"La energía en lo alto de la cabeza" es guardar la cabeza bien derecha para que la energía espiritual (shen) pueda alcanzar el punto más elevado (baihui). No empleéis la fuerza muscular, que volvería rígido al cuello y perturbaría la circulación de la sangre y el hálito (Qi). Que vuestro espíritu sea espontáneo y ágil de lo contrario la fuerza vital (jingshen) no puede ponerse en movimiento.
Relaja el pecho y estira la espalda
Entrar el pecho consiste en retenerlo ligeramente hacia el interior, para que el hálito (Qi) baje a concentrarse en el "campo de cinabrio" (Dandien). Evitad sacar pecho, pues, al estar el hálito comprimido a este nivel, la parte superior del cuerpo estará pesada, la inferior liviana y los pies tendrán tendencia a flotar. Estirar la espalda consiste en hacer adherir el hálito a la espalda. Entrar el pecho acarrea naturalmente un estiramiento de la espalda, lo que permite emitir la fuerza a partir del eje espinal, y entonces no tendréis rivales.
Relaja
la
cintura
La cintura gobierna todo el cuerpo. Los pies tienen fuerza y la pelvis asiento sólo si se es capaz de relajar la cintura. Los pasajes de "lleno" a "vacío" se efectúan a partir de movimientos giratorios de cintura. Por eso se dice: "La fuente de mando está en la cintura". La falta de fuerza proviene de la cintura y de las piernas.
Distingue entre lo "lleno" y lo "vacío"
En el arte del Taiji quan, el primer principio es distinguir lo "lleno" de lo "vacío". Si todo el cuerpo se apoya en la pierna derecha, se dice que la pierna derecha está "llena" y la pierna izquierda "vacía" y viceversa. Los movimientos giratorios son efectuados con liviandad, agilidad y sin el mínimo esfuerzo si se sabe distinguir lo "lleno" y lo "vacío"; en caso contrario, los desplazamientos son pesados y torpes, el cuerpo no tiene estabilidad, y el adversario, que nos atrae, nos desequilibra fácilmente.
Hunde los hombros, deja caer los codos
Hundir
los
hombros
consiste
en
relajarlos
y
dejarlos
caer,
si
no
se
los
puede
relajar
y
dejar
caer,
se
levantan,
provocando
una
subida
del
hálito
y
,
en
consecuencia,
una
falta
de
fuerza
en
todo
el
cuerpo.
Dejar
caer
los
codos
a
lo
largo
del
cuerpo
consiste
en
relajarlos.
Si
están
levantados,
los
hombros
no
pueden
bajar
y
es
imposible
empujar
muy
lejos
al
adversario.
La
técnica
utilizada
se
acerca
a
la
de
las
escuelas
externas
que
emplean
una
fuerza
interior
(jing)
discontinua.
Usa la mente y no la fuerza muscular
Se
dice
en
el
Tratado
sobre
el
Taiji
quan:
"Todo
reside
en
el
empleo
del
pensamiento
en
vez
de
la
fuerza".
Durante
la
práctica
del
Taiji
quan
el
cuerpo
está
relajado,
de
manera
que
la
mínima
energía
grosera
no
pueda
subsistir
ni
estancarse
entre
los
huesos,
los
músculos
o
las
venas,
y
no
os
ata
a
vosotros
mismos.
Sólo
entonces
pueden
efectuarse
los
pasajes
de
un
movimiento
a
otro,
con
liviandad
y
facilidad,
y
ejecutarse
los
movimientos
giratorios
naturalmente.
Algunos
dudan
de
que
sea
posible
tener
una
fuerza
duradera
sin
el
empleo
de
la
fuerza
muscular,
pero
el
cuerpo
humano
posee
canales
de
circulación
del
hálito,
así
como
la
tierra
tiene
sus
arroyos.
Si
los
arroyos
no
están
obstruidos,
el
agua
corre;
si
las
venas
no
están
tapadas,
el
hálito
circula.
Cuando
una
energía
rígida
llena
estos
canales,
la
sangre
y
el
hálito
se
perturban,
los
movimientos
circulatorios
carecen
de
agilidad
y
basta
con
tirar
un
cabello
para
que
todo
el
cuerpo
se
desestabilice.
Si
en
vez
de
la
fuerza
muscular
se
emplea
el
pensamiento
creador,
a
donde
llega
el
pensamiento
llega
el
hálito.
Así,
la
sangre
y
el
hálito
circulan
continuamente
en
el
cuerpo
sin
detenerse
un
solo
instante.
Gracias
a
un
largo
entrenamiento
se
adquiere
la
verdadera
energía
interior,
y
como
se
dice
en
el
Tratado
del
Taiji
quan:
"La
agilidad
y
flexibilidad
extremas
producen
la
resistencia
y
rigidez
extremas".
Quienes
están
familiarizados
con
la
técnica
del
Taiji
quan
y
la
dominan,
tienen
los
brazos
como
hierro
envuelto
en
algodón,
la
fuerza
está
profundamente
alojada,
mientros
que
los
discípulos
de
las
artes
marciales
externas
manifiestan
la
fuerza
muscular
en
la
acción
y
parecen
flotar
en
la
inacción.
Esto
prueba
que
la
energía
muscular
es
sólo
una
energía
superficial.
Cuando
se
emplea
la
fuerza
muscular
en
lugar
del
pensamiento
creador,
el
adversario
puede
incitaros
fácilmente
a
moveros,
esto
no
merece
nstra
estima.
Enlaza arriba y abajo
Enlazar arriba y abajo es conformarse al siguiente principio enunciado en el Tratado sobre el Taiji quan: "La energía toma su raíz en los pies, se desarrolla en las piernas, es dirigida por la cintura y se manifiesta en los dedos. De los pies a las piernas y a la cintura, se necesita una unidad perfecta". Todo movimiento de las manos va acompañado de un movimiento de la cintura; cuando los pies se mueven, la energía espiritual de los ojos (la mirada) se mueve al mismo tiempo y los sigue; en este caso puede decirse que arriba y abajo están enlazados; pero si una sola parte del cuerpo no se mueve con el resto, hay desorden y dislocación.
Une el interior y el exterior
El trabajo del Taiji quan es un trabajo de la energía espiritual. Por esto se dice. "La energía espiritual es el amo, el cuerpo es el lacayo". Si puede ponerse en movimiento la fuerza vital, los movimientos son espontáneos, livianos y ágiles. El encadenamiento de los movimientos sigue los principiso (de alternancia) de "lleno" y de "vacío", de abertura y de cierre. Cuando se habla de abertura, no se trata únicamente de abertura de los pies y las manos sino también de abertura del pensamiento y el espíritu. Tampoco el cierre es sólo un cierre de los pies y de las manos, sino también del pensamiento y el espíritu. Si el interior y el exterior están unidos en un solo hálito, todo es perfecto.
Continuidad sin interrupción
La fuerza de los que practican los sistemas externos es la energía grosera del "cielo posterior" Por lo tanto la vemos empezar y terminar, continuar y parar. La fuerza inicial se agota antes de que surja la nueva. En este nivel uno es facilmente derrotado por otros. Como en el Taiji quan se utiliza el pensamiento y no la fuerza, todo está ligado sin interrupción del principio hasta el final; cuando una revolución se termina otra comienza, el movimiento circular se desarrolla infinitamente. Dice el Tratado original: "El largo boxeo es como la ola de un largo río o del mar que se mueve continuamente y sin fin". También: "Haced que la energía se mueva como un hilo de seda que se devana de un capullo". Todo esto expresa la idea de que todo está unido por un solo hálito (Qi).
Busca la quietud dentro del movimiento
Los practicantes de los sistemas externos creen que la habilidad consiste en saltar y agacharse. Agotan su Qi y después del ejercicio se quedan siempre sin fuerza. El Taiji quan usa la quietud para dirigir el movimiento. Incluso cuando estamos en movimiento permanecemos tranquilos. Por lo tanto, al practicar las posturas, cuanto más lento mejor. Cuando uno va más despacio la respiración se vuelve lenta y se alarga, el Qi puede bajar al Tantien y se evitan de forma natural los efectos perjudiciales del pulso acelerado. Los estudiantes deben comprender esto, pero pocos son los que lo logran.