre se ha conquistado a sí mismo y una vez que te conquistas a ti mismo, tu guerra con otros cesa inmediatamente -porque esta pelea con otros es simplemente un truco para evitar la guerra interna.

         Si no tienes tranquilidad contigo mismo, entonces sólo hay dos formas: ya sea que sufras esta intranquilidad o que la proyectes en algún otro. Cuando estás internamente tenso, estás listo para pelear. Cualquier excusa será suficiente ‑la excusa es lo de menos. Saltarás sobre cualquiera: sobre el sirviente, sobre la esposa, sobre el niño.

         ¿Cómo deshacerte de tu conflicto interno e intranquilidad? Lo haces responsable al otro. Entonces pasas a través de una catarsis: puedes encolerizarte ahora, puedes aventar tu cólera y violencia y esto te dará un desahogo, un alivio. Por supuesto temporalmente, porque lo interno no ha cambiado. De nuevo se acumulará, permanece lo antiguo, mañana otra vez se acumulará ‑la cólera, el odio‑ y tendrás que proyectarlo.

         Peleas con otros porque vas acumulando basura dentro de ti y tienes que tirarla afuera. Una persona que se haya conquistado a sí misma, se ha convertido en un auto-conquistador, no tiene conflicto interno, la guerra ha cesado. El es uno en su interior ‑no hay dos. Tal hombre nunca proyectará, tal hombre no peleará con nadie más.

         Así que este es un truco de la mente para evitar el conflicto interno, porque el conflicto interno es más doloroso ‑por muchas razones. La razón básica es que todos ustedes tienen la imagen de hombres buenos. Y la vida es tal que sin esta imagen sería casi imposible vivir.

         Los psiquiatras dicen que las ilusiones son necesarias para vivir. A menos que llegues a iluminarte, las ilusiones son necesarias para vivir. Si piensas que eres tan malo, tan diabólico, tan malvado; si esta imagen ingresa a tu interior ‑lo cual es verdad, lo cual eres‑ entonces no serás capaz de vivir en absoluto. Perderás la confianza en ti mismo y estarás lleno de tal condena a ti mismo, que no serás capaz de amar; no serás capaz de hacer nada, no serás capaz de mirar a otro ser humano, te sentirás tan inferior, tan malo, tan diabólico, que morirás. Este sentimiento llegará a ser un suicidio, y esto es una verdad -entonces ¿qué hacer?

         Un camino es cambiar esta verdad: conviértete en un hombre de Dios, no en un hombre del demonio ‑¡vuélvete divino! Pero eso es difícil, arduo, un camino largo y duro. Mucho tiene que hacerse, sólo entonces el diablo podrá llegar a ser divino. ¡Puede llegar a ser divino! Pueda que no estés consciente de que la raíz de la palabra diablo viene de la misma palabra de la cual viene la palabra divino: ambos 'diablo y divino' provienen de la misma raíz sánscrita 'deva'. El diablo puede llegar a ser divino, porque lo divino ha llegado a ser el diablo. La posibilidad está ahí, ellos son dos polos de una energía. La energía que se ha vuelto amarga puede llegar a ser dulce. Una transformación interna es necesaria, una alquimia interna es necesaria ‑pero eso es largo y arduo.

         Y la mente siempre busca el camino corto, donde haya la menor resistencia. Así que la mente dice: "¿Para qué preocuparse de ser un buen hombre? simplemente piensa que eres bueno". Esto es fácil, no es necesario hacer nada. Simplemente piensa que eres bueno, simplemente crea una imagen de que eres bello, celestial, que nadie es como tú, y aun esta ilusión de bondad te da energía para vivir.

         Si las ilusiones te pueden dar tanta energía, puedes concebir cuánto más sucederá cuando se realice la verdad. Aun la ilusión de que eres bueno te da vida para seguir, te da piernas para que te sostengas, te da confianza. Llegas a estar casi centrado aun con la ilusión, y este centro que sucede en la ilusión es el ego.

         Cuando estás realmente centrado, eso es el ser. Pero eso sucede sólo cuando la verdad es realizada: cuando tus energías internas han sido transformadas, lo más bajo ha sido transformado en lo más alto, lo terrenal en lo celestial; cuando el diablo ha llegado a ser divino, cuando te has vuelto radiante con la gloria que es tuya; cuando la semilla ha salido y germinado, cuando la semilla de mostaza ha llegado a ser un gran árbol.

         Pero ese es un proceso largo, uno necesita del coraje para esperar, uno no debe dejarse tentar por seguir el camino corto. Y en la vida no hay caminos cortos, sólo las ilusiones son caminos cortos. La vida es ardua, porque sólo a través de la lucha ardua puede darse el crecimiento en ti ‑nunca llega fácilmente.

         No lo puedes conseguir barato, y cualquier cosa que sea barata no podrá ser de ayuda para crecer. El sufrimiento ayuda ‑el mismo esfuerzo, la misma lucha, el camino largo te da agudeza, crecimiento, experiencia, madurez.

         ¿Cómo puedes conseguir la madurez a través de un camino corto? Hay una posibilidad ‑ahora están trabajando con animales y tarde o temprano trabajarán también con seres humanos‑ hay una posibilidad: puedes ser inyectado con hormonas. Un niño de diez años puede ser inyectado con hormonas y podrá convertirse en un joven de veinte.

Pero, ¿crees que logrará la madurez que debería haber alcanzado si hubiera pasado a través de esos diez años de vida? La lucha, el sexo que emerge, la necesidad de controlar, la necesidad de amar; de ser libre y aun controlado, de ser libre y aun centrado, de salir con otros, de sufrir en el amor, de aprender ‑todo ello no estará ahí. Este hombre que parece tener veinte años realmente tiene una edad de diez años. A través de las hormonas sólo has inflado su cuerpo.

         Pero están haciendo esto con animales, con frutas, con árboles. A un árbol se le puede inyectar, y el árbol que naturalmente llega a florecer en tres años, lo hará en un año. Pero a esas flores les faltará algo; es difícil de verlo porque ustedes no son flores, pero a ellas les faltará algo. Han sido forzadas, no han pasado por su período adecuado. Las frutas saldrán más pronto, pero esas frutas no estarán tan maduras: les faltará algo, son artificiales.

         La naturaleza no está apurada. Recuerda: la mente siempre está apurada. La naturaleza nunca está apurada ‑la naturaleza espera y espera, es eternal. No hay necesidad de apurarse; la vida continúa y continúa, es una eternidad. Pero para la mente el tiempo es corto, la mente dice: "El tiempo es oro". La vida nunca dice eso. La vida dice: "¡Experimenta!", no el tiempo. La vida espera, puede esperar; la mente no puede esperar ‑la muerte está acercándose. Para la vida no hay muerte, pero para la mente hay muerte.

         La mente siempre trata de encontrar el camino más corto. Y para encontrar el camino más corto, la manera más fácil es crear una ilusión: piensas que eres lo que quieres ser ‑entonces te has vuelto neurótico. Eso es lo que le ha sucedido a mucha gente que está en los manicomios: piensan que son Napoleón o Alejandro Magno o algún otro. Ellos creen eso y se comportan en esa forma.

         Escuché sobre un hombre quien estaba siendo tratado, psicoanalizado, porque creía que era Napoleón. Después de tres o cuatro años de tratamiento y psicoanálisis, el psiquiatra creía: "Ahora está completamente bien". Así que le dijo: "Ahora estás bien y puedes irte a casa".

         El hombre dijo: "¿A casa? ¡querrás decir a mi palacio!". Todavía se sentía Napoleón. Es tan difícil si te has vuelto Napoleón; ser tratado es muy difícil porque ¿qué va a suceder...? Aun si eres tratado y te sanas, vas a perder.

         Un General encontró a un Capitán que siempre estaba ebrio, así que lo detuvo. El hombre era muy bueno ‑los ebrios casi siempre son buenos, son gente muy bella, sólo que buscando el camino más corto. Así que el General dijo: "Eres un buen hombre y te aprecio y todo el mundo te ama, pero te estás desperdiciando. Si puedes permanecer sobrio pronto llegarás a ser Coronel".

         El hombre se rió y le dijo: "Eso no vale la pena, porque mientras estoy ebrio ya soy un General. Así que eso no vale la pena: si permanezco sobrio sólo voy a llegar a ser Coronel y mientras estoy ebrio ¡siempre soy el General!". Entonces está demasiado envuelto en la ilusión. ¿Cómo puede este hombre dejar la ilusión? ¡En una forma tan fácil se ha convertido en General!

         La mente encuentra atajos y las ilusiones son los atajos; el maya es lo más fácil y la cosa más barata de adquirir. La realidad es dura, ardua: uno tiene que sufrir y pasar por el fuego. Cuanto más pasas por el fuego más forjado te vuelves, más templado, más valioso. Tu divinidad no puede ser comprada a tan bajo precio en el mercado, no puedes regatear por ella; tienes que pagar con toda tu vida. Cuando toda tu vida está en juego ‑sólo entonces sucede.

         Peleas con otros porque éste es un camino fácil. Piensas que eres bueno, que el otro es malo, y la pelea es externa. Si te miras a ti mismo, entonces la pelea se convierte en interna: tú sabes que eres malo, es difícil encontrar un hombre más diabólico que tú. Si miras adentro, entonces encontrarás que eres absolutamente malo y que algo tiene que hacerse. Una lucha interna, una guerra interna comienza.

         Y a través de ese conflicto interno ‑y es una técnica, recuérdalo, es una de las más grandes técnicas que ha sido usada a través de los tiempos‑ si hay conflicto interno, entonces llegarás a integrarte. Si hay conflicto interno, entonces más allá de las partes en conflicto surge un nuevo centro de consciencia. Si hay un conflicto interno, entonces las energías están involucradas, todo tu ser está en turbulencia: se crea un caos y de ese caos nace un nuevo ser.

         Todo nuevo nacimiento necesita un caos; todo este universo ha nacido del caos. Antes que tú realmente nazcas será necesario un caos ‑esa es la guerra de Jesús. El dice: "He venido, no a darles paz", ‑no es que él no haya venido a darte paz, pero no la paz barata que te gustaría que se te dé.

         Ahora trata de entender sus palabras:

 

         Jesús dijo: "Los hombres probablemente piensan que he venido a traer paz al mundo, y no saben que he venido a traer divisiones sobre la tierra -fuego, espada, guerra".

 

         Cuando llegas a un Maestro como Jesús, llegas en busca de paz. Estás bienaventuradamente inconsciente de que has ido donde la persona que no corresponde. Tal como estás, no puedes conseguir la paz. Y si alguien te da la paz, eso será la muerte para ti. Tal como estás, si llegas a tener paz ¿qué significará eso? Eso significará que la lucha ha cesado antes de que hayas logrado nada. Tal como estás, si alguien te da silencio, ¿que significará eso? No habrás logrado el Ser, y te habrás consolado con tu situación.

         Esta es la forma por la cual podrás reconocer a un maestro falso de un Maestro verdadero: el maestro falso es un consuelo, te da paz tal como estás, nunca se preocupa de cambiarte ‑él es un tranquilizante. Es tal como las píldoras de dormir: llegas a él y te consuela. Pero si vas a un Maestro verdadero, éste es el criterio: aun si tuvieras algo de paz, eso también será destruido; si tuvieras tranquilidad, eso también se perderá.

         Un Maestro verdadero creará más turbulencia, más conflicto. No te va a consolar porque no es tu enemigo. Todos los consuelos son venenos. El te ayudará a crecer. El crecimiento es difícil, tendrás que pasar por muchas dificultades. Muchas veces querrás escapar de este hombre, pero no podrás, porque él te rondará.

         El consuelo no es la meta. El no puede darte una paz falsa. El te dará crecimiento y como resultado de ese crecimiento, algún día, florecerás. Y ese florecimiento será la verdadera paz, el verdadero silencio.  El consuelo es falso. La gente llega a mí y yo puedo ver en la forma que viene, los problemas que trae: ellos quieren consuelo. Alguien llega y dice:  "Estoy en muchas dificultades, mi mente no está en paz, estoy muy tenso. Dame algo, bendíceme para que llegue a tener paz". Pero, ¿qué querrá decir eso? Si este hombre puede alcanzar la paz ¿qué significará eso? Entonces este hombre nunca va a cambiar. No, esa no es la forma.

         Aun si un Maestro verdadero te consuela, ese consuelo es como una red de pescar. Serás cogido en el consuelo y entonces, poco a poco, creará el caos. Tendrás que pasar a través del caos, porque tal como estás, estás absolutamente mal. En ese estado, si alguien te consuela es tu enemigo. Con él perderás tiempo, vida, energía, y al final los consuelos no te ayudarán. Cuando venga la muerte todos los consuelos se evaporarán.

         Había un anciano cuyo hijo había muerto. Vino a mí y dijo: "¡Consuélame!".

         Le dije: "No puedo hacer eso, eso es pecado".

         El dijo: "He venido por eso".

         Le dije: "Puedes haber venido por eso, pero no puedo hacerlo".

         El dijo: "Pero fui a ese Shankaracharya y me consoló y dijo: No te preocupes, no te apenes, tu hijo ha renacido en un cielo muy elevado".

         Conocí a su hijo también, eso es imposible, porque era un político ‑todos ellos van al infierno, nunca van al cielo. Y no sólo era un político, sino un político con éxito -era un Ministro de Estado. Con toda la astucia de un político, con toda la ambición de un político, ¿cómo puede ir al cielo?

         Y este anciano también era un político. Básicamente él no estaba apenado porque el hijo haya muerto. El asunto básico era que su ambición había muerto, porque a través de ese hijo él estaba logrando más y más y más. El mismo se había vuelto anciano, él había trabajado continuamente toda su vida; pero era un poco tonto, no muy astuto, un poco ingenuo. El había trabajado duro, había sacrificado toda su vida pero no logró conseguir ninguna posición. Y eso era un dolor profundo, era una herida. Y entonces, por medio del hijo, ahora él lo estaba intentando, y el hijo lo había logrado. Ahora que su hijo estaba muerto, toda su ambición había muerto.

         Cuando le dije: "Esta es la razón por la que estás sufriendo tanto; no es por tu hijo", él se perturbó mucho.

         Dijo: "He venido para que me des consuelo y tú me estás perturbando más. Tal vez sea verdad. Todo lo que dices suena verdadero. Puede ser que mi ambición haya sido herida; y que no sea por mi hijo por lo que estoy llorando -puede ser por la ambición. Pero no me digas esas cosas tan duras, estoy en tal dolor en este  momento. Mi hijo está muerto y tú estás diciendo esas cosas tan duras. Y fui donde este Mahatma y donde ese Shankaracharya, y donde ese Gurú, y todos ellos me consolaron. Dijeron: 'No te preocupes, el alma es eterna, nadie muere jamás. Y tu hijo ‑no era un alma común y corriente, ¡él ha llegado a los cielos más altos!'".

         Estos son consuelos, y si este anciano continúa escuchando estos consuelos, está desperdiciando una gran oportunidad. El está desperdiciando una oportunidad donde podría haber encarado toda su ambición, lo cual es su problema. El podría haber encontrado que toda ambición es inútil, porque trabajas, trabajas y trabajas, y entonces la muerte se lo lleva todo. El podría haber penetrado en esto, pero no; él dejó de venir donde mí. Solía venir, pero desde aquél tiempo nunca más vino. Fue donde otros que lo consolaban.

         ¿Estás aquí para ser consolado? Entonces, estás en el sitio errado. Eso es lo que Jesús dice.

 

         El dice: "Los hombres probablemente piensan que he venido a traer paz al mundo, y no saben que he venido a traer divisiones sobre la tierra -fuego, espada, guerra".

 

         Cada vez que un hombre como Jesús viene, el mundo es dividido inmediatamente entre aquellos que están a favor de él y aquellos que están contra él. No puedes encontrar una sola persona que sea indiferente a Jesús. Cada vez que un tipo, un tipo de Jesús está presente, inmediatamente el mundo es dividido. Algunos están a favor de él y otros contra él, pero nadie es indiferente. Es imposible ser indiferente a Jesús. Si oyes la palabra, si ves a Jesús, inmediatamente estás dividido: bien te vuelves un amante o un enemigo; bien te alineas con él o en contra; bien lo sigues o comienzas a trabajar contra él.

         ¿Por qué sucede esto? Porque un hombre como Jesús es un fenómeno tan grande, y él no es de este mundo. El trae a este mundo algo del Más Allá. Aquellos que tienen temor del Más Allá, inmediatamente se vuelven sus enemigos ‑esa es la forma de protegerse. Para aquellos que tienen un deseo, una semilla escondida en alguna parte, que han estado buscando y buscando y anhelando el Más Allá, este hombre se vuelve carismático, este hombre llega a ser una gran fuerza magnética ‑ellos son atraídos en su amor. Por este hombre han estado esperando por muchas vidas.

         Inmediatamente el mundo se divide: bien estás por Cristo o estás contra él. No hay otra alternativa, no puedes estar indiferente. No puedes decir: "No me interesa"; eso es imposible, porque una persona que pueda permanecer en el punto medio, se convertirá en sí mismo en un Jesús. Una persona que pueda ubicarse en el punto medio: ni en el amor, ni en el odio, irá más allá de la mente. Tú no puedes ubicarte en el justo medio; caerás, te volverás un "derechista" o un "izquierdista", estarás en este lado o en el otro. El crea una gran turbulencia.

         No sólo en los individuos, sino también en la sociedad; todo en la tierra llega a estar en conflicto, una gran guerra comienza. Desde Jesús, nunca ha habido paz en el mundo. Jesús creó una religión. El trajo algo al mundo que creó tal división, tal conflicto en todas las mentes, que él llegó a ser el foco de toda la historia. Por eso es que decimos: "antes de Cristo" o "después de Cristo". El llegó a ser el punto central.

         La historia está dividida, el tiempo está dividido con Jesús. El permanece en el límite. Antes de Jesús es como si el tiempo fuera de una cualidad diferente; después de Jesús el tiempo ha adquirido una cualidad diferente: con Jesús comienza la historia. Su actitud, su enfoque hacia la mente humana es muy diferente al de Buda o al de Lao Tse. La última meta es una, el último florecimiento va a ser el mismo; pero el enfoque de Jesús es absolutamente diferente. El es único.

         ¿Qué está diciendo? Está diciendo que por medio del conflicto se consigue el crecimiento; a través de la lucha sucede el centramiento; a través de la guerra florece la paz. Pero no lo tomes literalmente ‑todo lo que está diciendo es una parábola. El cristianismo lo tomó literalmente y erró. Entonces los cristianos tomaron la espada en sus manos y han matado a millones innecesariamente, porque eso no era lo que Jesús quería decir. Entonces la iglesia, la iglesia de Jesús, se convirtió en una iglesia guerrera, se convirtió en una cruzada.

         Los cristianos han estado peleando con los mahometanos, con los hindúes, con los budistas ‑en todas partes han estado peleando. Pero erraron, Jesús estaba hablando de otra cosa. No estaba hablando de las espadas de este mundo, él trajo una espada de un mundo diferente. ¿Qué es esta espada? Es un símbolo. Tienes que ser cortado en dos porque en ti se unen dos cosas: este mundo ‑la tierra‑ y el cielo, ellos se unen en ti. Una parte de ti pertenece al barro, a la suciedad; una parte de ti pertenece a lo divino. Tú eres un punto de unión y Jesús trajo una espada para cortarte en pedazos, para que la tierra caiga a la tierra y que lo divino entre en lo divino.

         Tú no puedes hacer ninguna distinción de lo que pertenece a la tierra. Cuando tienes hambre, ¿piensas que tú tienes hambre? Jesús dice: "No, toma mi espada y ¡córtalo!". El hambre pertenece al cuerpo porque es una necesidad corporal. La consciencia no tiene hambre; el hambre se refleja en la consciencia porque el cuerpo no tiene consciencia.

         Debes haber escuchado una historia antigua Panchtantra: Sucedió que un gran bosque accidentalmente se incendió. Habían dos hombres, uno era ciego y el otro era cojo. El cojo no podía caminar, no podía correr, pero podía ver; y el ciego podía caminar y correr, pero no podía ver. Así que ambos hicieron un pacto: el ciego subió al cojo en sus hombros, y como el cojo podía ver y el ciego podía caminar, ambos se convirtieron en un hombre. Ellos lograron salir del bosque ‑salvaron sus vidas.

         Esto no es sólo una historia ‑esto es lo que ha sucedido en ti. Una parte de ti siente hambre, pero no puede saberlo porque no tiene ojos para ver. Tu cuerpo siente hambre, tu cuerpo siente deseo sexual, tu cuerpo siente sed, tu cuerpo necesita confort: todas las necesidades son del cuerpo. Y tu consciencia sólo ve, tu Ser es sólo un testigo. Pero ellos han hecho un pacto porque sin el cuerpo la consciencia no puede caminar, no puede moverse, no puede hacer nada; y sin la consciencia el cuerpo no puede darse cuenta de lo que es necesario, si es que el cuerpo está con hambre o con sed.

         La espada de Jesús significa que este acuerdo tiene que ser realizado conscientemente, y que luego debe hacerse una diferenciación: lo que pertenece a la tierra pertenece a la tierra; satisfácelo, pero no te obsesiones. Si tienes hambre, el cuerpo tiene hambre; sábelo bien, satisface el hambre pero no te obsesiones. Hay mucha gente que se obsesiona, van comiendo, comiendo y comiendo, y entonces algún día se frustran tanto con la comida que se ponen a ayunar, a ayunar y a ayunar. Pero ambas son obsesiones: demasiado comer es tan malo como demasiado ayuno.

         Un equilibrio apropiado es necesario, pero ¿quién te va a dar el equilibrio? Tienes que llegar a ser dos, tienes que estar completamente consciente de que: "Esto es de la tierra y yo no soy de la tierra". Esta es la espada de Jesús.

         El dice: "He venido a traer divisiones sobre la tierra, fuego, espada, guerra".

         ¿Por qué fuego?  El fuego es un antiguo símbolo cabalístico y también un antiguo símbolo hindú. Los hindúes siempre han estado hablando acerca del fuego interno. Ellos llaman al fuego interno tap porque es calor. Y encender ese fuego interno en tal forma que tu fuego esté ardiendo adentro lo llaman yagna.

         Hay técnicas para encender ese fuego interno. En este momento está casi muerto, cubierto de cenizas. Tiene que ser atizado, descubierto, vuelto a prender; más combustible es necesario, entonces se le debe dar más combustible. Cuando el fuego interno prende en su totalidad, repentinamente eres transformado ‑porque no hay transformación sin fuego. Calientas el agua hasta un grado específico, a cien grados el agua se evapora, se convierte en vapor; toda su cualidad cambia.

         ¿Has observado que cuando el agua cambia a vapor toda su cualidad cambia? Cuando es agua, siempre fluye hacia abajo ‑esa es la naturaleza del agua, fluir hacia abajo. No puede fluir hacia arriba, es imposible. Pero cuando llega a los cien grados se evapora, toda su naturaleza cambia: el vapor flota hacia arriba, nunca hacia abajo. Toda la dimensión ha cambiado y sucede a través del calor. Si vas al laboratorio de un químico ¿qué encontrarás? Si quitas el fuego nada sucederá ahí, porque toda transformación, todo nuevo cambio, toda mutación, es por el fuego. ¿Y qué eres tú excepto fuego? ¿Qué estás haciendo mientras vives? Cuando respiras, ¿qué respiras? Respiras oxígeno. El oxígeno no es nada sino combustible para el fuego.

         Cuando corres más fuego es necesario, así que respiras más profundamente; cuando descansas, menos fuego es necesario, así que respiras menos profundamente, porque menos oxígeno es necesario ‑el oxígeno es el combustible para el fuego. El fuego no puede existir sin el oxígeno porque el oxígeno es el que hace arder. Tú eres fuego ‑momento a momento, a través de la comida, a través del aire, a través del agua, el fuego se crea en ti. Cuando es demasiado tienes que liberarlo.

         Cuando los animales tienen el deseo sexual decimos que están ardientes. Esto es significativo porque es un tipo de calor. Es un tipo de calor, y cuando tienes más fuego del que puedes absorber, tiene que ser liberado, y el sexo es una puerta de escape.

         Recuerda, en países calurosos la gente es más sexual que en países fríos. En países calurosos aparecieron los primeros libros en sexología: El Kamasutra de Vatsayana, el Kokashastra del erudito Koka, ellos aparecieron primero. Los primeros freudianos estuvieron en el Este, ellos aparecieron antes que Freud, tres mil años antes que Freud. En el Occidente el sexo sólo recientemente se ha hecho importante. En un país frío no hay suficiente fuego en el cuerpo para crear demasiada sexualidad. Sólo en los últimos tres o cuatro siglos en el Occidente el sexo se ha hecho muy importante, porque ahora el país puede estar frío pero hay calefacción centralizada. Así que la gente no está tan fría; de otro modo el fuego del cuerpo está continuamente peleando con el frío. Por eso es que en el Este la población continúa creciendo, y es difícil evitarlo, pero el Occidente no tiene una gran explosión demográfica.

         Escuché que ocurrió que cuando los primeros astronautas rusos habían aterrizado en la luna, estaban muy contentos. Pero se sorprendieron de ver a tres chinos caminando por ahí. Así es que los miraron y les dijeron: "¿Ustedes han llegado antes que nosotros? ¡Y no tienen ningún medio, ni tecnología, ni ciencia! ¿Cómo se las arreglaron? Es un milagro. ¿Cómo llegaron aquí?".

         Y los chinos dijeron: "¡Nada de milagros! Algo simple: matemáticas: nos paramos uno en los hombros del otro y así sucesivamente ¡y llegamos!". Los chinos pueden llegar, los hindúes pueden llegar, no hay problema. ¡Una vez que se decidan podrán llegar a cualquier parte!

         El sexo es un fenómeno de calor, un fenómeno de fuego. Así que cada vez que el fuego esté ardiendo te sentirás más sexual, cuando el fuego no esté ardiendo tanto te sentirás menos sexual. Porque todo lo que sucede en ti, ya sea una transformación sexual en el cuerpo o una transformación espiritual, depende del fuego.

         Los hindúes, los cabalistas judíos, los sufis ‑y Jesús fue entrenado en una comunidad Esenia; en una sociedad muy oculta, esotérica‑ ellos sabían muchos métodos de cómo crear el fuego interno. Así que el fuego no sólo es el fuego que conoces, es el fuego más interno sobre el cual la vida existe.

         Si este fuego puede ser elevado a un nivel particular... por eso es que todas las religiones que usan este fuego están contra el sexo, porque elevarlo a un grado particular, sólo es posible si no es liberado. Si a través del sexo es liberado, entonces no podrá ser llevado al grado particular, entonces tienes una puerta de escape.

         Así que todas las salidas tienen que ser cerradas completamente, de tal manera que no haya fuga del fuego y que llegue al punto de los cien grados: a un cierto grado... de pronto sucede la transformación; el alma y el cuerpo están separados ‑la espada ¡ha funcionado! Entonces sabes lo que es la tierra en ti y lo que es el cielo en ti; entonces sabes lo que ha venido de tu padre y de tu madre, y lo que ha venido de lo invisible.

         "...fuego, espada, guerra..." Es necesario un conflicto interno profundo. No debes ser letárgico, no debes relajarte a menos que la relajación suceda ‑y eso es totalmente diferente. Tú tienes que luchar y crear conflicto y fricción. Fricción es la palabra apropiada para la guerra interna. Gurdjieff solía trabajar con la fricción; creaba fricción en el cuerpo. Pueda ser que no estés consciente, pero recuérdalo: algún día te harás consciente de que tu cuerpo tiene muchas capas de energías. Si no estás en fricción, entonces usas sólo la capa más superficial. Si surge mucho conflicto, la capa superficial se acaba y la segunda capa comienza a funcionar.

         Trátalo de esta forma: siempre vas a dormir a las diez de la noche. A las diez repentinamente sientes sueño ‑no vayas a dormir. Los Sufis han usado ese método muchísimo y Jesús también usó la vigilia. Toda la noche no dormía; por cuarenta días y cuarenta noches no durmió en el bosque; permaneció en las montañas solo sin dormir. ¿Qué sucede? Si no duermes a las diez, por unos cuantos minutos te sentirás muy, muy letárgico, con sueño, sueño, sueño. Pero si resistes y luchas se crea una fricción; tú te conviertes en dos: el que quiere dormir y el que no quiere dormir. Ahora hay dos partes luchando. Si te aferras y no cedes, de pronto encontrarás que todo el sueño se ha ido; estarás tan fresco como nunca lo has estado en la mañana. De pronto todo el sueño se ha ido, estás fresco y aun si quieres dormir, será difícil ir a dormir ahora. ¿Qué sucedió? Hubo sólo dos posibilidades: por medio de la fricción se ha creado la energía.

         Siempre por medio de la fricción se crea la energía. Toda la ciencia depende en crear fricción; entonces se crea la energía. Todos los dínamos son técnicas de fricción: cómo crear una lucha, una guerra entre dos cosas. Tú creas una guerra: tu cuerpo quiere ir a dormir y tú no quieres dormir; hay una fricción, se crea mucha energía.

         Si tú cedes será muy malo, porque si cedes el cuerpo ha ganado y la consciencia ha perdido una lucha. Así que si lo intentas, sólo inténtalo con la actitud de que no vas a ceder ‑de otro modo es mejor no intentarlo. Los métodos de fricción son peligrosos: si los intentas tienes que ganar. Si no ganas estás perdido, porque entonces pierdes la confianza en ti mismo. Tu consciencia se hará más débil y el cuerpo se hará más fuerte. Y si pierdes muchas veces, entonces la posibilidad de ganar es cada vez menor.

         Una vez que decidas usar algún método de fricción, entonces que tu meta sea el ganar. No se debe perder; la batalla debe ser ganada, y una vez que ganas has logrado una capa diferente. Ahora puedes ver que si ganas, la energía que estaba en la otra parte ha sido absorbida por ti; tú te has hecho más fuerte. Entonces cada lucha te hará más fuerte, más fuerte y llega un momento cuando toda la energía del cuerpo es absorbida por el ser.

         Gurdjieff solía usar la fricción muy profundamente y en formas tan peligrosas, increíblemente. Cuando estaba anciano, sólo unos cuantos años antes de su muerte, lo hizo suceder... un accidente muy peligroso, un accidente automovilístico. El lo hizo ‑realmente no fue un accidente; en la vida de una persona como Gurdjieff no hay accidentes. El está tan consciente que los accidentes no son posibles. Pero él puede permitir un accidente, incluso puede provocarlo ‑él lo provocó.

         Le gustaba conducir a velocidad y en toda su vida nunca había tenido ni un solo accidente. Y era un conductor peligroso; todos aquellos que se sentaban con él siempre estaban en ascuas. En cualquier momento.... Era absolutamente loco, no creía en ninguna regla de tráfico ni en nada. Iba en esta dirección o en aquella tan rápido como le era posible, y cualquier cosa era posible en cualquier momento ‑pero nunca sucedió.

         Y en la mañana de un día, cuando iba a París desde su ashram en Fontainebleau, alguien le preguntó: "¿Cuándo regresarás?".

         El dijo: "Si todo sucede como pienso que va a suceder, por la noche; de otro modo será difícil decirlo". Y por la noche cuando estaba regresando se dio el accidente. Y el accidente fue tan severo y peligroso que los doctores dijeron que nadie podría sobrevivir ‑¡imposible! Todo el carro se hizo añicos.

         Pero se encontró a Gurdjieff. Tenía sesenta fracturas en todo el cuerpo ‑casi muerto. Pero se le encontró perfectamente consciente, echado bajo un árbol, muy lejos de donde estaba el carro. Había caminado en la oscuridad y estaba echado ahí perfectamente consciente. No estaba inconsciente. Se le llevó al hospital; estaba perfectamente consciente. Dijo que no se le ponga anestesia -quería permanecer perfectamente consciente. Esta fue la fricción más grande que él le dio a su cuerpo: su cuerpo estaba al borde de la muerte, él creó toda la situación y quería permanecer absolutamente alerta.

         Y permaneció alerta. En este momento logró el centramiento más grande que le puede ocurrir a un ser: llegó a centrarse en su consciencia ‑la parte terrenal fue completamente separada. Se convirtió en un vehículo: puedes usarlo, pero no estás identificado con él.

         Este es el significado de Jesús cuando dice: "He traído fuego, espada, guerra" ‑no como los hombres posiblemente piensan, que he venido a traer paz sobre este mundo...

 

         "Porque habrán cinco en una casa: tres estarán contra dos y dos contra tres; el padre contra el hijo y el hijo contra el padre; y estarán en soledad".

 

         "Porque habrán cinco en una casa...". Esto es una parábola: en tu cuerpo hay "cinco en la casa" ‑los cinco sentidos, los cinco indriyas. Realmente, en lo profundo, tienes cinco cuerpos, porque cada sentido tiene su propio centro. Y cada sentido va manipulándote en su propia dirección: los ojos dicen: "Mira esa belleza"; la mano dice: "Toca, es tan agradable". Los ojos no están interesados en tocar en absoluto; la mano no está interesada en ver a una persona hermosa, a un cuerpo hermoso, a un árbol hermoso, no en absoluto.

         Todos los cinco sentidos existen como centros separados y tu mente es un simple coordinador; va coordinando entre estos cinco. Por eso es que me miras y me escuchas, escuchas por los oídos y miras por los ojos ‑los ojos nunca escuchan, los oídos nunca ven; entonces ¿cómo puedes concluir que escuchas a la misma persona? ¿Cómo puedes concluir? La mente va coordinando, es un computador: cualquier cosa con que los ojos la alimenten, cualquier cosa con que los oídos la alimenten, lo combina y te da la conclusión.

         El método de fricción que usaba Gurdjieff, que usaba Jesús... y aquellos que saben la historia secreta más interna de la vida de Jesús, ellos dicen que él no fue crucificado, que él hizo los arreglos para ser crucificado, tal como Gurdjieff. El se las arregló para ser crucificado ‑fue un drama que él arregló.

         Quienes lo crucificaban pensaban que lo estaban matando, pero tal hombre como Jesús no puede ser forzado a morir. El pudo haber escapado muy fácilmente, y era sabido, era muy bien sabido que él iba a ser apresado. El podía haber escapado de la capital o podía haber escapado del país, no había ningún problema. Pero él vino a la capital. Se dice que él dio el libreto de todo el asunto y que Judas no fue su enemigo, sino su amigo quien lo ayudó, quien ayudó a Jesús a ser apresado. Y todo el asunto fue dirigido y controlado por él.

         Esta fue la última guerra interna que le sucedió en la cruz, la última, la mayor fricción: cuando él está muriendo, pero sin perder confianza en lo divino; cuando la tierra está regresando nuevamente a la tierra; cuando la división es absoluta, total ‑él no está identificado en absoluto. El lo permite.

         Gurdjieff solía decir que esto ‑la crucifixión de Jesús‑ era un drama, y que realmente el autor del drama no es ni Poncio Pilatos ni los altos sacerdotes de los Judíos, sino el mismo Jesús. El lo dirigió, y lo dirigió tan bellamente que aun hasta la fecha no ha sido descubierto, no exactamente descubierto, cómo fue el asunto, cómo sucedió. Y no podrás pensarlo, dirigir tu propia crucifixión... pero eso es lo que es la religión: dirigir tu propia crucifixión. Ir a la cruz significa ir al clímax de la fricción ‑cuando la muerte está ahí.

 

         Jesús dice: "Porque habrán cinco en una casa: tres estarán contra dos y dos contra tres..."

 

         Debe crearse una fricción. Los sentidos deben luchar y la lucha debe hacerse consciente; ellos continuamente luchan, pero la lucha no es consciente; estás profundamente dormido, la lucha continúa. Los ojos continuamente están luchando con los oídos, y los oídos continuamente con los ojos ‑porque son competidores.

         ¿Has observado que un ciego tiene una capacidad auditiva mayor que un hombre que tiene ojos? Por eso es que los ciegos pueden llegar a ser grandes músicos, cantantes. ¿Por qué sucede? Tienen más capacidad para el sonido, para el ritmo, tienen más sensibilidad en los oídos. ¿Por qué? Porque los ojos ya no son competidores, la energía que iba a ser usada por los ojos queda disponible para los oídos ‑ellos son los competidores y tus ojos están usando ochenta por ciento de la energía, y sólo veinte por ciento para los otros cuatro sentidos... están en estado de inanición, están continuamente en una lucha.

         Los ojos han alcanzado supremacía, se ha vuelto la fuerza dictatorial. Vives a través de los ojos y algunos de los sentidos han muerto completamente. Mucha gente no tiene olfato, ese sentido ha muerto completamente, nadie se preocupa ‑ni siquiera están conscientes de que no pueden oler. Los ojos han explotado completamente a la nariz; está tan cerca que puede ser explotada. Los niños tienen olfato, pero poco a poco se pierde porque los ojos van usando más y más energía. Los ojos han llegado a ser el centro de tu ser, lo cual no es bueno.

         Los métodos de fricción usan un sentido contra el otro. Muchos métodos lo usan... el buscador permanece con los ojos cerrados por muchos meses; la energía comienza a fluir, puedes sentirla. Si por tres meses permaneces completamente con los ojos cerrados, podrás sentir que la energía fluye continuamente hacia los oídos, hacia la nariz ‑tu olfato puede regresar, ¡puedes volver a oler! Han habido buscadores, métodos, escuelas, donde un sentido es cortado completamente contra otro: se crea una lucha. Entonces por tres meses cierra los oídos y simplemente ve, no escuches; entonces verás que hay un constante movimiento de energía.

         Y si puedes ver tus sentidos en lucha, llegarás a estar separado, porque llegas a ser un testigo. Ya no eres los ojos, ya no los oídos, ya no las manos, ya no el cuerpo ‑eres un testigo. La lucha continúa dentro del cuerpo; tú eres el observador. Este es el significado de la parábola, el significado más profundo, pero en otro sentido también es verdad.

 

         "...el padre contra el hijo y el hijo contra el padre; y estarán en soledad".

 

         En otro sentido, también esto es verdad: que en una familia de cinco, tres estarán contra dos y dos estarán contra tres; porque cada vez que surge una persona religiosa en una familia, comienza una fricción, porque para una familia una persona religiosa es la persona más peligrosa. La familia puede tolerar cualquier cosa ‑pero no la religión, porque una vez que te vuelves religioso, ya no estarás identificado con el cuerpo.

         Y la familia está relacionada con el cuerpo: tu padre es tu padre por tu cuerpo. Si piensas que eres el cuerpo, entonces estarás relacionado a tu padre. Pero si te has dado cuenta que no eres el cuerpo, ¿quién es tu padre? ¿Cómo estás relacionado con él? Tu madre ha dado a luz a tu cuerpo, pero no a ti. Estás tan identificado con el cuerpo que piensas: "Mi madre me ha dado a luz a mí". Cuando no estás identificado, la identificación se rompe, ¿quién es la madre? Ella no te ha hecho nacer a ti, sino tan solo a tu cuerpo que va a morir. Así que tu madre no te ha dado la vida ‑mas bien, al contrario, tu madre te ha dado una muerte más. Tu padre no te ha dado la vida, te ha dado una posibilidad más de morir. Una vez que no estás identificado con el cuerpo, quedas cortado de la familia, desenraizado.

         Así que la familia puede tolerarte si vas donde una prostituta; está bien, nada de malo. Mas bien, al contrario, te estás identificando más y más con el cuerpo. Si te vuelves alcohólico, si te vuelves un borracho, está bien ‑porque te estás identificando más y más con el cuerpo‑ nada de malo en ello. Pero si te vuelves un meditador, si llegas a ser un sannyasin, entonces no está bien. Entonces es difícil porque estás siendo desenraizado, entonces el poder de la familia ya no está sobre ti; entonces ya no eres más parte de la familia, porque ya no eres parte de este mundo.

         Así que Jesús dice: "El padre estará contra el hijo, el hijo estará contra el padre. Y yo he venido a perturbar, a dividir, a crear conflicto y fricción".

         Esto es verdad. Puedes venerar a Buda, pero pregúntale al padre de Buda, él está contra Buda; pregúntale a los familiares de Buda, ellos están contra él ‑porque este hombre ha salido fuera de su control. No sólo eso: él está ayudando a que otros salgan del control de la sociedad, de la familia.

         La familia es la unidad básica de la sociedad. Cuando vas más allá de la sociedad, tienes que ir más allá de la familia. No significa que tú debas odiar ‑ese no es el asunto; o que tú vayas en contra ‑ese no es el asunto. Eso va a suceder. Una vez que comienzas a encontrarte a ti mismo, todo lo que has sido antes será perturbado, va a ser un caos. Así que, ¿qué debes hacer? Tratarán de jalarte para que regreses, tratarán de traerte de vuelta, harán todo esfuerzo. ¿Qué hacer entonces?

         Hay dos formas. Una es la antigua: el antiguo método es escapar de ellos; no darles ninguna oportunidad ‑pero creo que ese método ya no es aplicable. El otro es estar con ellos, pero ser un actor: no darles la oportunidad de saber que tú estás saliendo de su control. ¡Sal! Que eso sea tu camino interno, pero externamente cumple con todas las formalidades: toca los pies del padre y de la madre, y sé un buen actor.

         El antiguo método no puede ser seguido por muchos. Por eso es que la tierra no pudo volverse religiosa ‑porque ¿cuánta gente puede escapar de la sociedad? Y aun si escapa de la sociedad, la sociedad tiene que cuidar de ellos. Cuando Buda estaba aquí, o Mahavira, o Jesús, entonces miles dejaron sus familias. Pero aun así solamente miles ‑y millones quedan y tienen que cuidarse... Toda la tierra no podría llegar a ser religiosa si ese fuera el único camino, y eso tampoco está bien. Puede ser hecho en una forma más hermosa, y esa forma hermosa es ser un buen actor.

         Un sannyasin debe ser un buen actor. Cuando digo que debe ser un buen actor quiero decir que no estás vinculado en absoluto, pero que continúas cumpliendo las formalidades. En lo profundo has cortado las raíces, pero ni siquiera les das una insinuación de que has cortado las raíces ‑¿y para qué siquiera insinuarles? Porque entonces ellos comenzarán a tratar de cambiarte. No les des ninguna oportunidad; has que esto sea un camino interno y externamente sé completamente formal. Y ellos estarán completamente felices porque ellos viven de formalidades. Viven hacia afuera; no necesitan tu veneración interna, no necesitan tu amor interno ‑simplemente los gestos serán suficientes.

         Estas son las dos formas: una es la de Buda y Jesús, y la otra es la de Janak y la mía. Permanece donde estás. No hagas ningún espectáculo por eso, que estás cambiando y volviéndote religioso, porque eso puede crear problemas y tú puedes no estar suficientemente fuerte todavía. Crea el conflicto internamente, pero no lo crees externamente. Lo interno es demasiado y suficiente; eso te dará el crecimiento, la madurez necesaria.

 

         "...el padre contra el hijo y el hijo contra el padre; y estarán en soledad".

 

         La palabra "soledad" tiene que ser entendida profundamente. Cuando te vuelves religioso te vuelves solitario; entonces ya no hay sociedad para ti, estás solo. Y aceptar que estás solo es la transformación más grande que te puede suceder, porque la mente tiene miedo de estar sola, la mente quiere alguien en quién apoyarse, a quién aferrarse.

         Estando solo te sientes temblar, un temor te sobrecoge. ¿Solo? -e inmediatamente te apuras hacia la sociedad, hacia el club, a la conferencia, a la secta, a la iglesia; a algún lugar donde haya una multitud, donde puedas sentir que no estás solo, donde puedas perderte en la muchedumbre. Por eso es que la muchedumbre se ha vuelto tan importante: ve al hipódromo, ve al cinema ‑pero es necesaria una muchedumbre donde ya no más estés solitario, te puedes relajar.

         Pero un hombre religioso es un solitario porque está tratando de alcanzar el pico más alto. El no se va a perder entre los otros. El tiene que recordar, hacerse más atento, tiene que hacerse más consciente y alerta ‑y tiene que aceptar la verdad. Esta es la verdad: que todos estamos solos y que no hay posibilidad de ninguna unión. Tu consciencia es un pico solitario, y esa es su belleza; innecesariamente tienes temor de eso. Piensa en el Everest, en una multitud de Everests ‑entonces toda la belleza se habrá perdido. El Everest es bello y es un reto porque está solo, un pico solitario. Un hombre religioso es como el Everest: se vuelve un pico solitario, solo, y lo vive y lo disfruta.

         Eso no quiere decir que él no se desenvolverá en la sociedad, eso no quiere decir que no amará. Al contrario, solamente él podrá amar. Al contrario, solamente él podrá participar en la sociedad. Porque él es. Tú no eres ‑¿cómo podrás amar? El podrá amar, pero su amor no va a ser como una droga, él no se va a perder. El puede compartir, puede darse a sí mismo completamente y aun permanecer él mismo. El puede entregarse completamente a ti y aun él no se pierde; su atención permanece siendo su pico más interno. Ahí, en ese altar, él permanece solo. Nadie entra ahí, nadie puede entrar ahí.

         En el centro más interno de tu ser, estás solo ‑la pureza de la soledad y la belleza de la soledad...

         Pero sucede al contrario, tienes temor. Porque has vivido en la sociedad ‑naces en la sociedad, has sido criado en la sociedad‑ completamente te has olvidado de que tú puedes estar solo también. Así que entrar en la soledad por unos cuantos días es hermoso, tan solo siente tu soledad y luego regresa a la sociedad, pero trae tu soledad contigo. No te pierdas ahí. Permanece consciente y alerta. Participa en la sociedad, entra en la multitud, pero permanece solo. Puedes estar solo en la muchedumbre si así lo quieres; y puedes estar en la muchedumbre aun mientras estés solo si así lo quieres: puedes ir a los Himalayas y sentarte ahí y pensar en la sociedad ‑entonces estás en la muchedumbre.

         Sucedió que cuando Junaid fue donde su Maestro, él estaba solo y su Maestro estaba sentado en el templo. Junaid entró y el Maestro estaba solo. El Maestro dijo: "¡Junaid entra solo! ¡No traigas a la muchedumbre contigo!". Así que Junaid miró hacia atrás, por supuesto, porque pensaba que había alguien más viniendo con él. Pero no había nadie. El Maestro se rió y dijo: "No mires hacia atrás, mira hacia adentro". Entonces Junaid cerró los ojos y se dio cuenta de que su Maestro estaba en lo cierto. El había dejado a su esposa en la mente... el apego; había dejado a sus hijos, pero sus imágenes estaban ahí; y sus amigos que habían ido a darle el último adiós, permanecían aún en la mente.

         El Maestro dice: "¡Fuera! ‑entra solo, porque con esta multitud ¿cómo puedo hablar?". Y Junaid tuvo que esperar un año fuera del templo para liberarse de esta muchedumbre. Y después de un año el Maestro lo llamó: "Ahora, Junaid estás listo, entra. Ahora estás solo y es posible un diálogo".

         Puedes estar llevando a la muchedumbre; puedes estar en la muchedumbre solo. Trátalo: la próxima vez que estés en una gran muchedumbre en la sociedad, simplemente siéntete solo ‑y estás solo, así que no hay problema, podrás sentirlo. Así que una vez que sientas que estás solo, te has vuelto un solitario. Y Jesús dice: "He venido para hacerlos solitarios, para que estén solos...".

 

         "Te daré lo que el ojo no ha visto, y lo que el oído no ha escuchado, y lo que la mano no ha tocado, y lo que no ha brotado en el corazón del hombre".

 

         Tus ojos pueden ver aquello que está afuera, pero no pueden ver tu interior, no hay manera. Tus oídos pueden escuchar aquello que está afuera, pero no pueden escuchar tu interior, no hay manera. Están orientados hacia el exterior, todos los sentidos están orientados hacia el exterior. No hay un solo sentido que esté orientado hacia adentro. Así que cuando todos estos sentidos dejan de funcionar, de pronto estás adentro. No hay ningún sentido que se dirija hacia adentro.

         Jesús dice: "Te daré lo que el ojo no ha visto" ‑pero primero hazte solitario. Esto es lo que quiero decir cuando digo sannyasin: un solitario. Primero vuélvete un sannyasin, primero date cuenta de que estás solo ‑y estate tranquilo con esta soledad. No tengas temor. Mas bien disfrútala, mas bien ve su belleza, el silencio, la pureza y la inocencia. La suciedad jamás ha entrado ahí porque nadie ha entrado en ese altar. Ha permanecido eternalmente puro, es virgen, nadie ha estado ahí.

         Tu virginidad está escondida dentro de ti. Hazte un sannyasin, un solitario, entonces Jesús dice: "Te daré lo que el ojo no ha visto...".

         Cuando te haces solitario, totalmente solo, repentinamente te das cuenta de aquello que ningún ojo puede ver, de lo que ningún oído puede oír, y de lo que la mano no ha tocado. ¿Cómo puedes tocar tu ser? Podrás tocar tu cuerpo, pero eso no es tu ser. La mano no puede ingresar hacia adentro, no puede tocar tu consciencia ‑no hay forma.

         Y la última frase es la más hermosa jamás pronunciada por ninguna persona en esta tierra:

 

         "...y lo que no ha brotado en el corazón del hombre".

 

         Porque tu alma está aun más allá de tu corazón. Por supuesto, tu corazón está en la profundidad; pero en lo que respecta a tu alma también está afuera, no está adentro. Las manos están hacia afuera, los ojos están hacia afuera, el corazón también está hacia afuera, en la periferia. El punto más profundo ni siquiera es el corazón. El hambre surge en tu cuerpo, el amor surge en tu corazón ‑no la oración.

         La oración está aun más profunda, más profunda que el corazón. El hambre es una necesidad corporal; el amor es una necesidad del corazón. Dios es una necesidad del más allá, ni siquiera del corazón. Uno tiene que trascender la mente, uno también tiene que trascender el corazón. Uno tiene que trascender todas las periferias. Sólo el centro permanece.

         ¿Y qué cosa no ha surgido en el corazón del hombre? Dios no ha surgido en el corazón del hombre. En la mente surge la ciencia, surge la filosofía; en el corazón surge el arte, la poesía ‑pero no la religión. La religión surge en una capa más profunda, en la más profunda, más allá de la cual ya no hay dónde ir; en tu mismo centro, ni siquiera es en el corazón.

         "Y te daré lo que no ha brotado en el corazón del hombre", ‑aquello que está más allá, más allá y más allá. No podrás agarrarlo, no podrás verlo, no podrás oírlo, no podrás ni siquiera sentirlo. Aquí Jesús trasciende aun a aquellos místicos que son del corazón.

         Hay tres tipos de místicos: místicos de la cabeza ‑hablan en términos de teología, de filosofía, tienen las pruebas de la existencia de Dios. No hay ninguna prueba en absoluto, o a su vez todo es una prueba. Pero no hay necesidad de ninguna prueba; y uno no puede probarlo, porque todas las pruebas pueden ser discutidas y se puede demostrar que todas las pruebas están erradas. Luego están los místicos del corazón: hablan de amor, del amado, de lo divino, de Krishna; hablan en canciones, en poesías ‑son románticos. Su búsqueda es más profunda que la de los que usan la cabeza, pero aún no suficientemente profunda.

         Jesús dice: "Te daré lo que no ha brotado en el corazón, donde no llega ninguna teología y donde ninguna poesía puede darte un vislumbre, ni la lógica ni el amor ‑donde ambas se detienen. Te daré lo que no ha brotado en el corazón del hombre".

         Esta es la más profunda posibilidad ‑y Jesús la abre. Pero en el cristianismo se ha perdido. El cristianismo comenzó a tejer teorías entorno a ello, se convirtió en un asunto de la cabeza ‑ni siquiera en un asunto del corazón, se volvió un asunto cerebral. Los cristianos han producido grandes teólogos. Mira a la Suma Teológica de Santo Tomás de Aquino, cientos de volúmenes de teología. Pero erraron, porque Jesús no está en la cabeza. Y por causa de estos teólogos orientados a la cabeza, los místicos que eran del corazón fueron expulsados de la iglesia ‑ellos estaban un poco más profundo. Eckhart o San Francisco fueron expulsados; se les creyó tontos, o locos, o herejes ‑porque estaban hablando del corazón, estaban hablando del amor.

         Y ambos se equivocaron con Jesús. El no está orientado ni a la cabeza ni al corazón ‑no está orientado a nada en absoluto. El simplemente dice que dejes todas las orientaciones, que dejes todo lo que está hacia afuera y que entres al centro más interno donde solamente tú estás, donde solamente vibra el ser, donde solamente la existencia es. Y tú puedes llegar a esto; y si llegas a esto, entonces se te revelará todo misterio y se te abrirán las puertas. Pero puedes fallar aun estando en la puerta. Si permaneces orientado a la cabeza, puedes estar parado en la puerta y teorizando, puedes estar parado en la puerta y poetizando ‑hablando en poesía y cantando.

         Escuché una vez: Mulla Nasruddin fue a ver al psiquiatra y dijo: "Estoy muy extrañado, ahora haga algo, se ha vuelto imposible. Todas las noches tengo el mismo sueño, que estoy parado en la puerta y estoy empujando y empujando y empujando. Y hay un aviso en la puerta y empujo y empujo sin parar. Todas las noches despierto sudando y la puerta nunca se abre".

         El psiquiatra comenzó a tomar nota de todo lo que estaba diciendo. Después de conversar por media hora, el psiquiatra preguntó: "Y dígame Nasruddin, ¿qué dice en el aviso de la puerta?".

         Y Nasruddin dijo: "Dice 'jale'".

         Si en la puerta está escrito "jale", entonces ¡no continúes empujando! De otro modo, tendrás el mismo sueño recurrente, ¡eternamente continuarás empujando! Y no habrá problema en absoluto, simplemente ve lo que está escrito en la puerta. Jesús dice que en la puerta no está escrito ni 'cabeza' ni 'corazón' -está más allá de ambos.

         Así que haz una cosa: anda más allá. Ni caigas víctima de la lógica, del intelecto, ni te vuelvas una víctima de las emociones, del sentimentalismo. Anda más allá. La cabeza también está en el cuerpo, y el corazón también está en el cuerpo ‑anda más allá. ¿Qué cosa es más allá? Donde sólo hay simple existencia, tú simplemente eres.

         El ser no tiene ningún atributo. Ese simple estado del ser es dhyan, ese simple estado del ser es meditación ‑y eso es lo que está escrito en la puerta.

         Repentinamente se abre la puerta cuando eres un ser simple ‑sin emociones, sin pensamiento; sin ninguna nube a tu alrededor, sin humo en torno a la llama, sólo la llama -has entrado.

 

         "...y lo que no ha brotado en el corazón del hombre, yo te lo daré".

 

 

 

Capítulo 3

 

¡Esto es una Maravilla!

 

23 de Agosto de 1974

 

 

 TERCER VERSÍCULO...PRIVATE

 

Jesús dijo:

"Tomé mi puesto en medio del mundo

 y en carne aparecí ante ellos".

 

"Los encontré totalmente ebrios,

encontré que ninguno de ellos estaba sediento".

 

"Y mi alma se afligió por los hijos de los hombres,

porque están ciegos en sus corazones

y no ven que han venido vacíos a este mundo,

y vacíos también buscan irse de este mundo".

 

"Pero ahora están ebrios.

Cuando se hayan sacudido del vino,

entonces se arrepentirán".

 

Jesús dijo:

"Si la carne ha venido a existir

por el espíritu,

es una maravilla;

pero si el espíritu ha venido a existir

por el cuerpo,

es una maravilla de maravillas.

Pero me maravillo al ver cómo esta gran riqueza

ha hecho su hogar

en esta pobreza".

 

 

         Jesús, o Buda, o cualquiera que haya despertado, los encontrará totalmente ebrios. La embriaguez es de muchos tipos, pero la embriaguez está presente. Tú no estás alerta, no estás despierto, simplemente piensas que estás despierto y alerta ‑tu sueño continúa desde el nacimiento hasta la muerte.

         Gurdjieff solía contar una pequeña historia: Había un hombre que tenía miles de ovejas, y siempre tenía problemas porque las ovejas se extraviaban y eran víctimas de los animales salvajes. Así que le preguntó a un hombre sabio; el sabio le sugirió: "Consigue perros policías". Así que consiguió cien perros para cuidar las ovejas. Ellos no permitían que las ovejas salieran, y si alguna oveja trataba de escapar ellos la mataban.

         Poco a poco, se volvieron tan adictos que comenzaron a matar a las ovejas ‑se volvieron peligrosos. Así que de nuevo el hombre fue donde el sabio y le dijo: "Se ha vuelto un peligro, los protectores se han vuelto asesinos".

         Siempre sucede ‑observa a tus políticos: ellos son los protectores, los perros policías, pero una vez que se vuelven poderosos comienzan a matar.

         Así que el sabio dice: "Entonces sólo hay un camino; regresaré". Regresó e hipnotizó a todas las ovejas y les dijo a todas las ovejas: "Ustedes están despiertas, alertas, son completamente libres. Nadie es su amo".

         Y entonces esas ovejas permanecieron en ese estado hipnótico, ya no se iban a ninguna parte, ya no se escapaban, porque ésta no era una prisión, y todas ellas creían que eran las dueñas, amos de su propio ser. Aun si alguna oveja era muerta por el amo, ellas pensaban: "Ese es su destino, no el mío. Nadie me puede matar. Tengo un ser inmortal y soy totalmente libre, así que no necesito escapar". Entonces no había necesidad de perros policías; entonces el amo estaba tranquilo porque las ovejas estaban hipnotizadas.

         Ellas vivían en un semi‑sueño, y ese es el estado en el que estás ‑en el que Jesús te encuentra, en el que yo te encuentro. Pero nadie te ha hipnotizado ‑eso es una autohipnosis: tú eres ambos, el sabio que hipnotizó a las ovejas y las ovejas que fueron hipnotizadas -te has autohipnotizado a ti mismo.

         Hay cierto método de cómo hipnotizarte a ti mismo: si tienes continuamente un pensamiento particular, serás hipnotizado por él; si miras alguna cosa continuamente, serás hipnotizado por ella; si estás obsesionado por algo continuamente, serás hipnotizado por eso.

         Sucedió: Un poeta francés fue a los Estados Unidos. Lo pasearon por Nueva York, el guía lo llevó al edificio Empire State. Se le veía asombrado ‑miró una y otra vez, y luego dijo: "Me hace pensar en sexo".

         El guía estaba asombrado. Había escuchado muchos tipos de reacciones, pero ésta era algo nuevo. Nadie había comentado mirando al edificio Empire State que: "Me hace pensar en sexo". Así que le preguntó: "Si no te sientes ofendido, por favor dime por qué te hace pensar en sexo".

         El francés le dijo: "¡Todo me hace pensar en sexo!".

         Si continuamente piensas en sexo, eso te hipnotiza ‑entonces todo es sexual. Aun si vas al templo, el templo te hace pensar en sexo. No importa donde vayas, llevas tu mente contigo y tu mente continúa creando un mundo entorno a ti. Algunos son hipnotizados por el sexo, algunos son hipnotizados por el dinero, algunos son hipnotizados por el poder ‑pero todos son hipnotizados. Y nadie te ha hipnotizado ‑tú lo has hecho. Ese es tu trabajo.

         Pero lo has estado haciendo por tanto tiempo que te has olvidado de que tú eres el mago y que tú eres las ovejas. Y una vez que uno se da cuenta que: "Yo soy el mago y soy las ovejas", entonces las cosas comienzan a cambiar; entonces la primera chispa de transformación ha ingresado. Entonces jamás podrás ser el mismo otra vez, porque la hipnosis ha comenzado a desaparecer. Una ruptura se ha dado, algo de consciencia ha penetrado en ti.

         Puedes tener diferentes objetos de hipnosis ‑trata de descubrir cuál es el objeto de tu hipnosis, aquello que más te atraiga, aquello que se haya vuelto el punto central para tu ser. Y entonces obsérvalo, cómo llegaste a ser hipnotizado por eso.

         Mira alguna cosa continuamente, piensa en ella continuamente; la repetición es el método de la hipnosis. Si vas donde un hipnotista, él dirá: "Te estás durmiendo, durmiendo, durmiendo, durmiendo". Y continuará repitiendo la misma cosa en una voz monótona y pronto estarás profundamente dormido. Y no estaba haciendo nada, simplemente repitiendo algo. Al escucharlo una y otra vez, te quedarás dormido ‑tú mismo te has hipnotizado. Recuerda esto, porque esto lo estás haciendo continuamente, y esto es hecho por la sociedad continuamente. Todo el mecanismo de la propaganda consiste en repetición. Los políticos van repitiendo ciertas cosas. Continúan repitiendo; no les importa si los escuchas o no. Que los escuches no es el asunto ‑simplemente van repitiendo. Poco a poco eres convencido, persuadido; no lógicamente, no racionalmente ‑ellos nunca argumentan contigo‑ sino que por medio de la repetición tú eres hipnotizado.

         Hitler iba repitiendo que: "Los judíos son la causa de las desgracias de Alemania, de su caída. Una vez que los judíos sean destruidos, no habrán problemas. Ustedes son los dueños de todo el mundo, son una raza especial; han venido aquí a dominar ‑son amos de las razas". Incluso sus amigos no lo creyeron al principio; él mismo no lo creyó al principio, porque era una mentira tan clara.

         Pero él continuó. Poco a poco la gente comenzó a creerle ‑fueron hipnotizados. Y cuando la gente fue hipnotizada, él a su vez fue hipnotizado pensando: "Debe haber algo de verdad en eso. Cuando millones de gente lo cree, debe haber algo de verdad..." Entonces sus amigos también comenzaron a creer. Entonces se convirtió en una hipnosis mutua; entonces toda Alemania entró en eso.

         Una de las razas más inteligentes se comportó de una manera muy tonta. ¿Por qué? ¿Qué le sucedió a la mente alemana? Simple repetición, propaganda. Hitler ha escrito en su autobiografía Mein Kampf que para convertir una mentira en verdad, es un proceso simple: simplemente continúa repitiéndola -y él lo sabe por su propia experiencia. Vas repitiendo algo en particular: fumas, continúas fumando todos los días, se vuelve una hipnosis. Entonces aun si llegas a saber que es inútil, tonto, peligroso para la salud... pero no se puede hacer nada porque ahora es una autohipnosis.

         La esposa de Mulla Nasruddin le leía un artículo contra el fumar. Se citaba a los expertos que decían que el cáncer, la tuberculosis y otras enfermedades eran posibles a través del fumar. El lo escuchó y dijo: "¡No sigas con esa tontería! Todo esto es tonto, y te advierto que ¡tengo la intención de continuar fumando hasta que muera!".

         La cansada esposa dijo: "Está bien, entonces haz lo que quieras. Pero, ¿qué te hace pensar que aun después dejarás de fumar? ¿Qué te hace pensar que aun cuando mueras dejarás de fumar?".

         Realmente, si estás bajo hipnosis, nunca se detiene. No habrá mucha diferencia cuando mueras: en la próxima vida comenzarás de nuevo con lo mismo, porque la próxima vida comienza desde donde quedó la anterior; es una continuidad. Nace un niño: él no es realmente un niño, es muy, muy anciano, muy antiguo. Trae con él todos su antiguos karmas, todos sus samskaras y condicionamientos. Comienza como un hombre anciano ‑tiene sus hipnosis. Esto es lo que los hindúes llaman samskaras, karmas.

         ¿Qué son los karmas? ¿Cuál es el significado de la teoría del karma? El karma es un método de autohipnosis. Si repites una acción continuamente, llegas a hipnotizarte con ella. Entonces el karma, la acción, se vuelve el amo y tú simplemente eres un esclavo.

         ¿Qué has ganado con el sexo? ¿Has ganado algo? -¿o es sólo una repetición? Pero lo has repetido por tanto tiempo, que si ahora lo dejas sentirás que estás perdiendo algo. Si continúas, sentirás que no se ha ganado nada. Si no se gana nada al continuarlo, entonces no estás perdiendo nada al dejarlo. Entonces ¿por qué sientes que estás perdiendo algo? Simplemente la vieja costumbre, un samskara, un condicionamiento, un karma. Lo has repetido demasiadas veces y has sido hipnotizado por él. Ahora tienes que repetirlo, se ha hecho una obsesión, se ha vuelto compulsivo.

         Una persona come en exceso, sabe que es malo, sufre a causa de eso, continuamente se enferma. Pero aun así, cuando se sienta a comer no puede detenerse, es compulsivo. ¿Qué es una compulsión? Por haberlo estado haciendo por tanto tiempo ha sido hipnotizado. Está ebrio.

         Una noche Mulla Nasruddin llegó a casa muy tarde, debe haber sido las tres de la madrugada. Tocó la puerta; la esposa estaba muy molesta. Mulla dijo: "¡Espera! Primero dame un minuto para explicarte, luego tú comienzas. La pasé sentado con un amigo muy enfermo".

         Su esposa dijo: "Una historia muy probable ‑pero entonces dime el nombre de tu amigo".

         Mulla Nasruddin pensó y pensó y pensó, y luego dijo triunfantemente: "¡Estaba tan enfermo que no me lo pudo decir!".

         La mente, si está ebria, puede encontrar excusas, pero todas esas excusas son falsas, tal como ésta: "Mi amigo estaba tan enfermo que no me lo pudo decir". Para el sexo encontrarás excusas, para fumar encontrarás excusas, para tu hambre de poder encontrarás excusas ‑pero todas las excusas son ridículas. El hecho real es que no estás listo para reconocer que se te ha hecho compulsivo, que estás bajo una obsesión, que estás bajo una hipnosis.

         Esto es lo que Jesús encuentra: que todos están ebrios y profundamente dormidos. Tú no lo puedes encontrar porque tú mismo estás dormido. A menos que despiertes, no podrás darte cuenta de lo que está sucediendo a tu alrededor: todo el mundo moviéndose en sonambulismo. Por eso es que hay tanta desgracia, tanta violencia, tanta guerra. Es innecesario, pero tiene que ser así, porque la gente que está dormida y ebria no puede ser responsable por nada. Si alguien fuera donde Jesús a preguntarle: "¿Qué debería hacer para cambiar? Jesús diría: "No puedes hacer nada para cambiar a menos que te hagas consciente". ¿Qué puedes hacer? ¿Qué puede hacer un hombre que está profundamente dormido, para cambiar sus sueños? ¿Qué puede hacer?

         La gente solía ir donde Gurdjieff ‑y Gurdjieff es el hombre más representativo de Jesús en esta época, no el Vaticano ni el Papa... Gurdjieff es el más representativo, porque él creía y trabajaba con los mismos métodos de fricción que Jesús usaba. El creó muchos tipos de cruces para que la gente se clavara y fuera transformada. Gurdjieff también solía decir que tú no puedes hacer nada a menos que tú seas. Y si no estás consciente, no estás presente, simplemente crees que estás. Esta creencia no te ayudará.

         Ahora presta atención a estos dichos. Todos ellos son muy profundos, los más profundos, muy significativos, pueden llegar a ser guías en tu camino. ¡Recuérdalos!

 

         Jesús dijo: "Tomé mi puesto en medio del mundo y en carne aparecí ante ellos. Los encontré totalmente ebrios, encontré que ninguno de ellos estaba sediento".

 

         Y Jesús nunca renunció al mundo; se ubicó en medio de todos nosotros. No fue un escapista, trabajó en la plaza pública, vivió con las multitudes. Habló con prostitutas, trabajadores, labradores, pescadores. El no salió del mundo, permaneció aquí entre ustedes. El conoce el mundo más que cualquiera que haya escapado.

         No es de sorprender que el mensaje de Cristo llegara a ser tan poderoso ‑el mensaje de Mahavira nunca fue tan poderoso, pero Jesús convirtió a casi medio mundo. ¿Por qué? El permaneció en el mundo, comprendió al mundo ‑sus maneras, a la gente, su mente. El trabajó con ellos, llegó a entender cómo están funcionando -dormidos, ebrios. El comenzó a encontrar métodos y medios para  despertarlos.

         La última noche, cuando Jesús fue apresado ‑mejor dicho cuando provocó su arresto‑ cuando el drama final fue escenificado, un discípulo estaba con él. Y Jesús dijo: "Esta es mi última noche, así que entraré en oración profunda. Debo orar, y tú mantente en vigilia. ¡No te duermas! Regresaré y veré ‑¡y ésta es mi última noche!".

         Jesús se fue. Después de media hora regresó y el discípulo estaba profundamente dormido. El lo despertó y le dijo: "Estás profundamente dormido y te dije que te mantengas en vigilia, porque ésta es mi última noche. Permanece alerta, porque ¡ya no estaré más aquí! Entonces podrás dormir por los siglos de los siglos. Pero conmigo, por lo menos en mi última noche ¡permanece alerta!". El discípulo dijo: "Discúlpame, me sentía con tanto sueño que no pude evitarlo. Pero lo intentaré ahora".

         Jesús entró de nuevo en oración. Después de media hora regresó, y el discípulo estaba profundamente dormido. El lo despertó de nuevo y le dijo: "¿Qué estás haciendo? La mañana se está acercando y ¡seré apresado!". El discípulo dijo: "Discúlpame, perdóname, pero la carne es muy fuerte y la voluntad muy débil, y el cuerpo estaba tan pesado ‑y pensé: '¿Qué hay de malo en dormir un poco? Para cuando regreses estaré despierto nuevamente'".

         Por tercera vez Jesús vino y el discípulo estaba profundamente dormido... Pero esta es la situación de todos los discípulos. Muchas veces he venido donde ustedes y los he encontrado profundamente dormidos. Cada vez que vengo donde ustedes los encuentro profundamente dormidos. Dormir se ha vuelto su estado normal. ¿Qué significa estar dormido? Que no estás consciente que tú eres, entonces serás irresponsable por cualquier cosa que hagas. Estás enajenado; cualquier cosa que hagas, la estás haciendo como un ebrio.

         Mulla Nasruddin fue detenido. Cuando salió de la corte le dijo a un amigo: "Ha sido muy duro: el juez me multó primero con cincuenta rupias" ‑por haber besado a una mujer extraña en la calle. Así le decía a su amigo: "El juez primero me multó con cincuenta rupias por besarla, y luego cuando miró a la mujer me multó con otras cincuenta rupias ¡por estar ebrio!". Porque la mujer casi no era mujer en absoluto; era tan horrible, ¡que nadie podría besarla, en su sano juicio!

         Y todos ustedes han estado besando las cosas más horribles posibles. Eso es posible sólo porque están ebrios y dormidos. ¿Alguna vez han pensado sobre las cosas que los obsesionan? ¡Qué horrible! ¿Pueden encontrar algo más horrible que el poder?¿un hombre más horrible que Hitler, que Napoleón, que Alejandro Magno? Pero eso es también tu ambición; en lo profundo te gustaría ser como Napoleón, como Alejandro Magno, como Hitler: con éxito en el mundo, poderoso en el mundo. Pero ¿puedes encontrar algo más horrible que ellos?

         El poder es lo más horrible, pero todo el mundo quiere poder, dominio. ¿Has visto la fealdad de la riqueza? Porque tiene que ser fea; no puede ser hermosa, porque depende de la explotación. Hay sangre y muerte ahí, y muchos han sido privados de sus vidas... sólo entonces tu cuenta bancaria continúa creciendo. No podrás encontrar nada más feo que eso, pero en lo profundo todo el mundo está buscando el dinero.

         Cuando llegue el día del juicio final, se te multará con cincuenta rupias primero, y cuando Dios mire a las cosas que has estado besando, se te multará con cincuenta rupias más por haber estado ebrio; de otra manera no sería posible.

         Jesús dice;

 

         "Tomé mi puesto en medio del mundo y en carne aparecí ante ellos...".

 

         "Y no estaba en espíritu" ‑porque muchos Maestros continuamente te visitan sólo en espíritu. Buda aún te toca la puerta, pero sólo en espíritu. Y si no puedes ver a una persona que ha venido en carne y hueso, ¿cómo podrías reconocer a Buda?

         En este siglo, cuando H.P. Blavatsky descubrió ‑o redescubrió‑ la existencia de Maestros en espíritu que van trabajando y ayudando a la gente que está en el camino, nadie le creyó. La gente creyó que se había vuelto loca, porque la gente decía: "Danos pruebas -¿dónde están esos Maestros?". Una de las más grandes cosas que hizo la teosofía fue el redescubrir a los Maestros, porque cualquiera que haya llegado a la iluminación permanece en el mundo, porque no hay ningún otro sitio dónde ir. Esta es la única existencia que hay. El permanece, pero sin el cuerpo, y su ser continúa funcionando, ayudando, porque esa es su naturaleza ‑eso no es algo que él tenga que hacer.

         Simplemente es como la luz. La luz está presente: y va iluminando todo lo que está a su alrededor. Si el camino está desierto y no pasa nadie, entonces la luz también continúa encendida porque esa es su naturaleza. Alguien llega al camino, y entonces la luz está presente y la luz guía; no es que él tenga que hacer algo de su parte ‑simplemente es su naturaleza. Cada vez que un ser llega a la iluminación permanece como guía. Pero no podrás reconocer un guía en espíritu si no puedes reconocer a un guía de carne y hueso.

         Jesús dice: "Me aparecí ante ellos en carne y hueso ‑estaba en el cuerpo, podían verme, podían oírme, podían sentirme, pero aun así erraron. Erraron porque los encontré a todos ebrios. Realmente no estaban presentes, y la consciencia tampoco, en absoluto. Toqué sus puertas, pero no estaban en casa".

         Si Jesús llega a tu casa y toca la puerta, ¿estarás ahí para recibirlo? Estarás en alguna otra parte, nunca estás en casa. Vas vagando por todo el mundo, excepto en casa. ¿Dónde está tu hogar? Dentro de ti, donde está el centro de la consciencia, es tu hogar. Nunca estás ahí, porque solamente en profunda meditación estás ahí. Y cuando estés en meditación profunda podrás reconocer a Jesús inmediatamente ‑ya sea que venga en carne y hueso o sin cuerpo, no habrá diferencia. Si estás en casa reconocerás su toque. Pero si no estás en casa, ¿qué se puede hacer? Jesús tocará y no estarás ahí. Ese es el significado de la palabra "ebrio": no estar en casa.

         Realmente, cada vez que quieres olvidarte de ti mismo, tomas alcohol, drogas; cada vez que quieres olvidarte de ti mismo bebes. Beber quiere decir olvido, y toda la religión consiste en recordarse. Por lo tanto, toda las religiones insisten en que no bebas. No es que haya algo de malo en beber intrínsecamente; si tú no estás en el camino no hay nada de malo. Pero si tú estás yendo en el camino, entonces no puede haber nada más errado que eso, porque todo el camino consiste en el auto-recuerdo, y el beber es olvido.

         Pero ¿por qué quieres olvidarte de ti mismo? ¿Por qué estás tan aburrido contigo mismo? ¿Por qué no puedes vivir contigo mismo? ¿Por qué no puedes estar alerta y en tranquilidad? ¿Cuál es el problema? El problema es que cada vez que estás alerta, solo, te sientes vacío; te sientes como si no fueras nadie. Sientes una nada adentro y esa nada se vuelve el abismo. Te asustas, comienzas a huir de eso.

         En la profundidad de tu interior, eres un abismo; por eso es que vas escapando. Buda, llamó a ese abismo el "no ser", anatta. No hay nadie allá adentro. Cuando lo observas es una vasta expansión, pero no hay nadie ahí ‑tan solo un cielo interno, un abismo infinito, sin fin, sin comienzo. Desde el momento en que lo miras, te mareas, comienzas a correr, inmediatamente escapas. Pero ¿a dónde puedes escapar? Dondequiera que vayas ese vacío irá contigo, porque eso eres tú, es tu Tao, tu naturaleza. Uno tiene que llegar a entenderlo y a aceptarlo.

         La meditación no es otra cosa que llegar a entender y a aceptar tu vacío interno: reconociéndolo, no escapando; viviendo a través de él, no escapando; siendo a través de él, no escapando. Entonces de pronto el vacío se vuelve la plenitud de la vida. Cuando no escapas es la cosa más hermosa, la más pura, porque sólo el vacío puede ser puro. Si hay algo ahí, ha entrado suciedad; si hay algo ahí, entonces ha entrado la muerte; si hay algo ahí, entonces ha entrado la limitación. Si hay algo ahí, entonces Dios no puede estar ahí. Dios quiere decir el gran abismo, el último abismo. Está ahí, pero nunca te has entrenado para verlo ahí.

         Es como cuando vas a las montañas y miras hacia el valle: te mareas. Entonces no quieres mirar porque un temor te sobrecoge ‑puedes caer. Pero ninguna montaña es tan alta, ni ningún valle tan profundo como el valle que existe dentro de ti. Y cada vez que miras hacia adentro, mareos, náuseas ‑inmediatamente escapas, cierras tus ojos y comienzas a correr. Has estado corriendo por millones de vidas; no has llegado a ninguna parte, no puedes llegar.

         Uno tiene que llegar a entender y a aceptar el vacío interno. Y una vez que lo entiendas y aceptes, repentinamente el vacío cambia de naturaleza ‑se convierte en todo. Entonces no está vacío, no es negativo; es la cosa más positiva en la existencia. Pero la aceptación es la puerta.

         Por eso es que hay tanta atracción por el alcohol, el LSD, la marihuana, las drogas. Y hay muchos tipos de drogas: físicas, químicas, mentales; el dinero, el poder, la política ‑todo es una droga.

         Mira a un político: él está drogado, él está ebrio con el poder, él no está caminando sobre la tierra. Mira a un hombre de dinero: ¿crees que camina en la tierra? No, sus pies nunca tocan la tierra, él está muy alto, él tiene dinero ‑sólo los pobres caminan en la tierra, sólo los mendigos‑ él vuela por los cielos. Cuando te enamoras de una mujer, de pronto te sientes volar; de pronto ya no caminas más en la tierra ‑ha entrado un romance. Toda la calidad de tu ser es diferente, porque ahora estás ebrio. El sexo es el alcohol más profundo que la naturaleza te ha dado.

 

         Jesús dice: "Los encontré totalmente ebrios", y "encontré que ninguno de ellos estaba sediento".

 

         Esto debe de entenderse, es un punto muy delicado: si estás ebrio con este mundo, no podrás tener sed por el otro. Si estás ebrio con el alcohol común, con el vino común, no podrás tener sed del vino divino ‑¡imposible!

         Cuando un hombre no está ebrio con este mundo, surge una sed. Y esa sed no puede ser satisfecha por nada que pertenezca a este mundo; sólo lo desconocido podrá satisfacerla, sólo lo invisible podrá satisfacerla.

         Así que Jesús dice algo muy contradictorio: "Los encontré totalmente ebrios, encontré que ninguno de ellos estaba sediento". Nadie estaba sediento porque piensan que ya encontraron la clave, el tesoro, el reino. Ahora ya no hay búsqueda.

         Dios es una embriaguez de un tipo distinto. Kabir lo ha dicho: "Aisi tari lagi ‑he caído en tal embriaguez que ahora  nada la puede perturbar, es eternal". Pregunta a Omar Khayyam; él la conoce, él habla del vino del otro mundo. Fitzgerald lo malentendió totalmente, porque él no está hablando del vino que puedes conseguir aquí; está hablando del vino divino que es el símbolo Sufi de Dios. Una vez que estás ebrio con Dios, entonces no habrá sed en absoluto.

         Pero este mundo y su vino sólo podrán darte alivio temporal, podrán darte sólo espacios temporales de olvido. Y la diferencia es diametral: cuando uno está ebrio con el vino de Dios, está totalmente alerta, consciente, completamente atento; cuando alguien está ebrio con este mundo y sus vinos, está hipnotizado, durmiendo, se mueve como un zombie, vive en un sueño ‑toda su vida es un gran sueño.

 

         "Los encontré totalmente ebrios, encontré que ninguno de ellos estaba sediento".

         "Y mi alma se afligió por los hijos de los hombres, porque están ciegos en sus corazones y no ven que han venido vacíos a este mundo, y vacíos también buscan irse de este mundo".

 

         "Y mi alma se afligió..." Tú no podrás comprender qué sufrimiento le ocurre a un Jesús o a un Buda cuando te mira, ebrio con este mundo, no sediento por lo divino, por la verdad; viviendo en mentiras y creyendo en las mentiras como si fueran verdades ‑perdiéndose por nada, perdiéndose todo por nada. Sucede entonces que las más pequeñas cosas pueden convertirse en barreras.

         Sucedió una vez que un hombre estaba enfermo. La enfermedad era que continuamente sentía que sus ojos se le saltaban y que sus oídos continuamente estaban sonando. Poco a poco se volvió loco porque las veinticuatro horas... No podía dormir, no podía hacer su trabajo.

         Consultó a los doctores: un doctor sugirió: "Opérate del apéndice", así que se le operó del apéndice, pero no sucedió nada. Otro sugirió: "Hazte extraer los dientes", así que se le sacó todos los dientes y nada sucedió. El hombre simplemente envejeció, eso es todo. Entonces alguien sugirió que se le opere de las amígdalas. Hay millones de consejeros, y si comienzas a escucharlos te matarán. Así que se le operó de las amígdalas, pero no sucedió nada. Entonces consultó al mejor doctor conocido.

         El Doctor diagnosticó y dijo: "No se puede hacer nada porque no se puede encontrar la causa. A lo más puedes vivir seis meses más. Y debo ser honesto contigo, porque todo lo que se pudo haber hecho ya se ha hecho. Ahora no se puede hacer nada".

         El hombre salió del consultorio del doctor y pensó: "Si sólo me quedan seis meses de vida, entonces ¿por qué no vivirlos bien? ‑él era un tacaño, nunca había vivido. Así que ordenó el carro más grande y lujoso, compró un lindo bungalow, ordenó treinta ternos, incluso mandó a hacerse camisas a la medida.

         Fue a un sastre, el sastre le midió, y dijo: "Mangas treintiséis, cuello dieciséis".

         El hombre dijo: "No, quince, porque siempre he usado quince".

         El sastre volvió a medir y dijo: "¡Dieciséis!".

El hombre dijo: "¡Pero siempre he estado usando quince!".

         El sastre dijo: "Está bien, que se haga como quieras, pero te advierto, ¡se te saltarán los ojos y te sonarán los oídos!"  -!y esa era toda la causa de su enfermedad!

         Estás perdiéndote lo divino, no por grandes causas, ¡no! Sólo por un cuello talla quince ‑y los ojos no pueden verlo, están saltando; y los oídos no pueden oír, están sonando. Sencilla es la causa del hombre... que se ha vuelto adicto a pequeñas cosas.

         Las cosas son muy pequeñas: aun si logras un reino, ¿qué es eso? Algo muy pequeño ¿Dónde están los reinos que existieron en la historia? ¿Dónde está Babilonia? ¿Dónde está Siria? ¿Dónde está el reino del faraón? Todos ellos desaparecieron, simplemente ruinas ‑y los reinos eran muy grandes. Pero, ¿qué se consiguió con ellos? ¿Qué logró Genghis Kan? ¿Qué logró Alejandro Magno? Todos los reinos son tan solo cosas triviales.

         Y lo que te estás perdiendo no lo sabes ‑te estás perdiendo el reino de Dios. Aun si tienes éxito ¿qué conseguirás con ello? ¿A dónde llegarás? Mira a la gente con éxito, diagnostícalos: ¿a dónde han llegado? Observa a la gente que se sienta en los tronos del éxito: ¿a dónde han llegado? Ellos también están en busca de la paz mental ‑más que tú. Ellos también están con miedo y temblándole a la muerte, igual que tú.

         Si observas detenidamente a tu gente de éxito, encontrarás que esos "dioses" también tienen pies de barro. La muerte se los llevará y con la muerte todos los triunfos desaparecen, toda la fama desaparece. Todo el asunto es una pesadilla: tanto esfuerzo, tanta desgracia, tanto esfuerzo ‑y nada se ha logrado. Y al final viene la muerte y todo desaparece como una burbuja. Y por esta burbuja aquello que es eternal se ha perdido.

 

         "Y mi alma se afligió por los hijos de los hombres, porque están ciegos en sus corazones y no ven que han venido vacíos a este mundo, y vacíos también buscan irse de este mundo".

 

         Vacíos han venido, pero no exactamente vacíos: llenos de deseos. Vacíos se irán, pero no exactamente vacíos: otra vez llenos de deseos. Pero los deseos son sueños. Tú permaneces vacío. Ellos no tienen nada substancial en sí mismos. Tú naces vacío y luego te desenvuelves en el mundo y acumulas cosas, creyendo que estas cosas te darán plenitud. Permaneces vacío. La muerte te arrancha todo, te diriges de nuevo hacia la tumba, de nuevo vacío.

         ¿Hasta que punto llega toda esta vida? ¿Hasta que significado y conclusión? ¿Qué consigues con ello? Esta es la aflicción de un Jesús o un Buda al mirar a los hombres. Están ciegos, ¿y por qué están ciegos? ¿Dónde está su ceguera? No es que no sean listos ‑son demasiado listos, más de lo que necesitan, más de lo que pueden responder, más de lo que es bueno para ellos. Son muy listos, astutos. Piensan que son sabios. No es que no puedan ver ‑pueden ver, pero sólo aquello que sea de este mundo. Su corazón está ciego. Su corazón no puede ver.

         ¿Puedes ver con tu corazón? ¿Has visto alguna vez con tu corazón? Muchas veces puedes haber pensado: "El sol está saliendo y la mañana es hermosa", y creer que es desde el corazón ¡No! Porque tu mente aún está parloteando: "El sol es hermoso, la mañana es hermosa", y puedes estar simplemente repitiendo las ideas de otros. ¿Realmente te has dado cuenta de que la mañana es hermosa ‑esta mañana, el fenómeno que está ocurriendo aquí? ¿O estás repitiendo palabras?

         Vas hacia una flor ¿realmente has ido? ¿Ha tocado la flor tu corazón? ¿Ha tocado el punto más profundo de tu ser? O es que simplemente miras a la flor y dices: "Bien, es bella y bonita". Estas son palabras y casi muertas, porque no están brotando del corazón. Del corazón jamás brota ninguna palabra, brotan sentimientos pero no palabras. Las palabras salen de la cabeza, los sentimientos brotan del corazón. Pero nosotros estamos ciegos ahí. ¿Por qué estamos ciegos ahí? Porque el corazón nos conduce por caminos peligrosos.

         Así que a nadie se le permite vivir con el corazón. Tus padres se han ocupado de que tú vivas con la cabeza, no con el corazón, porque el corazón puede conducirte al fracaso en este mundo. Te conduce, y a menos que fracases en este mundo no tendrás sed del otro.

         La cabeza te conduce al éxito en este mundo. Es astuta, calculadora, es una manipuladora ‑te conduce al éxito. Así que toda escuela, todo colegio, toda universidad, te enseña cómo ser más "cerebral", cómo ser más "mental". Y aquellos que son más "mentales" consiguen las medallas de oro. Tienen éxito y ahora tienen las llaves para entrar en este mundo.

         Pero un hombre con corazón será un fracaso, porque no podrá explotar. Será tan amoroso que no podrá explotar. Será tan amoroso que no podrá ser un avaro, un acumulador. Será tan amoroso que saldrá y compartirá, y cualquier cosa que tenga la dará en vez de arranchar las cosas de la gente.

         El será un fracaso. Y será tan verdadero que no te podrá engañar. Será sincero, honesto, auténtico; pero entonces será un extraño en este mundo, donde sólo la gente astuta puede tener éxito. Por eso es que todos los padres se aseguran de que antes de que el niño entre en el mundo, su corazón se haya vuelto insensible, completamente cerrado.

         No puedes orar, no puedes amar. ¿O puedes? ¿Puedes orar? Puedes orar ‑ir a la iglesia los domingos: la gente está orando, pero todo es falso, aun sus oraciones vienen de la cabeza. Las han aprendido, no son del corazón. Sus corazones están vacíos, muertos, no sienten nada. La gente "ama", se casa, tiene niños ‑no por amor. Todo es calculado, todo sale de la aritmética. Con miedo al amor, por que nadie sabe a dónde te llevará el amor... Nadie sabe los caminos del corazón, son misteriosos. Con la cabeza estarás en el camino correcto, en la carretera; con el corazón entras en la selva. No hay caminos ni señales de tránsito, tienes que encontrar el camino por ti mismo.

         Con el corazón eres individual, solitario; con la cabeza eres parte de la  sociedad. La cabeza ha sido entrenada por la sociedad, es parte de la sociedad. Con el corazón te vuelves un solitario, un foráneo. Así que toda sociedad se encarga de matar el corazón, y Jesús dice:

 

         "...porque están ciegos en sus corazones y no ven que han venido vacíos a este mundo, y vacíos también buscan irse de este mundo".

 

         ¡Sólo el corazón puede ver cuán vacío estás! ¿Qué has ganado? ¿Qué madurez, qué crecimiento te ha sucedido? ¿Qué éxtasis te ha venido? ‑¿no hay bienaventuranza todavía? Todo el pasado ha sido algo podrido. Y en el futuro vas a repetir el mismo pasado, ¿qué más puedes hacer? Esta es la aflicción de un Jesús, de un Buda. El se siente afligido por ti.

 

         "Pero ahora están ebrios. Cuando se hayan sacudido del vino, entonces se arrepentirán".

 

         Esto es acerca de ti. No creas que "ellos" ‑"ellos" quiere decir tú: cuando seas sacudido de tu embriaguez, te arrepentirás.

         Esta palabra "arrepentirse" se volvió muy significativa. Todo el cristianismo depende del arrepentimiento, ninguna otra religión ha dependido tanto del arrepentimiento. El arrepentimiento es bello si brota del corazón, si te das cuenta que: "Sí, Jesús está en lo cierto, hemos desperdiciado nuestras vidas".

         Este desperdicio es el pecado ‑no es que Adán haya cometido el pecado‑ el desperdicio de tu vida, la posibilidad, la potencialidad, la oportunidad de crecer y llegar a ser como Dios  o de llegar a ser dioses. Desperdiciando el tiempo, desperdiciándolo con cosas inútiles, coleccionando trastos inútiles. Y cuando te des cuenta, te arrepentirás. Y si este arrepentimiento viene del corazón, te limpiará, nada limpia como el arrepentimiento. Y esto es una de la cosas más hermosas del  cristianismo.

         En el hinduismo no hay el secreto sobre el arrepentimiento. Ellos no han trabajado con esta clave en absoluto. Esto es único en el cristianismo. Si te arrepientes totalmente, si brota del corazón, si lloras. Si todo tu ser siente y se arrepiente de que has estado desperdiciando la oportunidad dada por Dios -no has sido agradecido, te has comportado mal, has maltratado a tu propio ser... sientes el pecado. ¡Este es el pecado! No que hayas asesinado a alguien o que hayas robado; eso no es nada. Esos son pecados menores que provienen de este pecado original: que has estado ebrio. Abre tus ojos, tu corazón está lleno de arrepentimiento, entonces sale un grito, un grito de tu ser. No hay necesidad de palabras, no necesitas decirle a Dios que: "Me arrepiento", y "Perdóname". No hay necesidad, todo tu ser se vuelve un arrepentimiento. De pronto te has limpiado de todo el pasado.

         Esta es una de las claves más secretas que Jesús entregó al mundo. Los Jainas dicen que tienes que trabajarlo, que es largo, que cualquier cosa que hayas hecho en el pasado tiene que ser pagado. Si has hecho algún error en el pasado, tiene que ser pagado. Es matemático: si has cometido un pecado tienes que hacer algo para equilibrarlo. Los hindúes dicen que has cometido tal pecado, tal ignorancia y acciones provenientes de tu ignorancia, y que el pasado es tan vasto que no es fácil salir de él. Que mucho trabajo será necesario, y que sólo entonces podrás limpiar el pasado.

         Pero Jesús ha dado una hermosa clave. El dice: "¡Arrepiéntete y todo el pasado será limpiado!". Parece ser algo increíble, porque ¿cómo puede suceder? Y ésta es la diferencia entre el hinduismo, el budismo, el jainismo y el cristianismo. El hinduismo, budismo y jainismo nunca podrán creer que sólo con el arrepentimiento... porque no saben lo que es el arrepentimiento. Jesús lo desarrolló. Es una de las claves más antiguas.

         Pero entiende lo que es el arrepentimiento. Simplemente el decirlo no será suficiente, y decirlo sin totalidad no tendrá efecto. Cuando todo tu ser se arrepiente, todo tu ser vibra y sientes en cada uno de los poros, en cada fibra, que has hecho mal ‑y has hecho mal porque has estado ebrio‑ y ahora te arrepientes, de pronto hay una transformación. El pasado desaparece y la proyección del futuro que proviene del pasado también desaparece; eres empujado al aquí y al ahora, eres aventado a tu propio ser.

         Y por vez primera sentirás la nada interna. No está vacía negativamente, simplemente que el templo es tan vasto como el espacio... Eres perdonado, Jesús dice que serás perdonado si te arrepientes.

         El Maestro de Jesús fue Juan el Bautista. Toda su enseñanza era: "¡Arrepiéntete! ‑¡porque el día del juicio está cerca!". Toda su enseñanza fue esa. El era un hombre muy fiero, un gran revolucionario, e iba desde un extremo de su país hasta el otro, sólo con un mensaje: "¡Arrepiéntete! Porque el juicio final ¡está muy cerca!". Por eso es que los cristianos dejaron completamente la teoría de la reencarnación. No es que Jesús no sepa de la reencarnación ‑él lo sabe, sabe bien que hay un ciclo de continuos renacimientos. Pero él abandonó completamente la idea para darle totalidad al arrepentimiento.

         Porque si hay muchas vidas tu arrepentimiento no podrá ser total. Podrás esperar, podrás posponer. Podrás pensar: "Si en esta vida fallé no hay nada malo; en la próxima vida...". Esto es lo que los hindúes han estado haciendo. Ellos son la gente más ociosa en el mundo a causa de esta teoría. Y la teoría es correcta, éste es el problema; ellos siempre posponen, no hay apuro. ¿Por qué apurarse?

         Por eso es que los hindúes nunca se han ocupado del tiempo. Nunca han inventado relojes; si se les deja a sí mismos nunca los inventarán. Así que el reloj en la mente hindú es un elemento totalmente extraño; un reloj en una casa hindú no encaja. Porque el reloj es una invención cristiana, porque el tiempo es corto, pasa rápido ‑no es reloj, es la vida deslizándose rápidamente  entre tus manos. Esta muerte va a ser la última, no puedes posponerla.

         Sólo para evitar posponer, Jesús y Juan el Bautista, quien fue su Maestro, quien inició a Jesús en los misterios... toda su enseñanza depende de: "¡Arrepiéntete! Porque no queda más tiempo, no pospongas más, porque entonces te perderás". Ellos llevan todo el asunto a una gran intensidad.

         Si de pronto digo que éste va a ser el último día, y que mañana el mundo va a desaparecer, que la bomba H va a explotar, y entonces digo: "¡Arrepiéntete!", ‑entonces todo tu ser se centrará, quedarás en el aquí y el ahora. Y entonces vendrá un grito, un alarido, un alarido salvaje de tu ser. No será en palabras ‑será más existencial que eso‑ será del corazón. No sólo llorarán tus ojos, tu corazón se llenará de lágrimas, todo tu ser se llenará de lágrimas: has fallado.

         Si este arrepentimiento se da ‑esto es una intensidad para volverse alerta‑ todo el pasado es limpiado. No hay necesidad de deshacerlo ‑no, porque nunca ha sido una realidad. Fue un sueño, no hay necesidad de deshacerlo; simplemente estate alerta. Y al dejar de dormir todos los sueños y pesadillas desaparecen. En primer lugar, nunca han sido una realidad, han sido tus pensamientos.

         Y no seas perezoso ‑porque lo has estado posponiendo por muchas vidas. Puedes posponerlo por muchas: el posponer es una gran atracción para la mente. La mente siempre dice: "Mañana" ‑siempre. El mañana es el refugio. El mañana es el refugio de todo el pecado, y la virtud surge en este momento.

         Escuché que en una escuela, en una escuela de misioneros cristianos... pero había algunos cuantos niños no cristianos; también a ellos se les enseñaba la Biblia, las parábolas y las historias ‑y tenían que aprenderlas. Un día el inspector de la escuela vino y le preguntó a un pequeño niño: "¿Quién fue el primer hombre y quién fue la primera mujer?".

         El niño respondió: "Adán y Eva".

         El inspector se sintió complacido y dijo: "¿Qué nacionalidad tenían?".

         Y él por supuesto dijo: "¡Hindúes!".

         El inspector se sintió un poco perturbado y aun así preguntó: "¿Por qué crees que eran hindúes?".

         El niño respondió: "!Sencillo! No tenían ni un techo, ni ropas que ponerse, ni nada que comer, excepto una manzana para los dos -¡y aun así creían que estaban en el paraíso! ¡Ellos eran hindúes!".

         Los hindúes están tranquilos con cualquier cosa. No se preocupan de hacer nada porque piensan que: "La vida es un asunto tan largo ¿para qué preocuparse? ¿Para qué apurarse? No hay necesidad de correr".

         El cristianismo creó intensidad con la idea de que sólo hay una vida. Y recuérdalo bien: Los hindúes están en lo cierto en lo que respecta a la teoría, y los cristianos están errados en relación a la teoría. Pero la teoría nunca es lo principal para un Jesús. El problema es la mente humana y su transformación: a veces la verdad puede ser un veneno, a veces la verdad puede hacerte perezoso.

         Te daré otro ejemplo que será útil: Gurdjieff solía decir que no tienes un alma eterna, recuérdalo. Tienes que lograrla, pero no la tienes ‑puedes fallar. Y si no la logras simplemente morirás, nada va a sobrevivir. Y Gurdjieff dijo que sólo uno en millones logra el alma, y entonces el alma sigue viviendo. El cuerpo se deja pero el alma continúa; pero que esto no sucede para todos.

         El alma no te es dada, tiene que ser desarrollada por ti, es una cristalización. Si la desarrollas, entonces un Mahavira, un Buda, un Jesús, se vuelven eternos. ¡No tú! ‑Gurdjieff solía decir que ustedes ¡tan solo son vegetales! Que serán comidos, que se disolverán; que no tienen ningún centro, entonces ¿quién puede sobrevivir?

         El también estaba usando las tácticas de Jesús. No estaba en lo cierto ‑tú tienes un alma, un alma eterna, pero la teoría es peligrosa, porque cuando tú escuchas que tienes un alma eterna, que eres el brahma, te vas a dormir. Esto se hace una cosa hipnótica, que ya eres eso -¿para qué preocuparse? ¿Cuál es la necesidad del sadhana? ¿Cuál es la necesidad de meditar? "Aham Brahmasmi" ‑yo ya soy Dios". ¡A dormir! Nada me queda por hacer.

         Las teorías pueden matar, aun las teorías correctas pueden matar, Gurdjieff no está en lo cierto, pero es más compasivo. Y ustedes son tales mentirosos que sólo las mentiras pueden ayudarlos. De entre sus mentiras, sólo las mentiras pueden sacarlos; así como cuando se te ha metido una espina se necesita otra espina para sacarla.

         Jesús lo sabe bien, el conoce la reencarnación ‑nadie más lo conoce tan bien. Pero simplemente abandona la idea ¡porque ha estado en la India! El había observado la mente hindú; toda la mente se ha vuelto una postergación a causa de la teoría de la reencarnación. El la abandonó.

         Gurdjieff también había estado en la India y en el Tíbet, y observó toda la tontera que ha sucedido por la creencia de que ya tienes dentro todo lo que es necesario. De que ya eres divino, de que no hay necesidad de hacer nada, así que los mendigos piensan que ya son emperadores ‑entonces ¿de qué preocuparse? Gurdjieff comenzó a enseñar bajo el mismo lineamiento, la nota esencial es la misma: dijo que nadie nacía con alma; que tenías que crearla, que podrías perder la oportunidad, así que no deberías tomarlo como dado ‑!desarróllala!

         Si haces mucho esfuerzo, sólo entonces nacerá un centro y ese centro vivirá ‑pero no tal como estás; ustedes son vegetales. Y al decirles que son vegetales, él creó un nuevo mito. El dijo: "Ustedes son vegetales para la luna, comida para la luna". El hizo un chiste, pero un hermoso chiste, y muy significativo.

         El dice que todo en el mundo es comida para algo: este animal se come a ese, ese animal come alguna otra cosa. Todo es comida para algo, así que ¿cómo puede ser el hombre la excepción? El hombre debe ser comida para algo, y dice: "El hombre es la comida de la luna. Y cuando la luna tiene mucho hambre, hay guerras. Cuando la luna tiene mucho hambre, hay guerras porque se requiere mucha gente". Pero con respecto a la luna estaba bromeando, no era en serio. Y los seguidores siempre son ciegos; han tomado incluso el chiste como una verdad. Y los seguidores de Gurdjieff van diciendo que ésta es una de las grandes verdades que Gurdjieff ha descubierto ‑si él regresara al mundo, se reiría.

         El estaba bromeando, y cuando Gurdjieff bromea, bromea de una manera significativa. Pero la insistencia era, el énfasis era en que ustedes son vegetales ‑tal cual están. Sólo esto se puede hacer de ustedes: que la luna se los coma. ¿Pueden encontrar algo más estúpido que la luna? ¡Difícil de encontrar! Cuando los astronautas llegaron, pensaron que iban a realizar todos los sueños y todas las poesías del mundo, porque el hombre siempre ha estado pensando en llegar a la luna. Cuando llegaron no había nada. La luna no es nada -tú eres comida para la nada. La luna es simplemente un planeta muerto y tú eres comida para un planeta muerto porque ¡estás muerto!

         Recuerda esto: el cristianismo, particularmente Jesús, sabe bien que hay encarnación, reencarnación, renacimiento, que la vida es una continuidad, que esta muerte no va a ser la última muerte. Pero que una vez que se dice esto, te relajas. Y todo el método de Jesús depende de la fricción: no se te permite relajarte, tienes que luchar, crear fricción, de tal manera que llegues a cristalizarte.

 

         "Pero ahora están ebrios. Cuando se hayan sacudido del vino, entonces se arrepentirán".

 

         Jesús dijo: "Si la carne ha venido a existir por el espíritu, es una maravilla; pero si el espíritu ha venido a existir por el cuerpo, es una maravilla de maravillas".

 

         ¡Pienso que Karl Marx se perdió esto! Me pregunto, ¿qué habría pensado si hubiera encontrado estos dichos de Jesús? Jesús dice: "... la carne ha venido a existir por el espíritu...". Como dicen en todas las religiones: Dios creó al mundo. Esto significa que la carne ha salido del espíritu, que la materia ha salido de la mente; que la consciencia es la fuente, que el mundo es sólo un subproducto. Entonces Jesús dice: "... es una maravilla!" -es un misterio.

         "Pero si el espíritu ha venido a existir por el cuerpo...". Como dicen los ateos, como dicen los materialistas, Karl Marx, Charvak y como dicen otros... Marx dice que la consciencia es un subproducto de la materia. Eso es lo que todos los ateos dicen, que el mundo no nace del espíritu, sino que el espíritu es sólo un fenómeno por efecto, un epi-fenómeno de la materia; que nace de la materia, que es sólo un subproducto.

         Entonces Jesús dice: "Si el espíritu ha venido a existir por el cuerpo, es una maravilla de maravillas".

         Primero es simplemente una maravilla que Dios haya creado al mundo. Segundo, es una maravilla de maravillas si el mundo creó a Dios, porque creer lo primero es difícil; pero creer lo segundo es casi imposible.

         Es posible que lo más bajo nazca de lo más alto, así como un hombre puede hacer una pintura. Podemos decir que la pintura proviene del pintor, es una maravilla, una hermosa pintura. Pero si alguien dice que el pintor ha salido de la pintura, es una maravilla de maravillas. ¿Cómo puede el espíritu provenir de la materia si es que ya no está ahí? ¿Cómo puede salir una flor si no está ya en la semilla? Pero Jesús dice que de todas maneras ambas son maravillas.

         Pero la tercera cosa es la más grande, y la tercera cosa:

 

         "Pero me maravillo al ver cómo esta gran riqueza ha hecho su hogar en esta pobreza".

 

         Eres pobre, un mendigo, porque siempre estás deseando, siempre pidiendo que te den más. Desear es estar pidiendo, y una mente que desea es la mente de un pordiosero. Puede ser un emperador, no hay diferencia -simplemente que te conviertes en un gran pordiosero, eso es todo, un gran pordiosero, eso es todo. Pero vas exigiendo.

         Sucedió que un místico mahometano, Farid... vivía cerca a Nueva Deli, en un pequeño pueblo y el emperador Akbar era uno de los seguidores de Farid. Akbar solía ir donde Farid, y Farid era un pobre fakir. Una vez que Akbar vino y que el pueblo se enteró que Akbar venía donde Farid, la gente se reunió y dijo: "Akbar viene donde ti, entonces pídele algo para nosotros. Por lo menos necesitamos una escuela, necesitamos un hospital. Y simplemente con que lo digas será realizado, porque el emperador mismo viene donde ti".

         Y el pueblo era pobre, sin educación, sin hospital, así que Farid dijo: "Muy bien, pero no soy muy eficiente en pedir, porque no he pedido nada por tanto tiempo. Pero si ustedes lo dicen iré". Así que fue.

         En la mañana llegó al palacio. Todo el mundo sabía que Akbar era su seguidor, así que se le permitió entrar inmediatamente. Y Akbar estaba en su altar -había hecho un pequeño altar donde solía orar- y estaba orando, estaba en oración, así que Farid se paró atrás de él. Cuando terminase la oración él iba a pedir.

         Akbar no se había dado cuenta de que Farid estaba de pie detrás. Akbar dijo la oración y al final dijo: "Dios todopoderoso haz que mi imperio sea aun más grande, ¡dame más riqueza!".

         Farid escuchó y se dio media vuelta. Cuando Akbar terminó su oración y miró, Farid estaba bajando las escaleras. Akbar le dijo: "¿Cómo es que viniste? ¿Y por qué te estás yendo?".

         Farid dijo: "Vine en busca de un emperador, pero encuentro aquí también a un mendigo -¡tan inútil! Y si tú le estás pidiendo a Dios, ¿por qué no pedirle yo también directamente? ¿Por qué un intermediario? Y Akbar, te creí ser un emperador, pero estaba errado".

         Akbar ha relatado la historia en su autobiografía, y ha dicho: "Al momento comprendí que no importa cuánto reciba uno, no hay diferencia... porque la mente continúa pidiendo más y más".

         Jesús dice: que ésta es la maravilla de todas las maravillas, que: "Cómo esta gran riqueza" -del estado del ser divino, de la divinidad de Dios- "ha hecho su hogar en esta pobreza".

         Gente ebria, dormida, pobre, pidiendo continuamente por toda la vida, pidiendo cosas horribles, peleando por cosas horribles, obsesionados con enfermedades -y Dios los ha hecho sus templos, y Dios los ha hecho su residencia, ¡su residencia en ti! Jesús dice que esto es el mejor misterio -imposible, incomprensible. ¡Maravilla de todas las maravillas! Nada puede trascender esto.

         Esta es la aflicción de un Buda, de un Jesús: al mirarte a ti -emperadores mendigando, los que tienen el reino de Dios; pidiendo cosas sin valor, desperdiciando su tiempo, su vida, su energía, su oportunidad.

         ¡Arrepiéntete! Mira lo que has estado haciendo. Parecerá tan tonto, ni siquiera podrás creer que: "He estado haciendo esto". ¡Todo el asunto parecerá una tontería!

         Mira lo que has estado haciendo con tu vida, mira lo que has estado haciendo contigo mismo. Simplemente eres una ruina y la ruina continúa creciendo cada día. Al final serás tan solo una ruina, totalmente arruinado. Y en tu corazón mendigo, en tu mente mendiga, vive el rey, el supremo. ¡Esto es una maravilla!

         Y un Jesús siente mucho, de ahí que esté tan triste, que no pueda reír. No es que la risa sea tan difícil para él -no puede reír a causa tuya. Está tan triste, siente tanto por ti que va creando métodos, creando llaves para abrir la cerradura, cómo hacer que seas aquello que ya eres, cómo hacerte dar cuenta de quién eres.

         Revisa estas palabras y recuerda una palabra clave: arrepiéntete. Y si puedes darte cuenta de que el arrepentimiento es la clave, te limpiará de todo tu pasado. Estarás repentinamente fresco y virgen otra vez. Y cuando estés fresco, Dios estará ahí. Porque Dios no es sino tu frescura, tu virginidad.

 

 

Capítulo 4

 

Nada Más Puedo Hacer

 

24 de Agosto de 1974

 

 

CUARTO VERSÍCULO...PRIVATE

 

Jesús dijo:

"Desde la mañana

hasta la noche

y desde la noche hasta la mañana,

no piensen en qué ropa van a vestir".

 

Sus discípulos dijeron:

"¿Cuándo nos serás revelado

y cuándo te veremos?".

 

Jesús dijo:

"Cuando se quiten la ropa

sin estar avergonzados,

 y tomen la ropa

y la pongan bajo sus pies

como los pequeños niños y la pisen

-entonces podrán tomar al hijo del ser viviente

y no temerán".

 

 

         El hombre vive no como es, sino como le gustaría ser: no con su cara original, sino con una cara pintada, falsa. Ese es todo el problema. Cuando naces tienes tu propia cara -nadie la ha perturbado, nadie la ha cambiado, pero tarde o temprano la sociedad comienza a trabajar en tu cara. Comienza a esconder la cara original, la natural, aquella con la que naciste, y entonces se te da muchas caras para las diferentes ocasiones, porque una cara no será suficiente.

         Las situaciones cambian, así que necesitas muchas caras falsas, máscaras. Desde la mañana hasta la noche, desde la noche hasta la mañana, miles de caras se usan. Cuando ves que un hombre poderoso se acerca cambias de máscara, cuando ves a un hombre, a un pordiosero que se te acerca, eres diferente. Todo el tiempo, momento a momento, hay un cambio constante en la cara.

         Uno tiene que estar alerta sobre esto, porque se ha vuelto tan mecánico que puedes no darte cuenta que va cambiando por sí misma. El sirviente entra en el cuarto: ni siquiera lo miras, como si él no fuera un hombre, como si él no existiera, como si nadie hubiera entrado. Pero cuando entra el jefe en la habitación, de pronto das un salto, tienes una cara sonriente, dándole la bienvenida, como si el mismo Dios hubiera entrado en la habitación.

         Observa tu cara, el cambio que ocurre continuamente. Mira al espejo y piensa en las muchas caras que puedes cambiar. Mira al espejo y pon la cara que pondrás cuando te estés acercando a tu esposa; mira la cara que pondrás cuando te estés acercando a tu amado; mírate la cara cuando tienes ambición, cuando tienes cólera; pon la cara como cuando te sientes sexual; pon la cara como cuando te sientes insatisfecho, frustrado. Y observa en el espejo; te darás cuenta de que no eres un hombre -eres una muchedumbre. Y a veces será difícil darse cuenta aun de que todas estas caras te pertenecen. Un espejo puede ser una gran bendición. Puedes meditar en el espejo, cambiar tus caras y mirarlas. Esto te dará un vislumbre de cuán falsa se ha vuelto toda la vida. Y ninguna de estas caras eres "tú".

         En el Zen ha sido una de las meditaciones más profundas: encontrar tu cara original, la que tenías antes de llegar a este mundo -y la que tendrás cuando te vayas de este mundo; porque todas estas caras no te puedes llevar contigo. Son tretas, técnicas para engañar, técnicas para defenderse, armaduras a tu alrededor. Estas caras tienen que ser abandonadas, sólo entonces podrás ver a Jesús, porque cuando ves tu cara original, has visto a Jesús.

         Jesús no es sino tu cara original, Buda no es sino tu cara original. Buda no está fuera de ti, tampoco Jesús. Cuando dejas caer toda la falsedad y estás desnudo -tan solo el tú original, sin ningún cambio ni modificación- eres Jesús. Jesús en su absoluta gloria es revelado. No es en el hijo de José en el que él se va a revelar. De pronto tú te vuelves Jesús. Y sólo lo igual puede conocer a lo igual -recuerda esa ley siempre: si tú eres como Jesús, sólo entonces podrás reconocerlo; de otro modo ¿cómo lo reconocerás? Cuando sientas tu propio ser interno, entonces podrás reconocer al ser interno de algún otro.

         La luz puede reconocer a la luz, la luz no puede reconocer a la oscuridad. ¿Y cómo la oscuridad podría reconocer a la luz? Si eres falso no podrás reconocer a un hombre real, y Jesús es el más real, lo más real que es posible. El no es un mentiroso; es auténtico, y si estás mintiendo con tu vida continuamente -tus palabras, tus gestos, todo es una mentira- entonces ¿cómo podrás reconocer a Jesús? Es imposible. Entonces en tu desnudez total reconocerás al Jesús interno; sólo entonces lo externo será reconocido. Lo interno primero tiene que ser reconocido, porque el reconocimiento puede venir sólo de la fuente más interna de tu ser. No hay otro modo.

         Existe uno de los dichos judíos más antiguos: que comienzas a buscar a Dios sólo cuando lo has encontrado. Parece paradójico, pero es absolutamente cierto; porque ¿cómo comenzarás a buscarlo si no lo has encontrado, si no lo has encontrado dentro de ti, si no lo has realizado dentro de ti? Sólo entonces comienza la búsqueda, pero entonces realmente no hay necesidad de buscar. La búsqueda comienza y termina en el mismo punto, el primer paso es el último paso.

         Sólo un paso existe entre tú y lo divino. No hay dos pasos, así que no hay camino. Sólo un paso: deja todas las falsedades que te has puesto encima, deja todas las máscaras prestadas.

         Pero ¿por qué tenemos muchas caras? ¿Cuál es su necesidad y cuál es el miedo de dejarlas? Toda su mecánica tiene que ser entendida, sólo entonces estas palabras estarán claras para ti.

         Primero: nunca te has amado a ti mismo -de otro modo no habría necesidad. Te odias a ti mismo, y si te odias esconderás tu cara. Si te odias, ¿cómo podrás revelar tu cara a otros? Tú mismo la odias, tú mismo no la quieres ver, entonces ¿cómo la podrías revelar a otros? ¿Cómo es que ha ocurrido que te odias a ti mismo? Todo el condicionamiento de la sociedad depende de crear odio en ti por ti mismo, una auto-condena, una culpa. Religiones han existido, sacerdotes han existido, la sociedad existe -todo tipo de explotación existe en la semilla básica de que tú te odias a ti mismo.

         ¿Para qué tendrías que ir ante un sacerdote si no te odiaras a ti mismo? ¿Cuál es la necesidad? Cuando te odias te sientes culpable; cuando te odias sientes que es necesaria alguna transformación; cuando te odias piensas que necesitas una ayuda -alguien es necesario para que te cambie, para que seas digno de que te den amor. Tus padres te dicen: "¡Tú estás mal, esto está mal, aquello está mal!". Continuamente van diciendo: "¡No hagas esto, no hagas aquello!".

         Escuché que un pequeño niño quería jugar en la playa con la arena. La madre dijo: "¡No! Porque la arena está húmeda y malograrás tu ropa". Luego, el pequeño quería ir cerca al agua. La madre dijo: "¡No, absolutamente no! Está resbaladizo y te caerás ahí". Después el pequeño niño quería ir a correr y saltar, y la madre dijo: "¡No! te puedes perder entre la gente". Después el niño pidió helados, el vendedor de helados estaba cerca. La madre dijo: "¡No! Porque eso siempre crea problemas con la garganta y es malo para la garganta". Entonces ella le dijo a una persona que estaba de pie a su lado. "¿Alguna vez has visto un niño tan neurótico?".

         Y el niño no es neurótico -la madre es neurótica: jugar con la arena no es neurosis, ir al agua no es neurosis, correr y jugar no es neurosis, pero una mente neurótica siempre dice: "¡No!". Una mente neurótica no puede decir: "¡Sí!" -porque una mente neurótica no puede permitir la libertad, ni para sí mismo ni para otro. ¿Cómo podrá la mente neurótica permitirte libertad? Y esta madre... y casi todas las madres son así -y todos los padres. Recuérdalo, cuando llegues a ser una madre o un padre, todos son así. La libertad es destruida, y el niño es forzado, poco a poco, a sentir que él es neurótico, que él está mal; a cualquier cosa que proponga hacer se le dice :"¡No!".

         Escuché de un pequeño niño que fue a la escuela por primera vez, de regreso la madre le preguntó "¿Qué has aprendido?". El niño dijo: "Por primera vez aprendí que mi nombre no es No. Siempre sentí que mi nombre era No -¡no hagas eso, no vayas ahí, no seas así!". Así que el niño estaba pensando: "Mi nombre es No. En la escuela aprendí que ese no es mi nombre".

         Si eres neurótico -y toda la sociedad es neurótica- hay una cadena de neurosis de una generación a la otra. Continúa y continúa; y hasta ahora ninguna sociedad ha sido capaz de crear una sociedad no neurótica, o una era no neurótica. Sólo a veces algunos pocos individuos han sido capaces de escapar de la prisión. Y eso también sucede muy raramente porque la prisión es tan grande... y con cimientos tan fuertes.

         El sistema es tan antiguo, es apoyado por todo el pasado, y cuando nace un pequeño niño, es casi imposible pensar que él irá a ser sano y no neurótico. Es casi imposible, porque todo el mundo a tu alrededor está loco y ellos lo obligarán también a ser como ellos. Ellos destruirán su libertad y le crearán el sentimiento de que está mal, de que siempre está mal. Eso crea una condena, una auto-condena, comienzas a odiarte a ti mismo.

         Y recuérdalo: si te odias a ti mismo, no podrás amar a ningún otro. ¡Imposible! ¿Cómo poder amar a alguien si te odias a ti mismo? Si en la raíz hay veneno, eso envenenará todas tus relaciones, así que nunca serás capaz de amar a nadie.

         Y recuerda lo siguiente que sigue como una consecuencia lógica: si te odias ¿cómo puedes pensar que alguien pueda amarte? Si tú no puedes amarte, ¿quién te va a amar? Así que sabes en lo profundo que nadie te va a amar; y aun si alguien lo trata, nunca le crees, vas pensando que debe estar engañándote. ¿Cómo puede amarte alguien? Tú mismo no puedes amarte. Entonces aun si alguien te ama, eres escéptico, tienes dudas. No puedes confiar y encontrarás medios y maneras para probar que él no te ama. Y cuando se ha probado, estás tranquilo, entonces todo está correcto.

         Este odio está en la base de todas las caras falsas -comienzas a esconderla. La ropa existe no por el clima; eso es tan solo una pequeña parte. Existe para esconder el cuerpo, existe para esconder la sexualidad, existe para esconder lo animal en ti. Pero lo animal es la vida, -todo lo que tiene vida en ti es como el animal. A excepción de tu cabeza, todo es como el animal, así que todo tiene que ser escondido a excepción de la cabeza. Sólo la cabeza, el pensar no es como el animal; eso es permitido. La sociedad estaría muy feliz si se te cortara todo el cuerpo y sólo la cabeza existiera.

          Están tratándolo, y los experimentos han tenido éxito. Es posible que todo el cuerpo pueda ser puesto en un lado y que la mente siga funcionando. El cerebro continúa trabajando sólo con aparatos: un corazón mecánico va latiendo, un sistema circulatorio mecánico va haciendo circular la sangre, circulándola en el cerebro -y el cerebro existe sin el cuerpo. Los científicos están haciendo muchos experimentos, y están confusos sobre lo que el cerebro debe estar pensando allá adentro, porque el cuerpo ya no está más ahí -el cerebro debe estar teniendo sueños, teniendo pensamientos, creando sistemas.

         Pero en esto han tenido éxito sólo hace unos cuantos años. Pero la sociedad ha tenido éxito con el mismo experimento en una manera distinta: todo tu cuerpo es cortado y separado de la consciencia, sólo tu cabeza es permitida. Si de pronto te encuentras con tu cuerpo sin la cabeza, estoy seguro que no reconocerías que ese es tu cuerpo. Si repentinamente te tropezaras con tu cuerpo sin la cabeza, ¿podrías reconocer que ese es tu cuerpo? Nunca lo viste, aun en el baño nunca has visto tu cuerpo. La ropa se ha vuelto excesiva. No sólo está en el cuerpo, también está en la mente.

         Dos pequeños niños estaban pasando por una pared muy grande y querían saber lo que sucedía detrás de la pared. Encontraron un pequeño hueco; era difícil de alcanzar, así que uno de los niños se paró en los hombros del otro, miró por el hueco y dijo: "¡Maravilloso! Hay mucha gente ahí y están jugando, pero todos están desnudos. Parece ser un club de nudistas".

         El otro muchacho se emocionó y dijo: "Dime algo más -si es que son hombres o mujeres".

         El pequeño niño que estaba parado en los hombros dijo: "No puedo saber porque están sin ropa".

         A un hombre se le reconoce como hombre por la ropa, a una mujer se le reconoce como mujer por la ropa. El pequeño niño está en lo cierto, él dice: "¿Cómo puedo decir quiénes son? No tienen ropa". La ropa es la identidad. Por eso es que un rey no permitirá que uses ropa como él -¡no! Si la gente común comienza a usar ropa como el rey, entonces ¿dónde queda el rey? No puede ser permitido; él debe ser algo especial.

         Las ropas son identidades. Y se vuelven tan pesadas sobre ti, aun en tus sueños nunca te ves desnudo, siempre te ves con tu ropa. Esto es algo que ha penetrado muy profundamente. Aun en los sueños nunca te ves desnudo o a la gente desnuda. ¡No! ha entrado en el mismo inconsciente, porque un sueño es un fenómeno del subconsciente. Por lo menos en el sueño debería ser natural, pero incluso ahí no eres natural; las máscaras, las caras continúan.

         Toda esta falsedad existe, esta seudo-personalidad existe, porque desde la base te odias a ti mismo. Quieres esconderte, nadie debe conocer tu ser real, porque ¿cómo lo van a poder tolerar si llegan a conocerlo? ¿Cómo lo amarán, cómo lo apreciarán? Ustedes se han vuelto actores, esto es la base del versículo de Jesús.

 

         Jesús dijo: "Desde la mañana hasta la noche y desde la noche hasta la mañana, no piensen en qué ropa van a vestir".

 

         No pienses en las caras, en las ropas, en las falsedades. Permanece tú mismo como eres, acéptate tu mismo como eres. Difícil, muy difícil, porque si piensas en ti mismo como eres, de pronto te sentirás intranquilo.

         ¿De dónde viene esta intranquilidad -porque los profesores te han estado enseñando, y estos profesores son envenenadores de la vida. Realmente, no son profesores, son enemigos. Han estado enseñando: "Este es un animal, ese es un animal -y tú eres un hombre ¿Qué están diciendo? Están diciendo que: "Cualquier cosa que sea animal en ti ¡niégalo!". Y yo te digo: "Que el hombre no es algo contra el animal, el hombre es el animal supremo. No algo en contra -el más elevado, el mismo pico. Si niegas la animalidad, negarás la misma fuente de vida. Y entonces siempre serás falso".

         Si haces el amor a una mujer y niegas la animalidad, ¿qué harás? Por eso es que mucha gente se ha vuelto casi incapaz de amar. En el Este, te sorprenderás, creo que el noventinueve por ciento de las mujeres nunca han conocido el orgasmo. Lo mismo también fue el caso en el Oeste, pero ahora está cambiando. El noventinueve por ciento de las mujeres nunca ha conocido ningún éxtasis sexual, porque no se les permitió. Al hombre se le permitió ser un poco como el animal, pero a la mujer nunca. Ellas tenían que estar rígidas mientras hacían el amor, muertas, casi como un cadáver. No debían mostrar ninguna emoción, no debían mostrar que lo estaban disfrutando -porque sólo las mujeres malas lo disfrutan. A una prostituta se le permite disfrutar, pero no a una esposa.

         Si ella lo disfruta y llega al éxtasis, entonces el esposo se sentirá herido, porque esta mujer no es muy buena porque debería comportarse como una diosa, no como un animal. Pero comportarse como una diosa, sin ser una diosa, tendrá que crear falsedad. Así que la mujer se echa, muerta, como un cadáver, sin emociones.

         ¿Alguna vez has observado la palabra "emoción"? Proviene de la misma raíz que "movimiento", "moción". Cuando estás en emoción todo tu ser se mueve, se agita, vibra, está vivo -es salvaje. No, a una mujer no se le permite ser salvaje, estar viva. Ella tiene que permanecer como un cadáver, muerta; entonces ella es una buena mujer, entonces ella ha trascendido la animalidad. Pero si niegas el sexo y dices que eso es animal, entonces tendrás que esconderlo.

         En Norteamérica hace tres o cuatro años, un fabricante de juguetes tuvo grandes problemas, y el caso fue hasta la corte suprema. Y el problema era éste: que creó algunos juguetes con penes y vaginas como los reales. Una niña debe tener una vagina si tiene una cara, un niño debe tener un pene si tiene una cara. Juguetes con órganos sexuales... se metió en problemas, y tuvo que cancelar su producción. El hizo algo muy hermoso, pero las cortes no lo permitieron, la sociedad no lo permitió ¿por qué tus juguetes no tienen órganos sexuales cuando tienen todo lo demás? ¿Quieres que tu niño no esté consciente de un hecho? Estás creando una cara falsa. Y ¿por qué la gente tuvo tanta cólera contra estos juguetes? ¡Juguetes son juguetes! Pero los sacerdotes, los misioneros, los tal llamados "bienhechores", se volvieron locos y llevaron al hombre a la corte. Y él ha hecho una cosa hermosa, una cosa histórica. Los niños deben conocer todo el cuerpo, porque todo el cuerpo es hermoso ¿por qué esconder? ¿por qué cortar? Un miedo, un miedo profundo de la animalidad. Pero ustedes son animales, es un hecho: puedes trascenderlo pero no puedes destruirlo. Y la destrucción es una cosa: si lo destruyes tendrás un rostro falso, tu máscara será una cosa falsa, tu divinidad será tan solo una máscara.

         Si lo trasciendes, entonces tu divinidad será algo auténtico. Pero trascenderlo significa aceptarlo, pasar a través de eso con consciencia, no perderse en eso; pasar a través de eso y superarlo. Negación significa nunca entrar en eso, nunca pasar por eso, simplemente evitarlo. En la vida nada puede ser evitado; y si lo evitas permanecerás siempre inmaduro, juvenil, nunca serás un adulto. La vida debe ser vivida -sólo entonces crecerás. Y llega un momento en el que trasciendes el sexo, pero ese momento llega a través de conocerlo, ese momento llega a través de la experiencia; ese momento llega a través de la profundización de la consciencia y del amor -no a través de su negación, no a través de su represión.

 

         Jesús dice: "Desde la mañana hasta la noche y desde la noche hasta la mañana, no piensen en qué ropa van a vestir".

 

         No te pongas nada. No te estoy diciendo que vayas y camines desnudo en la ciudad, pero no te pongas nada encima: simplemente sé tú mismo. Cualquier cosa que la vida haya hecho de ti, acéptala, disfrútala, ¡dale la bienvenida! ¡Celébrala! Estate agradecido a lo divino porque él te ha hecho, cualquier cosa que seas. No la rechaces, cuando rechazas algo en ti, has rechazado a Dios; porque él te ha creado, él te ha creado en esta forma.

         Por supuesto, él sabe más que tú. Cuando rechazas algo en ti, has rechazado al creador, estás encontrándole fallas al universo, a la misma existencia. Esto es tonto, estúpido, pero esa gente se ha vuelto muy respetable. Jesús dice que no pienses en lo que te vas a poner, simplemente fluye espontáneamente en la vida. Respóndele a la vida, pero no pongas ninguna falsedad entre tú y el flujo de la vida.

         Vive momento a momento sin pensar, porque el pensar es la máscara más profunda. Vas donde una mujer y ensayas en la mente lo que le vas a decir: "Te amo", o "No hay nadie como tú". Si estás haciendo un ensayo, no estás enamorado. De otro modo no hay necesidad, porque el amor hablará por sí mismo, el amor fluirá por sí mismo; las cosas ocurrirán por sí mismas, las flores florecerán -pero por sí mismas, no es necesario un ensayo.

          Cierta vez un amigo le preguntó a Mark Twain -él estaba saliendo del salón de conferencias, había dado una hermosa conferencia- el amigo le preguntó: "¿Qué tal? ¿Te gustó tu charla o no?" Mark Twain dijo: "¿Qué charla? Porque hay una que había preparado, y hay una que realmente di, y hay otra que quise dar -¿sobre cuál charla estás preguntando?". Pero ésta es toda tu vida: preparas algo, das algo diferente y querías dar algo absolutamente distinto.

         ¿Por qué ocurre, tanta división? Porque no eres espontáneo. Uno que es espontáneo necesitará sólo una cosa, nada más -y eso es estar alerta, atento. Entonces responderá en base a su atención. Preparas porque estás inconsciente, no atento. Tienes miedo, tienes temor, porque ¿quién sabe qué situación habrá? "¿Seré capaz de responder o no?" ¡el miedo! Entonces te vuelves falso.

         Y Jesús dice: "No pienses en qué ropa te pondrás".

 

         Sus discípulos dijeron: "¿Cuándo nos serás revelado y cuándo te veremos?".

         Jesús dijo: "Cuando se quiten la ropa sin estar avergonzados, y tomen la ropa y la pongan bajo sus pies como los pequeños niños y la pisen -entonces podrán tomar al hijo del ser viviente y no temerán".

 

         Trata de entender cada una de las palabras. Los discípulos preguntaron: "¿Cuándo nos serás revelado...?". Jesús está ahí revelándose en toda su gloria. El está presente delante de ellos. Ellos le están preguntando al mismo Jesús: "¿Cuándo nos serás revelado...?". Ellos piensan como si Jesús se estuviera escondiendo.

         Una vez le preguntaron a Buda... estaba pasando a través de un bosque. Habían hojas secas en el camino, las hojas estaban cayendo, el viento estaba soplando y había mucho ruido en las hojas secas que habían caído. Y Ananda preguntó -no había nadie más, otros discípulos se habían adelantado, algunos otros venían atrás siguiéndolos, pero en ese momento sólo Ananda estaba cerca a Buda- él preguntó: "Siempre he querido preguntar una cosa: ¿nos has revelado todo lo que tienes, o nos estás escondiendo algo?".

         Buda dijo: "Mi mano es una mano abierta -un Buda no cierra el puño. Mira al bosque tal como se te revela, no hay nada escondido. Estoy tan abierto como este bosque, y un Buda no cierra el puño". Luego tomó unas cuantas hojas secas, hizo un puño y dijo: "Ahora mi puño está cerrado, no puedes ver esas hojas. La gente ambiciosa con su conocimiento -aquellos que no les gusta compartirlo- es como un puño.

         Entonces Buda abrió la mano y las hojas cayeron y dijo: "Pero la mano de un Buda no es como un puño, él está abierto. He revelado todo. Y si tú sientes que algo aún permanece escondido, es a causa tuya, no mía".

         Jesús está ahí, presente. Los discípulos le están preguntando: "¿Cuándo nos serás revelado?" -¡él está revelándose!- "¿y cuándo te veremos?". Ellos piensan como si Jesús estuviera escondiendo algo de sí. No, Jesús no está escondiendo. Al contrario, los  discípulos no están abiertos, están cerrados; ¡sus ojos no están abiertos! Ellos están escondiéndose, no Jesús.

         La verdad no está escondida -tú estás cerrado. La verdad es revelada en todas partes, a cada momento. La verdad, por su propia naturaleza, no puede ser escondida. Sólo las mentiras tratan de esconderse a sí mismas, no la verdad. Sólo las mentiras son secretas. La verdad es siempre como una mano abierta, nunca es como un puño. Pero tú estás cerrado.

         "El problema es tuyo", Jesús dijo: "Cuando se quiten la ropa sin estar avergonzados...". Porque puedes quitarte la ropa y aún estar avergonzado; entonces esta desnudez no es realmente desnudez, esta desnudez no es inocente. La vergüenza es astucia.

         En el cristianismo la vergüenza es el pecado original. ¿Has escuchado la historia de lo que le sucedió a Adán y Eva -en qué momento ocurrió el pecado? Ha sido una búsqueda continua exactamente en qué momento ocurrió el pecado. Se les prohibió comer del fruto del árbol del conocimiento, pero les entró la tentación. Es natural: cada vez que algo es prohibido, la tentación llega -así es como la mente se comporta. Pero la mente tiene también otro truco: te tienta, pero siempre responsabiliza a otro. Cada vez que hay algo prohibido la mente se interesa, se vuelve una invitación. La mente quiere conocer, meter las narices, averiguar.

          Adán y Eva fueron tentados por ellos mismos, no había nadie más ahí. Pero la historia dice que el diablo, que satán los tentó. Esto es un truco de la mente para responsabilizar a otro. Y este "diablo" no es nada sino un chivo expiatorio, este "diablo" no es nada sino un truco de la mente para deshacerse de todas las responsabilidades. Eres tentado, pero el "diablo" es el tentador, así que tú no eres responsable. El te ha persuadido, él te ha seducido, así que él es el pecador no tú. Pero la tentación proviene de la prohibición, y éste fue el truco.

         La historia es bella:

         Dios dijo: "¡No comas del fruto de este árbol!". Si ellos hubieran confiado, entonces habrían evitado el árbol. Pero ellos no confiaban y dijeron: "¿Por qué Dios nos prohíbe este árbol? -y este árbol es el árbol del conocimiento". La mente debe haberles dicho que: "Si comen se volverán como dioses porque serán conocedores, y él les está prohibiendo porque es egoísta. El les está prohibiendo porque no quiere que ustedes sean como dioses. Ustedes serán conocedores, entonces nada estará escondido para ustedes". Pero la historia dice que "el diablo" los tentó y dijo: "El les ha prohibido porque es egoísta y tiene miedo". Esta fue simplemente una circunstancia para que Adán y Eva probaran si es que confiaban o no, nada más.

         Pero la mente persuadió -la mente es el "diablo". El "diablo" llegó en la forma de una serpiente -es el símbolo más antiguo de la astucia- la mente es la serpiente, la más astuta. Adán y Eva, ambos lo hicieron responsable, echaron la responsabilidad al diablo -y Adán echó la responsabilidad a Eva. El hombre siempre ha estado diciendo que la mujer es la tentadora, así que el hombre siempre ha estado condenando a las mujeres. En todas las escrituras del mundo la mujer es la tentadora, ella te lleva a la tentación, ella te seduce y ella es la causa de todos los problemas. Así que tus tal llamados santos continúan condenando a las mujeres.

Ese es el estilo de la mente: Eva dice: "El diablo"; Adán dice: "Eva"; y si tú le preguntas al "diablo", si le hallas en alguna parte, él dirá: "Dios -porque en primer lugar ¿para qué prohíbe? Eso creó todo el problema. De otro modo, el jardín del Edén era tan grande y habían millones de árboles, que por sí mismos Adán y Eva nunca se hubieran tropezado con el árbol del conocimiento. '¡Prohibido!' -ellos sabían que éste era el árbol, entonces todo el jardín perdió interés, todo el interés se focalizó. ¡Es Dios!".

         Pero la historia es hermosa y tiene millones de dimensiones en torno a ella; puede ser interpretada en muchas, muchas formas -esa es la belleza de una parábola. Tomaron el fruto del árbol, lo comieron, e inmediatamente tuvieron vergüenza de su desnudez. ¿Dónde ocurrió el pecado? ¿Al desobedecer a Dios? Si preguntas al Papa del Vaticano, dirá: "Al desobedecer a Dios", porque a los sacerdotes les gustaría que tú les obedezcas siempre, que nunca los desobedezcas.

         Si les preguntas a los filósofos y no a los teólogos, te dirán: "Al comer el fruto del conocimiento". Porque cuando comienzas a pensar surgen los problemas. La vida es inocente sin pensar: los niños son inocentes porque no pueden pensar, los árboles se ven tan hermosos porque no pueden pensar. El hombre se ve tan feo porque su mente siempre está cargada y tensa, y preocupaciones y pensamientos y sueños y fantasías, y él siempre está cargado -toda su gracia se ha perdido. Así que si le preguntas a los filósofos existencialistas, te dirán que: es por el árbol del conocimiento.

         Pero si le preguntas a los psicólogos, cuyo enfoque es el más profundo, ellos dirán: "A causa de la vergüenza". Porque cuando te sientes avergonzado has comenzado a odiarte. Cuando te sientes avergonzado te has rechazado a ti mismo, -pero vino con el conocimiento. Los niños no pueden sentir vergüenza, ellos pueden ir desnudos muy fácilmente, no hay problema. Los fuerzan poco a poco a sentirse avergonzados: "¡No estén desnudos!". Cuánto más lleguen a saber, más se esconderán a sí mismos.

         Jesús dice: "Cuando se quiten la ropa sin estar avergonzados...". Así que ¿qué hicieron Adán y Eva? Se pusieron hojas de higos cubriendo sus órganos sexuales, la primera ropa inventada -comenzó el mundo. ¿Cómo puedes entrar de nuevo en el jardín del Edén? ¡Tira tus hojas de higos! -eso es lo que Jesús dice; él dice que éste es el camino de regreso al paraíso. Este es el camino de regreso: "Cuando se quiten la ropa sin estar avergonzados...". Porque puedes quitarte la ropa y permanecer avergonzado, entonces en lo profundo las ropas aún están ahí: te estás escondiendo, no estás abierto. Así que estar sin ropa no es desnudez; puedes estar sin ropa y no estar desnudo.

          La desnudez tiene una dimensión más profunda: significa estar sin vergüenza, sin el sentimiento de estar avergonzado; significa aceptar tu cuerpo en su totalidad tal como es. Sin condena en la mente, sin división en el cuerpo -una aceptación simple, entonces es desnudez. No es que Mahavira sólo esté sin ropa, él no es miembro de un club de nudistas; él está desnudo, él está desnudo como un niño. En un club de nudistas tú no estás desnudo. Aun tu desnudez está calculada, es una manipulación de la mente. Estás rebelándote, estás yendo contra la sociedad -porque la sociedad cree en ropa, estás tirando las ropas. Pero es una reacción, no eres inocente, inocente como un niño.

 

         Jesús dice:

         "...y tomen la ropa y la pongan bajo sus pies como los pequeños niños y la pisen -entonces podrán tomar al hijo del ser viviente, y no temerán".

 

         Primero, deberías aceptar tu desnudez tal como eres ante Dios, tal como un pequeño niño ante su padre y su madre, sin vergüenza. Deberías estar ante lo divino sin vergüenza, entonces tú serás real. Si hay vergüenza, entonces las máscaras serán usadas, tendrán que ser usadas. Y lo segundo, si el sentimiento de estar avergonzado desaparece, no tendrás miedo. Ambos van juntos, si sientes vergüenza, tendrás miedo; si no sientes vergüenza, no tendrás miedo en absoluto. El miedo desaparece junto con la vergüenza. Y cuando el miedo y la vergüenza desaparecen, tus ojos están abiertos, y entonces verás al hijo de Dios, o "al hijo del ser viviente"; entonces Jesús te será revelado, entonces podrás conocer a Buda.

         La gente viene y me pregunta: "¿Cómo podemos reconocer si un Maestro es iluminado o no?". Tú no puedes reconocerlo tal como estás. Es como un ciego preguntando cómo puede reconocer si la luz está encendida o apagada ¿Cómo puede reconocer un ciego? Para reconocer necesitas ojos, y los ojos del ciego están cerrados. Tú no puedes reconocer si un hombre se ha realizado o no, si es iluminado o no, si realmente es un Cristo o no -tú no puedes reconocerlo. De otro modo, ¿cómo es que Jesús fue crucificado si la gente podía reconocerlo?

         Lo trataron muy mal, lo hicieron parecer tonto, lo forzaron a parecer tonto. El día que estaba llevando su cruz al Gólgota, los soldados, los palomillas, la masa, la muchedumbre a su alrededor tirando piedras, cosas sucias, divirtiéndose de que éste es el "rey de Israel", de que éste es el "hijo de Dios", el hijo del carpintero -¡se ha vuelto loco! Mofándose, le pusieron una corona de espinas en su cabeza y dijeron: "¡Mira! Aquí está el 'rey de Israel', ¡aquí está el 'hijo de Dios'!".

         Y cuando ya había sido crucificado, la mofa final fue que pusieron a dos ladrones en ambos lados. El fue crucificado como un criminal con dos ladrones. Y no sólo la muchedumbre, sino también esos ladrones se mofaron de Jesús. Uno de los ladrones le dijo: "Ahora todos nosotros vamos a ser crucificados, recuérdanos, no nos olvides en tu 'reino de Dios'. Nosotros también estamos siendo crucificados contigo, así que recuérdanos porque ¡tú eres 'el hijo'! Así que, cuando alcancemos el reino de Dios, haz algo por nosotros. Y tú lo puedes hacer -¡tú puedes hacer cualquier cosa!". Ellos también estaban mofándose, a Jesús se le hizo aparecer como a un tonto.

         ¿Cómo fallamos en reconocerlo? Tenemos los ojos cerrados. Y los ojos están cerrados por tu ropa, no sólo por tu ropa, sino por  muchos tipos de ropa, vergüenza,  miedo,  odio a sí mismo,  condena,  culpa

-capas sobre capas de ropa.

 

         Jesús dice: "A menos que se quiten la ropa sin estar avergonzados, y tomen la ropa y la pongan bajo sus pies como los pequeños niños...".

 

         Cuando al principio a un niño se le fuerza a ponerse ropa por primera vez, él se rebela. Está en contra, porque limita su libertad y le da una falsedad. Su resistencia es natural, pero tú lo puedes forzar, lo puedes persuadir. Le dices: "Cuando salgamos tienes que ponerte estas ropas, cuando regresemos no las necesitas; porque en la sociedad la ropa es necesaria -de otro modo no podrás venir con nosotros". Y él quiere ir, tiene que ponerse las ropas.

         Pero en el momento que regresa esto es lo que hará: se sacará la ropa; no sólo la pondrá a un lado, saltará encima de ella. La ropa es la enemiga, lo hace falso. El no es más él mismo cuando la ropa está allí. Ahora él está libre otra vez. Celebrará su desnudez tirando las ropas y poniéndolas bajo sus pies, pisoteándolas y celebrando la desnudez. Si tú lo haces como los niños "...entonces podrán tomar al hijo del ser viviente, y no temerán".

         En tu desnudez no hay miedo, porque el miedo es algo que se te ha agregado -el miedo es creado por medio de la vergüenza. Muchas religiones han estado creando culpa, que eres culpable: siéntete avergonzado y entonces llegas a tener miedo. Entonces nace una neurosis; entonces vas donde las mismas personas que han estado creando culpa y miedo en ti, vas donde las mismas personas ¡a aprender cómo trascenderlos¡ Ellos no te pueden ayudar, ellos son los creadores del miedo. Ellos dirán: "Ruégale a Dios y ten temor de Dios". Ellos no pueden conducirte más allá del miedo. Jesús puede conducirte más allá del miedo, pero entonces todo el asunto tiene que ser demolido desde su misma base. Esta es la base: no te aceptes a ti mismo y siempre tendrás miedo.

         Acéptate a ti mismo y no habrá miedo, no pienses en términos de "debería" y "no debería", y nunca tendrás miedo. Sé real y confía en la realidad, no luches contra la realidad. Si el sexo está presente, está ahí; acéptalo. Si la cólera está presente, está ahí; acéptala. No trates de crear lo opuesto: "Estoy con cólera, esto no es bueno; no debo estar con cólera, debo perdonar. Estoy sexual, esto no debe estar ahí, debo ser célibe". No crees el extremo opuesto, porque si creas el extremo opuesto estás tratando de crear máscaras. La cólera permanecerá, tu perdón será sólo una cara falsa; el sexo estará ahí entrando más y más profundo en el subconsciente, y en tu cara habrá una máscara de brahmacharya. Esto no va a ayudar.

         Escuché que un científico estaba trabajando para encontrar el secreto de los diamantes. Trabajó intensamente y casi todas las claves le fueron reveladas, excepto un punto. Si llega a conocer ese único punto, llegará a ser el hombre más rico del mundo. Pero trabajó intensamente y no pudo encontrar ese único punto. Entonces alguien le sugirió: "Estás desperdiciando tu vida y tu tiempo. He escuchado que hay una mujer en el Tíbet, una mujer muy sabia, y ella conoce todas las respuestas. Anda donde ella y simplemente pregúntale sobre tu problema, y ella te dará la respuesta. ¿Para qué perder tiempo aquí?".

          El hombre viajó al Tíbet; le tomó muchos años. Fue muy difícil llegar donde la mujer sabia, pasando por muchas aventuras, estando su vida muchas veces en peligro, pero él llegó. En la mañana tocó la puerta. La mujer sabia abrió la puerta, era una mujer muy bella... como nunca había visto. Y no sólo era bella, sino que su mismo ser era una invitación, un ser con una gran invitación -en los ojos el brillo de "¡Pasa adelante!".

         La mujer dijo: "Muy bien, así que has llegado. Mi esposo ha salido y ésta es la regla: puedes hacer sólo una pregunta y la responderé. Solamente una pregunta, recuérdalo, no hay segunda pregunta". Súbitamente y sin darse cuenta, el científico preguntó: "¿A qué hora regresará tu esposo?".

         Esta es la única pregunta que él había venido a preguntar. En algún lugar profundamente en el subconsciente el sexo debe de haber sido un problema, un problema real. Trabajando con diamantes, encontrando el secreto de los diamantes, debe haber sido una distracción.  Profundamente en el inconsciente debe haber estado pensando: "Cuando sea el hombre más rico en el mundo todas las mujeres, todas las mujeres bellas serán mías", -en algún lugar, puede no estar consciente de eso.

         Puedes continuar trabajando en la superficie sin estar consciente del subconsciente, pero en el momento preciso saldrá, explotará. El escape es inútil. Sólo la transformación puede ser de ayuda, y la transformación necesita de una aceptación profunda de tu ser tal como es. Sin juzgarlo, sin decir: "Esto es bueno, esto es malo", -sin evaluación. ¡No seas un juez! Simplemente confía en tu naturaleza y fluye con ella, y no trates de nadar contra la corriente -eso es lo que quiere decir desnudez.

         Fluye con la vida con una confianza profunda, adonde te lleve.

No crees tu propia meta; si creas tu propia meta, te volverás falso. La vida no tiene meta. Si tú tienes una meta estás contra la vida. La vida se desenvuelve no como un negocio, se desenvuelve como una poesía, la vida fluye no desde la cabeza, fluye desde el corazón -es un romance. La confianza es necesaria, la duda no ayudará. La vida no es científica, es irracional. La vida no cree en Aristóteles y todos los lógicos, cree en el amor, en los poetas, cree en los místicos. Es un misterio a vivirse, no es un acertijo a ser resuelto -no es un rompecabezas, no es un problema. El secreto está abierto, sólo que tú estás cerrado. Es revelado en todas partes; en cada árbol, en cada hoja, en cada rayo de sol es revelado. Tú estás cerrado.

         ¿Por qué estás cerrado? No aceptas la vida dentro de ti, ¿cómo puedes aceptar la vida de afuera? ¡Acéptala! Comienza desde el centro de tu ser. Acéptate a ti mismo tal como eres, entonces aceptarás todo como es. Y con la aceptación viene la transformación; nunca serás el mismo que fuiste una vez que aceptes.

         La transformación sucede por sí misma, viene por sí misma, pero viene siempre al dejarse fluir. Esto es lo que Jesús dice: "Desnúdate para que puedas dejarte fluir".  Deja todo  lo que la  sociedad te ha dado

-eso es el significado de "ropa". La sociedad no te ha dado la vida, te ha dado sólo la "ropa". La sociedad no te ha dado el ser, te ha dado sólo el ego. Abandona la ropa y el ego desaparece. Imagínate a ti mismo caminando en las calles desnudo.

         Un hombre llamado Ebrahim fue donde su Maestro -Ebrahim había sido un rey, y entonces comenzó la búsqueda- fue donde su Maestro y el Maestro dijo: "Estás listo para aceptar todo?".

         Ebrahim dijo: "He venido para eso, tú dilo y yo lo haré".

         El Maestro lo miró y dijo: "Muy bien, ¡quítate la ropa!".

         Los discípulos se pusieron inquietos, porque Ebrahim era un gran rey y esto era demasiado e innecesario, y nunca se les había pedido a ellos, así que ¿por qué algo tan duro para el rey? Aun un discípulo le susurró al oído: "¡Esto es demasiado, no seas tan duro -¡y nunca nos lo pediste!".

         Y el Maestro dijo: "Y toma tus zapatos en la mano y anda a la calle y ¡golpea tu cabeza con tus zapatos! ¡Desnudo ve por todo el pueblo!".

         Y esa era su capital, y Ebrahim lo hizo. Desnudo fue alrededor de la capital golpeando su cabeza con sus zapatos. Y se dice que cuando regresó se había iluminado.

         ¿Qué sucedió? -y él era un hombre de mucho potencial, por eso es que el Maestro exigió tanto. Un Maestro exige sólo tanto como es posible para ti. Cuanto más potencial, exigirá más; si tan solo eres un pobre, el no te exigirá nada. Ebrahim era un hombre con potencial -él mismo llegó a ser un gran Maestro por derecho propio. ¿Qué sucedió? Esto sucedió, Jesús está diciendo a sus discípulos:  abandonen  la  ropa

-todo lo que la sociedad te ha dado- abandonen el ego.

         Muchas veces el ego cae por sí mismo, porque es una carga, pero tú de nuevo lo pones en tu cabeza y continúas. Muchas veces eres un fracaso, muchas veces no tienes éxito. Muchas veces el ego cae por sí mismo, pero tú de nuevo... golpeado, frustrado, vencido, hecho un fracaso, pero llevarás la carga con alguna esperanza.

         Aquí alguna historia que escuché: Un día el león vino donde el tigre y le dijo: "¿Quién es el amo de este bosque?".

         El tigre dijo: "Por supuesto amo, tú lo eres, ¡tú eres el rey!".

         Entonces el león fue donde el oso, lo detuvo y le preguntó: "¿Quién es el amo? ¿Quién es el jefe?".

         El oso dijo: "Por supuesto, no hay necesidad de preguntar -tú eres el rey de todos los animales, ¡tú eres el jefe!".

         Entonces el león fue donde el elefante y le hizo la misma pregunta: "¿Quién es el jefe aquí?".

         El elefante cogió al león, y lo tiró por los aires, por lo menos cincuenta pies. Se golpeó contra una roca; sangrando,  golpeado, débil, se paró y dijo: "Si no sabes la respuesta correcta ¡ésta no es la forma de comportarse!".

         Así es como has estado haciendo. Pero no lo vas a dejar, también vas a decir: "Si no sabes la respuesta correcta ¡ésta no es manera de comportarse! ¿Por qué ser tan duro? Simplemente puedes decir: 'No sé la respuesta'".

         Si puedes darte cuenta que en el fracaso cae todo lo que la sociedad te ha dado, el fracaso puede convertirse en el comienzo del éxito más grande que sea posible en la vida. Por eso es que sólo en el fracaso un hombre se vuelve religioso -si él puede darse cuenta del fracaso. Es muy difícil volverse religioso cuando tienes éxito. Entonces las ropas te están dando demasiado, ¿para qué preocuparse de estar desnudo? Entonces la ropa es una buena inversión. Pero en el fracaso, repentinamente te vuelves consciente de la desnudez que hay. Nada la puede esconder, sólo puedes engañar.

          ¡Usa tus fracasos! Y cuando seas aventado contra una roca, golpeado y sangrando, no repitas esta estupidez del león. Date cuenta de que no hay éxito en este mundo, no puede haber, porque todo el asunto es tan falso y con rostros falsos ¿Cómo  puedes tener éxito? Aun tus Napoleones, tus Secundars, tus Alejandros, tus Genghis Khans, todos son fracasos.

         Un Jesús triunfa porque él se afirma en su originalidad, se afirma en su naturaleza. Trata de entender esto; y no sólo con el entendimiento sino abandonando poco a poco tus ropas, desnúdate; serás puro. Entonces has tirado esa manzana que comieron Adán y Eva; entonces la puerta del paraíso está abierta otra vez.

         Los cristianos dicen que con Adán y Eva la humanidad fue expulsada del paraíso; con Jesús las puertas están abiertas otra vez -puedes entrar. Pero tan solo siendo cristianos no sucederá. Tendrás que reconocer a Jesús,  y ese reconocimiento  viene  sólo cuando te has  reconocido a ti mismo como un  Jesús

-ninguna otra cosa podrá lograrlo.

 

 

Capítulo 5

 

El Mas Extraño de los Versículos

 

25 de Agosto de 1974

 

 

QUINTO VERSÍCULO...

 

 

Jesús les dijo:

!Si ayunan     ­

engendrarán pecados para ustedes mismos;

y si oran        ­

se condenarán;

y si dan limosna

harán mal a sus espíritus”.

 

- :Y si van a cualquier tierra

y caminan por las regiones,

y si los reciben,

coman lo que ponen ante ustedes,

y sanen al enfermo de entre ellos'.

 

'Porque aquello que entra por sus bocas

no los hará impuros,

sino  aquello que sale de sus bocas,

eso es lo que los hará impuros". ­

 

 

Este es un versículo muy extraño, pero también muy significativo. Parece extraño porque el hombre no es real, porque vive en falsedad. Así que cualquier cosa que vaya él hacer será falsa.

Si oras, orarás por motivos errados; si ayunas, ayunarás por motivos errados -porque tú estás errado. Así que el asunto no es qué es correcto hacer. El asunto es cómo estar correcto en tu ser. Si tú ser está correcto, entonces cualquier cosa que hagas estará automáticamente correcta; pero si tu ser no está correcto, no está centrado, no es auténtico, entonces cualquier cosa que hagas, va a estar errada.

Finalmente todo depende no en lo que haces, sino en quién eres; Si un ladrón va a orar, su oración va a estar errada, porque ¿cómo de un corazón que ha estado engañando a todo el mundo -robando, mintiendo, haciendo daño- va a surgir la oración? ¿Cómo del corazón de un 'ladrón va a ser posible la oración? Es imposible. La oración puede cambiarte, ¿pero de dónde vendrá la oración? Vendrá de ti. Si estás enfermo, tu oración estará enferma.      

Una vez Mulla Nasruddin llenó una solicitud de empleo. En la solicitud mencionó muchos calificativos. Dijo: "Fui el primero de mi universidad. Me ofrecieron la vicepresidencia de un banco nacional, la rechacé porque no estoy interesado en el dinero, porque soy honesto, soy un hombre verdadero. No tengo ambición,  así que no me  importa el salario;  cualquier cosa que  me den estará bien.  Y   amo  el  trabajo

-sesenta y cinco horas por semana".

Cuando el superintendente que estaba haciendo la entrevista miró la solicitud, se sorprendió y dijo: "¡Dios mío! ¿No tiene usted alguna debilidad?". Nasruddin dijo: "Sólo una: ¡Soy un mentiroso!". Pero esa cubre todo. No hay necesidad de tener ninguna otra debilidad, con una es suficiente. No hay muchas debilidades en ti, tienes sólo una debilidad ­de esa única nacen todas. Y tienes que recordar tu debilidad, porque ella te va a seguir donde sea que vayas como una sombra; cualquier cosa que hagas, va a ser teñida.

Así que el asunto básico en la religión no es qué hacer, el asunto básico en la religión es qué ser. "El ser" significa -tu centro más interno, "hacer" significa tus actividades superficiales en la circunferencia. ­

"Hacer" significa tu relación con otros, con el mundo externo, y "ser" quiere decir tú tal como eres, sin relaciones, tal como eres internamente.

Puedes ser -sin hacer nada, pero no puedes ser sin el ser. El hacer es secundario, prescindible. Un hombre puede permanecer inactivo, sin hacer nada, pero un hombre no puede estar sin ser -así que el ser es la esencia. Jesús, Krishna, Buda, todos ellos hablan acerca del ser. Y los templos, iglesias, mezquitas, organizaciones, sectas, los llamados gurús, profesores y sacerdotes, todos ellos hablan de hacer. Si le preguntas a ­Jesús, hablará acerca de tu ser y de cómo transformarlo. Si le preguntas al Papa del Vaticano, hablará sobre qué cosa hacer, sobre la moralidad. La moralidad tiene que ver con hacer, la religión con ser.

Esta distinción tiene que mantenerse tan clara como sea posible, porque todo lo demás depende de esto. Cada vez que nace una persona como Jesús, lo malentendemos. El malentendido es porque erramos en esta distinción; él habla acerca del ser, y lo escuchamos e interpretamos como si estuviera hablando sobre el hacer.

Si entiendes esto; entonces el versículo te será muy claro, muy útil. Puede convertirse en una luz en tu camino. De otro modo, es muy extraño y contradictorio y parecerá antirreligioso. Así debió haberle parecido a los sacerdotes cuando Jesús dijo que sus dichos son antirreligiosos, por eso es que lo crucificaron. Pensaron que era un hombre que iba a destruir la religión.

Observa el versículo -aparentemente parece así:

 

Jesús dijo a sus discípulos: 'Si ayunan- engendrarán pecados para ustedes mismos...".

 

Y siempre hemos estado escuchando que la religión enseña el ayuno, porque ha sido dicho una y otra vez que cuando ayunas eres purificado a través de eso. Toda la religión de los jainas depende del ayuno. Si ellos escucharan este dicho de Jesús dirían: "Este es un hombre peligroso, y los judíos hicieron bien; ¡lo crucificaron!".

Los judíos también fueron perturbados: tales dichos son rebeldes y toda la moralidad se perdería si le dices a la gente: 'Si ayunan engendrarán pecados para ustedes mismos: ¡el ayuno se vuelve un pecado! ". ...y si oran se condenarán”.  ¿Alguna vez lo has oído? - "si oras serás condenado”. Entonces ¿qué es la religión? Pensamos que la religión es ir a la iglesia y orar a Dios, y Jesús dice:

 

"...si oran se condenarán; y si dan limosna harán mal a sus espíritus".

 

El más extraño de los dichos, pero muy significativo. Jesús está diciendo: que tal como estás no puedes hacer nada correcto. El énfasis no es en ayunar o no ayunar; el énfasis no es en dar limosna o no; el énfasis no es en orar o no. El énfasis es que cualquier cosa que hagas ahora, tal como eres, todo estará errado.

¿Puedes orar?, Puedes ir al templo, eso es fácil, pero no puedes orar. La oración necesita una cualidad diferente -esa cualidad tú no la tienes, así que sólo puedes engañarte que estás orando. Anda y mira en el templo-a la gente que está orando: simplemente están engañando ¡ellos no tienen esa cualidad para orar! ¿Cómo puedes orar; Y si tú tienes la cualidad para orar ¿cuál es la necesidad de ir al templo o a la iglesia?

Donde sea que estés, la oración está: te mueves, caminas -¡y esto es oración! Comes, amas -¡y esto es oración! Miras, respiras -¡y esto es oración! Porque la cualidad de la oración está siempre presente, es como respirar. Entonces no puedes estar en ningún momento sin orar. Pero entonces no hay necesidad de ir al templo, a la iglesia. Las iglesias y los templos existen para aquellos que quieren engañar, para aquellos que no tienen la cualidad de la oración pero les gustaría creer que están orando.

Un hombre se estaba. muriendo, un pecador. Nunca había estado en el templo, nunca había orado, nunca había escuchado lo que dicen los sacerdotes, pero en el momento de la muerte tuvo miedo. Le pidió al sacerdote que viniera, le rogó. Cuando el sacerdote vino había una muchedumbre. Había mucha gente alrededor, porque el pecador era un hombre de gran éxito; un político, tenía poder, tenía dinero, así que mucha gente se había congregado.                           

El pecador le pidió al sacerdote que se acercara porque quería decirle algo en privado. El sacerdote se le acercó y el pecador le susurró al oído: "Sé que soy un pecador y sé bien que nunca he ido a la iglesia, no he asistido a la iglesia. No soy un hombre religioso en absoluto, nunca he orado, así que sé bien que el mundo no me va a perdonar. Pero ayúdeme, deme un poco de confianza y ¡dígame que Dios me va a perdonar! El mundo no me va a perdonar, eso lo sé, y nada se puede hacer ahora sobre eso –pero dígame una cosa: ¡Que Dios me va a perdonar!".                                                                ­

"Bien", dijo el ministro, el sacerdote, "tal vez Dios te perdone, porque él no llegó a conocerte de la manera que ahora te conocemos. Tal vez él lo haga, porque no te conoce en la forma como nosotros te conocemos". Pero si no puedes engañar al mundo ¿podrás engañar a Dios? Si no puedes engañar a las mentes comunes ¿podrás engañar a la mente divina? Es tan solo un consuelo, algo cómodo: "Tal vez". Pero ese "tal vez" es absolutamente errado; ¡no te aferres a los "tal vez".

La oración es una cualidad que pertenece a la -esencia y no a la personalidad. La personalidad es aquello que has estado haciendo, es una relación con otros. La esencia es aquello que te ha venido -no tiene nada que ver con tu hacer, es un regalo de Dios. La oración pertenece a la esencia: es una cualidad, no es algo que tú puedas hacer.

¿Qué es ayuno? ¿Cómo puedes ayunar? ¿Y por qué la gente ayuna? El dicho de Jesús es muy profundo, más profundo que cualquier afirmación que Mahavira haya hecho sobre el ayuno. Jesús está diciendo una verdad psicológica muy profunda, y la verdad es que la mente se va a los extremos: una persona demasiado obsesionada con la comida puede ayunar fácilmente. Esto parecerá extraño, paradójico: que una persona que come demasiado pueda ayunar fácilmente, que una persona que es demasiado obsesiva en comer pueda ayunar fácilmente -sólo este tipo de persona puede ayunar fácilmente. Una persona que siempre haya sido equilibrada en la dieta, encontrará que es casi imposible ayunar -¿por ­qué? Entonces tenemos que entrar en la fisiología y la psicología del ayuno.      

Primero la fisiología, porque eso es la capa más externa. Si comes demasiado almacenas demasiadas reservas, almacenas demasiada grasa. Entonces podrás ayunar muy fácilmente, porque la grasa no es sino reservas, un reservorio. Las mujeres pueden ayunar más fácilmente que los hombres, y tú lo sabes. Si ves a tu alrededor -gente que ayune, particularmente jainas, encontrarás que si un hombre ayuna, entonces cuatro o cinco mujeres pueden ayunar: esa es la proporción. El esposo no puede ayunar pero la esposa sí puede ayunar. ¿Por qué? Porque el cuerpo femenino acumula más grasa, es más fácil... tienes demasiada grasa en ti; porque en el ayuno comes tu propia grasa. Por eso es que cada día perderás una o dos libras de peso. ¿A dónde va ese peso? Te estás comiendo a ti mismo, es una manera de comer carne.

Las mujeres pueden ayunar fácilmente, ellas acumulan más grasa, por eso es que sus cuerpos son más redondos y no hay mucha dificultad. La gente gorda puede ayunar muy fácilmente, ellos pueden hacer dieta, siempre están en busca de la dieta. Un hombre común y saludable puede almacenar tanta grasa que por tres meses puede ayunar sin morir; noventa días -esa cantidad de reserva puede ser almacenada. Pero si tú eres delgado y no tienes grasa -eso significa que has estado comiendo  equilibradamente, sólo tanto como es necesario para la actividad diaria del cuerpo, no has almacenado mucha grasa -no puedes ayunar. Por eso es que el culto al ayuno está siempre en el ambiente de la gente rica, nunca...

Observa: cada vez que un hombre pobre celebra un día religioso, lo celebra con fiesta; y cada vez que un hombre rico celebra un día religioso, lo celebra con ayuno. Los jainas es la gente más rica en la India, por lo tanto ayunan. Pero un mahometano, un pobre mahometano, o un hindú pobre, cuando viene un día religioso hace una fiesta, porque todo el año tiene hambre, ¿cómo puede celebrar el día de la religión con más ayuno? El ya está ayunando todo el año, y el día religioso debe ser diferente a los días comunes. 'Así qué ésta es la única diferencia: se pondrá ropa nueva, tendrá una buena fiesta y, se divertirá y dará gracias a Dios. Esa es la religión de un hombre pobre.

Actualmente, en Norteamérica, el ayuno y el culto al ayuno se desarrollan ¡rápidamente! ya se está desarrollando porque Norteamérica se ha vuelto tan rica y la gente está comiendo tanto que ahora, por alguna parte, el ayuno tiene que hacerse presente. En Norteamérica todos los cultos sobre el ayuno están creciendo rápidamente -puede que tengan nombres distintos. Fisiológicamente tu cuerpo debe tener más grasa de lo que es necesario para que el ayuno sea fácil.

En un segundo lugar, psicológicamente, debes estar obsesionado con la comida. La comida debe ser tu obsesión: debes estar comiendo demasiado, comiendo y comiendo y pensando en comer más y más. Ese tipo de mente algún día se hastía de la comida, pensando en eso. Cualquier cosa, si piensas demasiado, te hastiará. Cualquier cosa, que tengas demasiado, te hastiará. Entonces lo opuesto se vuelve atractivo: ha estado comiendo demasiado, ahora necesitas ayunar. Ayunando serás capaz de comer otra vez con gusto, el apetito regresará -esa es la única manera.

Y la mente tiene una ley básica: que puede irse al opuesto muy fácilmente, pero no puede permanecer en el medio. El balance es la cosa más difícil para la mente, los extremos son siempre fáciles. ¿Comes demasiado? -tú puedes ayunar, porque ese es otro extremo; pero no puedes permanecer en el medio, no puedes permanecer en la comida correcta, en la dieta correcta. ¡No! Ya sea en este lado o en el otro -la mente siempre se inclina a los extremos. Es como un péndulo de reloj: va a la derecha, después a la izquierda, luego a la derecha: Si se detiene en el medio entonces el reloj se detiene, entonces no hay posibilidad para que el reloj continúe.

Si tu mente se detiene en el medio entonces el pensar se detiene, entonces el reloj se detiene. Pero si vas al extremo: tarde o temprano, lo opuesto otra vez volverá a ser significativo, atractivo, y tendrás que ir al opuesto.

Jesús entiende bien esto, muy bien, y dice: 'Si ayunan engendrarán pecados para ustedes mismos...”.

¿Qué es pecado? En la terminología de Jesús; el extremo, ir al extremo es pecado. Permaneciendo justo en el medio, estás más allá del pecado. ¿Por qué? ¿Por qué ir a los extremos es pecado? Ir a los extremos es pecado porque en el extremo tú has escogido la mitad y la otra mitad ha sido negada -y la verdad es el todo. Cuando dices: "Comeré demasiado", has escogido la mitad. Cuando dices: "No comeré en absoluto", de nuevo has escogido la mitad, has escogido algo. En el medio no hay elección: alimentas el cuerpo, no estás obsesionado ni con esto ni con aquello; no estás obsesionado en absoluto, no estás neurótico. El cuerpo obtiene lo que necesita, pero no estás demasiado cargado por su necesidad.

Este equilibrio está más allá del pecado. Así que cada vez que tengas un desequilibrio, eres un pecador. De acuerdo a la idea de Jesús, una persona que está demasiado en el mundo es un pecador, pero si va al otro extremo y renuncia al mundo, se vuelve demasiado en contra del mundo, entonces de nuevo es un pecador. Una persona que acepta el mundo sin escoger esta forma o aquella, lo trasciende.    ­

La aceptación es trascendencia. La elección significa que tú has entrado, que tu ego ha entrado, ahora estás luchando. Y cada vez que vas a un extremo tienes que luchar continuamente, porque un extremo nunca puede estar tranquilo -sólo en el medio podrás estar tranquilo. En el extremo siempre estarás tenso, preocupado, habrá ansiedad. Sólo en el medio, cuando estás equilibrado, no hay ansiedad, no hay angustia, estás en casa; nada te preocupa porque no hay tensión. Tensión quiere decir extremo. Has tratado mucho los extremos, por eso es que estás demasiado tenso. O estás tras las mujeres -entonces el sexo continuamente entra en la mente-, o te vuelves contrario -entonces también el sexo está en la mente. Si tú estás existiendo para el sexo, entonces el sexo será la única cosa en la mente, el humo. Si estás contra él, entonces de nuevo el sexo estará en la mente -porque a los amigos los recuerdas, a los enemigos los recuerdas más. A veces los amigos pueden ser olvidados, pero los enemigos nunca, ellos siempre están presentes; ¿cómo puedes olvidar a tu enemigo? Así que la gente que se desenvuelve en el mundo del sexo está llena de sexo. Y mira en los monasterios, anda a los monasterios donde la gente se ha ido al otro extremo -ellos continuamente están con el sexo, todas sus mentes se vuelven sexuales.

Come demasiado; obsesiónate con la comida como si toda tu vida existiera para comer -continuamente en la mente habrá comida. Entonces ayuna: entonces también continuamente habrá comida en la mente, y si algo continuamente está en la mente, se vuelve una carga. La mujer no es el problema, el hombre no es el problema -el problema es el sexo continuamente en la mente. La comida no es un problema: comes y se acabó; pero la comida continuamente en la mente, entonces eso es un problema.

Y si hay muchas cosas continuamente en la mente, entonces están disipando energía; la mente se vuelve opaca, aburrida, tan cargada que la vida parece no tener sentido. Cuando la mente está sin carga, sin peso, fresca, entonces ocurre la inteligencia, entonces miras al mundo con ojos frescos, con una consciencia fresca, descargada. Entonces toda la existencia es bella -esa belleza es Dios: Entonces toda la existencia está viva -esa vida es Dios. Entonces toda la existencia es extática, cada momento de ella, cada instante de ella es bienaventurado -esa bienaventuranza y éxtasis es Dios. ­

Dios no es una persona esperándote por alguna parte; Dios es una revelación en este mundo. Cuando la mente está en silencio, clara, descargada, joven, fresca, virgen -con una mente virgen Dios está en todas partes. Pero tu mente está muerta, y la has matado a través de un proceso particular. Y ese proceso es ir de un extremo al otro, luego de nuevo yendo de este extremo al otro, pero sin estar nunca en el medio.

Escuché algo sobre un borracho: estaba caminando por una calle, una calle muy grande, muy amplia. Le preguntó a un hombre: "¿Dónde está la vereda opuesta de la calle?". Era tan amplia y la noche estaba descendiendo y la luz desapareciendo, y él estaba completamente ebrio. No podía ver bien, así que preguntó: "¿Dónde está el lado opuesto de la calle?". El hombre se compadeció de él y lo ayudó a ir hasta el otro lado. Cuando llegó al otro lado de nuevo preguntó a otro hombre: "¿Dónde está el otro lado?", -y el hombre trató de llevarlo al otro lado. El ebrio se paró ahí y dijo: “¡Espera! ¿Qué clase de gente hay aquí? Estuve ahí y pregunté: '¿Dónde está el otro lado?' –y me trajeron aquí. Y ahora pregunto: '¿Dónde está el otro lado?' -y ahora dicen que ¡está ahí! Y de nuevo me están llevando a ese... ¿Qué tipo de gente hay aquí? ¿Dónde está el otro lado?".

Dondequiera que estés no hay diferencia: el extremo opuesto se vuelve el otro lado y llega a ser atractivo, porque la distancia crea atracción. No te puedes imaginar la atracción por el sexo en un hombre que está tratando de ser célibe -¡no te lo puedes imaginar! No puedes imaginarte la atracción por la comida en un hombre que está ayunando. No puedes imaginarlo porque eso es una experiencia: continuamente algo en la mente -comida, sexo. Y esto puede ir hasta el mismo fin. Aún cuando estés muriendo si algún extremo está presente estarás obsesionado.          ­

¿Cómo estar tranquilo y relajado? No vayas al extremo, este es el significado del dicho. ¡No te vayas a los extremos! Jesús sabe bien que eres adicto a la comida -no vayas a ayunar, no va ayudar.

“Si ayunan engendrarán pecados para ustedes mismos; y si oran se condenarán...

 

     ¿Qué es orar? Comúnmente pensamos que orar es pedir algo, exigir, quejarse; tienes deseos y Dios puede ayudarte a satisfacerlos. Puedes ir a la puerta de Dios y pedirle algo, vas como un mendigo. Orar es mendigar para ti, y orar nunca puede ser mendigar;. orar sólo puede ser un agradecimiento, una gratitud. Pero estas actitudes son totalmente diferentes: cuando vas a orar, tu oración no es el fin en sí, es sólo un medio, y la oración no tiene significado -estás orando para conseguir algo; ese algo es significativo, no la oración. Y muchas veces vas y tu deseo no es satisfecho. Entonces dejarás de orar, dirás: "¡Inútil!" -eso es un medio.

     Y la oración nunca puede ser un medio, así como el amor nunca puede ser un medio. El amor es el fin: amas no por alguna otra cosa; el amor en sí mismo tiene un valor intrínseco -¡simplemente amas! ¡Es tan bienaventurado! No hay nada más allá, no se busca ningún resultado a través de él. No es un medio hacia algún fin, ¡es el fin! Orar es amar ­-simplemente vas y disfrutas; sin pedir, sin mendigar.

La oración en sí misma, intrínsecamente, es tan hermosa, te sientes en tal éxtasis y feliz que simplemente vas y das gracias a lo divino que te permitió ser, que te permitió respirar, que te permitió -ver -¡qué colores! Te permitió escuchar, te permitió estar consciente. No lo has ganado, esto es un regalo. Yendo al templo sólo para dar gracias, un profundo agradecimiento: "CualqUier cosa que me hayas dado es demasiado. ¡Nunca lo merecí!". ¿Te mereces algo? ¿Crees que en alguna forma lo mereces? Si no estuviera- aquí ¿podrías decir que se te ha hecho alguna injusticia? ¡No! Todo lo que has recibido es puro regalo, es por el amor divino, tú no lo mereces.

Dios te inunda con su amor. Cuando entiendas esto, nacerá una cualidad en ti: la cualidad de ser agradecido. Entonces simplemente vas a darle tus gracias, entonces simplemente sientes gratitud. Gratitud es oración, y es tan bello sentir gratitud, que nada se le puede comparar, no hay nada en comparación. La oración es el clímax, de tu felicidad, no puede convertirse en un medio para algún otro fin.

Jesús dice: “...y si oran se condenarán...”, porque tu oración estará errada. Jesús sabe bien que cada vez que vas al templo vas a mendigar, a pedir algo. Será un medio, y si haces de la oración un medio, es pecado.

¿Qué es tu amor? Porque por medio del  amor entenderás lo que sucede con la oración. Amas a  una persona -¿realmente? ¿Amas, o existe alguna otra cosa ahí? ¿Una gratificación mutua? Cuando amas a una persona -¿realmente amas a la persona? ¿Le entregas tu corazón? ¿O es que simplemente explotas al otro en nombre del amor?

Usas al otro en nombre del amor. Puede ser sexual, puede ser para algún otro uso, pero usas al otro. Y si el otro dice: "¡No, no me uses!". ¿Tu amor continuará o desaparecerá? Entonces dirás: "¿De qué sirve?".  Si el otro aprecia, si una hermosa mujer te aprecia, tu ego es satisfecho. Una hermosa mujer te mira y sientes por primera vez que eres un hombre. Pero si ella no te aprecia, no te mira, el amor desaparece. Un hombre hermoso, un hombre fuerte, te mira como a una mujer bella, te aprecia continuamente, te sientes gratificada, porque tu ego es satisfecho.

Esto es explotación mutua -tú lo llamas amor. Y si se crea un infierno, no hay duda; tiene que crearse un infierno porque amor es sólo el nombre, y bajo el nombre está escondida otra cosa. El amor nunca puede crear un infierno, el amor es la misma cualidad del cielo. Si amas estás feliz; tu felicidad mostrará que estás enamorado:

Pero  mira a los amantes: no parecen estar felices -sólo al principio, cuando sólo están planeando, sin saberlo, inconscientemente, tirar las redes para cogerse mutuamente. Sus poesías y sus romances y toda su ­tontera es sólo para cogerse mutuamente. Una vez que se coge al pez, entonces están infelices, entonces se sienten aprisionados. El ego de cada uno se vuelve la prisión para el otro, y ambos tratan de dominar y poseer.

Este amor se vuelve una condena. Si tu amor está errado tu oración no puede ser correcta, porque orar quiere decir amar al todo -y si has sido un fracaso en el amor con un ser humano común, ¿cómo puedes tener éxito en tu amor con lo divino?

El amor es simplemente un pasa a la oración. Tienes que aprenderlo. Si puedes amar a un ser humano, sabes el secreto. La misma llave se usará con lo divino, por supuesto más amplificado, multiplicado millones de veces. La dimensión es grande pero la clave permanece igual. Amor significa que éste es el fin, y que no hay ego en él. Cuando estás sin ego hay amor. Entonces simplemente das, sin pedir nada a cambio. Simplemente das, porque dar es tan hermoso, compartes porque compartir es tan maravilloso -entonces no hay negocio. Cuando no hay negocio ni egos el amor fluye -entonces no estás congelado, entonces te disuelves. Esta disolución tiene que aprenderse, sólo entonces podrás orar.

   Jesús les dice a sus discípulos: "...si oran" -el énfasis está en "ustedes"­ se condenarán... "El conoce a sus discípulos muy bien... y si dan limosna harán mal a sus espíritus".     

¿Alguna vez has observado cuando le das algo a un mendigo, lo que sucede dentro de ti? ¿Es por bondad o es por ego? Si estás solo en la calle y un mendigo viene, le dices: "¡Vete!" -porque no hay nadie que vea lo que le estás haciendo al mendigo, tu ego en ninguna forma es herido. Así que los mendigos también saben la psicología; ellos nunca te piden cuando estás solo en la calle y no hay nadie, ellos seguirán de largo -éste no es el momento oportuno, Tú estás pasando con algunos amigos, entonces ellos te pedirán...

En el mercado cuando mucha gente te esté mirando, te pedirán, porque ahora saben que si dices: "No", la gente pensará: "¿Eres tan poco generoso, tan cruel?". Entonces das algo para salvar tu ego. No le estás dando al mendigo, no es por generosidad. Y recuérdalo bien cada vez que des, el mendigo irá a contarle a otros mendigos que él te engañó, que te hizo el tonto. Se reirá porque él también sabe por qué le has dado. No es por generosidad.

La generosidad da por una razón diferente. Sientes la desgracia del otro, lo sientes tan profundamente que te vuelves parte de ella. No es sólo que sientes la desgracia, también sientes la responsabilidad: "Si un hombre es desgraciado soy responsable en alguna forma -porque el todo es responsable de las partes; estoy colaborando con una sociedad que crea mendigos, estoy colaborando con una sociedad, con un tipo de gobierno, con una estructura que crea explotación; soy parte de ello; este mendigo es una víctima". No sólo sientes generosidad, sientes responsabilidad: tienes que hacer algo. Y si le das a este mendigo, no querrás que él te esté agradecido. Mas bien tú deberías estar agradecido a él si es por generosidad, porque sabes que eso no es nada.

La sociedad continúa y tú has invertido mucho en la sociedad que crea­ esta mendicidad. Y tú sabes que eres parte de este sistema en el cual existirán pobres, porque los ricos no pueden existir sin los pobres. Y sabes bien que también tienes ambiciones de volverte rico. Sientes toda la culpa, sientes el pecado -pero entonces dar es totalmente diferente. Si sientes que has hecho una gran cosa porque has dado dos centavos a este mendigo, entonces Jesús dice:

 

"Harán mal a sus espíritus" porque no sabes lo que estás haciendo.

 

Da por tu amor, da por tu generosidad. Pero entonces tú no. estás dando a un mendigo, entonces no es una limosna, entonces simplemente­ estás compartiendo con un amigo. Cuando. el mendigo se vuelve un

amigo, es totalmente diferente: tú no eres superior al mendigo, tú no estás haciendo una gran cosa al mendigo, el ego no es satisfecho.  Al contrario, sientes: "No puedo hacer nada -dar sólo esa pequeña cantidad de dinero no es mucha ayuda".

Sucedió una vez:" Un Maestro Zen vivía en una cabaña, en una montaña lejana, a muchos kilómetros del pueblo. Un ladrón entró; era una noche de luna llena. El Maestro se preocupó mucho porque no había nada que pudiera robarse -sólo una frazada, y él estaba usando la frazada- así que ¿qué hacer?, se preocupó tanto que cuando entró el ladrón puso la frazada en la puerta y se escondió en una esquina.

El ladrón miró por todas partes -no había nada. Deprimido, frustrado, estaba a punto de irse y en la noche, a oscuras, no podía ver la frazada. Así que el Maestro. gritó: "¡Espera! ¡Llévate esa frazada! y siento mucho que hayas venido de tan lejos, la noche está fría y no hay nada en esta casa. La próxima vez que vengas por favor avísame de antemano.. Haré los preparativos. Soy "un hombre pobre, pero prepararé algo para que puedas robar. Pero ten piedad de mí, de otro modo, sentiría mucho.... llévate la frazada -¡y no digas no!" .El ladrón no podía- creer lo. que estaba sucediendo.. Aprensivo. -y este hombre parece tan extraña, nadie se ha comportado de esta forma- simplemente tomó la frazada y se fue corriendo.

El Maestro escribió un poema esa noche. Sentado a la ventana -la noche estaba fría y la luna llena en el cielo- y escribió un poema y el poema significa: "¡Qué bella luna! -podría dársela al ladrón. ¡Me habría gustado darle esta luna a ese ladrón!". Y las lágrimas brotándole de las ojos, está llorando y sintiendo: "¡Ese pobre hombre vino de tan lejos!".

Después el ladrón fue "apresado. Habían otros delitos que se le imputaban y se le encontró la frazada. Esa frazada era muy famosa -todo el mundo sabía que pertenecía al Maestro Zen. Así que el Maestro Zen tuvo que ir a la corte. El juez le pidió: "Simplemente diga que esta frazada es de usted y eso será suficiente. Este hombre ha robada esta frazada de su cabaña -simplemente diga sí, eso es todo".

El Maestro. dijo.: "Pero él nunca robó, ¡él no es un ladrón! Le conozco bien. Una vez me visitó, por supuesto, pero no ha robado nada -esto es mi regalo, esa frazada yo se la he dado. Y aún tengo pena de que no hubo nada más que darle. Y la frazada es vieja, sin ningún valor; y este hombre es tan bueno que la aceptó. No sólo eso, en su corazón hay agradecimiento a mí.

 

Jesús dice: "...y si dan limosna harán mal a sus espíritus" -porque darán por motivos errados. Puedes hacer una buena acción por motivos errados y entonces yerras totalmente.

 

"Y si van a cualquier tierra y caminan por las regiones, y si los reciben, coman lo que ponen ante ustedes, y sanen al enfermo de entre ellos".

 

   Dos cosas les dice Jesús a sus discípulos, que: "Cualquier cosa que les den recíbanla, no pongan condiciones".

Los monjes jainas no pudieron salir del país. El budismo se extendió tanto -casi la mitad del mundo se volvió budista, pero los jainas permanecieron confinados a este país, no más de tres millones.

Mahavira y Buda... del mismo calibre, pero ¿por qué los jainas no pudieron enviar sus mensajes hacia el exterior? A causa del monje jaina; él no irá, pone condiciones: un tipo particular de comida, preparada en una manera especial, que debe ser dada a él de una manera muy especial. ¿Cómo podría salir del país? Aún en la India él puede ir sólo a aquellos pueblos donde ya viven jainas, porque ellos no aceptarán comida de nadie más. Por esta adicción a la comida Mahavira se volvió inútil para el mundo. El mundo no pudo usar a un gran hombre.

 Jesús les dijo a sus discípulos: "Vayan por cualquier tierra y caminen por las regiones; y si los reciben coman lo que ponen ante ustedes -no pongas ninguna condición, que 'comeré sólo esto"'.

Tu paso por el mundo deberá ser incondicional. Si pones condiciones te volverás una carga. Por eso es que los discípulos de Jesús nunca se han convertido en una carga: ellos comían cualquier cosa que se les diera, usaban cualquier ropa que pudieran conseguir, vivían en todo tipo de climas con todo tipo de gente, se mezclaban con todos. Por eso es que el cristianismo pudo extenderse como el fuego: es por la actitud del discípulo -no pone condiciones.

Y sólo una cosa dice Jesús: "Y sanen al enfermo de entre ellos".

El no dice: "Enséñale lo que es la verdad". ¡No! ¡Eso es inútil! El no dice: "Fuérzalos a creer en mi mensaje" -¡eso es inútil! "Simplemente ¡sana al enfermo! Porque si una persona está enferma, ¿cómo puede llegar a entender la verdad? ¿Cómo puede llegar a entenderla? Cuando su espíritu está enfermo ¿cómo puede recibir mi mensaje? ¡Sana al enfermo! Hazlo un todo integrado, eso es todo". Cuando él sea un todo y esté sano será capaz de entender la verdad, será capaz de entender a Jesús.

"Sean servidores, terapeutas, sólo ayuden a la gente a curarse". Psicológicamente todo el mundo está enfermo. Fisiológicamente, puede ser que no todos estén enfermos; todo el mundo está enfermo en lo que respecta a la mente, y una profunda curación es necesaria en la mente. Jesús dice: "Sean terapeutas, vayan y sanen sus mentes".

Trata de entender cuál es el problema con la mente: dividida está enferma, no dividida está sana. Si hay muchas cosas contradictorias en la mente, está enferma, es como una muchedumbre, como una muchedumbre demente. Pero si sólo hay una cosa en la mente, está sana ­porque a través de la unidad ocurre la cristalización. A menos que la mente sea llevada a la unidad, permanecerá enferma.  ­

Hay ciertos momentos cuando tu mente también llega a ser una unidad. Ciertos momentos a veces ocurren accidentalmente: una mañana te levantas, es temprano, todo está fresco y el sol está saliendo, simplemente todo está tan bello que te llegas a concentrar. Te olvidas del mercado adonde tenías que ir, te olvidas de la oficina adonde tenías que ir, te olvidas de que eres un hindú, un mahometano o un cristiano, te olvidas de que eres un padre o una madre o un hijo -te olvidas de este mundo. El sol es tan hermoso y la mañana está tan fresca, te absorbes en ella, te vuelves uno. Por un solo momento, cuando eres uno, la mente es una unidad y está sana, sientes una bienaventuranza surgiendo por todo tu ser. Puede suceder accidentalmente o tú lo puedes hacer ocurrir también conscientemente.

Cada vez que la mente es una unidad, una cualidad superior se expresa y lo inferior inmediatamente se sedimenta. Es como... vas a la escuela: el director está en la escuela, entonces los profesores están trabajando bien y los alumnos están aprendiendo bien y hay orden. El director ha salido afuera, ahora los profesores son los del nivel más alto; ahora no hay tanto orden porque los profesores están en libertad. Comienza a funcionar una energía inferior: comenzarán a fumar, "irán a tomar té, comenzarán a chismear. Pero los profesores están ahí, los alumnos están bajo disciplina. Los profesores se han ido... Una clase sin profesor se vuelve un caos, es una muchedumbre, una muchedumbre demente. El profesor entra en la clase -de pronto todo cambia, una fuerza superior ha entrado, el caos desaparece.

El caos simplemente demostraba que la fuerza superior estaba ausente. Cuando no hay caos -armonía- demuestra simplemente que la fuerza superior está presente. Tu mente está en caos: un punto superior es necesario, una cristalización superior es necesaria. Ustedes son como niños de escuela, una clase, una clase demente, y el profesor no está presente. Cada vez que llegan a concentrarse, inmediatamente una función superior se hace presente.

Así que Jesús dice: "¡Sana!". La palabra sana (heal); proviene de la misma raíz que la palabra todo (whole); y "heal", "whole" y la palabra "holy" (sagrado) también provienen de una misma raíz. Sana a una persona, ésta llega a ser un todo, y cada vez que la persona llega a ser un todo se vuelve sagrada. Y este es todo el proceso. La mente está en enfermedad porque no tiene centro. ¿Tienes un centro en la mente? ¿Puedes decir: "Este centro soy yo"? Cada momento cambia: en la mañana tuviste cólera, entonces sentiste que la cólera eras tú; en la tarde te volviste amoroso, entonces pensaste:'''El amor soy yo"; por la noche te frustraste, entonces pensaste: "La frustración soy yo". ¿Existe algún centro en ti o eres simplemente una muchedumbre en movimiento?

Tal como estás no hay centro, no hay centro todavía -y un hombre sin centro está enfermo. Un hombre sano es un hombre con un centro. Jesús dijo: "¡Dale centro a la gente!", entonces sea cual sea el caos a tu alrededor, el centro permanece ahí, permaneces centrado veinticuatro horas, algo permanece continuo. Aquello continuo llegará a ser tu ser.

Míralo de esta manera: hay tres capas de existencia. Una capa es de objetos, el mundo objetivo; a todo tu alrededor tus sentidos te lo reportan -tus ojos lo ven, tus oídos lo escuchan, tus manos lo tocan. El mundo objetivo es la primera capa de la existencia; si te pierdes en ello te mantienes contento con lo más superficial. Una segunda capa existe dentro de ti, la capa de la mente: pensamientos, emociones, amor, cólera, sentimientos -esa es la segunda capa. La primera capa es común -si tengo una piedra en la mano la podrás ver- es una objetividad común.

Cuando me ves, nunca me ves, sólo ves mi cuerpo; cuando te veo, nunca te veo, sólo veo tu cuerpo. Nadie puede ver lo que está dentro de tu mente. Uno puede ver tu comportamiento: cómo haces lo que haces, cómo reaccionas. Uno puede ver la cólera en tu cara, tu cara enrojecida, la crueldad que te sobrecoge, la violencia en tus ojos; pero uno no puede ver la cólera dentro de tu mente. Uno puede ver los gestos amorosos que haces con el cuerpo, pero uno no puede ver el amor. Y puedes estar haciendo sólo un gesto y puede no haber amor. Puedes engañar con los actos; has estado haciendo eso. ­

Tu cuerpo puede ser conocido por todos los demás, pero no tu mente. El mundo objetivo es común a todos, ese es el mundo de la ciencia. La ciencia dice que es la única realidad, porque la ciencia dice: "No podemos conocer tus pensamientos -ya sea que existan o no, nadie lo sabe. Sólo tú lo puedes decir, pero tu pensamiento no es común a todos, no es objetivo; no podemos experimentar con tus pensamientos, no los podemos ver. Tú los reportas; puedes estar engañando o puedes ser engañado ¿quién sabe?". Tus pensamientos no son cosas, pero sabes bien que existen. No sólo existen cosas, existen pensamientos. Pero los pensamientos son personales, privados, no son comunes a todos.

La capa exterior, la primera capa: la realidad de la superficie crea la ciencia. La segunda capa: de pensamientos, de sentimientos, crea la filosofía, la poesía. ¿Pero es eso todo? ¿Materia y mente? Si eso es todo, entonces jamás podrás estar centrado, porque la mente siempre es un flujo. No hay centro, ayer tuviste unos pensamientos, hoy día tienes otros pensamientos, mañana tendrás otros pensamientos -es como un río, no tiene centro.  ­

En la mente no puedes encontrar ningún centro: los pensamientos cambian, los sentimientos cambian, son un flujo. Entonces siempre permanecerás enfermo, tranquilamente enfermo, nunca podrás ver un todo. Pero también hay otra capa, la más profunda. Primero es el mundo objetivo, la ciencia y su mundo; segundo es el mundo de los pensamientos -de la filosofía y poesía, de los sentimientos, pensamientos y después hay un tercer mundo que es el de la religiosidad, y ese es el mundo del ser, desde donde se presencia -desde donde se mira los pensamientos, desde donde se mira las cosas.

Ese es uno, no hay dos. Ya sea que mires una casa o que cierres tus ojos y mires a la figura de la casa, adentro, el que presencia es el mismo. Ya sea que observes la cólera o que observes el amor, el que presencia sigue siendo el mismo. Ya sea que estés triste o contento, ya sea que la vida se haya vuelto poesía o que se haya vuelto pesadilla, no hay diferencia, el que presencia es el mismo, el testigo permanece siendo el mismo. Sólo el ser, el testigo, es el centro; este testigo es del mundo de la religiosidad.

Cuando Jesús dice: "Anda y sana a la gente", está diciendo: "Anda y dales su centro, hazlos que presencien su ser. Entonces ellos no se involucrarán en el mundo, ni se involucrarán con los pensamientos, ellos estarán enraizados en su ser". Y una vez que estás enraizado en tu ser, entonces todo cambia, la cualidad cambia -entonces puedes orar.

Pero entonces no orarás por motivos errados, entonces tu oración será una gratitud. Entonces orarás no como un mendigo sino como un emperador que tiene demasiado de todo. Entonces darás, pero no darás por el ego sino por compasión. Darás porque el dar es tan hermoso y te hace tan bienaventurado. Entonces podrás ayunar, pero ese ayuno no será por la obsesión a la comida; ese ayuno será totalmente diferente.

Así es el ayuno de Mahavira, totalmente diferente. A veces te olvidarás del cuerpo tanto que no recordarás que hay hambre; estarás tan lejos del cuerpo que el cuerpo no será capaz de informarte que tiene hambre. La palabra que quiere decir ayuno en sánscrito es muy hermosa; esa palabra es upawas. La palabra no implica comer o no comer, no en absoluto, la palabra en sí misma no tiene nada que ver con ayunar, simplemente significa: "viviendo más cerca a tu ser", upawas significa "viviendo más


 

cerca a tu ser", estando más cerca a ti mismo. Llega un momento cuando estás tan centrado que el cuerpo es  totalmente olvidado,  como si no  hubiera cuerpo.   Entonces no sentirás el  hambre y el ayuno  sucede

-pero es un suceder, no un hacer.

Puedes permanecer en este centro por muchos días, le sucedió a Ramakrishna: entraba en éxtasis y por seis días o siete días permanecía como si estuviera muerto, el cuerpo no se movía, el mismo gesto; si estaba de pie continuaba de pie. Los discípulos tenían que hacer que se eche y tenían que alimentarlo a la fuerza, un poco de agua, un poco de leche -pero como si él no estuviera ahí. Esto es un ayuno: porque tú ya no estás más en el cuerpo.

Estando en el cuerpo, ya no estás más en el cuerpo. Pero tú no puedes hacer esto. ¿Cómo lo puedes hacer? Porque todo hacer es a través del cuerpo, tú tienes que usar el cuerpo para hacer algo -este ayuno no puede ser hecho porque este ayuno significa incorporeidad. Esto puede suceder -le sucede a un Mahavira, a un Jesús, a un Mahoma. Te puede suceder a ti también.

 

Jesús dice: "Vayan entre la gente, coman lo que ponen ante ustedes, y sanen al enfermo de entre ellos. Porque aquello que entra por sus bocas no los hará impuros, sino aquello que sale de sus bocas, eso es lo que los hará impuros".

 

Esto es muy significativo. Así que no te preocupes demasiado de que la comida no sea pura, o de que un shudra o intocable la haya tocado, o que una mujer que esté con su menstruación haya pasado y que su sombra la haya ensuciado. El asunto no es qué es lo que llevas hacia adentro, el asunto es lo que sacas de adentro -porque eso muestra tu cualidad, lo que sacas de adentro; cómo lo transformaste, esa es la cosa.

Un loto nace en el lodo; el lodo es transformado, se convierte en un loto. El loto nunca dice: "Nunca comeré este lodo ¡está sucio!". No, ese no es el asunto. Si eres un loto nada es sucio. Si tienes la capacidad de un loto, si tienes el poder de transformación, la alquimia, entonces puedes permanecer en el lodo y un loto nacerá. Y si no tienes la cualidad de un loto, entonces aún si vives en el oro, sólo lodo saldrá de ti. Lo importante no es lo que entra en ti, lo importante es que si estás centrado en tu ser, cualquier cosa que entre es cambiada, es transformada; toma la cualidad de tu ser y sale.

Sucedió durante la vida de Buda: Accidentalmente fue envenenado; fue envenenamiento con comida, pero fue un accidente. Un hombre pobre lo invitó, y el pobre hombre había esperado muchos días para invitarlo. Así que llegó temprano, a las cuatro de la mañana, y se puso de pie cerca al árbol de Buda donde estaba durmiendo -para ser el primero en invitarlo, y fue el primero. Buda abrió sus ojos y el hombre le dijo: "¡Acepta mi invitación! He estado esperando muchos, muchos días, y por muchos años he estado preparándome. Soy un hombre pobre y no puedo gastar, pero ha sido un antiguo anhelo el que vengas y comas en mi casa". Buda dijo: "Iré".   

   Justo en ese momento, el rey del pueblo se acercó con su carroza, con sus ministros, con un gran séquito y le rogó a Buda: ''Ven, ¡te invito ...!".

Buda dijo: "Es difícil; mis discípulos irán a tu palacio, pero ya he aceptado una invitación -y este hombre ha estado aquí en el momento en que abrí los ojos. El es el primer anfitrión, así que tendré que ir".

El rey trató de persuadirlo de que eso no era bueno: "Este hombre ¿qué puede darte de comer? Sus hijos se están muriendo de hambre, ¡no tiene comida!".

   Buda dijo: "Ese no es el asunto. El me invita y yo tengo que ir". Así que Buda fue.

¿Qué había hecho ese hombre? En Bihar y en otras partes pobres de la India, la gente recoge muchas cosas en la estación de lluvia; cualquier cosa que crezca, semillas germinadas en la tierra, las recogen. Un tipo de flores, kukarmutta, algo como sombrilla blanca que brota en la estación de lluvias... Las recogen, las secan y las guardan para todo el año; ese es su único vegetal -pero a veces se vuelve venenoso.

Así que ese hombre había recogido kukarmutta para Buda. La había secado, preparado, y cuando Buda comenzó a comerla, ya se había vuelto venenosa, era muy amarga. Pero eso era el único vegetal que había preparado, y si Buda dice: "Esto está amargo y no lo puedo comer", entonces el hombre se sentirá herido porque no tiene nada más. Así que continuó comiendo, nunca mencionó que eso estaba amargo y era venenoso. Y el hombre se sintió muy feliz. Buda regresó y el veneno comenzó a tener efecto. Vino el doctor y dijo: "Es un caso muy difícil. El veneno ha entrado en la sangre y es imposible hacer nada -iY Buda tendrá que morir!".

   Lo primero que Buda hizo fue: reunió a sus discípulos y dijo: "Este hombre no es común, es excepcional. Porque la primera comida me fue dada por mi madre, y ésta es la última comida -él es tanto como mi madre. ¡Así que hónrenlo porque esto es algo raro!".

"En miles de años se da un Buda y sólo dos personas tendrán la rara oportunidad. Primero la madre para ayudar a Buda a entrar en el ,mundo; y finalmente este hombre para ayudarme a entrar en el otro mundo. Así que vayan y anuncien a la gente que este hombre tendrá que ser venerado -¡él es grande!".

Los discípulos estaban muy confundidos porque estaban pensando matar a ese hombre. Cuando todos se fueron, Ananda le dijo: "Esto es pedimos demasiado, que respetemos a ese hombre. Es el asesino, ¡te ha matado! Así que no digas esto ¿por qué dices esto?".

Buda dijo: "Yo los conozco, pueden matarlo -por eso es que digo esto. Vayan hónrenlo. Esto es una oportunidad rara que sucede sólo unas cuantas veces en el mundo: darle a un Buda su última comida".

Veneno le es dado, pero amor es lo que sale. Esto es alquimia: siente compasión por este hombre que casi lo ha matado. Aún cuando le es dado veneno... de un Buda sólo brota amor.

Jesús dijo: "Porque aquello que entra por sus bocas no los hará impuros", -aún el veneno no te puede hacer impuro-, "sino aquello que sale de sus bocas, eso es lo que los hará impuros". Así que recuerda cómo transformas las cosas: alguien te insulta, te alimenta con un insulto, eso no va a hacerte impuro ¿Qué sale ahora de tu interior? ¿Cómo transformas el insulto? ¿Sale amor u odio?

Así que Jesús dice: "Presta atención a lo que sale de tu interior, no te preocupes mucho por lo que entra". Y esto tiene que ser recordado por ti también, de otro modo todo tu enfoque puede estar errado. Continuamente piensas en lo que entra, entonces nunca desarrollas la capacidad del ser que puede transformar las cosas. Entonces toda la cosa se vuelve externa: comida pura, este tipo de comida y ese tipo de comida; que nadie te deba tocar, eres un brahmin, un alma pura. ¡Entonces todo el asunto se vuelve una tontera! Lo real no es lo que entra, lo real es recordar que tú tienes que transformarlo.

Le sucedió a Shankara: estaba en Benares, fue una mañana a tomar su baño acostumbrado en el Ganges, pensando -el antiguo tipo de mente brahmin- que el Ganges te puede hacer puro. Cuando estaba regresando después de haber tomado su baño, un intocable, un shudra, lo tocó. Se puso muy furioso y dijo: "¿Qué has hecho? Tendré que ir de nuevo y tomar otro baño. ¡Me has ensuciado!".

Se dice que el shudra dijo: "Entonces tu Ganges no tiene valor. Porque el Ganges te purifica, y en este momento, fresco, purificado, estás viniendo y te toco -¿soy más grande que tu Ganges?- y te vuelves impuro".

Y el shudra dijo: "¿Qué tipo de sabio eres? Porque te he escuchado decir que en cada uno de nosotros existe la divinidad. Así que permíteme hacerte una pregunta: Si es que el toque de mi cuerpo te ha ensuciado, eso significaría que mi cuerpo puede tocar tu alma. Pero tú dices que el cuerpo es sólo una ilusión, sólo un sueño, ¿y cómo un sueño puede tocar la realidad? ¿Y cómo un sueño puede ensuciar la realidad? Aquello que no es, ¿cómo puede ensuciar a aquello que es? O si dices que no es mi cuerpo, sino mi alma la que te ha ensuciado -porque el alma puede tocar al alma- entonces no soy un Brahma, ¿no soy la divinidad de la que hablaste? Entonces dime ¿quién te ha ensuciado?".

Se dice que Shankara se inclinó reverentemente y dijo: "Hasta ahora sólo estaba pensando acerca de la divinidad, sólo era una filosofía. Ahora tú me has indicado el camino correcto, ahora nadie me puede ensuciar. Ahora entiendo: uno existe, sólo uno existe, y lo mismo está en mí y lo mismo está en ti". Después Shankara trató muchísimo de descubrir quién era ese hombre. Nunca pudo encontrarlo. Nunca pudo descubrir quién era ese hombre. Podría haber sido el mismo Dios o podría haber sido la misma fuente... pero Shankara fue transformado.

Cualquier cosa que entre no puede ensuciarte, porque cualquier cosa que entre va al cuerpo. Nada puede entrar en ti, tu pureza es absoluta. Cualquier cosa que salga de  ti lleva tu  cualidad,  la fragancia de tu ser

-­eso muestra algo. Si cólera sale de ti, eso muestra que adentro estás enfermo; si odio sale de ti, eso muestra que adentro no eres un todo; si amor y compasión y luz salen de tu interior, eso muestra que la integración interna ha sido alcanzada.

Espero que entiendan este extraño dicho. Malentender es fácil y con personas como Jesús los malos entendidos son siempre posibles, entender bien es casi imposible -porque ellos hablan la verdad, y la verdad siempre es paradójica porque no estás listo a escuchar, no estás centrado.

Entiendes a través de la mente y la mente se entrevera, se confunde, interpreta -entonces este dicho se volverá peligroso. Debo decirte que este dicho no ha sido registrado en la versión autorizada de la Biblia. Ha sido puesto de lado ¡porque esto es peligroso! Está registrado, pero no en la versión autorizada, no en la Biblia en la que creen muchos cristianos. Pero también había otra gente que tomaba nota cuando Jesús estaba hablando; estas notas han sobrevivido, han sido encontradas hace sólo veinte años en una cueva en Egipto.

Todos estos dichos que estamos tratando pertenecen a esas notas, no son de la versión autorizada, porque la versión autorizada nunca puede estar correcta -es imposible. Porque una vez que organizas una religión, el espíritu muere. Algo organizado está muerto. Y además están los intereses creados: ¿cómo podría el Papa del Vaticano decir?: 'Si ayunan engendrarán pecados para ustedes mismos' -entonces nadie ayunaría.   'Y si oran se condenarán'       -entonces nadie oraría.       'Y si dan limosna harán mal a sus espíritus'

-entonces nadie donaría. Entonces, ¿cómo esta gran organización de la iglesia...?

Los cristianos tienen la organización más grande: sólo los sacerdotes católicos son un millón doscientos mil -miles y miles de iglesias en toda la tierra. La organización más rica es el cristianismo católico; ni siquiera los gobiernos son tan ricos, porque todo gobierno está en bancarrota. Pero el Vaticano, el Papa, es el hombre más rico, con la organización más grande en todo el mundo, el único estado internacional -no tan visible, muy invisible, pero millones de gente trabajando bajo él.

¿Cómo puede suceder todo esto? Sucede a través de donaciones, y si los cristianos aprenden que Jesús dice: "No den, harán daño a sus espíritus...". Y estas iglesias han sido hechas para orar, y si la gente llega a saber que Jesús dice: 'No oren, de otro modo cometerán pecado", ¿quién irá a orar ahí? y si no hay oración, si no hay ayuno, ni ritual, ni donaciones, entonces ¿cómo puede existir el sacerdote? Jesús destruye los mismos cimientos de toda religión organizada -entonces Jesús puede estar presente, pero no puede haber cristianismo.

Esto no está registrado, debe haber sido omitido. También puedes malentender, pero si puedes sentir lo que estoy diciendo, lo entenderás. El no está contra la oración, no está contra el ayuno, no está contra dar y compartir -está contra sus caras falsas.

   Lo real debe provenir de tu ser. Primero debes cambiar y ser transformado, sólo entonces, cualquier cosa que hagas será buena.

Alguien le preguntó a San Agustín: "¿Qué deberíamos hacer? No soy un hombre muy instruido, así que dímelo en breve, en tan pocas palabras como sea posible".

      Agustín dijo: "Entonces sólo hay una cosa a decirse: ¡Ama! Y entonces cualquier cosa que hagas será correcta".

   Pero si amas, por supuesto, todo se vuelve correcto; pero si no amas, entonces todo va mal.

Amor significa ¡ausencia de ego! Amor significa estar centrado. Amor significa ¡permanecer bienaventurado! Amor significa ¡estar agradecido! Esto es lo que significa: vive a través de tu ser, no a través de tus actos. Porque tus actos están en la superficie, el ser está en la profundidad.

Deja que las cosas salgan de tu ser. No dirijas ni controles tus acciones; transforma tu ser. Lo real no es lo que tú haces, lo real es lo que tú eres.

 

 

Capítulo 6

 

¡Absurdo! ¡Ilógico!

 

26 de Agosto de 1974

 

 

 SEXTO VERSÍCULO...

 PRIVATE

Jesús dijo:

"El reino es como un pastor

que tenía cien ovejas".

 

"Una de ellas se extravió,

aquella que era la más grande".

 

"El dejó atrás a las noventinueve,

buscó a aquella

hasta que la encontró".

 

"Habiéndose extenuado,

le dijo a la oveja,

'Te amo a ti más que

a las noventinueve'".

 

 

         Uno de los problemas más inquietantes ha sido: ¿qué le sucederá a los pecadores, a aquellos que se han extraviado? ¿Cuál es la relación entre lo divino y el pecador? ¿Va a ser castigado el pecador? ¿Va a haber un infierno? Porque todos los sacerdotes han estado insistiendo que el pecador va a ser tirado al infierno, que va a ser castigado. Pero ¿puede Dios castigar a alguien? ¿No hay suficiente compasión? ¿Y si Dios no puede perdonar, entonces quién va a ser capaz de perdonar?

         Se han dado muchas respuestas, pero la respuesta de Jesús es la más hermosa. Antes de que entremos en este versículo muchas otras cosas tendrán que ser entendidas, te darán el marco de fondo.

         Cada vez que castigamos a una persona puede haber racionalización, cualquiera que nos guste, pero la razón es diferente, y recuerda la diferencia entre razón y racionalización. Puedes ser un padre o una madre y el niño ha hecho algo que no lo apruebas. No importa que él haya hecho algo correcto o errado, porque ¿quién sabe lo que es correcto o lo que es errado? Pero tú lo desapruebas y cualquier cosa que desapruebes se vuelve errado. Puede serlo o no puede serlo, ese no es el asunto -cualquier cosa que tú apruebes es correcta. Así que depende de tu aprobación o desaprobación.

         Y cuando un niño se va por otro camino, está haciendo algo errado según tu visión, lo castigas. La razón profunda es que te ha desobedecido, no que haya hecho algo errado; la razón  profunda es que tu ego se siente herido. El niño ha estado en conflicto contigo, él se ha auto-afirmado. El te ha dicho no, al padre, a la autoridad, al poderoso. Castigas al niño. La razón es que tu ego está herido, y el castigo es un tipo de venganza. Pero la racionalización es diferente: dices que es porque ha hecho algo errado y que tiene que ser corregido. A menos que sea castigado ¿cómo va a estar bien? Así que debería ser castigado cuando va por un camino errado, debería ser premiado cuando te sigue. Así es como va a ser condicionado para una vida correcta. Esta es la racionalización, así es como hablas en tu mente, pero esta no es la razón básica inconsciente.

         La razón inconsciente es totalmente distinta; es para poner al niño en su sitio, para recordarle que tú eres el jefe y que él no es el jefe, que tú decidirás lo que es errado y lo que es correcto, que eres tú quien le va a dar dirección; que él no es libre, que tú lo posees, que tú eres el dueño -y que si desobedece entonces sufrirá.

         Si le preguntas a los psicólogos profundos te dirán que en todo comportamiento esta distinción tiene que ser entendida bien: razón y racionalización. La racionalización es un mecanismo muy astuto, esconde la razón real y da una cosa falsa pero luce absolutamente bien en la superficie. Y esto está sucediendo no sólo entre un padre y un niño, entre una madre y un niño, está sucediendo entre la sociedad y aquellos hijos que se salen del camino. Por eso es que existe la prisión, existe la ley -es una venganza, venganza de la sociedad.

         La sociedad no puede tolerar a alguien que es rebelde, porque él destruirá toda la estructura. Puede estar correcto: Atenas no pudo tolerar a Sócrates, no es que él haya estado errado -él estaba absolutamente correcto- pero Atenas no lo pudo tolerar porque si se le tolera entonces toda la estructura de la sociedad caerá, se le echará a los perros, entonces la sociedad no puede existir. Sócrates tiene que ser sacrificado para preservar la sociedad.

         Jesús fue crucificado no porque lo que dijera estuviera errado -en esta tierra nunca han sido pronunciadas palabras tan verdaderas- pero fue sacrificado para preservar la sociedad, porque en la manera que él estaba hablando, en la manera en que se estaba comportando, era peligroso para la estructura.

         La sociedad no puede tolerarte, te castigará. Pero también racionaliza, dice: es sólo para corregirte, te castiga por tu propio bien. Y nunca nadie se preocupa en saber si ese bien es alguna vez alcanzado o no. Hemos estado castigando a delincuentes por miles de años, pero nadie se preocupa si es esos delincuentes son alguna vez transformados por el castigo o no. Los delincuentes van aumentando: conforme las prisiones aumentan los prisioneros aumentan; más leyes, más delincuentes, más cortes, más castigos. El resultado es absolutamente absurdo: más delincuencia.

         ¿Cuál es el problema? El delincuente también puede sentir que eso es una racionalización y que él es castigado por su error: es castigado porque ha sido descubierto. El también tiene su racionalización: así que la próxima vez va a ser más astuto y más listo, eso es todo. En esta oportunidad él ha sido apresado porque no estuvo alerta, no porque haya hecho algo errado. La sociedad demostró ser más lista que él, la próxima vez él verá -y va a demostrar ser más astuto, más listo, más inteligente, entonces no será descubierto. Un prisionero, un delincuente que es castigado siempre cree que es castigado no por el hecho que haya cometido, sino porque ha sido descubierto. Así que lo único que va a aprender del castigo es a no ser descubierto.

          Así que cada vez que un prisionero sale de la prisión, ahora es más delincuente que nunca. El vivió con gente experimentada dentro de la prisión, con adeptos más avanzados, que saben mucho, que han sido castigados mucho y que han sufrido por largo tiempo -que han sido descubiertos- y que han estado engañando en muchas formas, que están muy avanzados en el camino de la delincuencia. Viviendo con ellos, sirviéndolos, volviéndose un alumno de ellos, él aprende; aprende a través de la experiencia que la próxima vez no va a ser descubierto. Entonces es un mejor delincuente.

         Nadie se detiene por temor al castigo, pero la sociedad continúa pensando que castigamos para detener el delito. Ambos están equivocados. La sociedad tiene otro motivo: se venga; y el delincuente también comprende -porque los egos comprenden su lenguaje muy fácilmente, así sea inconscientemente. El delincuente también piensa: "Muy bien, me vengaré en el momento oportuno, ya veré". Entonces se crea un conflicto entre el ego del delincuente y el ego de la sociedad.

         ¿Es Dios igual? ¿Tal como un juez, como un magistrado, como un padre o como un jefe? ¿Es Dios cruel en la misma forma en que lo es la sociedad? ¿Es Dios también, en lo profundo, un egoísta tal como lo somos nosotros? ¿Se vengará si desobedeces, te castigará? Entonces deja de ser divino, entonces él es un hombre común y corriente tal como nosotros.

         Este es uno de los problemas más profundos: ¿Cómo se comportará Dios con un pecador que se ha salido del camino? ¿Será generoso? Entonces hay otras cosas que se implican. Otra cosa: si él quiere ser justo, entonces no podrá tener compasión, porque la justicia y la compasión no pueden existir juntas. La compasión significa perdón incondicional, pero no es justo.

         Porque es posible que: por un lado, un santo continuamente haya orado toda su vida, que nunca haya hecho nada errado; que siempre haya tenido temor de ir más allá del límite, que haya vivido dentro de sus propios límites, que haya creado una prisión para sí mismo; que nunca haya hecho algo errado, que toda su vida haya permanecido virtuoso sin haberse permitido a sí mismo el placer a sus sentidos, que haya sido muy austero. Y por otro lado, otro hombre que haya vivido abusando de todos los placeres, que haya hecho cualquier cosa que se le viniera a la mente; dondequiera que sus sentidos lo condujeran, que haya disfrutado de todo lo que el mundo le ofreciera; que haya hecho toda clase de cosas, todo tipo de pecados. Y que ambos hayan alcanzado lo divino, que ambos hayan alcanzado el mundo de Dios.

         ¿Qué pasará si el santo no es premiado y el pecador no es castigado? Sería muy injusto. Si ambos son premiados, eso también sería injusto, porque el santo pensará que: "Viví una buena vida pero no se me da nada especial". Y el pecador también es premiado en la misma forma, entonces ¿cuál es el objetivo de ser un santo? -todo el asunto se vuelve inútil. Entonces Dios puede ser compasivo pero no es justo.

         Pero si es justo, entonces en nuestras mentes la aritmética está clara: el pecador tiene que ser castigado y el santo tiene que ser premiado. Pero entonces él no puede tener compasión -un hombre justo tiene que ser cruel porque de otro modo la justicia no se puede hacer. Un hombre justo tiene que vivir de acuerdo a la cabeza no de acuerdo al corazón.

         Un magistrado no debería tener corazón, de otro modo su justicia vacilará. No debe tener nada de generosidad, porque la generosidad se convertirá en una barrera para hacer justicia. Un hombre que es justo debe ponerse como un computador, tal como un cerebro: leyes, premios, castigos, -el corazón no debe intervenir, los sentimientos no deben ser permitidos. Debería permanecer como un espectador, sin sentir, como si no hubiera corazón en él. Pero entonces surge un problema difícil, porque desde hace siglos hemos estado diciendo que Dios es ambos: justo y compasivo; generoso, amoroso y aun así justo. Entonces es una contradicción, una paradoja; -¿y cómo resolverlo?

         Jesús tiene una respuesta, y la más bella. Ahora, trata de comprender su respuesta. Será difícil porque irá contra todas tus preconcepciones, contra todos tus prejuicios, porque Jesús no cree en el castigo. Nadie como Jesús puede creer en el castigo, porque el castigo es en lo profundo venganza. Un Buda, un Krishna, un Jesús, ellos no pueden creer en el castigo. Mas bien, al contrario, pueden ignorar la cualidad de justicia de Dios, pero la compasión no puede ser ignorada, porque la justicia es un ideal humano, la compasión es divina. La justicia tiene condiciones: "Haz esto y conseguirás eso. No hagas esto, de otra manera no conseguirás eso". La compasión no tiene condiciones.

         Dios es compasivo y para comprender su compasión tenemos que comenzar con el pecador.

 

         Jesús dijo: "El reino es como un pastor que tenía cien ovejas. Una de ellas se extravió, aquella que era la más grande. El dejó atrás a las noventinueve, buscó a aquella hasta que la encontró. Habiéndose extenuado, le dijo a la oveja: 'Te amo a ti más que a las noventinueve'".

 

         ¡Absurdo! ¡Ilógico! -pero verdadero. Trata de entenderlo: "El reino -de Dios- es como un pastor que tenía cien ovejas una de ellas se salió del camino, la que era más grande".

         Y siempre es así -la que se sale del camino es siempre la mejor. Si eres un padre y tienes cinco niños, sólo el mejor niño tratará de hacerte resistencia y negarte, sólo el mejor niño afirmará su propia individualidad. Los mediocres siempre se te rendirán; el que no es mediocre se rebela, porque la misma naturaleza de la mente es la rebelión. La inteligencia es rebelde; cuanto más inteligente más rebelde. Y los que no son rebeldes, los que dicen sí a todos están casi muertos. Te pueden gustar, pero no tienen vida en sí. Te siguen no porque te amen, te siguen porque son débiles, tienen miedo, no pueden pararse solos, no pueden oponerse -son debiluchos, impotentes.

         Mira a tu alrededor: la gente que crees que es buena casi siempre son los débiles, su bondad no proviene de su fortaleza, proviene de su debilidad. Son buenos porque no tienen el valor de ser malos. Pero ¿qué tipo de bondad es aquella que proviene de la debilidad? La bondad debe provenir de una fortaleza desbordante, sólo entonces es buena, porque entonces tiene vida, un torrente de vida.

         Así que, cada vez que un pecador se vuelve un santo, la santidad tiene su propia gloria. Pero cada vez que un hombre común, por su debilidad se vuelve un santo, el santo es pálido y muerto, no tiene vida. Pero puedes volverte un santo por debilidad -entonces recuerda, errarás. Si llegas a ser un santo por tu fortaleza, sólo entonces alcanzarás. Un hombre que es bueno porque no puede ser malo, realmente no es bueno. En el momento en que llegue a ser más fuerte se volverá malo; dale poder y el poder lo corromperá inmediatamente.

         Esto sucedió en este país: Gandhi tenía una gran cantidad de seguidores, pero parece que la bondad de sus seguidores provenía de la debilidad. Eran buenos cuando no estaban en el poder, pero cuando llegaron al poder, cuando llegaron a ser los gobernantes de este país, entonces el poder los corrompió inmediatamente.

         ¿Puede el poder corromper a un hombre fuerte? ¡Nunca! Porque él ya es poderoso, si el poder podría haberle corrompido ¡el poder ya lo habría corrompido! el poder corrompe sólo si eres débil y si tu bondad proviene de la debilidad.

         Lord Acton ha dicho: "El poder corrompe ¡y corrompe absolutamente!". Pero me gustaría hacerlo condicional; esta afirmación no es condicional, es categórica, no puede ser. El poder corrompe si la bondad proviene de la debilidad; si la bondad proviene de la fortaleza ningún poder puede corromperte. ¿Cómo puede corromperte el poder? -porque ya lo conoces, está presente. Pero es difícil descubrir de dónde viene tu bondad...

         Si no eres ladrón porque tienes temor de ser descubierto, el día en que estés seguro de que nadie puede descubrirte, serás un ladrón -porque entonces ¿quién te lo va a impedir? Sólo tu miedo te detenía, no vas a matar a tu enemigo porque sabes que serás descubierto; pero si surge una situación en la cual puedes matar al hombre sin ser descubierto y sin ser castigado, matarás inmediatamente. Así que eres bueno sólo por tu debilidad.

         Pero ¿cómo puede surgir lo bueno de la debilidad? Ya que la bondad necesita de una energía desbordante. La bondad es un lujo, recuérdalo. La santidad es un lujo -proviene de la fluencia. Cuando hay demasiada energía, tanta que estás inundado de ella,  entonces comienzas a compartirla. Entonces no puedes explotar porque no hay necesidad. Puedes dar de tu corazón porque tienes demasiado, realmente estás sobrecargado. Te gustaría dar y renunciar, te gustaría dar toda tu vida como un regalo.

         Cuando tienes algo, te gustaría darlo -recuerda esta ley: te aferras sólo cuando realmente no lo tienes; si lo tienes puedes darlo. Sólo cuando puedes dar algo alegremente eres realmente el dueño. Si te estabas aferrando a algo, entonces en lo profundo tenías temor y no eras el amo de eso. Sabías en lo profundo que no te pertenecía y que tarde o temprano se te quitaría. Por eso es que no puedes dar. Así que, sólo cuando una persona da su amor muestra que tiene amor; sólo cuando una persona da toda su vida muestra que tiene vida. No hay otra manera de saberlo.

         Por debilidad puede parecer mucha bondad. Es una apariencia, es una moneda falsa, pero una moneda falsa es como una flor de papel, una flor plástica. Cada vez que un árbol florece, florece sólo cuando está inundado de demasiada energía. Las flores son un lujo -un árbol florece sólo cuando tiene todo lo necesario. Si no se le da agua en la proporción adecuada, si no se le da fertilizante en la proporción correcta, si el suelo no es rico, entonces el árbol podrá tener hojas pero no podrá tener flores.

         Hay una jerarquía: lo más alto puede existir sólo cuando hay suficiente energía para fluir hacia lo más alto. Si no estás bien alimentado, primero desaparecerá la inteligencia, porque eso es un florecimiento. En un país pobre, la pobreza real no es la pobreza del cuerpo, la pobreza real es pobreza de inteligencia, porque si el país es muy pobre la inteligencia no puede existir -es un florecimiento. Cuando todas las necesidades corporales son satisfechas, sólo entonces la energía puede moverse, puede fluir más arriba; cuando las necesidades corporales no son satisfechas, la energía fluye primero para satisfacer las necesidades corporales. Porque la base tiene que ser protegida primero, las raíces tienen que ser protegidas primero. Si no hay raíces no puede haber ningún florecimiento; si no hay cuerpo entonces ¿dónde existirá la inteligencia? Y la compasión es más alta que la inteligencia, la meditación es aun más alta.

         En la India, Buda y Mahavira aparecieron cuando el país era muy rico. Desde entonces han existido solamente mal llamados santos, pero no un hombre como Buda -difícil, ¡muy difícil!- porque tal florecimiento es posible sólo cuando hay energía en exceso, energía que no hay necesidad de usar -sólo entonces la energía comienza a disfrutarse a sí misma. Y cuando la energía comienza a disfrutarse a sí misma se da un giro interno. Entonces se convierte en meditación, entonces nace un Buda, entonces existe el éxtasis.

         Si no das agua al árbol... primero desaparecerán las flores, luego desaparecerán las hojas; después las ramas morirán y sólo en el último momento morirán las raíces -porque con las raíces las cosas pueden brotar de nuevo, así que el árbol protegerá la raíz. Y la raíz es lo más bajo, pero lo más bajo tiene que ser protegido porque es la base. Cuando vengan los buenos tiempos y haya agua y lleguen las lluvias, entonces de nuevo la raíz podrá germinar, de nuevo las hojas podrán salir, de nuevo el florecimiento. Y esta misma jerarquía existe en ti.

         Sé bueno a causa de tu energía, nunca seas bueno a causa de tu debilidad. ¡No estoy diciendo que seas malo! -porque por debilidad ¿cómo puedes ser malo? También la maldad necesita tanta energía como la bondad. No puedes ser malo, no puedes ser malvado sin energía, no puedes ser bueno sin energía -porque ambos son reales. Entonces, ¿qué puedes ser sin energía? Simplemente puedes tener una cara falsa: no serás nada, simplemente serás una fachada, un engaño, un fantasma, no una persona real -cualquier cosa que hagas será fantasmal. Y esto es lo que está ocurriendo. Entonces crearás una bondad falsa, una santidad falsa. Pensarás que eres un santo porque nunca has cometido ningún pecado, no porque hayas llegado a lo divino.

         Cuando hayas alcanzado lo divino será un logro, un logro de energía positiva. Y entonces te vuelves como Dios, y no hay esfuerzo en ser como Dios -fluye espontáneamente. Puedes reprimirte; eso es negativo. Pero cuando te reprimes el deseo está presente; y si el deseo de hacer daño está presente, ya lo has cometido, no hay diferencia. Esa es la diferencia entre pecado y delito.

          El delito tiene que ser un acto. Tú puedes estar pensándolo, ninguna corte puede castigarte porque ninguna corte tiene autoridad sobre la mente, sólo sobre el cuerpo -un delito tiene que ser un acto. Puedo ir pensando en matar a todo el mundo: ninguna corte puede castigarme simplemente porque lo estoy pensando, puedo decir me gustaría, pero no he matado a nadie, no ha llegado a ser un hecho. Un hecho está bajo la ley, no el pensamiento, y ésta es la diferencia con el pecado...

         Pero no hay ninguna diferencia, ya sea que lo hagas o que lo pienses el pecado ha sido cometido. Piensa -la semilla está ahí; ya sea que germine y se vuelva un hecho o no, ese no es el asunto. Si se vuelve un hecho, entonces será un delito, pero si lo has pensado ya has cometido el pecado. Para lo divino ya te has vuelto un delincuente, ya te has descarriado. Pero éste es el punto a entenderse, muy difícil: que aquellos que se descarrían son siempre más fuertes que aquellos que permanecen en el camino.

          Aquellos que se salen del camino son siempre los mejores. Anda a un manicomio y ve, y encontrarás que la gente más inteligente ha enloquecido. Mira los últimos setenta años de este siglo: la gente más inteligente ha enloquecido, no los mediocres. Nietzsche se vuelve loco -una de las mejores inteligencias que haya existido- tiene que volverse loco, tenía tanta energía; tanta energía que no puede ser confinada, tanta energía que tiene que volverse una inundación, no puede ser como un arroyo. No lo puedes canalizar -es como un océano bravo. Nietzsche enloqueció, Nijinsky enloqueció. Observa, en los últimos setenta años de este siglo encontrarás que lo mejor, la crema, los mejores enloquecieron y los mediocres estuvieron sanos.

         Esto parece muy absurdo: los mediocres sanos y los genios locos. ¿Por qué una persona mediocre permanece sana? No hay energía para salirse del camino. Un niño se vuelve un niño problema cuando tiene mucho más energía, tiene que hacer mucho más cosas. Sólo un niño anémico permanece en una esquina -si le dices: "Repite ram, ram, ram", él repetirá, si le das un rosario lo rezará. Pero si el niño está realmente con vida, entonces el niño tirará el rosario y dirá: "¡Esto es estúpido! Voy a jugar y voy a subir a los árboles. ¡Voy a hacer alguna cosa!".

         La vida es energía. Solamente una mente sin sangre, anémica, no se saldrá del camino, no lo puede hacer; es difícil poder tener tanta energía, es difícil irse a ese extremo, a ese abismo. Pero aquellos que se salen del camino -si alguna vez se les encuentra- se vuelven Budas. Si Nietzsche alguna vez entrara en meditación, sería un Buda. Tiene la energía para volverse loco, tiene la energía para volverse iluminado -la misma energía, sólo que la dirección cambia. Un Buda se volverá loco si no llega a ser un Buda -¿adónde irá la energía? Si no puede ser creativo, la energía se vuelve destructiva. Anda a los manicomios: encontrarás a los hombres más inteligentes ahí, están locos sólo por no ser mediocres; están locos porque pueden ver más allá que tú, más profundamente. Y cuando ven más profundamente, las ilusiones desaparecen.

         Toda la vida es algo tan enigmático, que si puedes ver más profundo será muy difícil permanecer sano, muy difícil. Uno permanece sano porque no puede ver: puedes ver sólo el dos por ciento de la vida, y los psicólogos dicen que el noventiocho por ciento te ha sido impedido; porque si llegas a verlo será tal inundación que no serás capaz de resistirlo -te volverás loco.

         Actualmente algunos psicólogos, aquellos que han estado estudiando la locura muy profundamente, como R.D. Laing y otros, están tropezando con ciertos hechos. Y uno de los hechos es éste: que la gente que enloquece es la mejor, la gente que entra al delito son los más rebeldes. Pueden llegar a ser grandes santos y no es sorpresa que un Valmiki se vuelva un santo.

         Valmiki era un secuestrador, un criminal, vivía matando y robando. Y de pronto un suceso... y se iluminó.

         Un iluminado estaba pasando... y Valmiki era un asesino, un hombre que vivía del robo. El tomó a un hombre iluminado. El iluminado dijo: "¿Qué vas a hacer?".

         El dijo: "¡Voy a robarte todo lo que tienes!".

         El iluminado dijo: "Si puedes hacer eso, estaré feliz, porque tengo algo muy interno -¡róbalo, eres bienvenido!".

         Valmiki no podía entenderlo pero dijo: "Me interesan sólo las cosas externas".

         El iluminado dijo: "Pero no serán muy útiles, ¿y para qué estás haciéndolo?".

         El dijo: "Por mi familia -mi madre, mi esposa, mis hijos- ellos morirán de hambre si no hago esto; y sólo sé este arte".

         Así que el iluminado dijo: "Amárrame contra un árbol de tal manera que no pueda escapar, regresa y dile a tu madre, a tu esposa y a tus hijos que estás cometiendo pecados por ellos. Pregúntales si están listos para compartir el castigo cuando estés delante de Dios, cuando venga el día del juicio ¿estarán listos para compartir el castigo?".

         Valmiki por primera vez comenzó a pensar. Dijo: "Tal vez tengas razón. Debería ir a preguntar".

         Fue y preguntó a la esposa y la esposa dijo: "¿Por qué debería compartir? Yo no he hecho nada. Si tú haces algo es tu responsabilidad".

         La madre dijo: "¿Por qué debería compartir? Soy tu madre, tu deber es alimentarme. No sé cómo me traes el pan, esa es tu responsabilidad".

         Nadie estaba listo a compartir y Valmiki se convirtió. Regresó, cayó a los pies del iluminado y dijo: "Ahora dame lo interno, no estoy interesado en lo externo. Ahora déjame ser el ladrón de lo interno, porque he entendido que estoy solo y cualquier cosa que esté haciendo es mi responsabilidad, nadie la va a compartir. He nacido solo, moriré solo, y cualquier cosa que haga es mi responsabilidad individual, personal, nadie la va a compartir. Así que ahora debo mirar hacia adentro y encontrar quién soy. ¡Se acabó! ¡Se acabó todo el asunto!". Este hombre dio un giro en un segundo.

         La misma historia sucede con Buda: Había un hombre que estaba casi loco, un asesino loco. Había hecho una promesa, que mataría mil personas, ni una menos, porque la sociedad no lo había tratado bien. Así que él iba a vengarse, iba a matar a mil personas. Y de cada persona que mataba le sacaba un dedo y hacía un rosario en torno a su cuello -mil dedos.

         Por esto su nombre cambió a Angulimala: el hombre con el rosario de dedos. Había matado a novecientos noventinueve personas. Nadie se acercaba por ese sitio, donde la gente se enteraba que estaba Angulimala el tráfico se detenía. Y le era muy difícil encontrar un hombre ahora. Y sólo era necesario un hombre más.

          Buda estaba pasando por el bosque. La gente de la aldea vino a decirle: "¡No vayas! ¡Angulimala está ahí, ese asesino loco! Y no pensará dos veces, simplemente te matará; y no pensará que eres un Buda. No vayas por ese camino, hay otro camino. Puedes ir por ahí ¡pero no vayas por el bosque!".

         Buda dijo: "Si yo no voy ¿quién irá? Y él está esperando a alguien; tengo que ir".

         Porque él casi ha cumplido su promesa... y es un hombre de energía porque está peleando contra toda la sociedad. Y los reyes tenían miedo, los generales tenían miedo -y sólo un hombre había matado a mil personas- y el gobierno y la policía y la ley. Nadie podía hacer nada. Pero Buda dijo: "El es un hombre, me necesita. Debo tomar el riesgo. Bien me matará o yo lo mataré". Esto es lo que los Budas hacen, ellos se aventuran, arriesgan. Buda fue, aun los discípulos más cercanos que habían dicho que permanecerían con él hasta el final, comenzaron a quedarse atrás ¡porque esto era peligroso!

         Cuando Buda llegó cerca a la montaña donde Angulimala estaba sentado en una roca, no había nadie detrás de él, estaba solo. Todos los discípulos habían desaparecido. Angulimala miró a este hombre tan inocente, como un niño, tan bello, pensó -aun un asesino sintió compasión por él. Pensó: "Este hombre parece estar absolutamente inconsciente de que estoy acá, de otro modo nadie pasaría por este camino". Y al hombre se le veía tan inocente, tan bello, que Angulimala pensó: "No es bueno matar a este hombre. Déjalo -puedo encontrar alguna otra persona".

         Entonces le dijo a Buda: "¡Ándate! ¡Detente ahí y regresa! ¡No des un paso adelante! Yo soy Angulimala y estos son los novecientos noventinueve dedos, y necesito uno más -aun si mi madre viene la mataré y cumpliré mi promesa. Así que no te acerques ¡soy peligroso! Y no creo en la religión y no me interesa saber quién eres. Puedes ser tal vez un monje, un gran santo ¡no me importa! Sólo me importa el dedo, y tu dedo es tan bueno como el de cualquiera. Así que no des un paso más, de otro modo te mataré. “¡Detente!”.

Pero Buda continuó caminando.

         Entonces Angulimala pensó: "¡Este hombre es sordo o está loco!". De nuevo gritó: "¡Detente! ¡No te muevas!".

         Buda dijo: "Me he detenido hace mucho tiempo, y no me estoy moviendo; Angulimala, tú eres el que te estás moviendo, yo me he detenido hace mucho tiempo. Todo movimiento se ha detenido porque toda motivación se ha detenido. Cuando no hay  motivación ¿cómo puede haber movimiento? No hay meta para mí, he realizado la meta, así que ¿para qué me voy a mover? Tú te estás moviendo -y te lo digo a ti: "¡Detente!".

         Y Angulimala que estaba sentado en la roca se comenzó a reír. Dijo: "¡Realmente estás loco! Yo estoy sentado y me dices: 'Tú te estás moviendo', y tú te estás moviendo y dices que te has detenido. Realmente eres un tonto o loco -no sé ¡qué tipo, qué clase de hombre eres!".

         Buda se acercó más y dijo: "Oí que necesitas un dedo más. En lo que respecta a este cuerpo, mi objetivo se ha logrado, este cuerpo es inútil. Cuando muera la gente lo quemará, no será útil para nadie. Lo puedes usar, tu promesa puede ser cumplida: corta mi dedo y corta mi cabeza. Yo he venido a propósito porque ésta es la última oportunidad para que mi cuerpo pueda ser usado de alguna forma; de otra manera la gente lo quemará".

         Angulimala dijo: "¿Qué estás diciendo? Yo he estado pensando que soy el único loco por aquí. Y no trates de ser listo porque soy peligroso, ¡todavía te puedo matar!".

         Buda dijo: "Antes de que me mates haz una cosa, cumple el deseo de un condenado a muerte: corta la rama de ese árbol". Angulimala sacó su espada y con un golpe hizo caer una gran rama. Buda dijo: "Sólo una cosa más: ahora, ¡únela de nuevo al árbol!".

         Angulimala dijo: "Ahora, sé perfectamente que estás loco -puedo cortarla pero no puedo unirla".

         Entonces Buda comenzó a reírse y dijo: "Si sólo puedes destruir y no puedes crear, no deberías destruir, porque la destrucción puede ser hecha por cualquier niño, no hay bravura en eso. Esta rama puede ser cortada por un niño, pero para unirla es necesario un Maestro. Y si ni siquiera puedes unir una rama de vuelta al árbol, ¿cómo puedes cortar cabezas humanas? ¿Alguna vez lo has pensado?".

         Angulimala cerró sus ojos, cayó a los pies de Buda y dijo: "¡Llévame por ese camino!". Y se dice que en ese mismo momento se iluminó.

         Al día siguiente ya era un bhikkhu, un mendigo, un mendigo de Buda, y ahora estaba mendigando en la ciudad. Toda la ciudad se había cerrado, la gente tenía tanto miedo y decía: "Aun si se ha vuelto un mendigo no se le puede creer. ¡Ese hombre es tan peligroso!". Así que no había gente por los caminos. Cuando Angulimala iba a mendigar no había nadie que le diera comida, porque ¿quién iba a arriesgarse? La gente estaba parada en sus terrazas mirando hacia abajo y entonces comenzaban a tirar piedras, porque había matado a mil hombres de la ciudad. Casi todas las familias habían sido víctimas, así que comenzaron a tirarle piedras.

          Angulimala cayó en la calle, la sangre fluía por todo su cuerpo, muchas heridas. Buda vino con sus discípulos y dijo: "¡Mira! Angulimala, ¿cómo te sientes?".

          Angulimala abrió sus ojos y dijo: "Te estoy tan agradecido. Pueden matar mi cuerpo pero no me pueden tocar a mí -y eso es lo que había estado haciendo toda mi vida y nunca me había dado cuenta del hecho".

         Buda dijo: "Angulimala se ha iluminado, se ha vuelto un brahmin, un conocedor de Brahma".

         En un solo momento puede suceder, si la energía está presente. Si la energía no está presente, entonces es difícil. Todo el sistema del Yoga es cómo crear energía, más energía. Toda la dinámica del Tantra es cómo crear más energía en ti, de tal manera que se convierta en un fenómeno como una inundación. Entonces te puedes volver bueno o malo.

 

         Jesús dice: "Una de ellas se extravió, aquella que era la más grande".

 

         Sólo aquellas que son grandes, que son las mejores, se salen del camino. Los pecadores son la gente más bella en el mundo -errados por supuesto. Pueden volverse santos en cualquier momento. Los santos son bellos, los pecadores son bellos, pero la gente está en el medio, ellos son feos. Porque la impotencia es la única fealdad: cuando no tienes nada de energía, cuando ya eres una cosa muerta, un cadáver, cuando estás arrastrándote o siendo cargado por otros.

         ¿Por qué los mejores, por qué los más grandes se salen del camino? Hay un secreto que debe ser entendido. El proceso de crecimiento es: primero tienes que lograr tu ego. Si no logras un ego cristalizado, la entrega no es posible. Parece paradójico, pero así es como es. Primero tienes que lograr un ego cristalizado, y luego tienes que dejarlo. Si no logras un ego cristalizado la entrega nunca te podrá suceder ¿Cómo puedes entregar algo que no tienes?

         Un hombre rico puede renunciar a sus riquezas; ¿qué puede hacer un mendigo? no tiene riquezas a qué renunciar. Un gran erudito puede abandonar su intelecto, ¿pero qué hará una persona mediocre? ¿qué cosa puede abandonar? -porque no lo tiene. Si tienes conocimiento puedes renunciar a él y volverte ignorante, humilde; pero si no tienes ningún conocimiento ¿cómo puedes renunciar a él?

         Sócrates podía decir: "No sé nada". Esta es la segunda parte: él sabía mucho, entonces comprendió que todo el conocimiento es inútil. Pero esto no puede ser logrado por una persona que no se haya desarrollado como Sócrates. El intelecto tiene que ser entrenado, el conocimiento tiene que ser obtenido, el ego tiene que ser cristalizado; ésta es la primera parte de la vida. Cuando los tengas, renuncia a ellos. La diferencia es grande.

         Un mendigo en la calle y un Buda en la calle, ambos son mendigos, pero la calidad difiere absolutamente. Buda es un mendigo por voluntad propia. El no está obligado a ser mendigo, es su libertad. Buda es un mendigo, el ha saboreado la riqueza y la ha encontrado inútil. Buda es un mendigo, el pasó por el deseo y lo encontró inútil, sin uso. Buda es un mendigo porque su reino le falló. La mendicidad de Buda tiene cierta riqueza en sí -ningún rey puede ser tan rico, porque él está todavía a medio camino; Buda ha completado el círculo. Y un mendigo que está parado en la calle, que nunca ha sido rico: su mendicidad es simple mendicidad, no conoce el gusto de la riqueza ¿Cómo puede renunciar a un deseo que no ha sido satisfecho? ¿Cómo puede decir que los palacios son inútiles? -porque no tiene la experiencia de eso. ¿Cómo puede decir que las mujeres bellas no tienen valor? No lo puede decir porque no ha conocido mujeres bellas. Sólo la experiencia puede darte la llave a la renuncia. Sin experiencia te puedes consolar. Mucha gente pobre hace eso, pobre en muchas formas.

         Si no tienes una esposa bella vas diciendo: "¿Qué hay con eso? El cuerpo es sólo cuerpo, y el cuerpo es mortal, y es la morada de la muerte". Pero en lo profundo el deseo permanece; el deseo puede desaparecer sólo cuando la experiencia ha ocurrido, cuando has llegado a conocerlo -eso es un consuelo. El hombre pobre puede llegar a consolarse a sí mismo diciendo que no hay nada que valga la pena en los palacios, pero él sabe que sí lo hay; de otro modo ¿por qué todo el mundo lo quiere? El mismo está obsesionado y loco: en sus sueños vive en palacios, en sus sueños se vuelve emperador. Pero durante el día, cuando es un mendigo en la calle, va diciendo: "No me interesa, no me importa, ¡he renunciado a eso!". Este consuelo es inútil, es peligroso, es falso.

          La primera parte de la vida de una persona que está madurando en la dirección correcta, es cristalizar el ego, y la segunda parte -entonces el círculo se completa- es renunciar a él.

          Un niño crece sólo cuando se resiste a sus padres, cuando lucha con los padres; cuando se va lejos de ellos, cuando está contra ellos, y así logra su propio ego individual. Si continúa aferrado a sus padres, siguiéndolos, nunca llegará a ser un individuo por derecho propio. Tiene que salirse del camino -así es como la vida lo quiere. Tiene que volverse independiente, y hay dolor en volverse independiente. Hay lucha; y puedes luchar sólo cuando sientes que tú eres. Y éste es un círculo: si sientes que eres, puedes luchar más; si luchas más, llegas a ser, eres más -"yo soy". El niño logra la madurez cuando se vuelve totalmente independiente. A causa de esta independencia tiene que salirse del camino.

          El pecador puede estar buscando independencia de la sociedad, de la madre, del padre -pero el pecador está buscando independencia y ego en una forma errada. El santo también está buscando independencia -en una forma correcta. Los caminos son diferentes, pero los caminos errados son siempre más fáciles. Llegar a ser un santo es difícil, porque para llegar a ser un santo primero debes haber sido un pecador. Trata de entender esto: para ser un pecador no necesitas haber sido un santo primero, pero para ser un santo necesitas haber sido un pecador primero. De otro modo, tu santidad será pobre, no será rica; será plana, pálida, no tendrá vida; será un arroyo de verano, no un río que inunda.

 

         "Una de ellas se extravió, aquella que era la más grande".

 

         Según como lo entiendo, la palabra "más grande", en el mundo de las ovejas, lleva el significado de "la mejor". Porque la oveja más grande es la mejor oveja: lleva más lana, lleva más grasa, cuesta más comprarla; si las vendes ganarás más. Cuanto más grande mejor, cuanto más pequeña, más pobre. "Más grande" significa la mejor -y la mejor se salió del camino. Es simbólico.

         "El pastor... dejó atrás a las noventinueve..." ellas no tienen valor.

         ¿Por qué Jesús siempre escoge al pastor y a la oveja? Es muy significativo, su simbología es significativa: toda la muchedumbre de mentes mediocres es tal como las ovejas, viven en una muchedumbre. Mira las ovejas yendo por el camino: caminan como si tuvieran una mente colectiva, no son seres independientes -agarrándose del brazo con miedo de ir solas, caminan en grupo.

         Escuché que un profesor de escuela estaba preguntando a un pequeño niño cuyo padre era un pastor... y dijo: "Si hay diez ovejas y una de ellas salta el cerco de su casa, ¿cuántas ovejas quedarán?".

         El niño dijo: "¡Ninguna!". El profesor dijo: "¿Qué estás diciendo? te estoy dando un problema de aritmética para que lo resuelvas -¿qué estás diciendo? Habían diez ovejas, una saltó fuera del cerco; ¿cuántas ovejas quedan?".

         El niño dijo: "Tú puedes saber aritmética, pero yo conozco a las ovejas -¡ninguna!". Porque las ovejas tienen una mente colectiva, se mueven en grupo: si una salta, todas saltarán.

         El pastor dejó a las noventinueve ovejas atrás y fue en busca de la oveja que se había salido del camino.

         Jesús siempre dice que Dios irá en busca del pecador, no en busca del mediocre, del de clase media -por que él no vale la pena, no ha conseguido suficiente valía.   Y,  además,  él siempre está en el camino

-no hay necesidad de buscarlo. Y no puede salirse del camino. Por eso es que el pastor dejó a las noventinueve ovejas en el bosque, en la noche oscura, y fue en busca de aquella que se había salido del camino. Porque aquella se ha vuelto un individuo, porque aquella ha logrado el ego; estas noventinueve están sin ego, son un muchedumbre.

         Mira todo tu ser ¿es aún una muchedumbre o te has vuelto ya un ego? Si te has vuelto un ego, entonces Dios estará en búsqueda de ti, vale la pena -tienes que ser buscado, tienes que ser encontrado. Has conseguido la mitad del círculo, ahora falta la mitad de la entrega; ahora esta mitad puede ser hecha a través de Dios. Sólo tú puedes hacer la primera mitad, la otra mitad tiene que ser completada por lo divino. Cuando tienes un ego, en alguna parte, en alguna forma, Dios te está buscando, porque tú ya has hecho tu parte, ya te has vuelto un individuo. Ahora si pierdes la individualidad te volverás universal.

         Esta es la diferencia: antes de la individualidad eres una simple muchedumbre, no universal; sólo una multitud, la multitud local. Después logras la individualidad, te sales del camino; te vuelves independiente, te vuelves un ego -entonces cuando pierdes este ego te vuelves el océano, te vuelves el todo.

         Actualmente tú no eres, así que no puedes llegar a ser el todo. Actualmente la muchedumbre existe, tú sólo eres un número en la muchedumbre. Hacen bien los militares, dan un número a los soldados: uno, dos, tres, cuatro -sin nombres; porque realmente tú no tienes ningún nombre, no lo has ganado. Sólo eres un número, un dígito: uno, dos, tres, cuatro... Así que cuando alguien muere, en la pizarra pueden escribir que éste y tal número han caído. Son números, y los números pueden ser reemplazados. Cuando un número ha caído, otra persona puede reemplazarlo... se vuelve "el número uno". En los militares, las ovejas están presentes, y los militares son la sociedad perfecta, perfecta como la sociedad de hormigas, la muchedumbre. Si quieres conocer la mente de la muchedumbre observa a los militares: te tienen que disciplinar completamente en tal forma que pierdas toda independencia. Una orden es una orden, no debes pensar sobre ella. Ordenan: "¡A la derecha, derecha!" -y tú volteas a la derecha. Y esto se vuelve tan profundo.

         Escuché que la esposa de un coronel estaba muy perturbada, muy molesta, porque cada vez que el coronel dormía sobre su lado izquierdo roncaba. Y era difícil, no era un ronquido común -era el ronquido de un coronel. Era como un rugido, era imposible dormir. Pero cada vez que se echaba en su lado derecho no roncaba. Así que la esposa fue donde un sicoanalista a consultar. El recomendó: "Muy simple: cada vez que ronque lo volteas a la derecha".

         Ella dijo: "Es difícil. Pesa mucho y se molesta. Si lo sacudo y lo despierto, entonces se enfurece; y sucede tantas veces en la noche que perdería toda la noche haciendo sólo esto".

         El sicoanalista dijo: "No se preocupe -simplemente susúrrele al oído del coronel: '¡A la derecha, derecha!'. Y esto será suficiente".

          ¡Y funcionó! Se vuelve tan inconsciente: una orden es una orden.

         Una sociedad existe como una muchedumbre. Inmediatamente puedes convertirla en un ejército, no hay problema. Por eso, Hitler pudo lograr convertir todo el país en un campamento militar. Mao logró convertir todo el país en un campamento militar. La sociedad vive en el límite, puedes cambiarla inmediatamente: un poco de disciplina y la sociedad puede convertirse en un campamento militar. No hay individualidad; la individualidad no es permitida, no debes de afirmarte en ti mismo. Esta es la muchedumbre como un rebaño, la mente.

         ¿Tienes algo de consciencia propia, o simplemente vives como una parte de la sociedad en la que naciste? Eres un hindú, un mahometano, un cristiano, un sikh, un jaina -pero ¿eres tú un hombre? No puedes decir que eres un hombre, porque el hombre no tiene sociedad. Un Sócrates es un hombre, un Jesús es un hombre, un Nanak es un hombre -pero tú no. Tú perteneces a algo, un hombre no pertenece a nada -se para en sus propios pies. Esto es lo que Jesús dice: La mejor se sale del camino.

         Y una vez que la mejor se ha salido: "El pastor... dejó atrás a las noventinueve, buscó a aquella hasta que la encontró".

         Tú vas rezando a Dios, pero él no está en busca tuya, por eso es que no lo encuentras. Primero sé tú mismo, entonces él te buscará. No hay necesidad de buscar a Dios -¿y cómo lo puedes buscar? No sabes su dirección, no conoces su residencia. Sólo sabes palabras y teorías sin sentido, eso no te ayudará.

         Escuché que un sacerdote había llegado a una ciudad nueva. Los taxis estaban en huelga y él tenía que ir a la iglesia; porque tenía que dar un sermón esa noche. Así que le preguntó a un pequeño niño dónde estaba la iglesia; el niño lo condujo hasta la iglesia. Cuando llegaron a la iglesia le agradeció al niño y le dijo: "Estoy muy agradecido por tu ayuda -no sólo me indicaste, sino que viniste conmigo. Si tienes algún interés de saber dónde está Dios, ven esta noche a mi sermón, a mi charla. Voy a hablar sobre el camino a la residencia de lo divino".

         El niño se rió y dijo: "Ni siquiera conoces el camino a la iglesia; ¿cómo vas a saber el camino a lo divino? ¡No voy a ir!".

         Pero te lo digo, aun si conoces el camino a la iglesia, no hay diferencia. Todo el mundo conoce el camino a la iglesia, pero no hay diferencia; la iglesia no es su residencia ¡nunca lo ha sido! No lo puedes buscar porque no lo conoces. El te puede buscar, porque él te conoce -y ésta es una de las enseñanzas básicas de Jesús: que el hombre no puede llegar a lo divino, pero lo divino puede llegar al hombre. Y él siempre llega cuando estás listo.

         Así que el asunto no es buscarlo, el asunto es simplemente estar listo y esperar. Y el primer paso es llegar a ser un individuo: "salirse del camino". Esta es la primera cosa, ser rebelde, porque sólo entonces podrás lograr el ego. Lo primero es ir más allá de la muchedumbre -eso es lo que quiere decir salirse de la muchedumbre: ir más allá del alcance delineado, formulado y limitado por la sociedad. Porque más allá está lo desconocido, más allá existe la vastedad de Dios.

         La sociedad es sólo un claro en el bosque. No es real, es creada por el hombre. Todas tus leyes son creadas por el hombre; cualquier cosa que llames virtud, cualquier cosa que llames pecado, sólo está hecha por el hombre. No sabes lo que realmente es virtud. Esta palabra "virtud" de origen griego, es muy buena: la palabra en griego significa "poderoso", no significa "bueno", significa "viril", significa "poderoso".

         Sé poderoso, afirma tu individualidad, ¡apóyate en ti mismo! ¡No caigas víctima de la muchedumbre! ¡Comienza a pensar! ¡Comienza a ser tú mismo! Y sigue tu propio camino solitario ¡no seas una oveja!

         Noventinueve ovejas pueden ser abandonadas en el bosque -no hay temor por ellas, no se perderán, porque se arrimarán entre ellas, se les puede encontrar en cualquier momento. El problema no es con ellas, sino con aquella, con la mejor, con la que dejó el rebaño. Cada vez que una oveja puede dejar el rebaño significa que existe el poder, y que la oveja no tiene temor del bosque, no tiene temor de los animales salvajes, no tiene temor en absoluto; la oveja ha perdido el miedo -sólo entonces puede dejar el rebaño. Y no tener miedo es el primer paso para estar listo.

         El ego es el primer paso para rendirse. Parece absolutamente paradójico. Pensarás que estoy loco, tú crees que es necesario humildad, -yo digo ¡no! Primero es necesario el ego, de otro modo tu humildad será falsa. Primero es necesario el ego -afilado, filudo como una navaja. Eso te dará una claridad de ser, una distinción, y entonces podrás dejarlo; y cuando lo tengas podrás dejarlo. Entonces surge una humildad; entonces esa humildad es totalmente diferente: no es la humildad del pobre, no es la humildad del débil -es la humildad del fuerte, es la humildad del poderoso. Entonces puedes rendirte, pero no antes de eso.

 

         "El dejó atrás a las noventinueve, buscó a aquella hasta que la encontró".

 

         Y recuerda que no necesitas ir a buscar a Dios, él vendrá a ti. Tú simplemente vuélvete valioso, el te encontrará, él tiene que hacer un camino hacia ti. En el momento en que alguien se cristaliza en alguna parte, toda la energía divina fluye hacia él. El puede llegar a ti en la forma de un iluminado, él puede llegar a ti como un Maestro, como un Gurú, él puede alcanzarte... En millones de formas puede alcanzarte. El asunto no es de cómo llega a ti -eso es preocupación de él, no es tu preocupación. Primero logra el ego, estate listo, vuélvete un individuo -y entonces lo universal puede sucederte.

 

         "Habiéndose extenuado, le dijo a la oveja "Te amo a ti más que a las noventinueve".

 

         A uno que se ha vuelto rebelde, Dios lo ama más. Los sacerdotes dirán: "¡Qué tontería! A uno que se ha salido del camino ¿Dios lo ama más?". Los sacerdotes no pueden creer eso, pero así sucede. Jesús es la oveja perdida, Buda es la oveja perdida, Mahavira es la oveja perdida. La muchedumbre va moviéndose en su mediocridad; un Mahavira, un Buda, un Jesús es buscado. Dios se apresura hacia ellos.

         Esto sucedió bajo el árbol bodhi donde Buda se sentaba, perfectamente individual, habiendo roto todas las cadenas con la sociedad, con la cultura, con la religión, todas las cadenas rotas, perfectamente solo. Entonces Dios se apresuró hacia él, desde todas partes, desde todas las direcciones, porque él está en todas las direcciones -y Buda se volvió un Dios. Y él había negado que hubiera Dios, porque esa era una de las formas de salirse del camino. El había dicho: "No hay sociedad, no hay religión". El había negado los Vedas, él había negado el sistema de castas -brahmins, shudras. Había negado toda la estructura del pensamiento hindú. Había dicho: "No soy un hindú y no pertenezco a ninguna sociedad, y no creo en ninguna teoría. A menos que sepa la verdad, ¡no voy a creer en nada!".

         Continuó negándolo. Llegó un momento cuando quedó solo y ya no había ningún vínculo con nada, estaban absolutamente rotos. Se volvió una isla, absolutamente solo. Bajo ese árbol bodhi, hace veinticinco siglos, Dios se apresuró hacia este hombre desde todas partes, hacia esta oveja que se había descarriado, y le dijo a Buda..."Habiéndose extenuado, le dijo a la oveja "Te amo a ti más que a las noventinueve". Esto se lo dijo a Jesús, esto siempre ha sido así, ésta es la ley fundamental. Dios busca al hombre, no el hombre... El hombre simplemente tiene que estar listo.

         ¿Y cómo estar listo? ¡Volviéndote un individuo, siendo un revolucionario, yendo más allá de la sociedad, siendo osado, rompiendo todas las cadenas, todas las relaciones! ¡Estando solo y existiendo como si fueras el centro del mundo! Entonces Dios corre hacia ti, y en su avalancha tu ego se pierde, la isla desaparece en el océano -repentinamente ya no más eres.

         Primero la sociedad tiene que ser abandonada -y ese es el mecanismo interno- porque tu ego puede existir sólo con la sociedad. Si insistes en dejar la sociedad de lado, llegará el momento cuando el ego estará solo, porque la sociedad ha sido abandonada. Pero entonces el ego no puede existir sin la sociedad, porque la sociedad te ayuda a existir como un ego. Si insistes en dejar la sociedad, poco a poco se deja la base. Cuando no hay un "Tú", el "Yo" no puede existir. En el estado final el "yo" desaparece, porque el "tú" ha sido abandonado. Cuando no hay el "tú", "yo" no soy. El "tú" tiene que ser dejado, entonces el "yo" desaparece. Pero al dejar el "tú" primero, el "yo" se vuelve más claro, cristalizado, centrado, bello, poderoso. Después es consumido -esto es la avalancha de lo divino.

         Jesús fue crucificado a causa de estos dichos. El estaba volviendo rebelde a la gente, les estaba enseñando a salirse del camino. Les estaba diciendo que Dios ama a aquél que se ha salido del camino -al pecador, al rebelde, al egoísta. Los judíos no lo pudieron resistir, era demasiado. Este hombre tenía que ser silenciado: "Este hombre tiene que ser detenido -está yendo muy lejos, ¡destruirá toda la sociedad!". Estaba creando tal situación en la cual los sacerdotes no podrían permanecer, la iglesia se disolvería.

         El está contra la muchedumbre -es todo lo que hay a tu alrededor- y la muchedumbre entró en pánico. Pensaron: "Este hombre es el enemigo, está cortando las mismas raíces. Sin la muchedumbre, ¿cómo podemos vivir?". Yendo y enseñando a las noventinueve ovejas a que se salgan del camino, ellas se juntarán más, irán del brazo. Y si continúas enseñando, se vengarán, te matarán, dirán: "¡Basta ya!".

         Vivimos en la muchedumbre, somos parte de la muchedumbre. Solos no podemos existir. No sabemos cómo estar solos, siempre existimos con los otros. Los otros son necesarios, es una obligación. Sin los otros ¿quién eres? se pierde la identidad.

         Este es el problema: noventinueve ovejas crean todas las religiones, y la religión real le ocurre sólo a aquella oveja que se salió del camino.

         ¡Atrévete! ¡Anda más allá del claro del bosque, ve hacia lo desconocido! La vida está ahí, y sólo entonces crecerás. Podrá haber sufrimiento porque no hay crecimiento sin dolor. Podrá haber una cruz, crucifixión, porque no hay madurez. Con la crucifixión la sociedad puede vengarse ¡acepta esto! Tiene que ser así, porque cuando aquella oveja regresa, las noventinueve dirán: "¡Este es el pecado! ¡Esta oveja se descarrió, ésta no es parte de nosotros, esta oveja no nos pertenece!".

         Y esas noventinueve ovejas serán absolutamente incapaces de concebir que el pastor esté cargando a esa oveja en sus hombros -porque esta es la oveja perdida que ha sido encontrada.

         Jesús dice que el pastor regresará a casa, llamará a sus amigos y hará una fiesta, porque una oveja se ha perdido y una oveja ha sido encontrada. Jesús dice que cada vez que un pecador entra al cielo hay regocijo, ¡porque una oveja se había perdido y una oveja ha sido encontrada!

 

 

Capítulo 7

 

Esa Perla Eres Tú

 

27 de Agosto de 1974

 

 

 SEPTIMO VERSÍCULO...PRIVATE

 

Jesús dijo:

"El reino del padre es como un hombre,

un mercader,

quien poseía mercancías

y encontró una perla".

 

"El mercader fue prudente.

Vendió las mercancías

y compró la perla para sí mismo".

 

"También tú

busca aquel tesoro que no fracasa,

aquél que perdura,

donde la polilla no se acerca a devorarlo

y donde ningún gusano lo destruye".

 

 

         Si miras hacia afuera, el mundo de lo mucho existe; si miras hacia adentro, entonces existe el mundo de lo uno. Si vas hacia afuera puedes lograr lo mucho, pero perderás lo uno. Y ese uno es el mismo centro -si lo pierdes, lo has perdido todo. Puedes lograr mucho, pero ese mucho no valdrá mucho al final, porque a menos que uno se logre a sí mismo, no se ha logrado nada.

         Si eres un extraño para ti mismo, aun todo el mundo no te dará satisfacción. Si no has llegado a tu propio ser, entonces todas las riquezas te harán aun más pobre. Esto sucede: cuanto más riquezas tienes más pobreza sientes, porque ahora puedes comparar con las riquezas exteriores, entonces lo interno en comparación se ve más pobre y más pobre, y más pobre. De ahí la paradoja del hombre rico: cuanto más rico se vuelve, más pobre se siente; cuanto más tiene, más siente que está vacío, porque el vacío interno no se puede llenar con cosas externas. Las cosas externas no pueden entrar en tu ser.

         El vacío interno sólo puede ser llenado cuando te encuentras contigo mismo, cuando logras tu ser. Haz una distinción clara: el mundo externo es el mundo de lo mucho, pero el mundo de lo uno está ausente ahí -y ese mundo de lo uno es la meta. Ese uno está dentro de ti, así que si lo estás buscando afuera, lo perderás. Nada será de mucha ayuda; en cualquier cosa que hagas serás un fracaso.

         La mente continuará diciendo: "¡Logra eso! -entonces estarás satisfecho". Cuando lo logres, la mente dirá de nuevo: "¡Logra alguna otra cosa! -entonces estarás satisfecho". La mente dirá: "Si no lo estás logrando, quiere decir que no estás poniendo suficiente esfuerzo. Si no lo estás alcanzando, no estás corriendo suficientemente rápido". Y si escuchas a la lógica de la mente -que parece lógica pero no lo es- entonces continuarás corriendo y corriendo y corriendo, y al final... nada excepto la muerte.

         Lo mucho es el reino de la muerte, lo uno es el reino de lo inmortal. Al buscador se le debe buscar, no en los objetos externos sino en tu subjetividad; tienes que voltear hacia adentro. Es necesario una conversión, una vuelta, un giro absoluto de ciento ochenta grados es necesario, de tal forma que los ojos que ven hacia afuera comiencen a ver hacia adentro. Pero ¿cómo sucederá esto?

         A menos que estés totalmente frustrado con el mundo, esto no puede suceder; si aún permanece una pequeña esperanza, continuarás el movimiento. El fracaso es grandioso y con el fracaso en lo mucho comienza una nueva jornada. Cuanto antes fracases en el mundo externo mejor; cuanto más pronto te frustres totalmente, mejor -porque el fracaso en lo externo se vuelve el primer paso hacia lo interno.

         Antes de que entremos en este versículo de Jesús, muchas cosas más tienen que ser entendidas: ¿Quién es el hombre sabio? Aquél que está listo a perder lo mucho por lo uno. ¿Y quién es el tonto? Aquél que se ha perdido a sí mismo y ha comprado muchas cosas ordinarias, aquél que ha vendido a su Maestro y ha llenado su casa de cosas inútiles.

         Escuché una historia: Un amigo de Mulla Nasruddin se volvió muy, muy rico. Y cuando alguien se vuelve rico le gusta ir a ver a sus antiguos amigos, a los antiguos vecinos, a su antiguo pueblo, para mostrar lo que ha logrado. Así que fue desde la capital a su pequeño pueblo. Justo en la estación del ferrocarril se encontró con Mulla Nasruddin; le dijo: "Nasruddin, ¿sabes? ¡lo he logrado! Me he vuelto muy, muy rico ¡no lo puedes imaginar! Tengo un palacio con quinientas habitaciones, ¡es un castillo!".

         Mulla Nasruddin dijo: "Conozco unas cuantas personas que tienen casas de quinientas habitaciones".

         El amigo dijo: "¡Tengo dos campos de golf de dieciocho huecos cada uno, tres piscinas, hectáreas y hectáreas de jardines".

         Nasruddin dijo: "Conozco un hombre en la otra ciudad que tiene dos campos de golf y tres piscinas".

         El hombre rico dijo: "¿En la casa?".

         Nasruddin dijo: "Escucha, puedes haber hecho mucho dinero, pero a mí tampoco me ha ido tan mal: tengo burros, caballos, cerdos, búfalos, vacas, gallinas".

         El otro hombre se comenzó a reír y le dijo: "Nasruddin, muchísima gente tiene burros, caballos, vacas, gallinas..."     Nasruddin lo interrumpió a medio hablar y dijo: "¿En la casa?".

         Pero cualquier cosa que tengas -sean estos campos de golf de dieciocho huecos, tres piscinas o quinientas habitaciones, o burros, caballos y vacas- cualquier cosa que puedas tener afuera no te hará rico, porque realmente la casa permanece vacía, tú permaneces vacío. Nada entra en la casa, todo eso permanece afuera porque pertenece a afuera -no hay ninguna forma de ponerlos adentro. Y la pobreza está adentro. Si hubiera estado afuera, entonces no habría habido problema.

         Si sintieras el vacío afuera, en la periferia, entonces podrías haberlo llenado con casas, carros, caballos, con cualquier cosa. Pero el vacío se siente adentro, te sientes internamente sin significado. No es que el hecho de que tengas una gran casa te esté creando el problema, es que dentro de ti te sientes totalmente sin significado: ¿Para qué existes? ¿Por qué todo este gran problema de estar en la existencia? ¿Para qué estar vivo? ¿Dónde te está llevando?

         Todos los días en la mañana te despiertas de nuevo para salir -¡y no hay dónde ir! Todos los días en la mañana te vistes, y por la noche sabes que nada se ha logrado, ninguna meta se ha alcanzado. De nuevo te quedas dormido, de nuevo en la mañana comienza la jornada -¡todo el mismo quehacer carente de significado! Adentro continúas sintiéndote vacío, no hay nada. Así que con cosas externas a lo más puedes engañar a otros, no a ti mismo ¿Cómo puedes engañarte a ti mismo?

         Cuanto más cosas acumules, más vida ha sido desperdiciada, porque ellas tienen que ser compradas al costo de la vida. Estás menos vivo, la muerte se ha acercado, las cosas se siguen acumulando más y más, su volumen continúa haciéndose más y más grande y adentro tú continúas encogiéndote. Entonces el temor: "¿Qué estoy logrando? ¿Dónde estoy llegando? ¿Qué le he hecho a toda mi vida?".

         Y no puedes retroceder, el tiempo que has desperdiciado no se te puede devolver, no hay modo. No lo puedes recuperar, no puedes decir: "Lo siento, voy a comenzar de nuevo...". Eso no es posible. Entonces para cuando te vuelvas viejo, te volverás más y más triste. Esa tristeza no es por la edad física, esa tristeza es porque ahora te das cuenta de lo que te has hecho a ti mismo: te has hecho una casa, por supuesto; has tenido éxito, eres rico, has logrado prestigio ante los ojos de los demás -pero ante tus propios ojos, ¿qué?

         Ahora sientes el dolor, el sufrimiento de una vida desperdiciada, de un tiempo perdido; la muerte acercándose más y pronto te disolverás, y tus manos vacías. Este vacío es interno, no lo puedes llenar con nada que puedas conseguir en el mundo -a menos que te alcances a ti mismo. De ahí la insistencia de Jesús: "Es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja, a que un hombre rico entre en el reino de los cielos". ¿Por qué? ¿Qué hay de malo con el hombre rico?

         No hay nada erróneo con el hombre rico. El énfasis es en que uno ha desperdiciado su vida acumulando cosas del mundo -eso es lo que quiere decir hombre rico. El no puede entrar en el reino de Dios, porque ahí sólo puede entrar uno que haya logrado lo interno. No puede engañar en la entrada al cielo. No puede entrar porque está demasiado desgastado, podrido, hecho una ruina. No podrá danzar en la puerta, no podrá cantar, no podrá entrar con esa sensación de que lo ha logrado en su vida. Ha sido sacado de raíz: poseía mucho, pero nunca se poseyó a sí mismo -esa es la pobreza. Si te posees a ti mismo eres rico, realmente rico. Si no te posees a ti mismo, aunque seas un emperador, serás pobre.

         Lo segundo a ser entendido: El por qué seguimos acumulando. Siendo la verdad tan clara aun así continuamos. Nadie escucha a Jesús o a Buda. Aun si lo escuchas, aun si sientes que lo entiendes, nunca lo sigues. Debe haber alguna razón muy profunda para que ignores a Buda y a Jesús y tú sigas en tu camino. A veces surge una duda, pero eso es todo; de nuevo te acomodas y sigues tu propio camino. Debe haber algo profundamente enraizado que ni siquiera un Buda o un Jesús pueden despegar, pueden desenraizar ¿Qué es eso que está profundamente enraizado?

         Existimos en los ojos de los demás: nuestra identidad consiste en la opinión de los demás; los ojos de los demás son los espejos,   miramos nuestros  rostros en los ojos de los demás.   Este es el problema

-porque los demás no pueden ver tu ser interno. Tu ser interno no puede reflejarse en ningún espejo en absoluto. Sólo tu exterior puede ser reflejado, los reflejos son sólo de lo externo, de lo físico. Aun si te pones de pie frente a un espejo, al mejor espejo, sólo tu parte física será reflejada. Ningún ojo puede reflejar tu parte interna.

         Así que los ojos de los demás reflejan tus riquezas, tus logros en el mundo, tu ropa; pero no pueden reflejarte a ti. Y cuando ves que otros piensan que eres pobre, eso significa que no tienes buena ropa, una buena casa, un buen carro -entonces comienzas a dirigirte hacia eso. Sólo para ver en los ojos de los demás que eres rico, acumulas cosas. Los ojos de los demás comienzan a reflejar que te estás volviendo rico, y más y más rico, estás ganando poder y prestigio. Tu identidad consiste en tu reflejo, y los demás pueden reflejar sólo cosas -no pueden reflejarte a ti. De ahí que la meditación sea muy, muy necesaria.

         Meditación significa cerrar tus ojos, no mirar los reflejos, sino mirar a tu propio ser. De otro modo todo el día estás ocupado con los demás. En la noche también, cuando duermes, estás inconsciente cuando duermes profundamente o cuando sueñas estás involucrado con los demás. Continuamente, el vivir con los demás, es el problema: naces en una sociedad, vives en una sociedad, mueres en una sociedad -toda tu existencia consiste en lo social. Y sociedad quiere decir ojos por todas partes.

         Y cualquier cosa que reflejen, te impresiona. Si todo el mundo dice que eres un buen hombre, comienzas a sentirte bien. Si todo el mundo piensa que eres un hombre malo, comienzas a sentirte mal. Si todo el mundo dice que estás enfermo, comienzas a sentirte enfermo. Tu identidad depende de los demás, es una hipnosis a través de los demás. Entra en la soledad -vive con los demás, pero no te extenúes con los demás.

         Por lo menos una hora al día simplemente cierra tus ojos. Cerrar los ojos quiere decir estar cerrado a la sociedad, la sociedad no existe, sólo tú -de tal manera que puedas confrontarte a ti mismo directamente. Ve una vez al año, por unos cuantos días, a las montañas, al desierto, donde no haya nadie, sólo tú y mírate a ti mismo tal como eres. De otro modo, el vivir continuamente con los demás creará una hipnosis en ti. Esa hipnosis es la causa por la que continúas influenciando a los demás, impresionándolos. Lo real para ti no es cómo vivir una vida rica, lo real es cómo impresionar a los demás de que eres rico -pero estas son cosas totalmente diferentes.

         Los demás se impresionan con cualquier cosa que tengas, ellos no se impresionan contigo. Si encuentras a Alejandro Magno en ropa de mendigo, no lo reconocerás. Si encuentras al mendigo que siempre ha estado mendigando, sentado en un trono como Alejandro, caerás a sus pies, ¡lo reconocerás!

         Sucedió una vez: Un gran poeta Urdu, Ghalib, fue invitado a cenar por el emperador. Muchas otras personas fueron invitadas, casi quinientas. Ghalib era un hombre pobre, es muy difícil que un poeta sea rico -rico ante los ojos de los demás.

          Sus amigos sugirieron: "Ghalib, te podemos prestar ropa, zapatos, un buen paraguas, porque tu paraguas está tan podrido, tu abrigo está casi deshecho, desteñido. Y esta ropa y estos zapatos que tienen tantos huecos ¡no se verán bien!".

         Pero Ghalib dijo: "Si me presto algo me sentiré muy incómodo internamente, porque nunca he estado prestándome de nadie -he vivido con mis propios medios, he vivido a mi manera. Sólo por una cena romper mi costumbre de toda la vida, no es bueno".

         Así que fue a la corte del emperador con su propia ropa. Cuando mostró su tarjeta de invitación al portero, éste lo miró, se rió y dijo: "¿De dónde has robado esto? ¡Lárgate de acá inmediatamente, de otro modo ¡te apresaré!".

         Ghalib no podía creerlo. Dijo: "¡He sido invitado! ¡Anda y pregúntale al emperador!".

         El portero dijo: "Todos los mendigos piensan que ¡han sido invitados! Y no eres el primero, muchos han tocado la puerta antes. ¡Lárgate de aquí! ¡No estés aquí porque los invitados estarán llegando pronto!".

         Así que Ghalib se fue. Sus amigos sabían que esto iba a suceder, así que habían preparado un abrigo, zapatos, paraguas y otras cosas prestadas. Entonces se puso las cosas prestadas y regresó. El portero le hizo una venia y dijo: "Adelante".

         Ghalib era un poeta muy conocido y el rey amaba su poesía, así que se le permitió sentarse justo al lado del rey. Cuando la fiesta comenzó Ghalib hizo algo muy extraño; el rey pensó que parecía un poco loco -comenzó a dar de comer a su abrigo diciendo: "Querido abrigo ¡tú come! Porque realmente tú eres el que has entrado, no yo".

         El rey dijo: ¿Qué estás haciendo Ghalib? ¿Te has vuelto loco?

         Ghalib dijo: "No, vine antes pero me negaron la entrada. Ahora este abrigo ha venido, sólo estoy con él porque el abrigo no podía venir solo, de otro modo no hubiera venido".

         Pero esto le está sucediendo a todo el mundo: no eres tú, sino tu abrigo el que es reconocido por los demás: Así que vas bordando tu abrigo, vistiéndote bien.

         La meditación es necesaria para romper con los demás, con los ojos de los demás, con los espejos de los demás. ¡Olvídalos! Por unos cuantos minutos simplemente mira hacia adentro -entonces sentirás el dolor, el sufrimiento interno, porque estás vacío adentro. Entonces comienza la transformación: entonces comienzas a buscar la riqueza interior, el tesoro que existe dentro de ti -no los tesoros que están dispersos en todas partes.

         Muchas son las riquezas afuera, sólo uno es el tesoro de adentro. Muchas son las dimensiones y direcciones afuera; uno, sólo un punto es la meta interior.

 

         Jesús dice: "El reino del padre es como un hombre, un mercader, quien poseía mercancías y encontró una perla".

         "El mercader fue prudente. Vendió las mercancías y compró la perla para sí mismo".

 

         La historia es esta: Un hombre fue a un país muy lejano para hacer dinero. Ganó mucho, acumuló muchas mercancías, pero en el último momento encontró una perla. La canjeó, vendió todas sus mercancías y compró la perla. Cuando estaba viniendo de regreso, hubo un accidente y el barco se hundió. Pero, él pudo nadar hasta la orilla con la perla; llegó a su casa con todos sus tesoros.

          Esta es la historia a la que Jesús se refiere: ese hombre compró lo uno en lugar de lo mucho, así que aun cuando el barco se hundió, nada se perdió. Lo uno puede ser salvado, no lo mucho. Cuando la muerte venga y tu barco se hunda, si tienes una perla puedes llevarla hasta la otra orilla, pero si tienes muchas cosas no podrán ser llevadas. Una perla puede ser llevada, ¿pero cómo podrías llevar muchas mercancías?

 

         Jesús dice: "El reino del padre es como un hombre, un mercader, quien poseía mercancías y encontró una perla. El mercader fue prudente".

 

         El fue sabio, porque ésta es la tontería: vender lo uno y comprar lo mucho. Esto es sabiduría: vender lo mucho para comprar lo uno. La perla es simbólica de lo uno, de lo interno.

 

         "El mercader fue prudente. Vendió las mercancías y compró la perla para sí mismo".

         "También tú busca aquel tesoro que no fracasa, aquél que perdura, donde la polilla no se acerca a devorarlo y donde ningún gusano lo destruye".

 

         Entonces sé como ese mercader, prudente, sabio. Cualquier cosa que puedas conseguir en este mundo te será arranchada. ¿Has observado el hecho de que en realidad no puedes poseer nada en el mundo? Simplemente sientes que posees -pero la cosa estuvo aquí cuando tú no estabas, alguna otra persona lo poseía. Pronto tú ya no estarás aquí y la cosa estará ahí, y alguna otra persona la poseerá. Tu posesión es tal cual un sueño: a veces está ahí y a veces se ha ido.

         Sucedió que había un rey, Ebrahim. Una noche escuchó un ruido en el techo -alguien estaba caminando- así que preguntó: "¿Quién está ahí?".

          El hombre dijo: "No te perturbes, mi camello se ha perdido y lo estoy buscando". ¡En el techo del palacio... el camello se ha perdido!

         Ebrahim se rió y dijo: "¡Tú loco! ¡Bájate de ahí! Los camellos nunca se pierden en el techo de un palacio. ¡Vete a casa!".

          Pero entonces él no pudo dormir porque era un hombre de contemplación. Pensó: "Tal vez el hombre no estaba loco, tal vez él haya estado diciendo simbólicamente; tal vez sea un gran místico, porque su voz era tal cuando dijo: 'No te preocupes, no te perturbes', había tanto consuelo y silencio, la voz era tan musical y armoniosa, no puede ser de un loco. Y cuando dijo eso: 'Mi camello se ha perdido y estoy buscando mi camello', la voz era tan penetrante, parecía indicar algo... ¡Ese hombre tiene que ser encontrado mañana en la mañana! Debo ver quién es ese hombre -si es que es loco o un loco de Dios; si es que estaba en el techo simplemente por su locura o si es que fue mandado hacia mí particularmente a darme un mensaje".

         El rey no pudo dormir toda la noche. En la mañana le dijo a sus cortesanos: "Vayan y encuentren a ese hombre... con este tipo de voz". Pero se buscó por toda la capital y el hombre no pudo ser hallado, porque sólo por el tono de voz ¿cómo puedes encontrar a un hombre? ¡Difícil!

         Justo a mediodía hubo mucho bullicio en la puerta. Un faquir, un mendigo, había aparecido y le estaba diciendo al portero: "Déjame entrar porque quiero estar aquí, pasar unos cuantos días en esta posada, en este hotel". El portero estaba diciendo: "Esto no es una posada, no es un hotel, -éste es el propio palacio de un rey ¡su propia residencia!".

         Pero el faquir dijo: "¡No! Sé muy bien que esto es una posada: los viajeros vienen, se quedan por un tiempo y se van. Nadie es un residente aquí, así que déjame, permíteme, le hablaré al rey quien parece ser un tonto".

         Esto fue escuchado y se le llamó. El rey estaba muy molesto; dijo: "¿Qué estás diciendo?".

         El faquir dijo: "¡Escucha! Yo vine antes pero en este trono había otra persona sentada. Y él era el mismo tipo de tonto que tú, porque pensaba que ésta era su residencia. ¡Ahora tú estás pensando que ésta es tu residencia!".

         El rey dijo: "¡No seas estúpido! Y no te comportes en esta forma tan incivilizada -él fue mi padre y ahora ha muerto".

         El faquir dijo: "Te digo que regresaré otra vez y no te encontraré aquí. Otra persona estará aquí. Será tu hijo y dirá: '¡Esta es mi residencia!' ¿Qué tipo de residencia es ésta? La gente viene y va -yo la llamo una posada de viajeros".

         ¡La voz pudo ser reconocida! El rey dijo: "¡Entonces tú eres el loco que estaba buscando al camello en el techo!".

         El loco dijo: "Sí, yo soy el loco -y tú también lo eres. Si te estás buscando a ti mismo en la riqueza, ¡estás buscando un camello en el techo!".

         El rey bajó del trono y le dijo al faquir: "Quédate en esta posada, pero yo me voy, porque me estaba quedando sólo porque creía que ésta era una residencia, que éste era un hogar. Si éste no es un hogar, entonces debo ir y buscar el hogar ¡antes de que sea demasiado tarde!".

         Ebrahim se volvió místico por derecho propio. Y cuando llegó a ser conocido, cuando llegó a ser un hombre realizado, solía vivir en las afueras de la ciudad -de su propia capital. Una vez había sido su posesión, ahora era simplemente una posada. Solía vivir afuera y la gente venía y le preguntaba: "¿Dónde está la basti? -basti quiere decir "la ciudad". Pero la palabra es muy bella, la palabra significa "donde la gente reside". Y Ebrahim les mostraba el cementerio; él les decía: "Anda hacia la derecha, llegarás al basti -donde la gente reside".

         Entonces la gente iba y luego regresaba muy molesta y decía: "¿Qué tipo de hombre eres? Te preguntamos por la basti, la ciudad, donde la gente reside ¡y nos mandas al cementerio!".

         Y Ebrahim se reía y decía: "¡Entonces parece que usamos los términos en modos distintos! -porque ahí en el cementerio, una vez que entras eres un residente para siempre. Esa es una basti real, la residencia permanente, donde la dirección nunca cambia, donde estás ahí por siempre y por siempre y por siempre. Así que entonces, no estás preguntando por la basti real, entonces estás preguntando por esta ciudad que es un cementerio, porque la gente está en fila tan solo esperando morir".

         "El tiempo de uno se  acaba hoy día,  el de alguien se acabará mañana,  el de otro pasado  mañana

-pero todo el mundo está esperando ¡solamente morir! ¿Y tú llamas a esto basti? ¿Y llamas a esto el sitio donde la gente reside? Yo lo llamo cementerio, marghat, donde la gente simplemente está esperando morir, donde no existe nada excepto la muerte".

         Y si existe la vida, no es nada sino una espera hacia la muerte, ¿y cómo la vida puede ser una espera hacia la muerte? ¿Cómo la vida puede ser momentánea? ¿Cómo la vida puede ser tan solo como un sueño? Está ahí -y desaparece- ¡y ya no está ahí! La vida debe ser algo eterno. Pero si estás buscando lo eterno, entonces sé como un mercader prudente: ¡vende todo lo que tienes! Véndelo y compra lo uno, la única perla de tu ser interno, la que no puede hundirse, la que no puede ser arranchada -porque esa perla eres tú. Puedes poseerte sólo a ti mismo, ninguna otra cosa puede poseerse realmente. Puedes vivir en una ilusión -eso es otra cosa.

         Puedes vivir bajo la ilusión de que posees esta casa, esta esposa, este esposo o estos hijos, pero esto es una ilusión, tarde o temprano el sueño desaparecerá. Puedes poseerte sólo a ti mismo, porque eso nunca ser irá. El ser es permanente, eterno. Es tuyo por el tiempo sin fin. No se te puede quitar.

         Esta es la diferencia entre una búsqueda mundana y una búsqueda religiosa: la religión es buscar lo eterno, lo mundano es buscar lo temporal. El mundo existe dentro del tiempo y la religión existe en el no tiempo. Observa un hecho claro: que cada vez que cierras tus ojos y los pensamientos desaparecen, no existe el tiempo; cada vez que cierras los ojos y los pensamientos ya no están, el tiempo desaparece. Con los pensamientos presentes entonces hay tiempo; cuando hay cosas presentes entonces existe el tiempo.

         A tu alrededor existe el tiempo, el océano del tiempo. Dentro de ti existe la eternidad, el no tiempo.

         Por eso es que todos los seres realizados dicen que cuando has trascendido el tiempo, cuando has ido más allá del tiempo, te has alcanzado a ti mismo, el hogar ha llegado.

         Había una vez un hombre que trabajaba en una fábrica, el hombre era muy pobre y solía ir a trabajar en su burro, pero siempre llegaba tarde de regreso a casa, y su esposa estaba siempre muy molesta. Un día dijo: "Trata de entender mi problema, cuando suena el pito, el último pito, el pito de salida, este burro está tan acostumbrado que aun si me retraso por dos o tres segundos él ya se ha ido, se va a casa sin mí. ¡Y hay tanta prisa! Todo el mundo quiere irse de la fábrica inmediatamente, cuando llego muchas veces ya se ha ido ¡el burro desapareció! Espera dos o tres segundos a lo más. Si en ese lapso me he montado en él, está bien; de otro modo se habrá ido sin mí -así que éste es el problema ¡entonces tengo que ir a pie!". Pensando que contar esto lo iba a ayudar, le preguntó a la esposa "¿Entiendes la moraleja de la historia?".

          La esposa dijo: "Sí, ¡la entiendo bien! ¡Aun un burro sabe cuándo es el momento de regresar a casa!".

         Aun un burro sabe cuándo es el momento de regresar a casa -pero tú ni siquiera has tomado consciencia de dónde está la casa ni de cuándo salir para casa. Continúas deambulando, continúas tocando las puertas de otras casas; te has olvidado completamente dónde está tu hogar. Así que si estás inquieto no es extraño. Si nunca te sientes tranquilo en ninguna parte, no es extraño. Vas viajando de una esquina del mundo a otra. ¿Por qué existe esta locura de ir de una ciudad a otra? ¿Qué estás buscando? Siempre que alguien puede hacer el gasto se va de viaje. La gente trabaja, ahorra dinero sólo para viajar alrededor del mundo -¿para qué? ¿Qué vas a ganar?

         Escuché que una vez un cazador americano estaba explorando un volcán griego, estaba justo en el centro del volcán. Le dijo al guía: "¡Cielos! ¡Parece el infierno!".

         El guía le dijo: "¡Ustedes Americanos! ¡Ustedes han estado en todas partes! ¡Y si lo pueden pagar también irán al infierno!".

         ¿Pero por qué existe esta intranquilidad? ¿Por qué el hombre es un vagabundo en lo más profundo? Porque falta el hogar estás en busca de él. Tu dirección puede estar errada, pero tu intranquilidad indica algo. Dondequiera que estés no es tu hogar -éste es el problema: Continúas en búsqueda, puedes ir aun al infierno en búsqueda, pero no lo vas a encontrar en ninguna parte, porque el hogar existe dentro de ti. ¡E incluso un burro sabe cuándo es el momento de regresar!

         Es el momento, ya es el momento, ya has esperado suficiente. No lo busques en las cosas, no lo busques en los demás, no lo busques afuera -ahí encontrarás lo mucho, lo múltiple, lo que los hindúes llaman maya.

         Maya, quiere decir lo mucho, lo múltiple, maya significa lo sin fin. Vas buscando y buscando y no tiene fin. Es un mundo mágico -maya quiere decir la magia de lo múltiple. La magia permanece, tú continúas buscando. Nunca consigues nada porque es un mundo mágico; cada vez que te acercas a él desaparece como un arco iris. Desde una distancia es bello, te captura, te obsesiona, entra en tus sueños, en tus deseos; te gustaría tener el arco iris en tus manos. Entonces continúas y continúas y el arco iris va retrocediendo.

         Cuando lo alcances encontrarás que no hay nada, el arco iris era un sueño, una realidad ilusoria. Los hindúes han llamado a este mundo de lo mucho maya -un mundo mágico, como si un mago lo hubiera creado. No existe nada realmente. Todo existe a través del deseo y los sueños. Lo creas por medio de tu deseo, eres un creador a través de tus deseos -creas el mundo de lo mucho.

         Un carro, un hermoso carro está ahí. Si no hubiese nadie sobre la tierra, ¿cuál sería el valor del carro? ¿Quién lo apreciaría? ¿Quién se preocuparía de él? Los pájaros ni siquiera lo mirarían, los animales ni se preocuparían. Nadie le prestaría ninguna atención -se podriría, se convertiría en chatarra. Pero cuando el hombre está ahí es valioso. ¿De dónde nace el valor? Nace de tu deseo: si lo deseas es valioso; si no lo deseas el valor desaparece. El valor no está en una cosa, está en tu deseo.

         La antigua ley en la economía, era que dondequiera que hubiere demanda, la oferta aparecería. Pero ahora la ley ha cambiado completamente: tú ofreces y la demanda se crea. ¿Puedes imaginarte alguna persona en el tiempo de Buda soñando en un carro? No había problema porque la oferta no existía, así que ¿cómo pueden desear? Ahora, todo el mundo de negocios existe creando nueva oferta. Primero fabrican el producto, después lo anuncian y entonces crean el deseo; entonces llega la demanda -entonces corres porque lo ves: "Ahora, ¡ésta es la meta! Estaba desperdiciando toda la vida, ahora ésta es la meta. Una vez que lo consiga ¡todo se habrá logrado". Pero el negociante continúa inventando nuevas cosas, los publicistas van creando nuevos deseos. Todos los años crean nuevos carros, nuevas casas, nuevas metas. Continuamente te ofrecen nuevos vehículos -no te permiten ni un segundo para pensarlo. Tu carro puede estar bien, pero anuncian que el nuevo modelo ha salido. Ahora usar el modelo antiguo hiere el ego. El nuevo modelo puede no ser mejor  -incluso puede ser peor- pero el nuevo tiene que comprarse. Tienes que comprarlo porque los vecinos lo tienen, porque todo el mundo está hablando acerca de él.

         Una mujer fue al doctor y le dijo: "¡Hágame cualquier operación!".

         El doctor dijo: "¿Qué? ¿Se ha vuelto loca? ¿Para qué una operación? ¡Está completamente sana y bien!".

         La mujer dijo: "Pero es muy difícil -cada vez que voy al club todas las mujeres están hablando y hablando; a una la operaron de la apéndice, a otra de las amígdalas; sólo yo me siento de alguna manera anormal ¡con nada qué decir! Opéreme de cualquier cosa ¡para poder ir al club y hablar sobre ello!".

         ¡Aun hay competencia en la enfermedad! Tienes que estar delante del otro, de todos, cualquiera que sea la consecuencia, tienes que ser el primero.

         Tres viajeros estaban conversando en un tren. Uno se jactaba de su esposa diciendo: "Tengo una esposa. Nos casamos hace diez años; ella todavía viene todas las noches a recibirme a la estación cuando regreso a casa". ¡Imposible!

         El hombre dijo: "Puedo entenderlo, porque yo he estado casado por veinte años y lo mismo me sucede -mi esposa aún viene a recibirme a la estación".

         El tercer hombre dijo: "¡Yo los gano! He estado casado por treinta años y mi esposa todavía viene a recibirme y realmente ¡ni siquiera estoy casado con ella! Todavía viene a recibirme -¡yo los gano!

         Aun si la gente está diciendo mentiras tienes que ganar, tienes que ser el primero en cualquier cosa que la gente esté haciendo. Si el estilo de vestidos cambia, los nuevos vestidos pueden lucir neuróticos; pero tienes que usarlos. Nadie está en casa porque todo el mundo está tocando la puerta del otro.

         Recuerda bien esto: nadie es una meta para ti, excepto tu propio ser, tú eres la meta y tienes que lograrlo tú mismo -nada más tiene valor.

         Esto es lo que Jesús dice:

 

         "El reino del padre es como un hombre, un mercader, quien poseía mercancías y encontró una perla".

         "El mercader fue prudente. Vendió las mercancías y compró la perla para sí mismo".

         "También tú busca aquel tesoro que no fracasa, aquél que perdura, donde la polilla no se acerca a devorarlo y donde ningún gusano lo destruye".

 

         Busca lo inmortal y permanece alerta; no desperdicies tu tiempo con aquello que no va a perdurar, no desperdicies tu vida con aquello que va a cambiar, que es parte del mundo cambiante.

         Entonces ¿qué puedes pensar... qué es lo que va a perdurar? ¿Te has tropezado con algún hecho en tu vida que te de la sensación de que vaya a perdurar? El mundo visible está a tu alrededor -nada perdura en él. Aun las montañas no durarán por siempre, ellas también envejecen, también mueren. Aun los continentes han desaparecido.

         Estos Himalayas no estaban ahí en los días de los Vedas, porque el Rigveda original nunca habla acerca de ellos. Es imposible no hablar de los Himalayas si están ahí -¡imposible! ¿Cómo puedes ignorar los Himalayas? Y van hablando de otras cosas, pero nunca hablan sobre los Himalayas. Por esto Lokmanya Tilak decidió que los Vedas habían sido creados por lo menos hace setenticinco mil años. Parece significativo, puede ser así; puede ser que no hayan sido escritos desde hace tanto tiempo, pero pueden haber existido como una tradición oral por muchos miles de años. Por eso es que los Himalayas no están ahí.

         Actualmente los científicos dicen que los Himalayas son la última adición al mundo, la montaña más joven; es la más alta, pero la más joven. Aún está creciendo, aún está joven -todos los años va creciendo más y más alto. Vindhya es la montaña más antigua de la tierra -tal vez por eso está encorvada, anciana, moribunda. Los hindúes tienen una bella historia sobre Vindhya.

         Un vidente, Agastya, fue al sur, y era muy difícil cruzar el Vindhya en aquellos días; no existían los medios. La bella historia es: cuando llegó el vidente, Vindhya se inclinó para tocarle los pies, y el vidente le dijo: "Permanece en la misma postura -regresaré pronto- ¡así podré cruzarte fácilmente!". Así que Vindhya ha permanecido doblada y el vidente nunca regresó; murió en el sur. Pero la historia es bella: Vindhya está encorvada como una anciana -la parte más antigua de la tierra. Aun las montañas son jóvenes, viejas; mueren, nacen. Nada es permanente en el mundo externo. Mira los árboles, los ríos, las montañas; nos dan la impresión de que todo es permanente, pero mira un poco más profundo y la sensación desaparece.

         Después ve adentro y observa tus pensamientos -ellos son aun más pasajeros. Van muriéndose constantemente, ni siquiera un solo pensamiento permanece: hace un momento estuviste molesto y la mente estaba llena de pensamientos furiosos; un momento después estás sonriente y esos pensamientos han desaparecido completamente, como si nunca hubieran existido. Tal como las nubes en el cielo vienen y van; constantemente están cambiando su forma, tal como las nubes -son exactamente similares.

         Observa las nubes y verás que su forma está cambiando constantemente. Si no las observas puedes no estar consciente de que su forma está cambiando continuamente, ni siquiera por un solo momento la forma de la nube es la misma. Igual es en tu mente: la forma de un pensamiento es tal como la nube, va cambiando. Ese es el problema por el cual la gente no puede concentrarse: porque concentración quiere decir que la forma del pensamiento debería permanecer constantemente. Ese es el problema y continúa moviéndose y cambiando. No importa qué hagas: continúa cambiando. Un pensamiento se convierte en otro, una forma en otra forma. El mundo de los pensamientos no es tampoco algo que perdure.

         Las montañas cambian, las nubes cambian, sólo el cielo permanece siendo el mismo -perdura. Lo mismo es dentro de ti: las cosas cambian dentro de ti -pero el cielo del ser, el ser que es testigo permanece siendo el mismo. Esa es la perla: el ser que es consciencia. No tiene forma, así que no puede cambiar. Si hubiera forma habría cambio. Si no hay forma ¿cómo puede darse el cambio? Es sin forma, nirakar.

         Si vas ahí donde no hay forma, dentro de ti, al principio parecerá vacío porque no conoces lo sin forma, sólo conoces el vacío. Pero no tengas temor y no te asustes; entra adentro. Cuando te familiarices, cuando hayas hecho tu residencia ahí, entonces el vacío se convierte en lo sin forma. Cuando se logra lo sin forma, has conseguido la perla. Entonces has comprado lo uno al costo de lo mucho. Pero ahora, al costo de lo uno has comprado lo mucho. Y lo uno es la perla y lo mucho son las piedras falsas. Pueden parecer muy valiosas, pero no lo son -porque no pueden perdurar.

         Permanencia, nityata, eternidad, es el criterio para la verdad; recuerda esto bien. ¿Qué es la verdad? Aquello que perdura y perdura infinitamente. ¿Qué es un sueño? Aquello que comienza y llega a un fin, aquello que no puede durar por siempre. Así que busca esa perla que nadie te puede quitar, ni siquiera la muerte. En la muerte el cuerpo morirá, en la muerte los pensamientos desaparecerán -¿pero tú? continuarás y continuarás...

         La muerte ocurre cerca a ti, pero nunca a ti. Sucede en la vecindad, pero nunca en el centro; sucede a la circunferencia. Tú nunca has muerto, no puedes morir. Las montañas desaparecen, las nubes vienen y van, pero el cielo permanece igual. Y tú eres el cielo. La naturaleza del ser es tal como el espacio: vacío, infinitamente vacío, sin forma. Todo sucede dentro de eso, nada le sucede a eso. Esto es lo que Jesús quiere decir.

 

         "También tú busca aquel tesoro que no fracasa, aquél que perdura, donde la polilla no se acerca a devorarlo y donde ningún gusano lo destruye".

 

 


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