El Método Perfecto no conoce dificultades
Salvo que rehusa hacer preferencias;
Sólo cuando está libre de odio y amor
Se revela plenamente sin disfraz; Basta la diferencia de un décimo de pulgada Para que cielo y tierra se separen; Si deseas verlo con tus propios ojos, No fijes tu pensamiento en su favor ni en su contra.
Alzar lo que te gusta contra lo que te
disgusta Es la enfermedad de la
mente: Cuando no se entiende el profundo
significado (del Método), La paz de la
mente se perturba para nada.
(El Método es) perfecto como el vasto
espacio, Con nada que falte, con nada
superfluo: En realidad, debido a que se
escoge Su talidad se pierde de
vista.
No persigas las marañas externas, Mora en el vacío interno; Sé sereno
en la unidad de las cosas, Y (el dualismo)
se desvanecerá por sí solo.
Cuando te esfuerzas por ganar la quietud, deteniendo el
movimiento, La quietud así ganada está
siempre en movimiento; Mientras te demores
en el dualismo, ¿Cómo puedes realizar la
unidad?
Y cuando la unidad no se entiende
cabalmente, De dos modos se soporta la
pérdida: La negación de la realidad es su
afirmación, Y la afirmación del vacío es su
negación.
Verbosidad e intelección... Cuando más les hacemos compañía, Más nos extraviamos;
Fuera, pues, con la verbosidad y la
intelección, Y no habrá lugar por donde no
podamos pasar libremente.
Cuando volvemos la raíz, ganamos el
significado; Cuando perseguimos los objetos
externos, perdemos la razón. En el instante
en que nos iluminamos por dentro, Atravesamos el vacío de un mundo que nos enfrenta.
Las transformaciones que se suceden en un mundo vacío que
nos enfrenta Parecen reales en su totalidad
debido a la Ignorancia; Procura no ir en
pos de lo verdadero, Cesa tan sólo de no
abrigar opiniones.
No mores en el dualismo, Evita cuidadosamente perseguirlo; Tan pronto tengas lo correcto y lo erróneo, Sucederá la confusión, y la Mente se perderá.
Los dos existen por causa del Uno, Pero no te aferres siquiera a este Uno; Cuando la mente no está perturbada, Las diez mil cosas no prodigan ofensa.
No se prodiga ofensa, no hay diez mil cosas;
No se produce perturbación, y ninguna mente es puesta a
trabajar: El sujeto se aquieta cuando el
objeto cesa, El objeto cesa cuando el
sujeto se aquieta.
El objeto es un objeto para el sujeto,
El sujeto es un sujeto para el objeto:
Has de saber que la, relatividad de los dos
Reposa, en última instancia, en un solo
Vacío.
En un Vacío los dos no se distinguen,
Y cada cual contiene en sí la totalidad de las diez mil
cosas; Cuando no se hace discriminación
entre esto y aquello; ¿Cómo puede surgir un
criterio unilateral y prejuicioso?
El Gran Método es calmo y longánime,
Para él nada es fácil, nada es árduo;
Los criterios pequeños son irresolutos,
Cuando más se apresuran, más lentamente
avanzan.
El apego jamás se mantiene dentro de
límites, Con seguridad se va por el camino
equivocado; Abandónalo, y las cosas siguen
sus propios rumbos, Mientras la Esencia ni
se marcha ni permanece,
Obedece a la naturaleza de las cosas y estarás en
concordia con el Método, Calmo, cómodo y
libre de molestias; Mas cuando tus
pensamientos están atados, te apartas de la verdad, Crecen más pesados y torpes, y para nada son sanos.
Cuando no son sanos, el espíritu se altera;
¿De qué sirve entonces ser parcial y
unilateral? Si quieres recorrer el curso
del Vehículo Único, No seas prejuicioso
contra los seis objetos sensorios.
Cuando no tienes prejuicios contra los seis objetos
sensorios, Entonces eres uno con la
Iluminación; Los sabios son
no-activos, Mientras los ignorantes se
atan; Mientras en el Dharma mismo no hay
individuación, Ignorantemente se apegan a
los objetos particulares. En su propia
mente que crea las ilusiones, ¿No es ésta
la máxima contradicción?
Los ignorantes abrigan la idea de sosiego y
desasosiego, Los iluminados no tienen
gustos ni disgustos: Todas las formas de
dualismo Son urdidas por los ignorantes
mismos. Se parecen a visiones y flores en
el aire; ¿Por qué perturbarnos en
asirlas? Ganancia y pérdida, verdad y
error, ¡Fuera con ellos de una vez por
todas! Si la Mente retiene su
absoluto, Las diez mil cosas son de la
Talidad única.
Cuando se sondea el hondo misterio de la
Talidad, De improviso olvidamos las marañas
externas; Cuando las diez mil cosas se ven
en su unidad; Volvemos al origen y
permanecemos donde siempre estuvimos.
Olvida el origen de las cosas, Y alcanzaremos un estado que trasciende lo análogo;
El movimiento se detiene, y no hay
movimiento, El reposo se pone en
movimiento, y no hay reposo; Cuando el
dualismo no subsiste más, La unidad misma
no mora.
El fin último de las cosas donde no pueden ir más
adelante No está ligado por normas ni
medidas; En la Mente armoniosa (con el
Método) tenemos el principio de la identidad, En el que hallamos que todos los esfuerzos se
aquietan; Las dudas e irresoluciones están
completamente desechadas, Y se fortalece la
fe correcta; Nada se deja
detrás, Nada se retiene,
Todo es vacío, lúcido, y auto-iluminador;
No hay ejercicio, ni derroche de energía...
Esto es donde el pensamiento nunca llega,
Esto es donde la imaginación no logra
medir.
En el reino superior de la Talidad verdadera
No hay "yo" ni "otro": Cuando se busca la identificación directa, Sólo podemos decir "No dos".
En ser "no dos" todo es lo mismo, Todo lo que es, está comprendido en él; Los sabios de los diez sectores Entrarán todos en esta Razón Absoluta.
Esta Razón Absoluta está más allá (del
tiempo) Que se apresura y (del espacio) que
se extiende, Para ella un instante es diez
mil años; Véasela o no,
Se manifiesta por doquier en la totalidad de los diez
sectores.
Las cosas infinitamente pequeñas son tan
enormes Como las cosas enormes pueden
serlo, Pues aquí no subsisten condiciones
externas; Las cosas infinitamente enormes
son tan pequeñas Como las cosas pequeñas
pueden serlo, Pues aquí los límites
objetivos no se consideran.
Lo que es lo mismo como lo que no lo es,
Lo que no lo es, es lo mismo que lo que es:
Donde este estado de cosas no logra
subsistir, Ciertamente, no hay que
detenerse allí.
Uno en Todo, Todo en
Uno... Si sólo se comprendiese
esto, ¡No te preocuparías más por no ser
perfecto!
Donde la Mente y cada mente creyente no están
divididas, Y donde están sin dividir cada
mente creyente y la Mente, En donde las
palabras fallan; Pues no es del pasado, del
presente ni del futuro.
(*) Hsin La Mente-Corazón |